Maddie
Escribo en el ordenador algunas de las idea que ya tenemos para la boda. Hace una hora que he llegado a casa y, desde entonces, no me he separado del ordenador. Hay tantas páginas web que visitar, fotos de restaurantes, de vestidos, programas para elaborar las invitaciones, ideas para los regalos de los invitados...
La puerta de casa se abre, y entra el torbellino de mi amiga.
-¡Maddie! - exclama cerrando la puerta. -Pensé que volverías a la tienda. ¡Estoy que me muero! ¡No puedo creer que estés planeando la boda de la hermana de Johnny Blake! - exclama dando vueltas por toda la cocina. -¡Es una gran oportunidad para nosotras! Vamos a salir en todas las revistas y páginas web del país.
Para un momento para servirse una taza de café.
-¡Wow! - me mira. -Lo has conseguido.
-Hay un "pero"
-¿Un "pero"?
-Le he prometido que no vamos a utilizar su nombre para hacer publicidad. - confieso.
Isabelle deja la taza de café en la encimera de la cocina. Se apoya con una mano en el mármol, y se lleva la otra mano en la cintura.
-¿Y por qué has hecho eso?
Sabía que esta parte del trato iba a enfadar a mi amiga.
-No quiero que piense que lo estamos utilizando. - me excuso.
-Pero estamos utilizándolo. - dice. -Así son los negocios.
-Lo siento, pero ahora no puedo seguir hablando de esto. - vuelvo a fijar mi atención en la pantalla del ordenador. -Hey, vamos a ganar dinero para salvar la tienda.
-¿Cuánto dinero? - avanza hacia mí con la taza.
-No he elaborado un presupuesto exacto aún.
-Maddie. - suspira.
-Quería ver lo que deciden primero.
-Deberías ver cúanto dinero tienen, y es mucho.
-Yo me ocuparé de todo. - la tranquilizo. -No te preocupes.
Le robo la taza y doy un sorbo.
-Gracias. - sonrío.