Nene de la Rebelión

נכתב על ידי AlisonOropeza20

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Clarisse Okada ha despertado los poderes malignos del Pandemonio de Bagra y ha desatado la destrucción sobre... עוד

¡No tan rápido, saltamontes!
Anteriormente...
Capítulo I: En la Mansión Ashford
Capítulo II: Balas y Reencuentros
Capítulo III: La Historia del Área 11
Capítulo IV: Lloyd
¡Nos vemos en la FIL de Guadalajara!
Capítulo V: El Pendrive Misterioso
Capítulo VI: Formemos una Alianza
Capítulo VII: ¡Vamos al Digimundo!
Capítulo VIII: Tierra Dragón
Capítulo IX: La Historia de Taichi
Capítulo X: ¡Resiste, Taiki!
Capítulo XI: Flarerizamon
Capítulo XII: Una Nueva DigiXros - ¡Demonurumon Aparece!
¡Nos vemos en la FIL de Palacio de Minería!
Capítulo XIII: Un Golpe de Suerte
Capítulo XIV: El Ataque de Leviamon - ¡Defendamos a la Tierra Dragón!
Capítulo XV: El Mensaje de Clarisse
Capítulo XVI: Gamma
Capítulo XV: Los Secretos Ocultos de la Tierra Vampiro
Capítulo XVI: Te Necesito
Capítulo XVII: El Mensaje de BelleStarmon
Capítulo XVIII: ¡Un Disparo Milagroso!
Capítulo XIX: ¡Vamos al Castillo de NeoVamdemon!
Capítulo XX: El Siniestro Plan de Beelzebumon
Capítulo XXI: El Valor de Nuestra Amistad
Capítulo XXII: ¡DemonCrowkamon al Ataque! ¡Liberemos a la Tierra Vampiro!
Capítulo XXIII: Una Bienvenida Inesperada
Capítulo XXIV: Una Aparición Inesperada
Capítulo XXV: El Siniestro Plan de Belphemon y un Noble Sacrificio
Capítulo XXVI: Un Escape Exitoso - La Decisión de Belphemon
Capítulo XXVIII: Misión de Rescate
Capítulo XXVIII: ¡Es Hora de Digievolucionar!
Capítulo XXIX: Un Grito de Pureza y Valor
Capítulo XXX: Tentación Prohibida - ¡La Tierra Miel Será Nuestra!
Capítulo XXXI: Sigma
Capítulo XXXII: Artillería Pesada
Capítulo XXXIII: ¡Responde, Alfa!
Capítulo XXXIV: Nos Vemos Pronto + ¡Nos vemos en la FILCDMX!
Capítulo XXXV: Ataque en los Túneles
Capítulo XXXVI: El Ataque de Lilithmon - ¡Despierta, ShogunGekomon!
Capítulo XXXVII: La Drástica Decisión de Yuu
Capítulo XXXVIII: ¡Regresa, Airu!
Capítulo XXXIX: Los Ojos de Sigma + ¡Nos vemos en la FIL de Guadalajara!
Capítulo XL: ¡Ánimo, Airu!
Capítulo XLI: El Resurgir de Kiriha - ¡Resiste, Taiki!
Capítulo XLII: ¡Liberemos a la Tierra Cibernética!
Especial de San Valentín | Canción para un demonio
Capítulo XLIII: Los Juegos de Sephirotmon - ¿Dónde Estás, Takuya?
Capítulo XLIV: Primera Ronda - Meikramon Ataca
Capítulo XLV: La DigiMemory Corrompida
Capítulo XLVI: El Anciano Misterioso
Capítulo XLVII: El Secreto del Code Xros
Capítulo XLVIII : El Regreso de BelleStarmon
Capítulo XLIX: ¡Quiero Llegar al Último Nivel!
Capítulo L: El Rugido de Devikraomon - ¡Resiste, Takuya!
Capítulo LI: Beowolfmon VS Mervamon
Capítulo LII: El Mensaje de Minerva
Capítulo LIII: La Caída de Lucemon
Capítulo LIV: Bandos Divididos
Capítulo LV: La Señal Misteriosa
Capítulo LVI: Daemon
Capítulo LVII: La Caída de los Héroes
Capítulo LVIII: Corazones Destruidos y Horizontes Lluviosos
Especial de Halloween | Mi Salamandra
Capítulo LIX: Un Débil Rayo de Esperanza
¡Nos vemos en la FIL de Guadalajara!
Capítulo LX: Las Pruebas de Minerva - ¡Resiste, Entermon!
Capítulo LXI: La Revelación de Takuya
Capítulo LXII: ¡Ataca, Infermon!
Capítulo LXIII: La Caída del General
Capítulo LXIV: Victory Xros - El Surgimiento de GreyKnightmon
Capítulo LXV: La Corrupción de la Inocencia - ¡Vamos a la Tierra Brillo!
Capítulo LXVI: ¿Quién soy yo? - ¿Dónde está Ómicron?
Capítulo LXVII: La Ira del General Azul
Capítulo LXVIII: Conmigo, o en mi contra - La reunión de los Protectores
Capítulo LXIX: El aprendiz del aprendiz
Capítulo LXX: La reina Marianne y la caída del Protector
Capítulo LXXII: El Resurgimiento del Príncipe
Capítulo LXXIII: El Último Señor Demonio
Capítulo LXXIV: Hasta dar el último suspiro - ¡Derrotemos a Barbamon!
Capítulo LXXV: Razielmon
Capítulo LXXVI: Un Pacto del Corazón - ¡Vamos al Campo del Infierno!
Capítulo LXXVII : ¿De qué lado estás?
Capítulo LXXVIII : Ahora es tu turno
Capítulo LXXIX: El Principio del Fin
LXXX: Orange-kun

Capítulo LXXI: La despedida de Yuu

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נכתב על ידי AlisonOropeza20

     Cuando Yuu abrió los ojos, quiso decir que realmente se sentía revitalizado y listo para el siguiente encuentro. Sin embargo, llamó poderosamente su atención el hecho de que Nunally también estuviera de pie, mirando hacia un espacio vacío y con una mano sobre su corazón. El resto de sus amigos aún estaban sumergidos en los brazos de Morfeo. La única otra persona despierta alrededor era Yuujin, quien observaba al grupo entero con una mirada analítica.

—Nunally.

La voz de Yuu sobresaltó a la chica. Despertó también a Damemon, quien tardó unos segundos en recobrar la noción del tiempo y el espacio.

Nunally miró al muchacho. No supo decir en voz alta aquello que le molestaba. Sólo se negó a moverse de su sitio.

—Nunally, ¿qué pasa?

Ella titubeó. Labramon saltó al regazo de Yuu para llamar su atención.

—Está preocupada —dijo el cachorro—. Tagiru no está aquí.

—¿Qué...?

Yuu se levantó finalmente. Buscó a su mejor amigo entre los demás, sin poder encontrarlo. La angustia de Nunally fue en ascenso.

—Ese idiota... —dijo Yuu—. Seguramente fue a buscar problemas...

—Aonuma, Nene y mi hermano tampoco están aquí —dijo Nunally al fin.

Resuelto, Yuu tomó el Xros Loader para desplegar el mapa ante sus ojos. Intercambió una mirada con Yuujin cuando el muchacho se acercó a ellos para manipular el mapa, haciendo un acercamiento que sólo terminó de confirmar sus sospechas.

—Han ido al castillo—dame —dijo Damemon—. ¿En qué estaban pensando—dame?

—Ese idiota... —repitió Yuu—. Yuujin, tenemos que ir a detenerlos. No podemos entrar sólo así al castillo de Barbamon.

—Esperen.

Antes de que Yuujin pudiera responder, Nunally se levantó para unirse a ellos. Tomó con fuerza la mano de Yuu, para darle cierto énfasis a sus palabras.

—Yuu, por favor, quiero ir con ustedes. Tengo un muy mal presentimiento.

La determinación en su mirada fue idéntica a la de su hermano mayor.

El chico rubio miró a Yuujin de soslayo, a sabiendas de que no le quedaba más opción.

Lelouch nos matará por esto, pensó.

El anulador del Geass despedía una vibra oscura y peligrosa. Y en el rostro de Ómicron, lucía más letal que ninguna otra cosa. A pesar de que aquella chica se detuvo en seco ante ellos, no fue posible bajar la guardia. No fue posible tomarlo a la ligera. No tenía siquiera un Digivice en la mano que pudiera hacerla pasar por alguien con quien valdría la pena dialogar.

Nene quiso dar un paso hacia adelante. El brazo de Lelouch se extendió frente a ella para detenerla. Fue él quien avanzó, haciendo que Nene y Kiriha intercambiaran miradas.

—¿Quién eres tú? —exigió saber.

Silencio.

Ómicron inclinó la cabeza hacia un lado. El resplandor del anulador se intensificó, a pesar de que no lo disparó en ese momento.

Lelouch intentó una vez más.

—¡Responde!

Nada.

Kiriha frunció el entrecejo.

—Algo anda mal —dijo el general azul—. Puedo sentirlo.

—¿Ella es Ómicron en realidad? —dijo Nene escéptica.

Lelouch cambió su expresión. La gélida mirada de Zero fue más intensa que nunca.

—Es una trampa —dijo Zero.

Apuntó con su arma hacia la cabeza de Ómicron. Tiró del gatillo. La trampa quedó al descubierto con el campo de fuerza que brotó del anulador para bloquear la bala. Cayó, diminuta e inservible, a sus pies.

Lelouch bajó el arma. Siguió hablando con la voz de Zero.

—Es una enviada de esa mujer. Clarisse Okada.

—Pero, ¿por qué tiene un anulador? —dijo Nene.

—Creo que esa mujer que aparecía en la grabación es la respuesta —dijo Kiriha.

Lelouch se mantuvo en silencio.

Gracias a un pequeño ataque de su instinto, logró cubrir a Nene antes de que el golpe del anulador los alcanzara. Cayeron sobre Kiriha, y se arrastraron hacia afuera de la habitación. No pudieron cerrarla, sin importar que Kiriha dejó el Xros Loader sobre el sensor por unos segundos. Los movimientos de Rika para alcanzarlos fueron erráticos y aterradores. Un trance profundo que la condujo a tientas en la oscuridad, guiándose sólo por los resplandores que brotaban de los ojos de sus objetivos.

Subieron la escalera a trompicones. Lelouch tomó la mano de Nene para asegurarse de que no se quedaría atrás. Cuando llegaron a un pasillo mucho más amplio, donde pudieron ocultarse en la penumbra, Nene se preparó para recargar a Sparrowmon. Lelouch, sin embargo, sujetó su brazo para detenerla. Negó con la cabeza. Habló en voz baja, a pesar de saber que ni siquiera eso lograría ayudarlos a escapar.

—No servirá de nada —le dijo—. Si pudo bloquear una bala con el anulador, Sparrowmon tampoco nos será útil.

—Tenemos que quitarle el anulador, entonces —dijo Nene acalorada—, antes de que logre golpearnos con él.

—Yo me encargaré de eso —dijo Kiriha, decidido.

Tuvieron que lanzarse al suelo nuevamente, pues el resplandor llegó desde el umbral que llevaba a la escalera. El poder de la luz del anulador quedó bien claro cuando dejó un rastro oscuro a su paso en los muros. El mismo rastro que habría dejado una explosión, o algo excesivamente caliente.

Nene retrocedió con torpeza. Llevó a su amado y al general azul hacia un rincón especialmente oscuro. Con un dedo, les indicó que se mantuvieran en silencio. Vieron a Ómicron pasar ante ellos, esbozando esa expresión perdida y guiándose sólo por lo que podía ver a través del anulador. No decía una sola palabra. Ni siquiera parecía estar respirando. Y al verla de espaldas, quedó bastante claro que no era aquello que ellos hubieran querido.

La espalda de Ómicron estaba totalmente abierta. Era un abismo oscuro que se consumía en información corrompida, datos opacos y oscuros que se desprendían lentamente e iban hacia la esfera que se había formado en el punto donde debía estar su corazón.

Nene cubrió su boca con una mano al comprender que aquello que veían era lo más cercano a un zombie que encontrarían en el Mundo Digital. El cuerpo de Ómicron seguía funcionando gracias a la corrupción de la oscuridad, mientras su mente y su alma habían sido eliminadas hacía tiempo. Pensó entonces en todos aquellos que habían caído a manos de los enemigos. ¿Cuántos más habrían sufrido el mismo destino? ¿Los Protectores asesinados estarían en las mismas condiciones?

Su crisis fue demasiado evidente para Kiriha. El muchacho posó una mano sobre el hombro de la chica para asegurarse de que no perdería el control. Lelouch, por otra parte, sólo mantuvo su mirada fija en el enemigo para asegurarse de que su estrategia sería exitosa. Un señuelo que podría funcionar, si tan sólo hubiera tenido la oportunidad de decirlo en voz alta.

Ómicron se detuvo en seco. Miró en todas direcciones. En la oscuridad, el anulador era mucho más aterrador, como si eso hubiera sido posible. Lelouch contuvo su respiración antes de llevar a cabo su plan. Disparó el Geass para que el resplandor llamara la atención de Ómicron. Acto seguido, miró a Kiriha con firmeza. El chico rubio logró entenderlo a la perfección. Corrió hacia Ómicron para someterla, e intentó arrancarle la máscara sin conseguirlo. Con un golpe en la barbilla y una patada en la entrepierna, la Protectora caída se libró del general azul. Fijó su sádica y vacía mirada en los portadores del Ojo del Rey, y disparó el anulador tantas veces como pudo. Nene y Lelouch se tomaron de las manos para echar a correr por unos segundos, ganando la distancia suficiente para que Nene pudiera colocarse al frente y disparar su poder.

Ómicron logró quedar congelada por unos segundos. Nene se dobló de dolor en el suelo. Cubrió su ojo con una mano, pensando por un segundo que el anulador la había golpeado. Sin embargo, se sintió dichosa cuando se percató de que la sangre no brotaba de su ojo. Apenas pudo levantarse, con la respiración agitada.

Kiriha no se dejó vencer. Consiguió levantarse también para tratar de someter a Ómicron. No pudo quitarle el anulador, a pesar de que tiró de él con tanta fuerza como para arrancarle la piel del rostro. Cuando el efecto del Geass pasó, Kiriha cayó al recibir otro golpe. La fuerza de Ómicron era excesiva. No era humana, en absoluto.

Disparó de nuevo el anulador. Por un impulso, Nene se cubrió al levantar el Xros Loader y exclamar:

—¡Reload, Sparrowmon!

Al grito del Random Lasser, Sparrowmon brotó del Xros Loader para contrarrestar el anulador. Uno a uno, los disparos de Ómicron se toparon con la técnica de Sparrowmon, mientras Nene seguía retrocediendo. Kiriha pretendía atacar por la espalda también, a pesar de que Ómicron lo sacaba del camino cada vez que tenía la oportunidad.

Es imposible derrotar al anulador, pensó Zero velozmente. Si golpea a Nene, o me golpea a mí... Pero, ¿cómo podemos quitárselo, si ella no es...?

La iluminación llegó a él repentinamente.

—¡Su espalda, Sparrowmon! —exclamó.

—¡A la orden!

El Random Lasser fue a la carga una vez más, con mucha más fuerza que nunca. Los disparos perdidos de ambas fuerzas iban a impactarse contra los muros, arruinando por completo los circuitos que mantenían en funcionamiento el nivel del refugio en el que se encontraban. Un disparo logró conectar con su destino. Ómicron se dobló de dolor por unos segundos. Los Datos corrompidos brotaron con más fuerza. Kiriha quiso ir de nuevo a la carga. Se detuvo en seco cuando vio el resplandor del anulador ante sus ojos. Escuchó el sonido de la energía que salió disparada...

Cayó al suelo. Un cuerpo chocó contra el suyo. Tardó en recuperarse apenas unos segundos. Pudo ver a Nene en el suelo también, sin entender por qué era que la chica parecía querer ir a gatas hacia ellos.

Ante él, estaba el príncipe exiliado. Sosteniéndose con las piernas separadas, ligeramente encorvado, y con la respiración agitada. Cubriendo su ojo con una mano que no pudo evitar que las gotas diminutas de sangre cayeran a sus pies.

Kiriha no pudo creerlo.

Y el horror se reflejó en la mirada de Nene y Sparrowmon cuando Lelouch se desplomó en el suelo.

El anulador lo golpeó una vez más.

El estruendo que llegaba desde el nivel inferior donde sucedía la batalla logró despertar a quienes seguían en el mundo de los sueños. El aturdimiento que precede a despertar de golpe no les dejó atar cabos a la velocidad que ellos hubieran querido. Dos impactos más, y un par de grietas abriéndose en las paredes, bastaron para alertarlos.

—¿Nos están atacando? —dijo Akari.

Kira negó con la cabeza. Se levantó a la par de Takuya y Zoe para ir hacia la puerta. Giraron sobre sus talones para percatarse de que el grupo estaba incompleto.

—¿Dónde están Tagiru, Yuu, Haru, Yuujin, Airu y Nunally?

La mención a Nunally hizo que el sentido de alerta se despertara en Milly y Suzaku. Ambos se levantaron también, sabiendo que de ninguna manera saldría nada bueno si la chica volvía con un solo rasguño.

—Les dije que era una mala idea dejar que Shinkai saliera con Mochizuki —se quejó Katsura—. Juro que cuando vea a Yagami, haré que ese infeliz...

—No es tiempo para eso —dijo Kira.

Acentuó sus palabras al desplegar el mapa ante sus amigos. Para todos fue impactante ver que tantas señales habían cambiado. Los puntos rojos que señalaban a los enemigos ya habían desaparecido. El resto se congregaba solamente dentro del castillo de Barbamon y sus dominios cercanos. Quedaban dos de ellos ante las señales amigas que habían formado una tierra de nadie para enfrentarlos. Otra señal del Xros Heart corría hacia ellos. Y quienes no estaban en el dormitorio, peleaban contra una señal enemiga dentro del refugio.

La ausencia de una de las tres señales de los Protectores no fue una sorpresa para nadie.

—Tenemos que movernos ya —decidió Kira—. Takuya, tú lleva a los demás al castillo de Barbamon. Yo iré con Katsura abajo.

Nadie más tuvo la intención de buscar excusas para retrasar lo inevitable. Salieron en tropel de la habitación, mientras Akari se detenía para mirar a Taiki en la cama. No pudo hacer nada para evitar que sus amigos siguieran con su camino. Dorulumon y Shoutmon permanecieron a su lado, sin importarles en absoluto que se quedara sola en ese lugar.

Akari suspiró. Miró a Taiki, quien no parecía notar el estruendo que ocurría abajo.

Esto no puede seguir así, pensó.

Sus amigos la necesitaban. Necesitaban al general rojo, que no podía pasar un segundo más convaleciendo. Nadie podía cuidar a un amigo convaleciente estando aún en los dominios del último Señor Demonio. Si algo sucedía en el exterior a causa de su ausencia, nunca podría perdonarse a sí misma.

Esa fue la idea que se apoderó de ella, y la llevó hacia la cama de Taiki para inclinarse sobre él y acariciar su rostro con delicadeza. Shoutmon suspiró con resignación.

—Eso no funcionará —dijo—. Está totalmente fuera de combate.

—Pero no puede seguir así —dijo Dorulumon, como si hubiera leído los pensamientos de su compañera—. Taiki es indispensable. No venceremos a Barbamon sin él, de ninguna manera.

—Me encantaría que eso bastara para que él abriera los ojos —dijo Shoutmon—, pero tenemos que ser realistas.

—No lo hemos perdido todavía —intervino Akari—. Confíen en mí.

Dicho aquello, tomó el Xros Loader anaranjado. Se inclinó un poco más sobre Taiki, pensando en voz alta sin importarle lo que Shoutmon o Dorulumon pudieran pensar al escucharla.

—Taiki, no puedes seguir así. No puedes seguir lejos de nosotros. Debes estar aterrado. Lo que Yagami hizo con Cutemon te convirtió en... esto. Y no podemos permitir que caigas en lo más profundo sólo por un... error... en la digitalización, o lo que sea... Sé quién eres. Fuera de este mundo, serás por siempre Taiki Kudou. Eso no podrá cambiarlo nadie. Sé que estarás bien...

Suspiró. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Tomó con fuerza las manos de su amado, antes de continuar.

—Te necesito, Taiki. No puedo ser fuerte, sin ti. No importa si en este momento no puedes recordar nada... Porque yo estoy aquí, contigo.

Le dio un apretón mucho más fuerte. Sus lágrimas brotaron al mismo tiempo que la Luz Sagrada iluminó al muchacho, brotando del Xros Loader y dejando deslumbrados a Shoutmon y Dorulumon.

Sorprendida, Akari se apartó. Miró el Xros Loader por una fracción de segundo, en la que Taiki soltó un quejido antes de abrir los ojos.

—Taiki...

El chico miró a la pelirroja por una fracción de segundo.

Ella sonrió. Él sintió que su corazón se aceleraba.

La burbuja se rompió cuando Shoutmon saltó para atrapar al general en un fuerte abrazo que hizo sonreír al muchacho.

—¡Mi general! —Exclamó el Digimon King—. ¡Creí que nunca despertarías!

Y, para su sorpresa, Taiki devolvió el abrazo por un segundo, antes de quebrarse y correr hacia Akari para sentirse reconfortado entre sus brazos. La chica devolvió el abrazo, y con mucha más fuerza cuando Taiki le dijo todo aquello que había visto en el mundo onírico que lo había torturado.

Existen cosas que es mejor no experimentar, mucho menos a través de los ojos de nuestros seres amados.

El Glanz Gazer de Globemon eliminó también a NeoDevimon al cabo de unos segundos. No le dio tiempo siquiera de monologar. Acto seguido, Haru fue hacia sus compañeros para asegurarse de que todo estaba bajo control. Se llenó de más confianza al compartir una mirada con Tagiru. Se alegró al saber que Meiko no estaba herida de gravedad.

La voz de Taichi no tardó en convertirse en una molestia estridente.

—¡Nadie te ha pedido que intervengas, Shinkai! ¡Pudiste haber llegado antes!

Inseguro, Haru dio un paso hacia atrás. Taichi de pronto se convirtió en una fiera.

—¡Oye! ¡Apártate de él!

Tagiru intervino. Dejó a Meiko a un lado para interponerse en la tierra de nadie. Mantuvo a raya a Taichi dándole un empujón que sólo logró enfurecerlo mucho más.

—¡No me digas lo que tengo que hacer, Akashi! —Atacó Taichi—. ¡Si ustedes hubieran llegado antes, Sigma no estaría muerto!

—¡Nosotros no tuvimos la culpa de nada! —Respondió Tagiru—. ¿En qué diablos pensabas tú cuando decidiste venir a entrar al castillo de Barbamon? ¡Es una misión suicida! ¡Sabías lo que podría pasar!

—Lo teníamos todo bajo control, ¡pero si ustedes hubieran llegado antes...!

—¡Si nosotros hubiéramos llegado antes, te habrías quedado con el mérito después de que nosotros limpiáramos el camino por ti!

—¡Esto no te incumbe, Akashi! ¡Shinkai debió venir con nosotros desde el principio!

—¡Eso lo dices sólo porque ya has visto el alcance que tiene el poder de Globemon! ¡Si no hubieras visto eso, ni siquiera te habría importado!

—¡Ya basta, por favor! ¡Dejen de discutir!

Haru tuvo que correr hacia ellos para tomar a Tagiru por el hombro y hacerlo callar. Taichi dio un paso hacia atrás, sólo con la respiración agitada y deseando que Meiko se moviera también.

—Esto no se resolverá así —continuó Haru, antes de que cualquiera de los dos pudiera seguir discutiendo—. Por favor, tenemos que ser un equipo. Lo único que importa en este momento es que llegamos a tiempo, antes de que pasara una tragedia.

—Sí, si a eso le llamas que Meikuumon y AeroVeedramon están heridos... —se quejó Tagiru.

—Ya podremos encargarnos de esto después —dijo Haru—. Volvamos con los demás.

—Ya es tarde para eso —intervino Taichi de mala gana, antes de que Meiko pudiera dar su opinión—. Cualquier cosa que hagamos ahora, dejará nuestra posición comprometida ante Barbamon. No podemos ir a ningún otro sitio, que no sea su maldito castillo.

—Si no ha hecho nada por exterminarnos, debe ser porque dentro de ese lugar nos espera algo mucho peor —espetó Tagiru—. ¿Es que no lo entiendes?

—Y tú, ¿no has entendido que no deberías meterte conmigo, Akashi?

Haru tuvo que sujetar a Tagiru, antes de que el muchacho se lanzara al cuello del líder de los Protectores. Lo único que fue capaz de romper la tensión, en la que Meiko decidió simplemente no intervenir, fue aquella voz que llegó desde la lejanía.

—¡Oigan! ¿¡Qué diablos hacen aquí!?

Tagiru suspiró y sonrió al darse cuenta de que Yuu había encontrado la forma de llegar a tiempo. Un Xros Up entre Labramon y Tswarmon les dio la capacidad para recorrer grandes distancias, a pesar de que la unión se rompió tan pronto como la creación se detuvo. Al instante, los reclamos fueron en otra dirección.

—¡Yuu! ¡Eres un imbécil!

Nunally sonrió cuando Tagiru corrió hacia ella. Yuu fulminó al muchacho con la mirada.

—¡Cierra la boca, idiota! —Respondió Yuu—. ¡Ella quiso venir, y no lo habría hecho si tú te hubieras quedado en el refugio!

—¡Yuujin!

Tagiru no pudo responder, gracias a que Haru corrió también hacia el chico pelirrojo. La exasperación de Yuu, sin embargo, no disminuyó. Se convirtió en ira cuando la voz de Taichi volvió a escucharse.

—Ahora vienen más de esos inútiles... ¡Y han traído a uno de esos parásitos!

—¡No te atrevas a hablar así de Nunally! —estallaron Tagiru y Yuu a la vez.

Ambos se fulminaron con la mirada al coincidir con sus palabras. Se cruzaron de brazos. Nunally sólo siguió sonriendo sólo por un segundo, hasta que una voz más se unió a la tertulia.

—¡Chicos! ¡Esperen...!

Yuu dejó la ira a un lado cuando reconoció la voz. Corrió hacia la chica rubia que tropezó al tratar de alcanzarlos. Le dio una mano a Airu para ayudarla a levantarse, mientras Taichi ponía los ojos en blanco y seguía despotricando en voz baja.

—Airu, ¿qué diablos haces aquí? —se quejó Yuu.

—Díganmelo ustedes —reclamó Airu—. ¡Los estuve siguiendo desde que salieron del refugio!

—Bueno, esto sí que es maravilloso... —se quejó Taichi—. Dos parásitos, dos lamesuelas de Kudou, un traidor y un... raro anormal que parece que quiere devorar con la mirada a Shinkai. ¿Alguien más hace falta aquí?

—Airu y Nunally son nuestras compañeras —dijo Haru—. Ustedes también pueden serlo, Taichi. Si quisieras escucharme...

—¡No tengo nada que escuchar de ti, Shinkai!

Taichi pudo haberse lanzado sobre el muchacho, como un toro embravecido. Yuujin se preparó para defender al muchacho, aunque todo tuvo que detenerse al instante cuando un sonido se propagó a través de los aires. Nadie supo darle un nombre, ni asociarlo con ninguna figura. Sólo supieron apiñarse en un solo grupo, protegiéndose unos a otros y aferrándose con fuerza a aquello que tenían para defenderse. Globemon y Arresterdramon se prepararon para emprender el vuelo, pues el suelo comenzó a cuartearse debajo de sus pies.

La tierra tembló con tanta fuerza, que la zanja se abrió gracias a que los Datos comenzaron a desprenderse del terreno. El vacío se abrió debajo de ellos, arrastrándolos hacia el abismo oscuro del que parecía que no habría salida. A pesar de que Taichi intentó tomar la mano de Meiko, no pudieron resistirse ante la fuerza de gravedad, o algo más siniestro que siguió tirando de ellos y que arrancó todas las Digievoluciones que igualmente no servirían de nada. Haru se resguardó en los brazos de Yuujin, aunque ni siquiera eso fue suficiente. Nunally no pudo seguir aferrándose al borde que desapareció. Cayó hacia lo más profundo sin poder gritar siquiera. Tagiru decidió sacrificarse y dejarse caer, con tal de alcanzarla y tomarla entre sus brazos.

Airu y Yuu siguieron retrocediendo con sorpresa por un segundo, hasta que Yuu escuchó los gritos de Damemon. Una fuerza desconocida se apoderó de él, obligándolo a tomar a Airu con fuerza por ambos brazos. El horror se reflejó en los ojos de la chica.

—¡Vete, Airu!

—No... No, Yuu, no puedo... No voy a...

—¡Vete! ¡Ve con los demás, y aléjate de aquí!

—Pero... ¡Yuu...!

—¡Estaré bien! ¡Lo prometo! ¡Confía en mí!

Atrajo a la chica hacia su cuerpo para abrazarla con fuerza hacia su cuerpo, susurrando un par de palabras que contrajeron las pupilas de Airu. Acto seguido, la lanzó con tanta fuerza como pudo para alejarla del borde que seguía desapareciendo. Retrocedió para saltar, y se concentró solamente en sumergirse en el abismo que pronto comenzó a cerrarse nuevamente.

Airu rodó sobre sí misma. Sus piernas quedaron llenas de heridas gracias al suelo árido. Y a pesar de ello, volvió a arrastrarse, persiguiendo el borde del terreno que siguió cerrándose ante sus ojos. No pudo escuchar la voz de Yuu por debajo de la tierra, y sintió que su corazón se estrujaba por un segundo. Se deshizo exclamando el nombre del chico a voz en cuello.

En el castillo siniestro, Barbamon sonrió.

Su golpe maestro había sido sencillamente exitoso. Quedaba por dar inicio a la siguiente fase del plan.

>SC

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