Capítulo 44

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Punto de vista de Draco Malfoy

Tres meses pasaron demasiado rápido.

Eve y yo nos agazapamos, solo trabajando en el armario ocasionalmente e intentando tomar la cantidad de tiempo que pudiéramos; pero solamente pudimos retrasarlo durante un tiempo. Aún no había intentado decirle nada sobre ello a Eve, pero el armario estaba cerca de estar finalmente arreglado. Ya era primavera, y el curso escolar estaría acabando en unos meses más; no podíamos alejar la misión por mucho más.

A pesar de que me hacía hacerme sentir mal en el estómago, no había ninguna manera en la que pudiera pretender que el armario aún estaba roto.

El viernes, Eve y yo quedamos en la Sala de los Menesteres después de clases, porque últimamente habíamos estado probando el armario, enviándole objetos a su hermano gemelo en Borgin y Burkes. Había sido idea de Eve, porque había estado a punto de entrar en pánico cuando sugerí que yo entrara en el armario para ver si funcionaba por mí mismo. La manzana no había funcionado, ya que había vuelto con un gigante pedazo excavado en un lado; hice ver que no me había dado cuenta en cuánto de pálida Eve se había convertido cuando lo había visto, y el pájaro blanco había sido tan desastroso que Eve aún estaba triste por ello.

Por decirlo suavemente, estaba increíblemente agradecido que me estuviera ayudando con esto; de otra forma, probablemente habría probado el armario yo mismo y habría acabado muerto.

─¿Dónde lo has conseguido? ─Eve preguntó cuidadosamente cuando le enseñé el pájaro de plumas negras que había escondido debajo de mi abrigo todo el camino hasta allí.

─En el mismo lugar que el primero ─le dije, sosteniendo al pájaro suavemente en mis manos mientras caminábamos por los pasillos de basura hacia al armario─ Cerca de la torre de Astronomía.

Estuvo callada durante un minuto, pero cuando alcanzamos el armario medio cubierto con una lona, nerviosamente expresó lo que probablemente le había hecho preocuparse durante toda la tarde.

─¿Estás seguro de que funcionará esta vez? Solamente... no quiero que el pájaro muera de nuevo.

─Soy positivo ─le dije firmemente, a pesar de que no lo era. Me giré para dirigir el pájaro hacia ella, y automáticamente lo cogió con cuidadosos dedos─ Toma, sostenlo por mi mientras saco la lona. No debería morderte.

─No estoy asustada de aguantar un pájaro ─Eve espetó indignadamente, provocando que sonriera y que la escondiera con la parte trasera de mi mano.

─Sí, sí, lo sé ─Aparté la sábana gris hacia el suelo y mantuve la espalda hacia ella para que no pudiera ver que aún estaba intentando no reír. Lanzando la lona hacia un lado, abrí la puerta del armario y la deje ligeramente entreabierta.

Cuando me giré de nuevo, Eve estaba parada embarazosamente con el pájaro negro apretado suavemente en sus pequeñas manos, y estaba mirando hacia abajo con tanta preocupación que me sentí como si debiera preguntarle si quería quedárselo. Pero me lo tendió de mala gana, y lo tomé lentamente. Eve me miró increíblemente nerviosa mientras el pájaro abandonaba sus manos, así que le dije: ─No te preocupes, ¿vale? No dejaré que muera.

─Vale ─Eve dijo después de un rato, y pude sentir sus ojos en mí mientras colocaba el pájaro en la llana madera del suelo del armario. Cerré la puerta rápidamente para que no pudiera intentar volver hacia afuera, y entonces me coloqué hacia atrás y saqué mi varita.

Había memorizado el hechizo después de haberlo intentado tantas veces, así que no necesitábamos traer el libro de nuevo con nosotros. Murmuré las palabras rápidamente porque pude sentir prácticamente la ansiedad radiar de Eve justo detrás de mí, y paré cuando escuché un pequeño crujido proveniente del interior del armario, el silencioso cantar de un pájaro acabándose inmediatamente.

Little BirdWhere stories live. Discover now