Capítulo 31 🎤

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Cuando Gaby ingresó a la habitación, Alicia abrazaba a Pilar y le acariciaba con ternura la cabeza

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Cuando Gaby ingresó a la habitación, Alicia abrazaba a Pilar y le acariciaba con ternura la cabeza.

—Me contó todo —dijo la mujer refiriéndose al drama que vivía la pequeña—. Pobrecita —añadió, pero sin sonido. Gaby leyó sus labios y asintió.

—¿Estás bien, Pili? —preguntó la muchacha y se sentó en la cama junto a ella.

—Sí... Un poco triste, pero ya estoy mejor —respondió—. No sé por qué papá no quiere a Ágatha...

—No es que no la quiero —dijo Lautaro cuando ingresó—. Solo quiero que comprendas que las artistas famosas a veces son un poco...

No encontró las palabras por lo que Gaby continuó.

—Tu papá no quiere que sufras más, corazoncita —añadió con tanta dulzura que ablandó el corazón de Lautaro al verla conversar con su hija—, es solo eso...

Alicia le hizo un gesto al muchacho para que se sentara donde estaba ella, al otro lado de la cama.

—Tú eres todo lo que yo tengo y quiero que seas feliz, perdón por haberte dicho lo que te dije, no fue mi intención que te pusieras triste —dijo besándola en la frente.

—Papi —lo llamó ella mirándolo a los ojos—, yo te amo, tú también eres todo para mí, perdón por hacerte enojar.

—No, cariño, no me hiciste enojar. Mira —dijo y la tomó en brazos haciéndola sentar sobre sus rodillas—, yo sé que tú tienes mucha curiosidad sobre tu mamá, ella es una mujer hermosa y talentosa. Sé que te encantaría tenerla en tu vida, pero las cosas no fueron así para nosotros y a veces no nos queda más que aceptar. Quizás algún día cuando seas mayor la quieras buscar y le puedas hacer todas las preguntas que sé que tienes en tu interior, pero por ahora, es mejor así.

—¿Crees que un día pueda buscarla? —inquirió con entusiasmo.

—Sí, cuando seas mucho mayor y comprendas mejor ciertas cosas...

—Está bien —añadió ella con la esperanza pintada en las facciones—, puedo esperar.

A Gaby aquello le pareció tan doloroso como injusto, miró a Alicia que negó apesadumbrada.

—Les dejamos para que la hagas dormir —dijo entonces poniéndose de pie y ella y Alicia salieron a la sala.

—Es horrible, ¿cómo una madre puede abandonar así a un hijo? —inquirió Alicia con indignación.

—No lo sé, lo único que sé es que yo nunca me planteé la maternidad hasta que conocí a Pili, me encantaría poder hacer que el mundo fuera menos doloroso para ella —añadió.

—¿Entonces por qué no le dicen que están juntos? —preguntó.

—Es todo muy reciente, muy complicado, Ali —murmuró la muchacha—. Lautaro no quiere que se ilusione y luego... ¿te imaginas? Otro corazón roto... sería demasiado para ella —afirmó—. Aún estamos conociéndonos y... no sabemos hacia dónde vamos.

Un salto al vacíoWhere stories live. Discover now