Deseos Prohibidos

By t-truebarbie-

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Los deseos prohibidos de Uchiha Akemi. Una joven que pasa por distintas dificultades para alcanzar la felici... More

ADVERTENCIA
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
EXTRA - SHISUI
CAPÍTULO FINAL
LIBRO 2 - CAPÍTULO 1
LIBRO 2 - CAPÍTULO 2
LIBRO 2 - CAPÍTULO 3
LIBRO 2 - CAPÍTULO 4
LIBRO 2 - CAPÍTULO 5
EXTRA - YAMI
LIBRO 2 - CAPÍTULO 6
LIBRO 2 - CAPÍTULO 7
LIBRO 2 - CAPÍTULO 8
LIBRO 2 - CAPÍTULO 9
LIBRO 2 - CAPÍTULO 10
LIBRO 2 - CAPÍTULO 11
EXTRA - SHUN
LIBRO 2 - CAPÍTULO 12
LIBRO 2 - CAPÍTULO 13
LIBRO 2 - CAPÍTULO 14
LIBRO 2 - CAPÍTULO 15
LIBRO 2 - CAPÍTULO 16
LIBRO 2 - CAPÍTULO 17

CAPÍTULO 24

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CAPÍTULO 24: DESASTRE (II)

Bueno, ciertamente su deseo era exponer a Yami, más nunca había pensado en hacerlo de esa manera. No quería que Shisui e Itachi se enteraran de la verdad así, delante de todos.

Shun estaba parado sonriendo alegremente, pero luego se encontró siendo jalado de los cabellos y golpeado repetidamente en el rostro por Yami, que parecía una salvaje bien vestida.

Todos los invitados comenzaron a hacer ruido, algunos intentaron separarles. Aunque luego dirigieron su atención a otro par mucho más interesante que estaban peleando.

Akemi miró incrédula a su hermano y a su primo, que luchaban como si estuvieran en un ring de boxeo; un puño por aquí, otro puño por allá, sangre por aquí, labio partido por allá.

Ni siquiera sabía qué hacer, no podía despegar la vista de las dos personas que más amaba. No la golpeaban a ella, pero sentía el mismo dolor. Era obvio que su Shisui era el que atacaba e Itachi se defendía, embistiendo también. Si ella se acercaba lo más probable es que terminara con el ojo morado, como le había sucedido a uno que había intentado sostener a su primo.

Se lamentó de haber convencido años atrás a Shisui de tomar clases de boxeo. Tomando aire, se acercó a ellos, empujando a la gente atravesada. Estaban gritándose cosas, pero los invitados también gritaban, así que las voces se entremezclaban. Una vez que llegó a la escena se consiguió con que su padre y su primo Obito, sostenían a Shisui, mientras que un chico de cabello plateado, sostenía a Itachi. Respiró aliviada, pero notó rápidamente que el anfitrión de la noche no parecía querer calmarse, tratando de soltarse a toda costa.

Ella nunca lo había visto tan enojado, pero si estuviera en su lugar, lo estaría. Por Dios, ¿quién no lo estaría? Pero no era justo que le echara toda la culpa a Itachi y sobre todo que le golpeara, eso le molestaba un poco.

—¡Suéltenme, maldita sea!

La sala comenzó a despejarse, varias personas estaban pidiendo que salieran del salón. El ruido comenzó a disminuir a medida que salían.

—¡Basta, Shisui!—le pidió, sujetándolo del brazo con fuerza.

Por el rabillo del ojo vio que su hermano estaba ya suelto y tranquilo, mirándolos. Su expresión era una mezcla de emociones que le rompieron el corazón.

—¡Vete al infierno tú también!

Éste se soltó de su agarre, empujándola a un lado. Estuvo a punto de perder el equilibrio, pero por suerte su hermano menor apareció al rescate, sujetándola por detrás. Esas palabras estaban totalmente dirigidas a ella y la dejaron con la boca abierta y con un dolor inimaginable. Quería decirle un montón de cosas, pero las palabras simplemente no le salían. Era como si él la culpara de que su querida esposa le abriera las piernas a todo hombre que se le cruzara en el camino.

Miró a Itachi y a su vez éste la miraba. Vio su dolor, su arrepentimiento, su confusión. Quería ir a abrazarle y decirle que lo sentía, pero cuando por fin había decidido hacerlo se encontró siendo arrastrada fuera del salón por Sasuke.

Una vez que estuvo fuera de la casa, la suave brisa helada la serenó un poco. Varias personas estaban allí, algunos la miraron fijamente mientras se hacía camino a donde sea que su hermanito quería llevarla.

A mitad de camino se encontró con Shun, recostado contra el capo de su auto, sosteniendo una bolsa de hielo contra su ojo izquierdo. Tenía un notable ojo morado, junto con muchos rasguños.

Se le acercó, con Sasuke siguiéndole los pasos, como un guardián.

—Eres. Un. Idiota—le dijo, conteniéndose de golpearle.

Él rió, para luego hacer una mueca adolorida.

—¿Por qué? Pensé que te gustaría.

—¿Me preguntas por qué?-Le miró indignada-. ¡Por tú culpa Shisui e Itachi casi se matan allí adentro! No me malentiendas, me encantó que dejaras al descubierto a Yami, pero en el proceso contaste cosas que no debiste, ¡y menos delante de todos! ¿Cómo te sentirías si te enteraras así de que hay más probabilidades de que el hijo que espera tu esposa no sea tuyo, sino de tu primo?

—Según recuerdo, tú dijiste en la recepción de la boda que era un bebé de padres desconocidos—le señaló su hermano, interviniendo.

Lo fulminó con la mirada.

—Sí, lo hice, pero yo no tenía pruebas de ello, por eso nadie me creyó—Suspiró, masajeando su sien—. Y en ese momento no sabía que era de Itachi.

Se quedaron en silencio, mirándose entre sí.

—Siempre creí que le tenías envidia a Yami—admitió Sasuke, metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones. Por fin, la expresión de Sasuke cambiaba de muérete y déjame en paz a algo muy parecido a lo siento, pero igual muérete—. Pero ya veo que tenías razón.

—Lo siento, Akemi, de verdad—se disculpó Shun, segundos después. Parecía sinceramente arrepentido-. Supongo que no pensé.

—No es conmigo con quien tienes que disculparte, Shun—le dijo, mirando en dirección a la puerta donde se podía ingresar a la casa de los padres de Yami—. A todo esto, ¿dónde está esa garrapata?

El pelirrojo se tocó con extremo cuidado los rasguños de su mejilla.

—Bueno, después de que lograron quitármela de encima, mis padres se la llevaron. No sé a dónde.

—Parece que se olvidaron de ti—se burló el Uchiha. Era bueno que al menos alguien tuviera un poco de humor.

Shun se encogió de hombros.

—No sería la primera vez que me olvidan, aunque esta vez tienen buenas razones, ya que humillé públicamente a su hija favorita.—Luego esbozó una pequeña sonrisa—. Tiene sentido lo de garrapata, ahora que lo pienso.

De repente, la puerta se abrió y por ella salió su primo, acompañado de Obito. Se mordió el labio al ver su estado de moretones y sangre seca. Él no le brindó mirada alguna a nadie, pero se veían tan enfadado y dolido que Akemi casi le perdonó por hablarle de tal manera dentro. Éste se subió al auto, con Obito conduciéndolo y se fueron.

A continuación salieron Itachi y su padre, el primero tenía el mismo aspecto que Shisui. Sin poder contenerse se les acercó.

—Itachi...—murmuró su nombre, sin saber qué más decir.

Su mirada fría fue como un puñal.

—¿En serio, Akemi? ¿No te cansas de joderles la vida a todos?

Bien, no supo que le dolió más; que su primo la mandara al infierno o que su hermano la acusara de joderle la vida a todos.

Y por primera vez no había hecho nada para merecer ese trato.

—¿Qué te puedo decir? Parece que es mi pasatiempo favorito—le contestó, conteniendo las lágrimas. Se alejó a la misma velocidad con la que se le había acercado.

Se sorprendió al notar que su padre la había seguido. No parecía enfadado, pero tampoco alegre. Sabía que debía estar estresado, odiaba ese tipo de escenas.

—Ve a casa, Akemi.—Fue lo único que le dijo, antes de seguir a su hijo mayor y ordenarle a su otro hijo que les siguiera.

—Sí, ¿pero dónde está mi casa?—susurró para si misma, mirando como los hombres de su familia se montaban en el auto. Sasuke dudó y la miró antes de entrar, creyó ver una especie de disculpa en él, un poco extraño.

Sintió una mano posarse en su hombro, por lo que se volteó a ver, encontrándose a su amigo.

—¿Nos vamos?

Ella asintió en respuesta.

Cuando estuvo resguardada dentro del vehículo con vidrios polarizados, rompió a llorar. Su único consuelo fueron los abrazos del pelirrojo, que a la vez sufría porque le dolían los golpes.

Ay, cuando subí este capítulo estaba a punto de comenzar mi vida universitaria. Qué recuerdos. :')

Intentaré terminar las ediciones hoy, pero no se enojen si no lo logro. Je, je.

Autora infeliz = personajes infelices 🔥😔

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