Capítulo XXXVIII: ¡Regresa, Airu!

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     El sonido de la detonación llenó cada rincón de la cámara, propagándose como un eco que llegó hasta los pasillos en los que no causó revuelo, pues los vigilantes ya habían recibido órdenes de no interferir de ninguna manera. La respiración de Taiki se detuvo al sentir el calor de la bala rozando contra su oreja. Impulsivamente, llevó una mano hacia ese punto sólo para darse cuenta de que no había recibido daño alguno. Shoutmon cayó al suelo, reuniendo apenas la energía suficiente para levantar un poco la cabeza y observar, gratamente sorprendido, que la muñeca de Lilithmon había sido perforada por la bala. Incluso la mujer demonio miraba la herida sin poder creerlo, y sin poder reaccionar aún ante el dolor tan intenso que emanaba del diminuto pero letal agujero. De los bordes de la herida emanaban las distorsiones que se esparcían hacia sus dedos y hacia el resto de su brazo. No había partículas brillantes desprendiéndose de ella, y en lugar de eso sentía sólo las oleadas del ardor corrosivo. Llamó a su autocontrol para evitar estallar en el alarido que realmente quería soltar. Se giró finalmente, fijando su mirada en el mismo punto que Taiki siguió con sus propios ojos.

Fue verdaderamente sorprendente ver a Lelouch levantarse, sin bajar el arma ni retirar su dedo de encima del gatillo. Habría colocado su otra mano sobre la puñalada que aún tenía en su estómago, si aquello n hubiese significado una rotunda muestra de debilidad. La inconfundible expresión de Zero hacía juego con el Geass especialmente brillante, que parecía estar reaccionando ante la ira de u portador.

Impactada, Lilithmon no pudo hacer más que cubrir la herida con la mano contraria, mientras Lelouch avanzaba para situarse frente al general y al Digimon King.

Lo que para todos duró una eternidad, fue tan sólo cosa de un par de segundos.

Al escuchar las sonoras quejas de Lilithmon, Taiki y Shoutmon encontraron la fuerza para levantarse. La voluntad del Digimon King era mucho más fuerte que el dolor de cualquier golpe.

— ¿Qué diablos me has hecho? —Reclamó la mujer con voz aguda—. ¿Quién diablos eres tú?

Zero se negó rotundamente a borrar su expresión fría, intimidante e impenetrable.

—No necesito responder a algo que tú ya sabes —dijo él con valentía—. El retrato de mi familia está en esta cámara, y quiero saber la razón.

Aquello encendió una luz en la mente de Taiki, que comenzó a trabajar a gran velocidad. Buscó con una mirada veloz el mencionado retrato, quedándose sin habla al descubrir que Lelouch estaba en lo cierto. Le fue sencillo al general atar cabos, y por un momento se preguntó si acaso Lelouch ya había comprendido lo mismo que él. Supo al instante que así era, y que el interrogatorio a Lilithmon se debía únicamente a su deseo de corroborar lo que cualquiera hubiera deseado que fuese una mentira.

Lilithmon, respirando trabajosamente a causa de su ira, decidió responder con evasivas.

—Así que todos tenían razón sobre ti... —dijo ella—. Te crees con el derecho para venir a nuestro mundo y pelear contra nosotros como si fuésemos iguales.

—Evidentemente, no soy como ustedes —respondió Zero—. Pero de igual manera, no estoy aquí para monologar.

Tiró del gatillo sin pensarlo dos veces, haciendo que Lilitmon tuviera que saltar para esquivar la bala que pudo haber aniquilado sus Datos por completo. Lelouch aprovechó el momento para indicarle a Taiki con un ademán de la mano que corriera junto con Shoutmon hacia la salida. El general asintió y abrió la puerta con ayuda de su Xros Loader, al mismo tiempo que Shoutmon disparó su Rowdy Rocker para sacar a Nina del camino antes de que la chica pudiese hacer algún movimiento. Lelouch disparó tres veces más, sin lograr dar con el blanco, y decidió seguir finalmente a sus compañeros para que Taiki pudiese retirar su Xros Loader del sensor. Estando al otro lado de la puerta, Taiki se rezagó un poco para observar la puerta desde todos los ángulos posibles.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now