Capítulo 22

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Punto de vista de Evelyn Hawkings

Ese viernes después de que las clases finalizaran, abandoné la clase de Encantamientos con Ginny y nos dirigimos hacia el lago para poder sentarnos con Harry y Neville. Ginny tuvo un examen difícil de Transfiguraciones, así que solo quería relajarse ahora que por fin ya era fin de semana. No la culpaba; esta semana había sido unos días de locos, así que yo solo quería también sentarme en algún lugar y no hacer nada durante un rato.

Pudimos sentarnos en el suelo, al lado de Harry y Neville, ahora que el tiempo estaba empezando a ser cálido y la nieve se había derretido. Escondí mi sonrisa cuando Ginny se sentó al lado de Harry con tacto, mientras yo tomaba asiento en el otro lado de Neville.

Los cuatro hablamos y nos sentamos allí durante unas pocas horas, y por ese tiempo me las había apañado para olvidarme de todo el estrés de las clases y todo lo que había estado pasando en la clase de Pociones últimamente. Tenía mi espalda colocada en el duro tronco del roble cuando Neville de repente miró al sol y dijo: ─Son casi las cinco.

─¿Son las cinco? ─preguntó Ginny, y sonaba preocupada mientras se levantaba del suelo. Ella miró entre Neville y Harry, diciendo─ Tendríamos que ir yendo, entonces.

─Sí, vamos ─estuvo de acuerdo Harry, levantándose rápidamente junto a Neville.

Me senté y miré a los tres, preguntándome porque tenían tanta prisa en irse.

─Esperar, ¿qué? ¿Tenéis que estar en algún lugar?

─¿Uhm? ─Ginny pareció recordar que estaba allí, y vergonzosamente miró a Harry como si él pudiera responder por ella. Cuando él no dijo nada, Ginny evitó el contacto visual conmigo y replicó rápidamente─ Tenemos que irnos. Una quedada de Quidditch. Lo siento, Eve, nos vemos por ahí.

─Vale. Adiós ─les dije, y cuando ellos se fueron pude recordar que Neville no jugaba a Quidditch.

Decidí solo olvidar el tema, porque preocuparme sobre algo en lo que estuvieran metidos alguno de los tres, no era algo extra que necesitaba ahora. Me incliné hacia atrás sobre el roble de nuevo, dándome cuenta de que estar sola por un rato sería bueno para mí. Últimamente, sentía como si siempre estuviera rodeada de gente, y normalmente era gente que no me gustaba. La clase de Pociones se había convertido especialmente difícil, porque Zabini había estado intentando hablar conmigo esta semana y Draco se veía como si estuviera a punto de echarle un mal de ojo. Solo esperaba que Zabini intentara olvidar que estaba en su misma mesa; después de todo, es lo que yo estaba haciendo con él.

Al cabo de un rato, el aire se volvió frío para mí y finalmente me levanté. Apartando las húmedas hojas de mis piernas, empecé a volver hacia el castillo. Estaba empezando a oscurecer también, así que decidí que directamente iría a cenar; ya me había olvidado sobre la apresurada mentira de Ginny de unas horas antes.

Cuando entré en el Gran Salón, la mayoría de las mesas estaban casi llenas, así que hice mi camino hacia la mesa de Slytherin. Estaba mirando si Draco ya estaba sentando cuando lo escuché llamar mi nombre.

─Aquí estas ─él dijo, empujándome hasta donde él estaba sentado unos minutos atrás, casi el final de la mesa. Me dirigí hacia allí y me senté justo delante de él, insegura de porque se veía frustrado─ Te he estado buscando por todos lados.

─Estaba abajo junto al lago ─le dije lentamente, alcanzando las patatas─ ¿Por qué?

Draco apartó su plato acabado lejos de él mientras se inclinaba un poco más cerca de mí, y me miró cuidadosamente mientras decía: ─Yo... necesito que me hagas un favor.

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