Capítulo 21 🎤

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Matías ingresó a la habitación bajo la atenta mirada de Gabriela, se acercó a ella y la saludó con un beso que ella quiso rechazar, pero no lo haría pues deseaba plantear la situación de una manera madura y concreta

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Matías ingresó a la habitación bajo la atenta mirada de Gabriela, se acercó a ella y la saludó con un beso que ella quiso rechazar, pero no lo haría pues deseaba plantear la situación de una manera madura y concreta.

—¿A qué se debe el honor de tu presencia? —inquirió el hombre.

—Pues, quería hablar contigo de algo...

—Dime...

—Matías —dijo ella y se sentó en una de las sillas del comedor—, ¿qué ha cambiado entre nosotros desde que estoy en Caya? —inquirió.

—Bueno... ya casi no tenemos relaciones sexuales —dijo con seguridad.

—¿Y qué más? —quiso saber ella.

—Bueno, nos vemos siempre... no sé qué más...

Gaby levantó las cejas con sorpresa.

—¿Qué nos une, Matías? ¿El sexo? ¿Mi carrera?

—No, tenemos una relación, Ágatha, ¿a qué viene todo esto? —inquirió.

—A que no nos une nada... Ya no tenemos nada de qué hablar a no ser que sea algo de mi carrera, pero para eso no necesitamos ser pareja, ¿no?

—¿Qué demonios dices? —exclamó con enfado.

—No me extrañas... ni yo a ti... No te hago falta, ni tú a mí —admitió—. No me gusta la persona temerosa que soy cuando estoy contigo, no me gusta que creas que te lo debo todo y que tienes derecho a decidir desde lo que como hasta mis deseos sexuales. Creo que ya no nos une nada, Matías, y pienso que debemos separarnos.

—¿Qué? —inquirió con curiosidad—. ¿Lo dices en serio?

—Ajá —murmuró—. Y por el sexo, vi por el visor que ya lo tienes cubierto, así que no creo que te haga falta —se animó a adelantar antes de que él hiciera un escándalo. Sabía que esa frase lo descolocaría.

—No puedes pretender mandarte a mudar así, negarme tu cuerpo y esperar que yo te sea fiel, Ágatha. Eres hermosa y todo, pero yo soy un hombre...

—Ahhh —dijo ella con ironía—, menos mal que lo aclaras, porque pensé que eras un animal... solo ellos no son capaces de controlar sus impulsos.

—¿Quieres terminar esto? —preguntó al fin.

—Ya no hay esto —dijo ella señalándolo a él y luego a ella—, ese es el problema.

Matías la observó por largo rato, en silencio, y luego preguntó.

—¿Y me despedirás? —inquirió.

Esa pregunta le recordó a Gaby lo que Lala le había dicho ya, era él quien dependía de ella y no al revés. Y al parecer, a él solo le preocupaba eso.

—No es mi intención —afirmó ella—, al menos no con la gira tan cerca —admitió—. Pero agradecería que llevaras tus cosas de mi casa... tienes toda la semana para hacerlo... ¡Ah! Y te pediría que no tuvieras más sexo con otras mujeres en mi cama —zanjó—, y por último... cuando nos veamos en los ensayos y reuniones, quiero que no olvides, que no eres mi dueño.

Un salto al vacíoWhere stories live. Discover now