Capítulo XLV: La DigiMemory Corrompida

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     Sephirotmon era mucho más grande de lo que la mayoría de los miembros del grupo imaginaba. Sólo Zoe y Yuu tenían una idea de lo imponente que era el enemigo. Luciendo en su horrido esplendor, la bestia levitaba sobre uno de los agujeros que se tragaban las aguas doradas. Las islas evadían al monstruo, moviéndose alrededor de él sin acercarse demasiado. El monstruo parecía ser un centro de gravedad que formaba un círculo perfecto con el movimiento de las islas. Al aterrizar en una de ellas, y notando al instante ese detalle, Zero entró de nuevo en acción.

—Si volamos hacia ese Digimon, lo alertaremos y podría querer atacarnos. Necesitamos acercarnos de otra manera.

—Déjamelo a mí —dijo Zephyrmon antes de que Nene buscara ayuda en el arsenal de Lloyd.

La guerrera se elevó y creó una potente corriente de aire que llevó consigo tantas rocas como pudo. Un camino se formó, suspendido por la corriente que se mantuvo debajo de él.

El grupo entero lo celebró.

—Con eso bastará —dijo Nene—. Bien hecho, Zephyrmon.

—Nosotros esperaremos aquí, entonces —dijo Akari, que llevaba a Cutemon en brazos para estar lista y actuar en el momento adecuado—. Seguramente el camino de piedra desaparecerá cuando Zephyrmon se vaya.

—Sí —respondió la aludida—. Pero ustedes no lo necesitarán, y estoy segura de que Tagiru y los demás encontrarán una manera de acercarse al primer ojo.

—Mientras tanto —dijo Zero—, Oggi se quedará con ustedes. Con el arsenal que hay en el Xros Loader de Hinomoto podrán usar cualquier Knightmare.

—Entonces, esto es una despedida temporal —dijo Mimi.

—Al menos, hasta que Diethard se reúna con nosotros —concluyó Oggi.

—Hasta entonces, crucemos los dedos y esperemos que no sea necesario pelear aquí afuera —dijo Dorulumon.

—Si eso sucede, Zero —dijo Akari—, nosotros cuidaremos a tu hermana.

—Lo sé —respondió él.

Sin embargo, Nunally fue incapaz de permanecer en silencio y aceptar su destino.

Dando un paso al frente, la chica intervino.

—Hermano, quiero ir contigo.

Lelouch ocupó el lugar de Zero en el rostro del muchacho moreno. Se acercó a su hermana para tomar sus manos como lo había hecho en tantas ocasiones cuando ella permanecía postrada en la silla. Esos tiempos parecían tan lejanos y difusos como un mal sueño.

—No —dijo él—. Nunally, no sabemos lo que encontraremos ahí.

—Pero, hermano...

—No podía dejarte en ese barco, con esos sujetos que desconfían de nosotros. Pero tampoco puedo permitir que entres en ese monstruo.

—Quiero ayudarte.

—Muchos saldrán heridos de la batalla que nos espera ahí adentro. Cutemon no podrá lidiar con todo. Aquí abajo te necesitan más.

— ¿Y qué pasa si alguien nos ataca?

—Oggi te cuidará. Estarás bien.

Oggi tragó saliva al escuchar la amenaza implícita, oculta detrás de esa voz gentil.

—Hermano, prométeme que todo estará bien. Que Nene y tú saldrán con vida de ese monstruo.

Lelouch sonrió.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now