7. Carreras ilegales.

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La mañana siguiente estaba en mi clase de literatura, Dustin mi compañero de clases estaba muy atento a ella.

No era un nerd, pero tampoco era de sacar malas notas, el sólo era un chico normal, y para nada mujeriego.

— ¿Necesitas ayuda Savannah? — Me preguntó y ahí me di cuenta qué me había quedado mirándolo, lleve mi vista a mi cuaderno y trate de ocultar mi sonrojo.

— Su trabajo antes de las vacaciones navideñas será con su compañero de asiento, el tema está en el pizarrón, y por favor qué el trabajo valga los diez puntos qué le tocan.

El timbre sonó al instante.

— Pues seremos compañeros de trabajo también.

— Podemos juntarnos en la semana, ir a biblioteca y demás.

— Me parece bien, te veo más tarde en la biblioteca.

— Bien.

Recogí mis útiles y lo entré en mi pequeña mochila, salí del salón de clases y camine hasta encontrar a Jenn.

— ¿Como te ha ido? — Pregunté.

— Cansada, me han puesto millones de trabajos ya qué se acercan las vacaciones, ya estoy deseando ver a mi familia.

— Pues somos dos.

Salimos al campus, para caminar hasta nuestra habitación.

— Adiós chica ave. — Los amigos de Ryder se despideron de mi, al parecer los habían castigados con ejercicios.

Sentí como me tomaron de la cintura y besaron mi mejillas rápidamente, y luego vi a Ryder seguir corriendo por todo el campus detrás de sus amigos.

— Te ama. — Dijo Jenn.

— Claro, voy su mejor amiga.

— Sabes qué no hablo de esa forma.

— Jenn, sólo somos amigos, nada del otro mundo, nos amamos de esa forma.

— Claro, el amor es ciego, no cabe duda.

Negué con la cabeza y abrí la puerta de nuestro dormitorio, dejé mi mochila en mi cama y fui a ducharme rápidamente para mi cita en la biblioteca.

Me puse unos jeans degastados y una blusa de tiros, hice mi cabello una trenza y busqué mi cuaderno de apuntes y algunos libros qué quizás nos servirian.

— ¿A donde vas?

— A la biblioteca.

— ¿Tan arreglada?

—  Así es. — Colgué la mochila en mi hombro y salí de la habitación.

Camine hasta la enorme biblioteca donde amaba pasar el rato porque habían todos mis libros favoritos, como divergente y otros qué ya había leído.

Al entrar Dustin estaba sentado en una mesa leyendo algunos libros, me senté al frente colocando mi mochila en la silla de al lado.

— Hola ¿Ya haz encontrado algo?

— Casí, no soy muy aficionado de la mitología griega.

— Pues a mi me encanta, la historia es genial, Los Dioses poderosos del Olimpo.

— Pues haz de leer Percy Jackson.

— Es mi libro favorito. — Dije. — Lo encontré aquí en la biblioteca, por sí te interesa.

— Ya lo he leído y no me ha gustado del todo, pues como te he dicho no soy muy aficionado a la mitología griega.

Asentí.

Alerta Mujeriego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora