Capítulo XIV: El Ataque de Leviamon - ¡Defendamos a la Tierra Dragón!

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¡Hey, hola! La canción que les dejo en Multimedia deben escucharla cuando casi al final del capitulo se menciona el rayo multicolor. Si no pueden ver el video, les digo que la canción es Re-Fly de Kouji Wada. ¡Que lo disfruten!

     Kira fue la primera en caer al suelo luego de que el repentino terremoto hiciera estallar toda la superficie sobre la que se encontraba el grupo de combatientes. Su cabeza resintió el golpe al impactarse contra un grupo de pequeñas rocas. Al incorporarse nuevamente, Kira dejó al descubierto que su mejilla derecha estaba cubierta de pequeñas heridas que destilaban algunas minúsculas gotas de sangre. A su lado yacía Nene, quien no podía dejar de cubrir con una mano el ojo donde portaba el Geass. Aunque no lo había usado aún, el dolor parecía canalizarse justamente en ese punto, abandonado al resto de las partes de su cuerpo.

Leviamon esperó a comprobar que todos los miembros del grupo estuviesen de pie. Vio con sus propios ojos el momento en el que Akari intentaba levantarse, lidiando con el dolor de n hombro dislocado, sólo para ayudar a que Taiki pudiese mantener el equilibrio. Tagiru y Yuu tuvieron que esforzarse mucho más, pero finalmente consiguieron mantenerse de pie. Todos ellos, tras asegurarse de que sus Digimon estuviesen en perfectas condiciones, se prepararon para luchar. Levantaron de nuevo sus dispositivos en alto, desatando así la risa monstruosa y gélida de Leviamon.

Era un sonido que helaba la sangre.

—Así que son ustedes quienes han tenido el atrevimiento de venir a perturbar mis dominios —habló la bestia con una voz mil veces peor—. Los legendarios DigiDestinados.

—Te equivocas —dijo Kira con valentía, con esa osadía que sólo ella era capaz de utilizar—. ¡Hemos venido aquí para destruirte!

Leviamon rió por toda respuesta. El suelo volvió a moverse debajo de los pies del grupo de valientes guerreros, anunciando la próxima llegada de un segundo terremoto.

—Los humanos débiles e insignificantes como ustedes no pueden derrotarme —se regodeó la bestia—. Los DigiDestinados no son más que simples peones que se mueven bajo la voluntad de las fuerzas más grandes del Mundo Digital. Son nuestros títeres. Nuestros esclavos. Fueron creados por las fuerzas que rigen nuestro mundo, y pueden ser eliminados por esos mismos poderes.

—No cabe duda —respondió Kira altaneramente—. No eres más que un villano de pacotilla. Un monstruo que únicamente puede sentirse superior jactándose de poseer poderes inimaginables, sin tener el valor suficiente para atacarnos y demostrarlo con hechos. Los sujetos como tú me asquean.

Leviamon miró a la chica con auténtico desprecio. Como respuesta, movió una de sus dos colas para tomar a Kira por la cintura y elevarla del suelo hasta que pudo situarla frente a él. Akari tuvo que atrapar a Cheepmon para evitar que el pequeño Digimon emplumado interviniese. Nene hizo otro tanto, colocando una mano sobre el hombro de Taiki para impedir que él diera la orden de atacar. Era imposible intervenir en ese momento, pues la expresión que Kira esbozaba demostraba que ella tenía un as oculto bajo la manga. No estaba aterrada, ni mucho menos. Su determinación desbordaba de cada poro de su piel. Estaba totalmente indispuesta a permitir que Leviamon la derrotara.

—Parece que no lo has entendido aún, niña —dijo Leviamon—. ¿Quién eres tú? ¿Por qué crees que puedes hablarme como si fuéramos iguales?

Y Kira, haciendo gala de esa actitud tan suya, respondió:

—Soy Kira Yagami. La hija de uno de los siete Héroes Legendarios. Y tú no volverás a causar desgracias en la Tierra Dragón.

La chica levantó entonces su DigiLector para invocar a los poderes de la Luz Sagrada que cegaron a Leviamon e hicieron que la chica cayera al vacío. De alguna manera, ella consiguió aterrizar sin problema alguno. Los rugidos y alaridos que soltaba Leviamon al estar siendo atacado por esas fuerzas divinas alertaron a quienes esperaban para empezar a luchar. Kira sacudió el polvo de sus manos e intentó dar instrucciones a sus compañeros. Y lo habría conseguido, de no ser por el repentino ataque de Leviamon.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now