Capítulo 38 🎤

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Lautaro sentía que algo no andaba bien y por más que intentaba tranquilizarse y creer en las palabras de Gabriela, no le parecía normal la manera en que había actuado desde que lo vio llegar hasta que se despidió de él y salió disparada del lugar

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Lautaro sentía que algo no andaba bien y por más que intentaba tranquilizarse y creer en las palabras de Gabriela, no le parecía normal la manera en que había actuado desde que lo vio llegar hasta que se despidió de él y salió disparada del lugar.

Era como si la Gabriela de Reyes no fuera la misma que él conocía allí. Trataba de pensar, de no desesperarse, de analizar la situación y darle vueltas, quizá sí lo amaba como decía, solo que... se había asustado por el gesto de él. O quizá se apresuró en ser tan sincero, quizás ella no estaba lista para hablar de una relación seria o de amor.

Intentó pasar la tarde concentrado en otra cosa, un antiguo compañero de colegio lo había encontrado en el supermercado y luego de ponerse al día en la vida de cada uno, le preguntó si no le gustaría trabajar con él en la escuela primaria privada que dirigía, le dijo que había una vacancia como profesor de música y quedaron en que Lautaro iría a verlo en la siguiente semana.

Enseñar música en escuelas no era lo que más le atraía, pero era cierto que tendría un sueldo fijo y algunos beneficios. Si era sincero, tocar en el hotel le había devuelto un poco de la magia que se había perdido, muchas personas lo felicitaban y hasta había conseguido una que otra oferta para tocar en bodas o eventos sociales.

Karen le había dicho que quizás era un buen momento para volver a plantearse aquellos sueños que abandonó en un cajón alguna vez, pero Lauty le recordó que ya no estaba solo y que Pilar era su prioridad.

—Si tú eres feliz, ella será feliz —dijo la muchacha aquella noche luego de haberlo ido a escuchar al hotel por primera vez, desde que había dejado la esquina casi ya no lo veía.

—Lo sé...

Lautaro aprovechó para contarle que tenía algo con Gabriela, algo que aún no definía, pero que la muchacha era especial para él. Karen no dijo nada, pero su silencio y la tristeza de su mirada le dio a Lautaro la pista de lo que estaba sintiendo, él no quería dañarla, pero consideraba importante darle aquella información.

—Espero que seas feliz al fin, te lo mereces —dijo entonces.

Pilar regresó de la escuela y le pidió que la ayudara con las tareas, él lo hizo solo para dejar de pensar en que la hora pasaba y no tenía noticias de Gaby, pero entonces recibió un mensaje en el cual ella le decía que no podría ir a verlo pues tenía que trabajar.

¿Trabajar?

Era cierto que los salones de belleza abrían hasta tarde los fines de semana, pero en todo el tiempo que la conocía, ella nunca canceló algo por tener que trabajar fuera de su horario normal, y aunque quería creer que no le mentía, algo en su interior lo alertaba, era como si una luz roja se prendiera para avisarle que algo no andaba bien y evitar que avanzara más. Podía ser solo su miedo a volver a sufrir, pero también podría ser una especie de intuición.

Estaba anocheciendo cuando el timbre comenzó a sonar, ese día no tenían clases pues ya iniciarían los exámenes, por lo que Lautaro había planeado una velada con Gaby que al parecer no se iba a dar. Pensó que sería Alicia, que venía para quedarse con Pili, aunque ya no tenía sentido que lo hiciera pues Gaby no iba a venir.

Un salto al vacíoWhere stories live. Discover now