Keyra en las nubes (fanfic n...

By hola_eff

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Niall nunca se ha enamorado. En su penúltimo año de instituto, lo único que le preocupa son las tardes de piz... More

Sinopsis
Prólogo
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Epílogo
Agradecimientos.

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By hola_eff

Mis labios se fruncen, esperando a que comience a bombardearme con preguntas, como suele hacer con las personas cuando quiere saberlo todo sobre algo. 

—Entonces, ¿hoy han desayunado juntos? —pregunta, al tiempo que comienza a rebuscar algo dentro de su bolso. 

—Yep.

Asiente con sus labios sellados, haciendo sonar una eme dentro de su boca. Saca una paletita de sabor a toffee y cierra la cremayera del bolso. —¿Te gusta de gustar, gustar o solo, como, físico? Porque mi hermana es linda, ¿eh? Todos lo sabemos. 

Me pregunto a quiénes está metiendo en el saco de 'todos lo sabemos'. Pero supongo que se refiere a gran parte de nuestra generación, por sobre todo hombres. Vamos, que la chica es hermosísima e interesante. ¿Cómo no verlo?

—Está un poco loca. 

—¡Totalmente! —se ríe. Termina de quitar el envoltorio de la paleta y se la mete en la boca. 

—¿Todos sabemos eso también? —bromeo. 

—Sí, Keyra es un poco lunática. 

Asiento con la cabeza, pensando en ella, observando sus ojos risueños y viéndolas dar saltitos por ahí en mi mente. Pero ahora está en un estado tan contrario a su escencia. Sólo duerme después de un desmayo, y me pregunto qué pudo haber sido. Pero de nuevo, me recuerdo a mí mismo que debe ser algo muy común, sobretodo en las chicas. 

¿Toff se habrá desmayado alguna vez en su vida? ¿O mamá? ¿O Brandy?

—¿Tú te has desmayado alguna vez, Toff?

Me mira entornando sus ojos y se quita el chupetín de la boca, provocando un ruido con su boca al deslizarlo entre sus labios. Me apunta con él. —Voy a responder esta pregunta, pero luego las haré yo. Aún no termino de interrogarte y me debes una respuesta, rubio. —Asiento y sonrío. Toffee es graciosa. —No. No me he desmayado. 

Abro la boca para preguntar si ella piensa que es algo normal, pero me detiene con un 'ah-ah' y una sacudida de cabeza. 

—Ya. —dice — ¿Te gusta o no?

Odio responder a esta clase de preguntas. Pero lo hago de todos modos. 

—Sí —resoplo. Me despeino un poco, tratando de parecer relajado. 

—¡Lo sabía! —exclama, y vuelve a apuntarme con su paleta de toffee. Sus pies se agitan sobre la cerámica, extendiendo y flectando sus rodillas de emoción. 

«¿Y ahora qué? —me pregunto. —¿Va a  decirme algo sobre ella?»

—Espero que lo logres —dice, sonriendo tan amplio como su cara se lo permite.

¿En serio? ¿Tanta parafernalia para que sólo espere que lo logre? Cielos Toffee, gracias.

—Ella habla de tí —murmura de pronto. 

—Ella, uh, ¿ella habla de mi?

Su rostro se vuelve un poco tétrico, mientras su sonrisa se agranda. Joder, ella disfruta tanto verme nervioso. Supongo que comienzo a darle lástima, porque deja de hacerlo y comienza a reírse.

—Sí —admite —, pero que sea un secreto, ¿eh?

Asiento y nos quedamos en silencio. Supongo que es mi turno. Me aclaro la garganta. 

—Bien. ¿Qué hay de Liam? Me debes una respuesta también. 

Me fulmina con la mirada y sé que en su mente ya me ha asesinado como un millón de veces. Suspira. 

—Bien, sí. Besa bien. —suelta al fin. 

Sonrío con picardía, sólo para avergonzarla. Cielos, la venganza es dulce, en serio. Ella sonríe, baja la mirada y se muerde los labios. Creo que puedo ir un poco más allá, por lo que inclino mi cabeza un poco hacia ella y muevo mis cejas de arriba a abajo, hasta que ella me golpea en el hombro. 

—¡Basta! —Exclama, tratando de reprimir la risa en su garganta. 

—¿Son novios ya?

—Algo así. 

—Eso es genial.

—Lo es. 

Mierda. Keyra habla de mí. 

                                                                   ***

Siete de la tarde. Me encuentro dentro de la enfermería, sentado junto a Keyra mientras Toffee y Mike van por algo de comer. Es algo así como un relevo, supongo. Ella sigue durmiendo y yo no he hecho más que jugar con mi teléfono y revisar mi correo y redes sociales como quinientas veces en veinte minutos. 

Y ni siquiera es como si estuviera esperando algo ahí. 

Ya he mensajeado a mamá, a los chicos, y a medio mundo en busca de algo que hacer. 

—Niall —se arrastra la voz de Keyra. 

Sus ojos están entrecerrados. Sonrío. 

—¿Estás bien?

—Niall, tenemos un problema —dice. 

—¿Qué problema? 

—Es que no me siento bien. Tal vez no podamos salir hoy. —Me río y me doy cuenta de que dejé de inspirar aire por un momento. «Un problema —me digo —,sólo ella se preocuparía de algo así ahora»

—No te preocupes —digo —claro que no puedes salir, estás muy mal.

La puerta se abre de pronto. Casi puedo leer la mente de la enfermera Ryan, maldiciendo a Toffee, Harry y Mike por irrumpir de esa manera en su enfermería. Más cuando una paciente acaba de despertar y todo eso. Imagino que Ryan es esa clase de abuela que suele ser dulce y sonriente, pero que tiene sus manías, con las que no conviene jugar. 

Toffee se acerca tanto a Keyra, que por poco no se lanza a la camilla con ella. Comienza a hacer un millón de preguntas, hasta que la enfermera se acerca y con sólo un gesto la hace callar. Pero como siempre, ella no se avergüenza ni un poco, dice que lo siente y sigue hablando, haciendo un intento con malos resultados, de hablar más despacio. 

Keyra no habla mucho, pero lo intenta. Responde como puede a sus preguntas, y cree que no ha dormido nada, cuando en realidad lleva como ocho horas, según los cálculos de Toff. Aún está un poco aturdida. 

Finalmente, Ryan nos pide salir de la habitación, exceptuando a Mike. Y creo que en el fondo, todos sospechamos que ha sido por el desatinado volumen de voz de Toffs. 

 Los chicos y yo conversamos un poco en el pasillo. Para Toffee y para mí, el pasillo ha sido como nuestra habitación durante este día. «Vaya, ¡qué día!», pienso como un millón de veces mientras esperamos. ¿Qué esperamos? Ni idea. A que nos digan que Keyra no tiene nada, supongo. 

Harry dice algunas bromas, y nosotros nos reímos de ellas. Y tanto él como yo sabemos que está tratando de evadir todo sobre Brandy. Pero sabemos también, que en cuanto estemos en nuestra habitación él tendrá que hablar. 

Más tarde volvemos a nuestras habitaciones y envían a Keyra de vuelta a la suya. 

Por la noche me cuesta conciliar el sueño, pero lo logro en algún momento. 

A la mañana siguiente, Toffee me envía un mensaje para desayunar juntos en la cafetería. Aguanto mucho rato sin preguntar por Keyra, y siento como si ella estuviese evitándolo también, poniéndome a prueba y no diciendo absolutamente nada sobre ella. Habla muchísimo, como siempre, y sobre demasiadas cosas, pasando de un tema a otro en cosa de segundos. Hasta que al fin lo hago. 

—¿Cómo está Key? —interrumpo, en medio de su explicación sobre por qué prefiere el azúcar antes que el endulzante en su té. 

Mira su reloj de muñeca. —Veinte minutos —dice. —Vaya, creí que lo preguntarías mucho antes. 

Suspiro, aguantando la risa. Sólo lo hace para fastidiarme un poco, pero sé que pronto llegará mi turno de fastidiarla a ella. Supongo que de eso se trata nuestra amistad; siempre encontrar la forma de avergonarnos y reírnos el uno del otro, sin ir muy lejos. 

—Está bien. Ella sigue durmiendo, la enfermera Ryan dijo que eso es bueno, porque así acumulará mucha energía para el comienzo de semana. 

—Genial. 

—Sí. De hecho me preguntaba si podrías estar con ella hoy. Digo, cuidar de ella o lo que sea, en caso de que se despierte en algún momento del día, para que no piense que está sola y todo eso. Es que Mike y yo tenemos que hacer compras hoy porque mamá estará de cumpleaños este viernes.

 —Claro, no hay problema —digo. No quiero sonar demasiado entusiasmado, pues sería una gran oportunidad para ella. De todos modos, será sólo verla dormir, supongo. 

—Grandioso —sonríe— Sabía que podía contar contigo. 

—Lo sé, soy genial y todo eso —Bromeo.

—Eres tan modesto, Niall. 

—Y genial. Modesto y genial. 

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