Capítulo 34

20.1K 1.2K 1K
                                    

Punto de vista de Evelyn Hawkings

Las siguientes dos semanas en casa de Draco, pasaron bastante rápido; lo que fue extraño, porque ambos raramente salíamos de casa; no hacíamos cualquier cosa en todo el día que no fuera sentarnos. Normalmente nos quedábamos en su habitación durante el día, sentados en su cama en un cómodo silencio o hablando silenciosamente. A pesar que sus padres me habían reservado la habitación de invitados para que durmiera, Draco normalmente se escabullía en la mía bien entrada la noche y se acurrucaba a mi lado; porque él sabía que no quería estar sola.

Después de que me hubiera dicho que el Señor Oscuro estaría pronto de vuelta en la mansión, no podía evitar estar un poco asustada.

Draco me había prometido que el Señor Oscuro no pediría verme, así que me había dicho que podría solamente estar arriba cuando él viniera de nuevo. Pero sabía que Draco tendría que verlo, y no iba a dejarlo ir solo mientras yo esperaba arriba sin peligro. A pesar de que no se lo había dicho a Draco, no iba a dejarlo verlo sin mí; no importaba cuanto de asustada estaba.

Pero solo unos días antes de que el Señor Oscuro fuera a la mansión, me desperté a mitad de la noche ante el sonido de Draco chillando.

No estaba a mi lado como normalmente, y mientras abría mis ojos cansados, me di cuenta de que podía escucharlo des del final del pasillo. Ya estaba apartando las sábanas y a medio camino de salir de la cama antes de que pudiera siquiera pensar, tropezándome ciegamente a través de la oscuridad. Tan pronto como abrí la puerta y entraba al pasillo, pude finalmente entender lo que Draco estaba chillando des del interior de su habitación.

─Por favor...no, haré cualquier cosa...

Estaba corriendo entonces, prácticamente esprintando la distancia con mis pies desnudos y con mi enorme camiseta. Tropezando con la alfombra, frenéticamente, alcancé el pomo de su habitación.

─No lo hagas, por favor... llévame a mí en vez, llévame a mí en vez...

Mis dedos se deslizaron contra el liso metal del pomo, ya era capaz de girarlo y abrir la puerta, tropezándome hacia el interior de su habitación. A través de la luz de la luna, que entraba por de la ventana, podía ver a Draco enredado en las sábanas de su cama con los ojos cerrados con fuerza, chillándole a una habitación vacía.

─No, no lo hagas... por favor... páralo, páralo, para...

Corrí hacia él, tropezándome con alguna bamba en la oscuridad y agarrándolo por los hombros. Sacudiéndolo, chillé por encima de sus gritos: ─Draco, despierta...

Pero era como si ni siquiera pudiera escucharme; Draco se mantenía chillando y hasta trató de apartarme de él en su sueño, pero agarré sus brazos fuertemente e intenté sostenerlo.

─Para... Draco, es solo un sueño, por favor, despierta...

Sus ojos se abrieron de repente, sus pupilas dilatadas salvajemente mientras se destrozaba contra mí; como si aún siguiera sin saber dónde estaba. Por encima de sus murmullos aterrorizados, sostuve sus hombros y dije con falta de respiración: ─Draco, soy yo. Solo era un sueño, estás bien...

Los ojos de Draco finalmente se centraron en mí, y podía ver la desconfianza en ellos mientras se esforzaba en reconocerme. Entonces, él me agarró, mirándome por encima en estado de shock con su respiración saliendo en jadeos desiguales. Draco me colocó contra él tan rápidamente que mi barbilla golpeó dolorosamente contra su hombro, casi siendo aplastada por debajo de él mientras rodeaba sus brazos a mí alrededor fuertemente. A penas podía respirar mientras me sostenía lo más cerca posible; como si tuviera que asegurarse de que era real.

Little BirdWhere stories live. Discover now