Prólogo

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Antes de empezar, quiero aclarar que esta novela NO es mía, la actual escritora es @yum_ichigo14. La novela está escrita en inglés, y decidí (con el permiso de la escritora) traducirla al español para que podáis disfrutarla.

Los personajes pertenecen a la saga de Harry Potter, J.K. Rowling.

Espero que os guste.

Más novelas de Draco Malfoy en mi perfil.


Punto de vista de Evelyn Hawkings.

La primera vez que vi al célebre Draco Malfoy, me hizo llorar.

Esperé hasta que él se hubiera ido, obviamente, pero lo hice, lloré.

Fue el verano antes de mi quinto año de colegio. Estaba en el Callejón Diagon dos días antes de mi primer día de clases, comprando todos los suministros que iba a necesitar. Ese iba a ser mi primer año yendo a Hogwarts; había ido a Beaubaxtons toda mi vida, pero ahora que Tú-Sabes-Quién había vuelto, mi tía había decidido que estaría mejor en una escuela diferente. Le dije que no, intentando convencerla de que me dejara quedarme en Beaubaxtons─ pero ella no quería. Y por mucho que odiara admitirlo, ella tenía razón: Hogwarts era el lugar perfecto para estar escondida de Tu-Sabes-Quién.

Mirando hacia atrás, veo lo ingenua que era.

Todo iba bien; mi tía justo me había dejado en Tomes y Scrolls para comprar los libros, y se había ido a buscarme un calderón, con la medida perfecta, en la tienda de Calderones Portage.

La tienda de libros estaba repleta de estudiantes, todos intentando encontrar sus suministros en el último minuto. Sostenía mi lista con cuidado en la mano, estando atenta a mis movimientos para no dejarla ir. Forzando mi camino entre la gente, empecé la larga busca para el primer libro de la lista.

Me llevó pasada media hora para hacerlo, pero estaba segura que tenía todo lo que necesitaba. Estaba esperando en la cola, mis brazos cargados de gruesas tapas duras, cuando sucedió.

Alguien se tropezó por detrás de mí, con fuerza.

Los libros cayeron de mis brazos hacia el suelo, aterrizando torpemente en una pila con algunos abiertos, sus páginas arrugadas entre ellas. Mi temperamento estaba dando lo peor de mí, así que olvidé los libros y me giré enfadada para ver quién era.

Y allí estaba, esperando en la cola detrás de mí─ Draco Malfoy.

Lo reconocí por los artículos, recordando todos los que había leído sobre su familia siendo excesivamente rica e incondicionalmente leales a Tu-Sabes-Quién. Y allí estaba, con su pelo rubio lejía, su camisa negra, su imposiblemente piel pálida y sus fríos ojos azules... mirando en mi dirección con una sonrisa molesta.

─ ¿Qué demonios estas mirando? ─dijo, con un tono duro en su voz, que honestamente, envió escalofríos por mi espina dorsal. Tenía detrás suyo a dos amigos, mucho más grandes de lo que él era, pero no los reconocí.

Normalmente, si me pasara alguna cosa como esta, hubiera mantenido mi cabeza baja, hubiera recogido todos los libros y hubiera mantenido mi boca cerrada. Pero había sido un día largo, estaba cansada de buscar mis suplementos y estaba increíblemente nerviosa por el primer día de setiembre. Entonces, en vez de mantenerme callada, solté:

─Mira por dónde vas.

─ ¿Perdona?

Dio un paso hacia delante, y yo estaba haciendo todo lo que podía en mi interior para no retroceder hacia atrás. Sus amigos ahora estaban riendo, riéndose de mí. Draco sonrió en mi dirección y preguntó:

─ ¿Quién demonios eres?

─Soy...Soy Eve Hawkings ─contesté, mi voz empezando a ser pequeña y débil por un segundo. Dentro de mí, estaba maldiciendo el no haberme girado cuando tuve oportunidad─ ¿Quién eres tú?

─Sé que sabes quién soy ─me interrumpió fríamente, y pude sentir como mis mejillas ardían mientras los dos chicos reían fuertemente─ Gírate, coge todos tus estúpidos libros y mantente en tus asuntos.

Sentí los familiares pinchazos de las lágrimas sobre mis ojos, pero me rehusé a dejarlas salir. Roja de vergüenza y absolutamente odiándome a mí misma, me giré sin decir palabra alguna y me agaché a recoger los libros. Fue cuando me encorvé hacia delante que pude escuchar como los tres reían y hacían ruidos de arcadas.

Enderezándome lo más rápido que pude, intenté ignorarlos. Me dije a mí misma una y otra vez que lo dejara pasar y que no me enfadara, pero lo más importante, que no llorara delante de ellos.

La cola se movía lentamente, y todo el rato podía escuchar a Malfoy y a sus amigos hablando. En el momento en que pagué los estúpidos libros y alcancé la puerta, mis ojos se empezaron a aguar. No sabía si me habían vuelto a mirar cuando pasé por su lado, pero no me importó.

Al salir de la tienda de libros, estallé contra un frío aire propio de las tardes, respirando fuertemente cuando las lágrimas empezaron a salir. Me escondí en el callejón más cercano con la vista borrosa, necesitando estar fuera de vista antes de que me permitiera a mí misma llorar.

El callejón estaba oscuro, y las lágrimas rodaban bajo mi cara mientras me deslizaba por la pared de ladrillos, sentándome con la espalda contra ella y los libros justo a mi lado. Enterré la cara entre mis brazos y lloré lo más silenciosamente que pude.

Todos los que estaban involucrados con Tu-Sabes-Quién traían malas noticias, hasta mis padres muertos. Era por eso que mi tía estaba intentando con todas sus fuerzas mantenerme escondida de los mortífagos, para así no convertirme en uno de ellos.

Me dije a mi misma que olvidara al estúpido chico rubio que me había tirado los libros. No iba a volverlo a ver ni a él ni a sus amigos nunca más, y así supe que lo había pasado no importaba. Iba a ir a Hogwarts en dos días, y para ese entonces ya habría olvidado todo lo relacionado con Draco Malfoy.

Como he dicho antes, era ingenua.

Little BirdWhere stories live. Discover now