Observo los cristales rotos en el piso, era un gran desastre.
-¿Q-que tienes?-interrogo acercándose a mí, su voz tembló al principio.
-Nada-respondí con frialdad, intentaba sonar fuerte. De un segundo a otro él se encontraba a mi lado mirándome.
-Dime-coloco su mano en mi barbilla para alzar mi rostro. –Por favor-dijo con tono suplicante.
-El mu-murió Zayn, el murió- musite mientras las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas. Note una expresión de asombro en su rostro, abrió la boca para hablar pero no salió ninguna palabra de esta, acorto la distancia que había entre ambos y simplemente me abrazo, se sentía bastante raro pero de alguna u otra manera se sentía bien, me abrazaba con fuerza, él nunca me había abrazado de verdad y ese abrazo era bastante sincero, se sentía tan bien.
Nos quedamos así por varios minutos, el acariciaba mi cabello con lentitud tratando de que mi llanto cesara, finalmente escuche su voz en mi oído produciéndome un escalofrió.
-¿Quién?-pregunto suavemente, sus labios rozaron con mi oreja y creo que aquella no era su intención pero ninguno tomo importancia.
-Max-apenas podía decir su nombre. Me abrazo con más fuerza, si es que era posible.
-El… esta mejor ahora-hablo intentando reconfortarme, trago con fuerza.
-¡No, no lo está!-intente gritar lo más fuerte que podía, pero no era fácil, simplemente no podía, se escuchó como un susurro.
-Créeme que sí, y ahora te está cuidando desde arriba-coloque mi cabeza en su pecho.
-Yo prefería que me cuidara desde aquí-solloce.
-_____, él está bien-quito una de sus manos de mi cintura y alzo mi rostro, me miro directamente a los ojos. –A Max no le gustaría que estuvieras llorando ¿no?-consulto, asentí lentamente. –Bien, limpiare esto-intento sonreírme, se alejó de mí y sinceramente deseaba que hubiera seguido abrazándome, le tome el brazo pero no me miro.
-¿Por qué haces esto?-pregunte mientras parpadeaba varias veces para evitar que mis ojos se siguieran cristalizando.
-¿A qué te refieres?-
-Tú me odias-mencione suspirando.
-____-pronuncio mi nombre y me miro por unos segundos para luego bajar la mirada. –Yo no te odio-