Capítulo 25

27.4K 1.8K 1.4K
                                    

Punto de vista de Evelyn Hawkings

Aquella noche, después del partido de Quidditch, me acurruqué en la cama de mi habitación con las cortinas completamente cerradas y silenciosamente me maldije a mí misma por lo que le había contado a Draco.

Quería estrangularme a mí misma por derramar el único secreto que mi tía y yo habíamos mantenido a salvo durante toda mi vida: el hecho de que mis padres trabajaban para el Señor Oscuro hasta el momento en el que murieron. Y ahora, gracias a mí, el hijo de unos bien conocidos, totalmente leales mortífagos, lo sabía.

Si mi tía supiera lo que acababa de pasar, me hubiera hecho recoger mis cosas y moverme a Romania al instante.

Tiré la almohada contra mi cuerpo y enrollé mis brazos sobre ella, excavando mis uñas en mis brazos. Con los ronquidos de Millicent que llenaban el aire y mi pelo aún mojado presionando contra mi mejilla, me pregunté a mi misma si debería enviarle un mensaje a mi tía para hacerle saber lo que había hecho. Era la primera vez que algo así pasaba; toda mi vida había escuchado las palabras, 'Es un secreto. No dejes que nadie descubra quien verdaderamente eres'. Ahora que otra persona a parte de mi tío y mi tía finalmente sabía quién mis padres eran, no podía ignorar el hecho de lo asustada que estaba. ¿Qué pasaría si hubiera arruinado todo lo que mi tía había hecho para mantenerme a salvo?

La peor parte era que sabía que algo así pasaría cuando Draco me dijo por primera vez que le gustaba; intenté mantenerme a mí misma alejada de él, porque no había ninguna manera de que pudiera aferrarme a alguien cuyos padres eran mortífagos. Pero yo seguí adelante y caí por él de todas formas, y ahora mira lo que ha pasado.

Ahora él lo sabía todo.

Mientras estaba estirada en la cama, intenté imaginarme a Draco explicándoles a sus padres sobre mi secreto, pero fallé. No podía siquiera imaginármelo haciendo algo como aquello después de haberle hecho prometer que no se lo diría a nadie, y no importa cuánto de fuerte lo intentara, no podía ver a Draco traicionándome de esa manera. Una malévola voz en el fondo de mi mente me recordó que él era un Slytherin de corazón y probablemente no le importara mucho después de todo, pero lo ignoré. Por mucho que una parte de mí intentara convencerme a mí misma de aquello, honestamente, yo no podía pensar que Draco le contaría a alguien la verdad sobre mis padres.

Tal vez me estaba engañando a mí misma, pero parecía como si a Draco verdaderamente le importara y se preocupara por mí. Era extraño, pero no podía pensar en ninguna otra persona de este colegio a la que preferiría que hubiera descubierto lo de mis padres; ni siquiera Ginny. Y por mucho que me odiara a mí misma por explicárselo, era casi como si me hubiera sacado un gran peso de encima. Era un secreto que había estado ocultando durante toda mi vida, y no había pensado que diría aquellas palabras, "Mis padres eran mortífagos", en voz alta. En cierto sentido, estaba casi aliviada ahora que Draco sabía quién verdaderamente era.

Rodé sobre la cama, colocando las sábanas sobre mi cabeza y finalmente dejé ir la respiración que sentí sostener toda la noche.

Tal vez solo me estaba intentando hacer sentir mejor sobre haberle explicado a Draco la verdad de mis padres, pero solo esperaba que todo esto no me estallara en la cara después.

Porque estar escondida del Señor Oscuro siempre sería la única cosa que había de hacer, sin importar el qué.

*

Justo dos semanas después del partido de Quidditch, todo cambió.

Estaba sentada en la mesa de Slytherin en el Gran Salón, pronto aquella mañana de sábado, metiendo la cuchara en mi avena de forma adormilada, cuando Draco irrumpió y se apresuró a caminar hacia mí. Era tan pronto por la mañana y no había mucha gente en la habitación, pero aun así salté cuando me alcanzó y dijo sin aliento: ─Eve, no te vas a creer lo que acaba de pasar.

Little BirdWhere stories live. Discover now