Keyra en las nubes (fanfic n...

By hola_eff

252K 12.1K 1.2K

Niall nunca se ha enamorado. En su penúltimo año de instituto, lo único que le preocupa son las tardes de piz... More

Sinopsis
Prólogo
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
71
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
Epílogo
Agradecimientos.

72

1.7K 95 19
By hola_eff

«No estoy enojado con ella» pienso en el camino a casa. «Ya no.»

Sin embargo, sigo pensando que estoy haciendo lo correcto al romper, apesar de que me parece más difícil por cada minuto que pasa. Tal vez en un futuro podamos estar juntos nuevamente, si es que ella decide continuar luchando algún día.

Quiero aferrarme a esa idea. Es lo más oprtimista en lo que puedo pensar.

—Llegas temprano—dice mamá cuando cruzo el umbral de la puerta. Ahora que estoy aquí, sí. He extrañado estar en casa.

—¿Sí? No me di cuenta.

Beso su mejilla y me dispongo a subir a mi habitación. No tengo hambre.

—¿No vas a ver a Keyra hoy? —me detiene.

—Nop.

Automáticamente se cruza de brazos y me mira como si fuese sospechoso de un asesinato.

—¿Qué?

—¿Ustedes volvieron a discutir?

Técnicamente sí, pero es mucho más que eso.

—Algo así—digo.

—Niall. —suspiro y lucho contra el impulso de rodar los ojos por milésima vez en el día. Si no me explico o algo, no va a dejarme tranquilo.

—Ella terminó conmigo—digo al fin. Sí, estoy mintiendo, porque es la única manera de evitar una discusión más con las defensoras del género femenino. No sé por qué de pronto todas las chicas de mi círculo quieren hacerme quedar como el villano.

Sus ojos se suavizan y me mira ahora con lástima. Bien, supongo que este es el momento para subir a mi habitación.

—¿Quieres hablar de eso? —pregunta, sumamente preocupada desde el primer piso.

—Umm, en realidad no—digo en la mitad de mi camino por las escaleras.

Esperaba tener paz en cuanto me lanzara sobre mi cama, sumido en el silencio que reina en todo mi espacio. Pero no, porque todos los pensamientos de ida y vuelta no pierden el tiempo antes de aparecerse de nuevo en mi cabeza.

¿Keyra habrá subido a mi habitación el día que vino a almorzar con mamá? Me parece que sí, porque juro que su olor está impregnado en mi almohada. Tal vez tomó una siesta, o sólo se recostó un momento.

Tal vez sólo lo estoy imaginando y ella jamás estuvo aquí. Pero, vamos, no puedo estar tan mal.

No sé cuánto tiempo ha pasado cuando mamá toca mi puerta.

—Adelante—digo.

—¿Quieres comer algo, hijo?

—No, mamá. —Si quisiera comer algo iría yo mismo a conseguirlo a la cocina. Sólo quiere hablar sobre Keyra, pero yo no voy a hacerlo. Tengo suficiente con las reflexiones en mi mente. —Gracias—añado, recordándome a mí mismo que ella no tiene la culpa.

No responde y vuelve a cerrar la puerta.

Ugh, soy un desastre.

Me quedo quieto hasta que se hace de noche y doy vueltas en mi cama durante horas, preguntándome si Keyra tiene frío ahora mismo. Si sus manos están heladas. Si Toffee está acostada a su lado, odiándome y tratando de hacerla sonreír.

Y espero que no esté triste.

Espero que no sienta la misma angustia que yo.

Que no me odie como me odio yo.

El dolor interno que siento al despertarme, a la mañana siguiente, es como una resaca, pero aún peor. Estoy mareado y mis ojos pesan. Tal como Keyra describió el Jetlag alguna vez.

—¿Quieres café? —me pregunta mamá por sobre el ruido que emite la televisión pasando el noticiero.

Sí, al fin logré que mamá comprara café para que Key pudiera beber cada vez que viniera. Era sólo para ella. Qué ironía.

—¿Me veo cómo si quisiera beber café? —pregunto por lo bajo, entre dientes.

Mamá resopla y me mira seria por un segundo.

—Tu mala actitud me está aburriendo, Niall. Y si me lo preguntas, sí. Te ves como si necesitaras un café con esas horrorosas ojeras que llevas.

Touché.

—Lo siento, ma. No quería... —¿Cómo puedo resumir todo lo que quiero decir? Oh, sí. «Siento estar comportándome como un cretino idiota desde que mi corazón está roto» —Tengo muchas cosas. Lo siento.

El resto del día me lo paso mirando viejas fotos de Keyra en su perfil de Facebook. Tiene muy pocas de este año, pero hay algunas. Está muy distinta ahora desde hace incluso algunos meses atrás. Su piel tenía más color, sus ojos brillaban y se veían más grandes. Su sonrisa era más amplia. Son esos pequeños detalles que sólo notas cuando estás viendo la diferencia frente a tus ojos.

No recuerdo cómo me sentía antes de enamorarme de ella. Parece que incluso el aire era diferente.

Durante la tarde del domingo paso por la casa de Keyra antes de volver al instituto. Aparco en la entrada y me quedo ahí. He estado pensando desde ayer que al menos se merece una explicación de mi parte. Tengo que decirle por qué creo que esto es lo mejor para nosotros, asegurarle que no estoy enojado con ella, pero simplemente no puedo quedarme a su lado en estas circunstancias. Tengo que dar un paso fuera.

No obstante, no tengo idea de qué decir. No sé cómo comenzar y temo que todo esto deje de tener sentido una vez que lo saque de mi mente hacia las palabras. Si le digo todo esto, es posible que sólo ocurra una cosa de dos:

1. Va a golpearme y gritarme. Yo lo haría si fuera ella.

2. Va a llorar. Y eso va a hacerme sentir aún peor, si es que mi estado de ánimo puede empeorar.

Será mejor irme de aquí.

Vuelvo a encender el auto y me pongo en marcha al instituto.

A lo largo de todo el camino, sigo teniendo esta discusión conmigo mismo, ni siquiera me doy cuenta de que el radio está encendido.

«Ella va a estar bien» me digo

«Sí, eventualmente. El problema eres tú. ¿Vas a estar bien realmente?»

«Voy a estarlo»

«Sí, claro»

«Voy a estarlo. Algún día voy a estarlo. Las personas superan a sus ex. Todo el mundo supera a su ex, y nosotros ni siquiera llevamos seis meses juntos, creo. Vamos a olvidarnos mutuamente y quizá un día, en muchos años desde ahora, nos encontremos en algún lugar, y ella va a estar felíz con su vida, y yo también con la mía.»

«Claro, a menos que ella vuelva a San Clemente después de terminar el instituto.»

«En ese caso sería aún más fácil» pienso.

«Estarás bien, entonces»

«Sí» me digo. «Estaré bien. »

«Incluso cuando un día de estos recibas una llamada de alguien diciendo que Keyra al fin falleció y ya está descansando.»

Mi teléfono comienza a vibrar sobre el asiento de acompañante y un auto viene directo a mí. Mierda. Muevo el volante más rápido de lo que puedo pensar y presiono el freno a fondo. Todo se detiene segundos antes de estrellarme contra un poste. Un vocinazo estalla a mi lado y se aleja poco a poco.

Joder. Oh, mierda.

Estoy vivo.

Yo estoy vivo.

Y mi teléfono sigue vibrando.

Y no me importa una mierda.

Sostengo el aire atrapado en el camino desde mis pulmones hacia afuera, por miedo a comenzar a llorar si es que vuelvo a respirar.

Keyra no puede morir. Yo no puedo. Quiero decir, si ella muere yo no podré seguir, simplemente no podré. No sé cómo vivir con eso, no puedo dejarla en estas circunstancias. Ella va a morir y yo no voy a estar ahí, y luego ella va a desaparecer con todas las cosas horribles que yo le dije y será muy tarde para tomarlas de vuelta.

No puedo simplemente dejar de verla hasta que haya muerto. Si alguien me llama diciendo eso, voy a desplomarme y perder el juicio. Me estremezco al pensar en mi vida sin ella.

¡Qué hice! ¡Por qué la dejé, joder!

Corto la llamada de mi teléfono sin molestarme en mirar de quién se trata. No puedo conducir de vuelta a su casa ahora, no después de cambiarme a la pista contraria y casi provocar un enorme accidente automovilístico.

Respiro profundamente y me trago el nudo quemándome en la garganta. Necesito poner mi mente en blanco para seguir mi camino al instituto. Mañana estaré pensando mejor.

Cuando me apeo del auto en el aparcamiento para estudiantes, sigo teniendo el llanto atragantado y los ojos me pican. Veo las lágrimas en el borde mientras camino y, apesar de fruncir el ceño y pestañear con fuerza, siguen ahí. Amenazando.

No voy a llorar, joder. Sólo salgan de aquí.

Harry no ha llegado a nuestra habitación, y aprovecho el tiempo para tomar la ducha y acostarme a dormir. No voy a salir a correr hoy. No voy a hacer nada más que dormir, porque cualquier otra cosa significa arriesgarme a que el nudo vuelva, llore, y luego no pueda detenerme nunca más.

Si Keyra no está aquí conmigo, no existo. Y si algo va a pasarle, necesito estar ahí. Ahora. En este maldito momento necesito estar con ella.

Efectivamente estoy contra el tiempo. Y no hay nada que pueda hacer al respecto.

—Arriba bella durmiente—dice Harry en un tono plano. —El día está lindo, los pájaros cantan y toda esa mierda—abre las cortinas y todo lo que veo es nubes.

—Uh, sí—bostezo. —muy lindo y muchos pajarracos.

Keyra viene fugazmente a mis pensamientos y el nudo vuelve con ella. Trago saliva, pero no funciona. Harry me observa con tristeza mientras suspiro y mis ojos siguen humedeciéndose más y más.

—¿Quieres, uh... quieres hablar sobre eso? —pregunta. Me imagino que ya todos lo saben.

Niego con la cabeza con mis ojos apretados. Si abro la boca voy a llorar, o en su defecto, vomitar. Ninguna de las dos opciones es buena.

—Tomaré la ducha—dice. Asiento y él camina al baño en silencio.

Vuelvo a respirar profundo y boto todo el aire con fuerza, mientras deslizo mi mano por sobre los párpados y presiono sobre los lagrimales. Eso ayudará un poco.

No puedo hacer nada en contra de su voluntad. Ella quiere dejar de tratarse y yo no quiero perderla. Pero todo lo que puedo hacer ahora es estar con ella y acatar. Va a doler, sí. Pero perderla en este momento, antes de que sea totalmente inevitable, es aún peor. Es como botar el agua en vez de beberla, pensando que si la bebes igual va a terminarse.

Decido que voy a ir a su casa hoy mismo, en cuanto termine la última clase. Al menos pensar en eso me ayuda un poco a mantener la calma.

En unas horas todo va a estar bien. Ni siquiera me desgastaré en considerar la posibilidad de que ella ya no me quiera de vuelta. Necesito ser positivo o, al menos, no tan negativo.

Este pánico es enfermizo.

Mi pulso se acelera cuando Toffee nos alcanza en el pasillo de camino al salón de ciencias.

—Hola chicos—dice. No suena como si me odiara, o como si quisiera matarme.

—Hola, T—Harry le da una sonrisa fantasma.

—¿Cómo están? —pregunta, pero sólo me mira a mí y apoya su mano en mi hombro.

—Bien—dice Harry. Toff Sigue mirándome hasta que hago el intento de esbozar una sonrisa, pero fallo patéticamente. De nuevo: No puedo hablar, no es tan fácil.

Los trabajos de la sección de artes visuales están colgados en la pared, a lo largo del corredor. El reloj de Keyra está ahí y aparto la mirada antes de poder leer su nombre escrito con extrema dedicación en la esquina del dibujo.

Llegamos al salón. Y aunque todo se ve como siempre, yo lo siento muy distinto. Hoy todo se siente muy distinto, por cotidiano que sea. Mi pulso late en mis oídos todo el tiempo, pongo atención a cada cosa que está sucediendo a mi al rededor, sólo para no concentrarme en los pensamientos abrumadores.

Esto me está matando.

—Voy a sentarme con Niall, Harry. Si no te molesta—Toffee me mira con una expresión que no logro descifrar.

—No hay problema.

Me hago a un lado para que Toffee pueda tomar el lugar habitual de Harry. El profesor Coll está atrasado, como siempre.

—No me gusta verte así—murmura Toff.

La miro y frunzo los labios. Mi mandíbula tiembla un poco y hago un gran esfuerzo por controlarlo. Por favor. Por favor, que se vaya este sentimiendo oprimiéndome el pecho.

El profesor Coll entra en el salón con dos leves manchas de sudoración bajo los brazos de su camisa y su cabello húmedo.

—Siento el retraso, chicos.

Comienza a dar la clase sin perder ni un sólo minuto más. Veo su boca moverse, no escucho las palabras. Siento que podría vomitar sin ninguna razón.

El timbre suena cuando creo que no podré aguantar un segundo más sin ella. Tengo suerte de seguir respirando. Camino fuera del salón con Louis a mi izquierda y Toff a mi derecha. Toffee no se molestó conmigo. Por el contrario, me apoyó. ¿Significa eso que Keyra está bien sin mí? Tal vez durante el fin de semana se dió cuenta de que no es como si me necesitara realmente y Toffee la vió bien, y ahora que me ha visto en silencio, decidió darme su apoyo moral, porque Keyra no lo necesita. Porque está perfectamente sin mí.

De pronto Toffee me golpea con su codo y sonríe, apuntando algo frente a nosotros.

—Mira quién está ahí—dice.

Sigo a su dedo y llego a Keyra.

Está de pie, mirándome asustada, como si estuviese en un lugar desconocido y peligroso. Hay un enorme girasol en una de sus manos, que cuelgan flojas a los lados de su cuerpo. Mi pulso comienza a golpear aún más fuerte y peleo por no caer sobre mis rodillas.

Continue Reading

You'll Also Like

218K 22.8K 20
Luego de la gran era de creación de inteligencia artificial, y el primer hombre artificial, las investigaciones e inventos de los científicos de la S...
Los 8 elementos By Julit

Science Fiction

282K 19K 29
Weslyn es un país desconocido por la humanidad. Todos los habitantes, a los 12 años tienen que elegir un poder: Agua, Aire, Tierra, Fuego, Plantas...
Nobilis By YinaM

Science Fiction

350K 32K 68
En un régimen estable, donde la calidad de vida es alta y la guerra es solo un mito de antaño, Aletheia es una adolescente a puertas de un compromiso...
8.7M 1M 53
[COMPLETA] Adam tiene una fascinación por las frases de asesinos. Reachell ama tocar el piano. Adam es reservado y misterioso. Reac...