XLIII

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Cuando íbamos de camino a mi casa, los dos estábamos sumidos en un silencio. Sólo se escuchaba la música a un volumen agradable. También podía escuchar a Harry murmurar algunas de las letras de las canciones que pasaban en la radio.

Él podía llegar a ser un chico normal, es decir... Lo es, solamente que de una manera diferente. Hay muchos chicos que pasaron algo similar a lo que él. Que se sienten incomprendidos y, quizá, solos. Por más que Harry tenga amigos, puedo jurar, que él llega a sentirse solo. Necesita ayuda, y está en busca de ella. Me dijo que nadie le había ayudado como lo había hecho Racheal. Quisiera saber en qué lo ayudó, y no puedo no sentir un poco de coraje al saber que ella hizo algo por él. Y admito que yo también desearía poder ayudarlo.

Y es ahora cuando me pregunto, ¿por qué me ha dicho que las personas que lo llegan a conocer a fondo se alejan de él? A los amigos que tiene, los tiene desde hace años y se nota que se aprecian entre sí. Y del otro lado está Racheal, quien sigue viéndose y tratándose con Harry, o acaso ninguno de ellos llegar a conocer tanto a Harry. Pero es imposible que no lo hayan hecho durante cinco años.

Miro a Harry. Lleva su posición de siempre cuando va manejando. Su dedo índice está siendo mordido por sus dientes. Mira fijamente hacia la calle en la que vamos. Quizá también él está pensando en muchas cosas como yo.

Aparca su Audio afuera de mi casa y ambos nos bajamos y comenzamos a caminar directo a la entrada. 

Siento su mirada en mí mientras yo me dedico a abrir la puerta. 

Lo invito a pasar y él va directo a sentarse cómodamente en el sofá. Yo voy directo a donde dejé mi celular para revisar la hora, y daban las once de la noche. Se había ido volando el tiempo mientras cenábamos. También pude ver que había una llamada perdida y era de Connor.

Volteo a ver a Harry quien está concentrado mandando mensajes en su celular, se ve serio y con el ceño fruncido.

Decido marcarle a Connor y al tercer tono responde. Camino hacia la cocina para que Harry no pueda escucharme.

           - ¡Hola, chica S! - me saluda alegremente. 

Sonrío.

            - Hola, Connor - le respondo.

            - Te había llamado y no lo volví a hacer porque quizá estabas muy ocupada como para responderme - dijo bromeando.

            - Lo siento - me disculpé. Miré hacia la sala de estar para ver a Harry, y aún seguía concentrado en la pantalla de su celular -. Tuve que salir y había olvidado mi celular.

            - Oh, no importa - me dijo y podía sentir su sonrisa. Esa sonrisa con la que siempre me miraba.

No era como de las sonrisas con las que me ve Harry. La sonrisa de Connor transmitía interés y una pizca de timidez. Era un chico lindo y agradable.

             - Había llamado para confirmarte la fecha del partido de basquetbal - me dice.

            - Oh, sí.

             - Será el próximo viernes en Santa Monica - dice -. Sé que es un poco lejos pero mis amigos y yo nos vamos a ir en una camioneta todos juntos, así que te puedes venir con nosotros, si eso quieres - nervios; eso era lo que transmitía su voz.

             - Si no encuentro la forma de irme yo sola sería agradable de irme con ustedes - le digo sonriendo aunque él no lo pueda notar.

            - ¡Genial! - dice, casi gritando. Río por lo bajo y lo escucho aclararse la garganta -. Perdón. Me alegra mucho que en verdad quieras ir al partido. Puedes llevar a alguien, si quieres. 

Black | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora