Capítulo 46 🎤

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Gaby se acostó en la cama al lado de Lala y ambas quedaron mirando al techo por un buen rato

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Gaby se acostó en la cama al lado de Lala y ambas quedaron mirando al techo por un buen rato.

—Sigo pensando quién pudo ser —dijo Lala desconcertada.

—Lautaro mencionó a Liza, pero no sé cómo ella podría haberlo sabido...

—No es difícil, era cuestión de unir cabos, pudo haber vigilado la casa de Lautaro... Además. ella estuvo rara ese día en el concierto... ¿Qué dijo Matías?

—Está enloquecido, dice que todo es por mi culpa y mi capricho de tener una vida normal y que ahora me merezco esto que me sucede, que el resultado será que no volveré a tener una vida normal nunca —explicó entre sollozos—. Dijo que me lo advirtió y que ahora tendré que seguir al pie de la letra lo que me dice si no quiero perder mi carrera...

—Es un idiota —zanjó Lala.

—Lo es, pero tiene razón. Si yo hubiese sido más cuidadosa...

—¡¿Qué?! No hiciste nada malo, Gaby, deseaste experimentar un poco y lo hiciste. ¿Acaso te arrepientes? Lograste acabar la carrera, aunque te falte un par de exámenes. Te has matado estos meses para no fallar en tus obligaciones y estar para la gente que amas. ¡Has crecido un montón como persona! ¿No te parece que valió la pena?

—Sí... claro que sí, pero ahora ¿qué haré? Ya no podré ir a tomar un helado con Lautaro al bar de la esquina ni acompañar a Pili a la escuela. ¿Qué será de mi vida? Desde que inicié en esto lo único que quise fue preservar mi identidad para conservar mi vida privada, ¿y ahora? ¡Justo ahora que era tan feliz! —exclamó entre sollozos.

—Tranquila, amiga, las cosas nunca son tan malas... Yo no estoy tan de acuerdo con el plan de Matías. ¿No es mejor que hagas una conferencia de prensa y admitas quién eres? Podrías contar los motivos por los que callaste tu identidad. A lo mejor eso le conmueve a la gente, no sé...

—Lo planteó Angélica, la de marketing, pero Matías dijo que no, que ahora necesitamos atraer la atención hacia Ágatha porque estamos en medio de la gira, que en todo caso luego...

—Sí, el problema es que a Matías solo le importa Ágatha, pero a mí, me importa más Gabriela. ¿Qué es eso de que solo salgas vestida de Ágatha? No lo sé, para mí que no tiene sentido...

—Matías incluso insinuó que Lautaro pudo haber filtrado la información... —dijo Gaby con tristeza.

—Y no le crees posible, ¿no?

—No, claro que no —respondió—, pero los demás dijeron que podía ser ya que pudo haberlo hecho por dinero... Yo lo defendí, obviamente —explicó—, pero me dijeron que sería bueno que no lo viera un tiempo, Leonardo incluso dijo que lo mandaría a investigar.

—¿Se lo has dicho a Lautaro? —preguntó.

—No, no sé cómo hacerlo, se va a enfadar muchísimo, no lo comprenderá —susurró.

—Sí, lo entiendo, yo también me enfadaría —dijo Lala en medio de un suspiro.

—Es horrible, siento que he perdido la libertad que tanto me costó conseguir.

—Pero no es así, Gaby, la libertad no es solo eso de poder salir a la calle, amiga —explicó—, hay mucho más...

—¿A qué te refieres? —inquirió Gaby y se volteó para quedar frente a frente a su amiga.

—Mira, pienso que lo que nos quita la libertad en realidad es el miedo...

—Explícate mejor...

—No lo sé, pienso que al convertirte en Ágatha y dejar de lado a Gaby tú solita estás entregando tu libertad a la gente que, como Matías, te quiere manipular. Puedes ser Gaby y Ágatha al mismo tiempo, lo has sido todo este año, sí, la gente te reconocerá en la calle, pero le pasa lo mismo a muchas otras personas... ¿Qué hay de malo? El problema no es ese, el problema es que tú te limitas... ¿Vas a dejar de nuevo que Matías decida por ti?

—¿Y si tiene razón? Ahora comienza la gira, su idea es sensata...

—Hmmm, no lo sé... no me convence... Hoy en día los seguidores valorarían mucho más que fueras sincera y te mostraras tal cual eres, humana y con imperfecciones, enamorada y con ganas de vivir...

—Puede que tengas razón...

—Duerme un rato, tienes unas ojeras tremendas —añadió.

—Pásame el tarjetero —dijo y le señaló la cajita sobre la mesa—. Parece que pasó un siglo desde la última vez que saqué una tarjeta —indicó.

—Porque has estado viviendo tu vida —respondió Lala con diversión.

—"No será fácil, pero valdrá la pena" —susurró.

Lala se encogió de hombros y le dio un beso en la frente.

—Estoy contigo, siempre —prometió.

—Estoy contigo, siempre —prometió

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Un salto al vacíoWhere stories live. Discover now