Capítulo LXXII: El Resurgimiento del Príncipe

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¡Hey, hola! Quiero pedirles una disculpa. Éste capítulo debía tratar de la batalla contra Barbamon y tenía que ser épico e inmenso, incluía también lo que van a leer a continuación y otras cosas. Pero no me he sentido bien emocionalmente en estos días, y no quería quedarme sin actualizar esta semana. Les prometo por todo lo sagrado que el próximo capítulo lo compensará. ¡Espero que lo disfruten!

     Lelouch abrió los ojos, esperando encontrarse de nuevo en el oscuro pasillo del refugio de Ómicron. Una parte de él ya esperaba encontrar la deslumbrante luz blanca que lo cegó al despertar. No le sorprendió de ninguna manera. Sólo se incorporó lentamente, preguntándose cuánto tiempo había pasado en realidad. No tenía idea de dónde estaba. Sólo podía estar seguro de que aún estaba con vida. Escuchaba la voz de su amada a lo lejos, llamándolo con desesperación. Podía sentir su tacto sobre sus mejillas y los apretones de sus manos, pero ella no estaba ahí. No había nada ni nadie más en la atmósfera blanca, cegadora e inmensa.

Su ojo aún sangraba. No tenía idea de si el Geass seguía activado o no, pero el ardor incluso parecía haber aumentado.

Su corazón dio un vuelco diminuto cuando pudo escuchar aquella voz a sus espaldas.

—Lelouch.

Se giró lentamente. La presencia de aquella mujer de cabello verde no pudo reconfortarlo de ninguna manera. Muy en el fondo estaba enteramente seguro de que no se trataba de la verdadera CC.

Aunque hubiera sido así, el tono de su voz habría sido exactamente igual. El de Zero.

—¿Qué haces aquí?

La expresión indiferente de CC era auténtica. Perfecta para ser puesta en duda.

—Me necesitas —respondió.

Sus voces se propagaban con un eco espectral que podría haber sido abrumador. Lelouch se mantuvo firme. No dio un solo paso hacia ella. La mujer tampoco se movió. Una corriente de aire llegó desde algún sitio para apartar el flequillo de CC y dejar al descubierto el Geass en su frente. Lelouch volvió a preguntarse si acaso el suyo seguía activado o no.

Habló de nuevo, sin mudar el tono de su voz.

—¿Quién eres?

CC se mantuvo de la misma manera.

—Una mensajera.

—¿Quién te envía? ¿Por qué estás aquí?

Como respuesta, CC levantó la mirada. La voz de Nene seguía escuchándose a lo lejos. Llamaba el nombre del príncipe con insistencia, firmeza, y una pequeña pizca de desesperación. Suspiró. Miró de nuevo a Lelouch.

—Alguien que necesita que sepas la verdad.

—Sea cual sea la verdad, me niego a aceptarla si eso no explica qué es lo que ha pasado conmigo.

—El destino te ha llevado por un camino que tal vez no debiste tomar, Lelouch Vi Britannia.

—¿Cómo es que sabes mi verdadero nombre?

—Sé todo lo necesario. No debes temer, ni debes pensar que corres peligro.

—No creo eso. Sólo estoy seguro de que no te envía Minerva.

CC asintió.

—No soy una enviada de este mundo extraño, Lelouch Vi Britannia. Pero sí sé quién eres, y estoy al tanto del contrato que hiciste para obtener el poder que llevas en el ojo. El mismo poder que has aprendido a controlar, y que en este momento representa tanto para tus compañeros y para el destino de ambos mundos.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now