Octubre doce del dos mil trece.
Eran cerca de las nueve de la noche y el frío aun no dejaba de hacerse presente en Madrid. A mediados de Octubre era algo difícil de pensar que el clima pudiera ser un poco cálido, ciertamente. En el departamento que Rubén compartía con su pareja no se escuchaba ni un solo ruido, ni siquiera la alarma que normalmente despertaba, a esa hora, al mayor de los dos para avisarle de un nuevo día. Absolutamente nada.
Miguel se había encargado de apagar el celular de su novio con la excusa mental de que este mismo necesitaba dormir un poco. Hacía días que el mayor no dormía demasiado, decir que descansaba diariamente unas cuatro horas era demasiado. Por eso mismo Miguel estaba ahí, simplemente observando a Rubén dormir, acostado a su lado. La sonrisa que tenía en esos momentos no era ciertamente normal, tan poco normal como la ternura que despertaba este chico en él. Si no fuera porque sabía que Ruben necesitaba dormir, probablemente, ya lo hubiera despertado a besos.
Se atrevió a molestarlo con caricias después de unos largos minutos de simplemente observar. Deslizó sus dedos repetidas veces por el cabello rubio oscuro del muchacho que descansaba usándolo como almohada justo antes de apretar una de sus mejillas con sutileza. Resultaba realmente encantador e irresistible el verlo así como para tener que resistirse a no tocarlo. Se tomaba sus pausas para repartir mimos en la mejilla ajena y el cabello del mismo, turnándose a elección propia por largos periodos. Y así se paso el tiempo hasta que el más delgado se removió en su puesto, asustando a aquel personaje que intentaba cuidar de sus sueños
El menor de los dos rio divertido al notar que el contrario solo se había acomodado para quedar más cerca de su cuerpo, abrazando su cintura con más fuerza. Joder, y después peleaba cuando le decía que era tierno. Tan hermoso, tan inocente, definitivamente tan suyo.
Después de unos minutos de comprobar que estuviera nuevamente dormido retomo sus caricias, paseándose esta vez también por la espalda desnuda del chico que había quedado descubierta hacía unos minutos. Desearía despertar así todos los días, con esa dulce persona de aroma floral a su lado. Con el amor de su vida a su cuidado.