IV

55.4K 3K 238
                                    

   Josh entra a la casa y lo sigo hasta su cuarto. Le voy gritando pero no se voltea para verme hasta que lo jalo del brazo y se gira para verme.

   - ¡Qué! - su tono fuerte de voz me sobre salta y suspira antes de comenzar de nuevo a hablar. - ¿Qué? - Ahora suena un poco más calmado.

   - ¿Por qué ese tipo vino a la casa a preguntar por ti? y ¿en dónde has estado todo el día? - sueno calmada y me sorprendo a mí misma.

   - No es nada importante, en verdad, Sam. Ve a dormir - abre la puerta de su cuarto, y antes de que la cierre yo lo detengo.

   - Dime, Josh.

   - Hubo un problema que no vas a entender.

   - Entonces explícame.

   - No, ve a dormir. - Ahora me dice con dureza y cierra la puerta en un gran portazo.

Bufo y me voy directo a mi cuarto.

[...]

   - ¿Y qué pasó con Josh? - me pregunta mi amiga mientras descansamos en unas bancas del patio de la escuela. No hemos tenido clase de cálculo.

   - Solo me dijo que era un problema que yo no voy a entender - digo y suspiro. ¿Por qué no querrá decirme qué fue lo que pasó?

   - ¿Qué pasa con él?. Tú solo quieres ayudarlo pero él no se deja.

   - ¿En qué puedo ayudarlo? Solo tengo diecisiete años - tapo mi cara con ambas manos.

   - Puedes darle consejos o algo ¿no? - ella propone.

   - Pero él se enoja en cuanto le dirijo la palabra. A veces me da miedo hablar con él. - Ella sabe muy bien como es Josh y aún así me dice esas cosas.

   - ¿Ni te dijo la razón del porque ese chico fue a tu casa?

   - No, no me dijo nada. Sólo que fuera a dormir - suspiro.

   - ¿Es el chico al que le quitó Josh su carro? - pregunta.

   - Sí.

   - ¿Crees que se haya enojado con Josh por el hecho de que perdió?

   - Eso es ridículo, si él perdió que lo acepte ¿no? - ruedo los ojos.

   - Pero hay personas que no son así.

  - Lily, en verdad ya no quiero hablar de eso.

   - Bien, lo siento.

   - ¿Ya nos vamos al salón? El maestro no tarda en llegar. - Le digo. Nuestro pequeño descanso se pasó muy rápido y no quiero seguir aquí hablando sobre ese tema. Veo que asiente con su cabeza y nos ponemos de pie. Agarramos nuestras mochilas y nos vamos directo a salón.

  Vamos Lily y yo por el pasillo directo a nuestro edificio.

A lo lejos puedo identificar a ese tipo llamado Zayn y al otro, Styles. ¿Qué hacen aquí?.Ambos están recargados en la pared y viendo a lo lejos. Zayn lleva lentes de sol y el otro no. Él nos voltea a ver, o quizá solo me ve a mí. EL chico que se llama Harry Styles lleva un cigarrillo en su mano y le da una calada.

Él sonríe de lado, pero es una sonrisa que amenaza. Que dice que vayas con cuidado porque te vigilo. Esa mirada logra ponerme nerviosa.

   - Apresúrate, Lily - Miro para el suelo y tomo de la mano a mi amiga. Y literalmente corremos.

Miro hacia atrás en dirección a ambos chicos, Zayn mira aún al frente mientras fuma un cigarrillo de tabaco que el otro chico ya no lleva en su mano y me sigue viendo con esa sonrisa en sus labios.

Apresuramos aún más el paso Lily y yo.

[...]

   Estamos ahora en la última materia de día, con la señorita Smith. Maestra de Psicología.

Nos la pasamos hablando todo el grupo y ella sobre las personas que tienen problemas con el carácter, que llegan a hacer tan violentos por razones no tan importantes.

Y que esas personas a veces pueden llegar a hacernos daño tanto físico como verbal.

   Al terminar la clase me quedé un momento con la maestra, Lily no podía quedarse por un compromiso con su madre, así que voy a regresar sola a casa.

   - ¿Cómo has estado, Samantha? - me pregunta la maestra mientras guarda sus papeles dentro de su maletín.

   - Bien, algo así. Mi papá aún no regresa de Holanda. - Le digo.

   - ¿Acaso no recuerda que tiene hijos? - la maestra niega varias veces con la cabeza.

   - Él nos ha dicho que regresa en esta semana, y eso estamos esperando Josh y yo.

   - ¿Su padre les manda dinero? - me pregunta mientras vamos saliendo del aula.

   - Sí, claro que nos manda. Le manda una parte a Josh, y a mí otra. Y una tercera para que yo pague los gastos de la casa.

   - Al menos eso recuerda. - La maestra y yo vamos bajando las escaleras, y al final está Styles, recargado en el barandal de las escaleras viendo a lo lejos, como si estuviera esperando a alguien.

Escucha los tacones de la maestra bajar y gira su cabeza hacia nosotras, me mira y sonríe de la misma forma en la que me sonrío hace horas.

La maestra no se da cuenta de nada y sigue bajando las escaleras con la vista baja para procurar no caer.

Él se humedece los la labios.

   - Sí, al menos recuerda eso. - Le contesto a la maestra mientras vamos pasando por un lado de él.

Quito la vista de él y ahora veo a la maestra.

   - Tu papá debe de saber que no es bueno estar alejado de sus hijos por mucho tiempo, puede llegar a dañarlos. - Nos vamos alejando cada vez más de él y siento aún su mirada en mí.

   Llegamos a la sala de maestros.

  - Bueno, gracias por acompañarme hasta aquí, Samantha. - Ambas soltamos una pequeña risa.

  - No fue nada, maestra.

  - En cuanto llegue tu padre házmelo saber, ¿sí? - asiento y ella sonríe. - Bien. Nos vemos la próxima semana.

De igual forma me despido de la señorita Bach. Lo malo de esta materia es que solamente me toca tres horas a la semana, y esas tres horas solo es en un día.

Veo a la maestra entrar a la sala de maestros y ahora yo voy caminando sola por el pasillo.

Tengo que ir al casillero por mis cosas de mañana.

El pasillo está prácticamente solo, la preparatoria se ha quedado sola de a poco.

Solamente escucho mis zapatos deportivos golpear el azulejo beige y el de alguien más que está caminando detrás de mí.

Quizá sea un alumno que también se ha quedado solo igual que yo a estas horas.

Por fin llego a mi casillero. Pongo de lado mi mochila y de soslayo veo el pasillo.

Hay una figura de una persona recargada en los casilleros a lo lejos, a unos veinte pasos de mí y me está volteando a ver. Decido no ponerle atención y abrir mi casillero. Trato de dedicarme solamente a sacar mis cosas que necesito pero aún siento la mirada de esa persona puesta en mí. ¿Quien será?

Cuando oigo sus pasos acercarse me pongo nerviosa y cierro de golpe mi casillero.

Cierro mi mochila y la acomodo en mis hombros para irme de ahí.

  Voy caminando bastante rápido y los pasos de la otra persona igual.

   - Samantha. - Puedo decir que si voz es conocida, es igual de fría. Dios mío ese acento. Yo sigo caminando sin detenerme. - ¡Samantha! - Esta vez me grita y lo oigo correr hasta conmigo. Me arrebaza y se pone en frente de mí para impedirme el paso.

Levanto la vista para verificar que es él y sí, es él. Harry Styles.

Black | H.S.Where stories live. Discover now