Black | H.S.

LIX

Harry me había pasado a dejar a mi casa alrededor de las nueve de la noche.

Nos habíamos quedado hablando, y por fin dormidos en su colchón. Haciéndome olvidar de lo incómodo que era dormir en ese sitio, pero al sentir que él dormía abrazado conmigo y después de haberme hecho... lo que me hizo, fue una linda forma de terminar el día.

Sólo me dejó, y antes de irse besó mis labios, diciéndome que luego me veía.

No puedo explicar lo muy feliz que me hace sentir. 

¿Cómo hemos terminado de ésta forma? Yo sólo deseaba llegar a conocerlo en verdad, y por mi curiosidad estoy comenzando a quererlo demasiado. Aún no puedo decir que me siento enamorada, porque nunca en mis diecisiete años he sentido ese sentimiento, el cual, la mayoría de las personas temen sentir.

Yo he dicho y lo vuelvo a decir; estoy dispuesta a arriesgar todo con tal de estar con Harry. Si algo pasa, ojalá no, tengo que ser consiente de que yo sola me he metido en eso, y simplemente aceptarlo. 

He estado dudando sobre los sentimientos que podría tener Harry hacia mí. ¿También me querrá? ¿Sentirá mariposas en el estómago como yo las siento? 

Me siento un poco más aliviado al saber que él y Reachel ya no son nada, así ya no me siento mala persona el estar con Harry y besarme con él.

Harry ha cambiado mucho conmigo. Es como si ya le importara lo que yo llegara a sentir, o hasta quiero pensar que en verdad le importo. 

Cuando él me besa me siento querida.

Miro hacia donde está mi papá. Se ha quedado dormido mientras ambos veíamos una película, y me pregunto si, la señora que se considera mi madre de sangre, habrá amado demasiado a mi papá como él la amaba. Y mi respuesta puede ser no, ya que ella no tomó mucho en cuenta eso cuando se fue, y lo digo porque no sé muy bien esa historia.

Mi celular vibra en la pequeña mesa de centro que hay en la sala de estar. Es un mensaje.

Connor.

Un suspiro sale de de mi boca, pero no precisamente porque sea él, sino porque ya no me está interesando mucho ese chico como lo hacía antes de que Harry y yo... Bueno, desde el día de ayer ya perdí esa pequeñas ganas de estarla pasando junto con Connor.

     Mi mamá está organizando la cena para el día de mañana, ¿estas de acuerdo? Házmelo saber, para avisarle a mi mamá. Ella está impaciente por tu respuesta.

Claro, había dejado pendiente una cena con la familia de Connor. Sería demasiada la vergüenza si no llego a visitarlos.

        Me encantaría. Mañana tengo el día libre.

Lo envío. 

En menos de cinco minutos me llega su respuesta.

         ¡Qué bien! Yo podría pasar por ti. Sólo pásame la dirección de tu casa.

No quiero ser una molestia al que tenga que venir hasta mi casa. Así que le pongo...

          No, está bien. Podría verte en algún lugar y de ahí irnos a tu casa.

Y así nos ponemos de acuerdo para vernos en algún lugar para que pueda recogerme y pasar la noche con su familia. No es tanta mi emoción, pero es más bien la necesidad y el compromiso que había dejado con, principalmente, la mamá de Connor.

Él y yo aún podemos quedar como amigos, no hay ningún daño en eso. 

[...]

Mi papá y yo nos encontrábamos preparando la cena.