Someday Mine |ZM| En Edición.

By FreeSkyline

541K 22.4K 3.6K

"Ella podría ser quien cure sus heridas. Pero también podría ser la causante de una más" More

Antes de leer + Sinopsis.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capitulo 6
Capítulo 7
Capitulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Importante leer
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Solo quiero decir...
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Nota III
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
¡Test Interactivo!
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Zayn.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40
Capítulo41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45.
Capítulo 46
Trailer
Capitulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
¡Concurso!✍
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Epílogo
Bonus I: Él.
Bonus II: The Wedding
Agradecimientos

Capítulo 11

11.9K 507 45
By FreeSkyline


Capítulo 8 (parte dos).




           El sonido de las olas golpear la orilla era tan tranquilizante que hacía que los ruidos provenientes de las otras personas que se encontraban en la playa, parecieran murmullos.

El sol destellaba en el cielo azul con brillantes ondas calientes creando un ambiente ejemplar de: playa, sol y arena.

Bajamos todo del auto y gracias a que era temporada baja se nos fue sencillo encontrar un sitio donde instalarnos, tomando una manta azul oscuro me tendí en la arena permitiendo que un poco del sol calentara mi piel. Sin darme cuenta antes, comprendí que eso era lo que necesitaba. Un momento alejada de todo lo que parecía cotidiano y disfrutar de un día diferente, sin problemas molestos y con mis mejores amigos. Miré el mar, la larga extensión azul se expandía más allá de lo que mis ojos eran capaces de ver, hasta aquel punto en el horizonte donde parecía unirse con el cielo. El olor a sal picaba gustosamente el mi nariz al igual que el sol sobre mis hombros. Más allá niños reían mientras se salpicaban agua unos a otros, contagiada de su felicidad, enterré mis pies en la suave arena dejándome envolver por el ambiente

—Esta defectuosa, definitivamente, esta cosa esta defectuosa— giré mi cabeza, para poder entender a lo que Alice se refería. Cuando me encontré con ella, no pude con tal escena.

Alice había traído una sombrilla playera, la cual estaba ferozmente intentando mantener en la arena mientras Edward la ayudaba colocando grandes piedras alrededor de la base de la misma; pero a pesar de todo, sus intentos eran en vano, sin importar lo que hicieran la sombrilla terminaba cayendo.

—Dios Eddie busca más piedras— bufó Alice, su rostro rojo por el sol o probablemente por el enojo.

—Fuera más rápido si me ayudarás— rugió el otro.

—¿Y entonces quien tendría la sombrilla genio?

Me reí por lo bajó y lo que provocó que los dos chicos me miraran impacientes.

—Emma— rugieron los dos al unísono.

—¿Qué? — fruncí el ceño, con la mirada más inocente que podría crear.

—¡Ayúdanos!— gritaron ambos.

—Oh, claro, claro— me incorporé preocupada de que esos dos me terminaran lanzando de cabeza al agua y me sitúe junto a Alice tomando la sombrilla.

—Tómala bien, el viento está muy fuerte— Alice se fue en busca de más piedras con Edward. Al rato regresaron con un gran puñado de ellas, para luego colocarlas alrededor de la sombrilla.

Parecía que ya estaba lista, Alice procedió a colocar una manta bajo esta y se sentó. Edward fue a por unas gaseosas y fue allí cuando una ráfaga de viento golpeó sin piedad la gran sombrilla. Después de eso, lo demás sucedió tan rápido que apenas pudimos procesarlo.

La sombrilla salió volando, no sin antes golpear la cabeza de Alice, que fue empujada torpemente hacia delante. Llevé las manos a mi boca, no muy segura de si quería reír o gritar. El rostro de Alice estaba contraído pero al igual de rápido que había sido golpeada se levantó rígidamente.

—¡EDWARD!— gritó observando que la sombrilla iba justo a su dirección—. ¡Agarra la sombrilla!

No pude más y para ese momento estallé en una carcajada limpia.

Edward estaba desconcertado, pero pronto entendió a lo qué se refería Alice cuando la sombrilla paso volando a su lado. Eddie corrió tras ella al mismo tiempo que Alice lo seguía, tragándome una nueva carcajada los seguí. Me sentía como en una película de comedia, hasta podía apostar que las personas a nuestro alrededor lo estaban disfrutando, en definitiva era cierto, solo bastó lanzar una mirada para darme cuenta. Mientras unos nos miraban como si estuviéramos locos, otros estaban que se morían de la risa. Y no podía culparlos. En un punto exacto Edward estaba cerca, muy cerca de tomarla, pero cuando sus dedos estuvieron casi rozando el mango de la sombrilla tropezó con un balde de un pequeño niño que jugaba en la arena y cayó. Abrí los ojos a tope, Alice que iba justo detrás de él no pudo esquivarlo y terminó tendida sobre él.

Hasta que sentí unas gotas resbalando por mis mejillas no me percaté de que estaba llorando de la risa, sin embargo no me detuve y como si fuera una carrera de obstáculos, esquivé sus cuerpos caídos y seguí tras la sombrilla hasta alcanzar tomarla.

—En definitiva nunca podremos tener un día normal— dije recuperando el aliento, mirando a los dos chicos que trataban de levantarse—. Al menos no, si estamos juntos.

—Eso es lo que nos hace especiales ¿no?

—Exacto Eddie, dame cinco— Alice levantó su mano y la chocó enérgicamente con la de Edward—. ¿A quién le gusta lo normal? A mí no.

—Por eso somos los destructores, tenemos bien merecido el nombre— mencioné viendo el pequeño desastre que habíamos hecho.

—Esa es mi chica— dijo Alice abrazándome y quitando la arena de su cabello.

—Pero ni se te ocurra volver a poner la sombrilla.

Los tres intercambiamos miradas significativas y estallamos a reír.

*

A pesar de decir que no íbamos a poner la sombrilla de nuevo, lo hicimos y aparentemente había funcionado. Media hora más tarde, cuando nos hubimos instalados y acabado con una bolsa de papas fritas, decidimos que era hora de ir al agua. Alice y yo estuvimos listas enseguida, con nuestros trajes de baño ajustados a nuestros cuerpos, desde donde estábamos el mar lucia tan azul que era como una invitación tácita.

—¿Y tú piensas ir al agua así? — pregunto Alice levantado una de sus delgadas cejas hacia Edward.

El chico rodó los ojos con una pequeña sonrisa y levantó su camisa. Fue ahí, en ese preciso instante, donde me di cuenta cuantos años habían pasado, donde me di cuenta que el niño travieso de ojos azules, había crecido y... crecido realmente bien. Edward era apuesto, era de esa clase de chicos que no tenían que esforzarse para lucir bien, pero ahora que volvía a verlo en tal intimidad podría decir sólidamente que Edward no tenía absolutamente nada que enviar a alguien más.

Alice me miró parpadeando más rápido de lo que era normal, aparentemente pensando lo mismo que yo. Edward para ese entonces, se había quitado sus pantalones para quedar en un pequeño pantaloncillo negro unos cuantos dedos más arriba de sus rodillas, ajustándose en lugares estratégicos. Definitivamente Edward se había estado ejercitando y sí, le sentaba de maravilla.

—¿Dios Edward acaso quieres matarnos?— el comentario de Alice hizo que riera.

—¿De qué hablas? — contestó el susodicho guardando la ropa en su bolso.

—Oh mejor déjame comenzar de nuevo, mucho gusto me llamo Alice Winker, para servirte— bromeó Allie y aunque Edward bufó con fastidio, su rostro sonrojado contaba una historia diferente.

—No seas idiota.

Alice me codeó percatándose del estado de nuestro amigo. Solté una risilla por lo bajo para después seguirle el juego.

—Quien fuera ese pantaloncillo, para deslizarse por tus piernas— declaré casi ahogándome con una carcajada.

Inmediatamente Alice soltó una risota a la que no me pude contener, observando lo mortificado que empezaba a lucir Eddie.

—Tengo uno, tengo uno... Quien fuera bloqueador solar para fundirme sobre tu piel.

Edward dejo escapar un gemido lamentoso mientras Alice y yo seguíamos sin parar de reír.

—Mejor vamos al agua— masculló dejándonos atrás, aprovechamos dicho momento para silbarle a sus espaldas. Su cuello y sus orejar al rojo vivo, no precisamente a causa del sol.

El agua estaba deliciosa y entre charlas y bromas continuas el tiempo corrió. Al cabo de un rato, salimos debido a las continuas quejas de Alice; alegaba que su cuerpo estaba empezando a lucir igual a una pasa arrugada. Al mismo tiempo, el clima empezaba a cambiar y el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, era una vista sencillamente hermosa.

Como algunos, nos sentamos alrededor de una fogata improvisada mientras Edward adhería un par de malvaviscos a unas ramitas delegadas. El día simplemente no podía terminar mejor.

—Nos conoces tan bien— le señalé arrebatando la bolsa de malvaviscos de sus manos.

—Llevo conviviendo con ustedes desde los cinco años, no es para menos— se encogió de hombros y sonrió.

Empezaba a hacer frío, pero el calor que emanaba de la brillante llama lograba calentarnos un poco. Me sentía tan bien, el estrés y los problemas parecían realmente lejanos; miré a mis dos amigos, Alice abrazaba a Edward por la cintura mientras susurraba algo en su oído y él negaba en respuesta.

—En estos momentos es cuando una persona se siente excluida— bramé captando la atención de ambos chicos.

—Oh ven aquí, pequeña Em— Alice abrió sus abrazos mientras yo me acercaba gustosa a ella.

—Ha sido un buen día— dijo Edward.

—Así es, gracias por traernos— le sonreí.

—Si Eddie, gracias— Alice acentuó aún más el agarre alrededor de la cintura de nuestro amigo.


*


El camino de regreso se hizo más rápido. Edward llevó primero a Alice y para cuando el cielo estuvo totalmente oscuro, ya casi llegábamos a mi casa,

—Ya hemos llegados— anunció momentos más tarde aparcando el auto.

—¿Quieres entrar?

—Esto no, no— pasó su mano por su cabello despeinándolo un poco— . Ya es tarde, tengo que regresar a casa.

—Bueno— le respondí con una pequeña sonrisa; iba a salir del auto cuando su mano me detuvo.

Me giré para mirarle y en sus ojos solo podía ver miedo. Pero ¿Miedo a qué? Pensé.

—¿Sucede algo?

—Salgamos mañana— dijo simplemente.

—Claro, no hay problema— contesté. Sin embargo no dejé de mirarle esperando a que me dijera algo más, que dijera lo que le inquietaba.

—Es solo que hay un nuevo restaurante al que me muero por ir.

—Bien— respondí sabiendo que no obtendría nada más. Luego volvería a intentar.

—Paso por ti a las a las cinco.

Edward se había marchado después de eso y mientras entraba en casa me seguía preguntando sobre lo que podría estar mal, porque había algo. Lo conocía lo suficientemente bien como para saber que algo le estaba perturbando. Dentro, la poca luz de la casa provenía de la sala de estar. Una vez ahí, encontré a mi madre y a Zayn, quien aparentemente no se había escapado.

—He llegado.

—Hola Emma ¿Que tal les fue?— preguntó mi madre ofreciéndome de su bolsa de doritos a la cual negué.

—Estuvo bien.

Mi madre asintió pareciendo complacida y pasó a ir a la cocina justo al mismo tiempo que Zayn hablaba.


—No lo parece— murmuró lo suficientemente alto como para poder escucharlo.

Fruncí el ceño, dándome cuenta que había vuelto a la realidad. Mi realidad. Y casi por inercia me encontré refutando.

—Bueno, claramente no me divertí tanto como tú y Lisa, pero sí, a pesar de todo la pase súper. Gracias por interesarte.

Inmediatamente después de hablar me mordí la lengua. No había absolutamente ninguna necesidad de usar mi tono mordaz y muchísimo menos de mencionar a Lisa.

—¿Acaso tu noviecito no logra alcanzar tus expectativas?

—Edward no es mi novio— silbé con los dientes apretados.

—¿De verdad? Entonces deberías decírselo.

—Tú no me dices que hacer.

Zayn estuvo a punto de responder cuando mi madre regresó anunciando que ya se iba a la cama. Siguiendo el ejemplo de mi madre, también abandoné la habitación sin dirigirle una última mirada a Zayn. Había sido una confrontación estúpida y podía conmigo lo impulsiva que me volvía cuando se trataba de él. Pero si yo tenía la culpa, Zayn tampoco era un santo. Él me provocaba y jugaba con mis nervios cada vez que se le presentaba la oportunidad y parecía complacido con ello.

Tomé una ducha, me coloqué mi pijama y de lo cansada que estaba caí rendida al instante.

Cuando desperté la habitación estaba cubierta por una penumbra densa, el reloj en la mesilla apuntaba a casi las tres de la madrugada. El ambiente estaba frio pero mi cuerpo estaba extrañamente cálido, no fue hasta que intenté girarme cuando mi cuerpo se congeló por completo. Mi espalda estaba contra un pecho duro y firme al mismo tiempo que una respiración lenta y profunda me acariciaba la nuca enviando ráfagas eléctricas por todo mi cuerpo.

—Fuera— susurré con la voz entrecortada, casi de inmediato unos ardorosos brazos me rodearon completamente—. Zayn.


El chico solo murmuró algo que no pude reconocer. Mi mente aún estaba nublada por el sueño pero era firmemente consciente de su cuerpo cernido casi sobre el mío.

—Fuera de mi cama ahora— insistí más alto.

En respuesta sentí su cuerpo tensarse y sus brazos aflojando su agarre, me giré para encararlo, solo había sorpresa y una pizca de confusión en su mirada.

—¿Qué haces en mi cama?— preguntó con su voz más grave de lo normal.

Casi caí de la cama. Parecía estarme tomando el pelo.

—Esta es mi cama.

Zayn parpadeó, paseó su mirada alrededor de la habitación, su rostro contrayéndose a medida que alcanzaba el reconocimiento.

—Lo siento— dijo finalmente levantándose de un salto—. Esto no me pasaba desde hace mucho tiempo.

Fruncí el ceño ¿Qué no le pasaba desde hace tiempo? ¿El colarse en habitaciones ajenas?

—Lamento esto y lo que paso hace unas horas, yo supongo... sé que no es asunto mío lo que hagas o dejes de hacer con el chico.

Mi boca estaba ligeramente abierta y mis ojos iban a salirse en cualquier momento.

—¿Estás jugando conmigo? ¿Es esto un juego para ti? No puedes venir y meterte en mi cama a mitad de la noche, no puedes simplemente pedir disculpas después de hacerlo, no puedes...

Mi cuerpo se entumeció completamente. La sabana se había rodado de mi cuerpo cuando me senté sobre la cama, el aire soplaba ráfagas heladas sin parar. Pero sus labios, sus labios estaban sorprendentemente calientes contra los míos. Mi mente cayó en un hoyo negro sin ninguna luz de reconocimiento, mis manos a mis costadas y mis ojos abiertos en par en par mientras Zayn me besaba. El chico abrió sus labios y para el momento en que su lengua rosó mi labio inferior el hoyo se hizo incluso más oscuro, con los ojos cerrados, todos mis sentidos parecieron concentrase única y exclusivamente en su boca.

Sus manos se apretaron en mi cintura y todo su sabor me inundó, sabía a menta y a cigarrillo y por primera vez, dicho elemento no me disgustó. Todo él sabía y se sentía de maravilla. Pero incluso en mi estado de desconcierto apareció la vocecilla de la razón.

¿Qué estás haciendo?

¿Qué estás haciendo?

¿Qué estás haciendo?

Rompí el beso aturdida, mi cabeza dando vueltas en un espiral sin salida a la vez que una mezcla de confusión e incredibilidad me quemaba como barzas ardientes.

—Lo siento— murmuró Zayn apresuradamente, se llevó las manos a su cabello y me miró. Parecía tan turbado como que yo—. No me pidas una explicación para lo que acabo de hacer porque no la tengo.

Dejé pasar un momento antes de decir:

—No quiero una explicación, después de todo solo ha sido un beso.

Noté como su mandíbula se contrajo aunque solo fue por unos segundos, noté sus hombros rígidos y luego su brusco asentimiento antes de salir y dejar la habitación. Me quedé mirando la puerta cerrada por un largo rato, ya no me percataba del tiempo. Me sentía mareada y hasta que sentí mis músculos entumecidos no me atreví a moverme.

Solo ha sido un beso.

¿De verdad? En mi mente estaban los encuentros anteriores, aquellos instantes donde casi me había besado. Juré por lo bajo. Ya no había sido un intento, había sucedido de verdad y no fui capaz de impedirlo desde el primer momento. Estaba claro que el chico era sonámbulo, me percaté desde el principio, solo tendría que haberlo echado de la habitación y listo. Entonces ¿Por qué había saltado a arremeter contra él?

Era como si me gustase confrontarse con él, con si en el fondo hubiese estado esperando por él, por todo él.

No podía ser.

Sin poder dejar de pensar, esa noche no volví a dormir.


N/A: Cualquier error u horror notifíquenmelo, por favor.

Dato: Cuando publiqué el capítulo en el 2014, era cumpleaños de Zayn, así que ¿por qué no? FELIZ CUMPLEAÑOS ZAYN. A su vez el capítulo estaba dedicado a: jevgivenchi  y a lumfalls

Gracias por leer. Patricia.






Continue Reading

You'll Also Like

2.2M 231K 131
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...
292K 27.9K 67
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...
1.7M 103K 50
"-Te dije que siempre volvería a ti -susurró, finalmente." ESTA NOVELA NO ES MIA. La historia le pertenece completamente a Sam Leon Segunda temporad...
83K 5.7K 49
Richard pierde la visión en accidente automovilístico. Después de rendirse ante la oscuridad, y todo lo que venga con ella, cae en una solitaria depr...