Habían pasado dos semanas desde el pequeño "incidente" en la estación de trenes, y faltaban pocos días para que las vacaciones terminaran. Durante los casi dos meses de descanso, Sakura trabajó todos los días, teniendo la posibilidad de convivir más tiempo con Sasuke.
Ahora, en su día libre, mientras se encontraba leyendo en su apartamento, se puso a pensar que ya sabía más cosas de él, sabía que tenía veinte años, que estaba estudiando Administración en la Universidad Central, y que era su segundo año ahí, sabía que le gustaba el silencio y los autos, también que odiaba las alcaparras, y que era alérgico a los gatos. Tal vez todas esas cosas eran inútiles pero ahora también ya sabía como interpretar la mayoría de las actitudes del pelinegro, podía distinguir la molestia y la tranquilidad en el mismo tono de voz que siempre ocupaba además de, algunas veces, saber su estado de ánimo aún cuando lo único que saliera de su boca fuera un "Hmph".
- Sip, definitivamente ya estoy imaginando cosas bastante raras - dijo para sí misma - Aunque, he de reconocer que - interrumpió al oír que tocaban a su puerta. Se puso de pie y se dirigió a la entrada - [¿Quién podrá ser?] - Cuando abrió la puerta, realmente se sorprendió - ¿Sa... Sasuke? ¿Qué haces aquí? ¿Sucede algo?
El chico se encontraba parado justo frente a ella, con las manos en su espalda - Alguien quería verte - respondió haciéndose a un lado para que Sakura pudiera ver a su acompañante.
- ¡Miko-chan! - exclamó al ver a la niña tomada de la mano de Sasuke. Sakura se agachó y la abrazó - ¡Hola nena! ¿Cómo has estado?
- ¿Nos permites pasar o piensas dejarnos aquí parados? - preguntó Sasuke. Sakura se puso de pie, y los guió hasta la sala donde Sasuke y Mikoto tomaron asiento mientras Sakura servía un poco de té - ¿Estás ocupada? ¿Prefieres que vengamos otro día?
Sakura salió de la cocina sosteniendo una charola con dos tazas de té, una de leche y un plato con galletas.
- No, la verdad sólo leía un poco y estaba pensando qué preparar para cenar ¿Quieres quedarte a cenar, Miko-chan? - preguntó a lo que la pelinegra asintió con una sonrisa - Entonces, déjame ver qué es lo que hace falta y vamos al supermercado, ¿Te parece?
- No te preocupes - interrumpió Sasuke - Podemos ir a cenar a algún restaurante, no venimos a importunarte.
- No importa, hace mucho que no cocino para más de una persona, además no tengo la menor intención en arreglarme para salir, es mi día de descanso, ¿Recuerdas? - respondió Sakura, luego se dirigió a la cocina en compañía de Mikoto.
Cuando Sasuke se quedó solo, se puso de pie y comenzó a observar, más bien a inspeccionar la habitación, recorrió el lugar hasta que se topó con un librero, y en él varias fotos de Sakura con sus padres, su abuelo y sus amigos, las miró detenidamente, y notó que la chica lucía feliz, no feliz como solía aparentar, sino realmente feliz. Un par de minutos más tarde Sakura y Mikoto regresaron a la sala.
- Bien, ya tengo la lista de lo que hace falta, Miko-chan y yo iremos al supermercado, ¿Quieres venir o prefieres esperar aquí? - preguntó Sakura.
Sasuke se puso de pie - Voy con ustedes.
Entonces los tres salieron del apartamento, bajaron las escaleras y después salieron del edificio. Al estar en la calle, Sasuke se dirigió al auto y le desactivó la alarma.
- No es necesario - dijo Sakura - El supermercado está a cuatro cuadras de aquí, podemos caminar.
El pelinegro soltó un suspiro, y luego caminó junto a ellas hacia el supermercado. En el lugar, la niña estaba realmente feliz ayudando a Sakura a escoger los vegetales, luego la carne y finalmente compraron unos dulces, Sasuke lucía tranquilo, le agradaba ver a su hermanita así de contenta. Un par de horas después, ya se encontraban de regreso al apartamento. Sasuke se quedó en la sala hojeando el libro que Sakura estaba leyendo mientras ella y Mikoto preparaban la cena en la cocina. Sakura estaba cuidando una olla que tenía en el fuego, cuando Mikoto tomó un volante que estaba adherido al refrigerador para enseñárselo a la chica.
- Eh, ¿Quieres saber qué dice? - preguntó la pelirosa a lo que la niña asintió con la cabeza - Veamos, dice que dentro de una semana va a haber un festival de fuegos artificiales en la orilla del río, donde estuvimos la otra vez, ¿Recuerdas? - la niña asintió nuevamente y luego se dirigió a la sala para mostrarle el volante a su hermano.
- ¿Qué es, Mikoto? - preguntó al tomar el papel de manos de la niña para leerlo.
- Es un volante sobre el festival de fuegos artificiales que va a haber en el río - interrumpió Sakura mientras se acercaba a la sala - ¿Quieres ir Miko-chan? - la niña asintió, luego miró a Sasuke, y después a Sakura.
- Quieres que Sakura nos acompañe, ¿No es cierto? - le preguntó Sasuke y la niña volvió a asentir. Luego el pelinegro miró a la chica - Entonces Sakura, ¿Vas a acompañarnos?
La pelirosa dudó por un momento - C-claro, si Miko-chan quiere podemos ir los tres juntos.
Después de eso, los tres se dirigieron al comedor para cenar.
- Tengo que admitir que está delicioso - comentó Sasuke después de comer un poco.
- G-gracias - respondió la pelirosa.
- Aunque creo que se te pasó un poco la sal, ¿No crees?
Sakura lo miró molesta - ¿Es que nunca puedes hacer un halago sin arruinarlo?
Sasuke esbozó una sonrisa - Es broma, ya te dije que estaba delicioso.
Los tres continuaron cenando tranquilamente, Sasuke seguía diciendo que le faltaba o le sobraba sal o que sabía a quemado, siempre buscando que Sakura se molestara, lo que hacía que Mikoto sonriera como nunca al ver a su hermano pelear con su "novia". Luego se quedaron en la sala viendo una película, Sakura sentada en un extremo del sofá con la cabeza de Mikoto recargada en sus piernas, y Sasuke al otro extremo con las piernas de la niña sobre las de él. Finalmente, al término de la película, Sasuke se levantó y tomó en brazos a Mikoto que estaba completamente dormida.
- Nosotros debemos irnos - dijo Sasuke mientras se dirigía hacia la puerta.
- Claro, ¿Quieres que te ayude a llevarla al auto? - el chico asintió con la cabeza - Espera, deja voy por una frazada - dijo la ojiverde, fue corriendo a su habitación, y regresó con una frazada color morado con la que cubrió a Mikoto. Luego los dos bajaron por las escaleras hasta el auto de Sasuke. El pelinegro colocó a la niña en el asiento trasero y después se dirigió al otro lado para abrir la puerta.
- Sasuke, yo... - dijo la pelirosa - Sobre el festival...
- No tienes que asistir si no quieres - interrumpió.
- No es eso, lo que pasa es que yo había quedado con mis amigos para ir juntos, no me gustaría que Miko-chan pensara que no quiero ir con ella, así que si tú... puedes soportar estar con mis amigos por unas horas, creo que podríamos pasarla bien, ¿No crees?
- Hmph, tal vez - respondió Sasuke. Luego subió al auto y se fue.
Los días de la semana transcurrieron deprisa, Sakura trabajó cada día completo viendo que Sasuke seguía encargándose del restaurante a tan sólo unos días del regreso de su tío, era como si quisiera demostrarle lo eficiente que había sido con la administración del lugar. El ver que el chico podía esforzarse tanto, despertó en Sakura un gran sentimiento de respeto y admiración, pues desde que lo conoció había creído que él estaba en el restaurante sólo para pasar el tiempo, como un jovencito rico y consentido.
Había llegado el sábado. y al día siguiente sería el festival en el río. Ella ya había hablado con sus amigos quienes acordaron ser respetuosos con el chico, pero el notar que durante la semana Sasuke no le había comentado nada, hizo que Sakura pensara que probablemente ya lo había olvidado o que no quería asistir. Sin embargo, prefirió darle el beneficio de la duda y hablar con él. Así que cuando su turno terminó, se cambió de ropa y se dirigió a la oficina del jefe. Tocó la puerta y luego entró.
- ¿Necesitas algo? - preguntó inmediatamente el chico sin mirarla.
- Yo... yo quería saber si - la chica titubeó, pero pensando que probablemente no lo recordaría, decidió cambiar el tema - Yo vine a avisarte que todo está terminado, y si tienes mucho trabajo puedo irme a casa sola.
- No es necesario, ya terminé, ¿Puedes esperarme afuera? - respondió el pelinegro guardando unos papeles.
- Claro - dijo la ojiverde mientras se dirigía hacia la puerta.
- Y Sakura, sobre el festival de mañana, supongo que puedo pasar un par de horas con tus amigos conviviendo civilizadamente.
El rostro de la chica se iluminó, inmediatamente volteó a verlo - ¿De verdad? ¿Hablas en serio?
Sasuke asintió con la cabeza - Pasaré mañana por ti a eso de las siete.
- Perdón, pero, quedé con mis amigos en el parque, ¿Te importaría que nos viéramos ahí?
- Como quieras - respondió el chico.
Sakura salió de la oficina y no pudo ocultar su felicidad, por alguna razón sentía cómo si le hubiera ganado una batalla a ese chico témpano, no podía esperar a que terminara ese día.
En la tarde del día siguiente, Sakura se encontraba con sus amigos en la entrada norte del parque central de Konoha. Todos vestían yukatas, Sakura una en color verde olivo, Hinata una de color blanco y detalles en azul rey, Ino vestía una en color morado, Tenten una rosa, Gaara una color vino, Naruto una azul rey y Kiba una de color verde olivo aunque un poco más oscura que la de Sakura.
- ¡Llevamos casi media hora esperando! - exclamó Naruto - ¿Estás segura que ese tipo va a venir? Yo creo que...
- ¡Ahí está! - exclamó Tenten, la que de todo el grupo sentía menos apatía hacia el pelinegro.
En ese momento, apareció Sasuke vestido con una yukata negra tomado de la mano de Mikoto que vestía una en color azul cielo.
- ¡Miko-chan! - exclamó Sakura mientras se dirigía hacia ellos. Entonces Sasuke se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla, cosa que sorprendió a Sakura y a sus amigos.
- Así que realmente son pareja - dijo Tenten al ver la escena - Pero, ¿Quién es la niña? ¡No me digas que ya tiene una hija!
- No te adelantes Tenten - comentó Gaara.
- Es posible que mi tía esté aquí - le susurró el pelinegro al oído.
- Entiendo - dijo Sakura, luego tomó a Mikoto de la mano y caminó hacia sus amigos - Chicos, ella es Mikoto Uchiha, la hermanita menor de Sasuke - dijo mientras la niña se escondía tras ella - Miko-chan, ellos son mis amigos: Naruto, Hinata, Ino, Kiba, Gaara y Tenten.
- ¡Qué linda! - exclamaron Ino, Hinata y Tenten al unísono.
- De acuerdo - dijo Gaara - Ahora que ya estamos todos, podemos ir a ver que hay en los puestos, ¿Les parece?
Todos asintieron con la cabeza y se dirigieron a los puestos que se encontraban a lo largo del camino que recorría el río. Cada uno parecía estar disfrutando mucho el evento, aprovecharon para probar comida típica de los festivales, jugar y comprar algunos recuerdos. Sin duda, la convivencia a veces se tornaba tensa, especialmente entre Naruto y Sasuke, pero ambos reaccionaban y seguían ignorándose mutuamente. La más feliz era Mikoto, que no paraba de sonreír con las locuras que el rubio amigo de Sakura hacía.
- Eres muy linda Miko-chan - comentó Naruto - Ven, vamos a ver que hay de aquel lado, ¿Quieres? - la pelinegra asintió con la cabeza, luego dirigió su mirada hacia Sasuke, que iba tomado de la mano con Sakura. Ante la mirada de la niña, no tuvo más remedio que asentir con la cabeza.
- Puedes estar tranquilo Sasuke-kun - dijo Hinata al ver la duda del pelinegro - Miko-chan estará bien, sólo iremos a ver del otro lado y... - la ojiperla no pudo terminar, pues su hiperactivo novio la tomó de la mano y salió corriendo junto con ella y Mikoto.
Después de una hora, y al ver que ya se acercaba el inicio del espectáculo, Sakura y los demás decidieron comenzar a buscar un lugar desde donde verlo.
- Tranquilo Sasuke - susurró Sakura - A pesar de su personalidad, Naruto es sumamente cuidadoso, no tienes de qué preocuparte.
- Estoy tranquilo, no se de qué estás hablando - respondió de manera cortante Sasuke.
- Entonces, ¿Podrías devolverme mi mano por favor? - dijo la pelirosa al sentir que el pelinegro apretaba con suma fuerza su mano. El pelinegro soltó la mano de la ojiverde mientras un leve sonrojo cubría sus mejillas.
- Discúlpame, yo no...
- ¡Miko-chan! - exclamó Sakura al ver a la niña tomada de la mano con Naruto y con una paleta en la otra.
Naruto y Hinata se adelantaron para alcanzar a los demás, mientras Sasuke inspeccionaba sino le faltaba alguna parte a su hermanita.
- Te dije que estaría bien - le dijo Sakura mientras tomaba a Mikoto de la mano.
- Hmph, hay que darnos prisa sino el espectáculo va a comenzar - respondió Sasuke tomando de la mano a Sakura. Mientras caminaban entre los puestos, Mikoto se detuvo jalando levemente la mano de Sakura.
- ¿Qué sucede Miko-chan? - le preguntó a la niña que tenía la vista puesta en un hombre que estaba tomando fotografías a los asistentes - ¿Quieres tomarte una foto? - Mikoto asintió con la cabeza. Sakura le dijo a Sasuke y éste se dirigió al señor, luego tomó a Mikoto de la mano y se agachó para quedar a la misma altura que ella. Entonces la niña caminó hacia Sakura, quien se encontraba detrás del fotógrafo, y la jaló de la mano.
- N-no Miko-chan, no es necesario, la verdad yo... nunca he sido muy fotogénica así que...
Sasuke se puso de pie y caminó hacia Sakura para tomarla de la mano.
- Es sólo una simple foto, ¡Podrías dejar de comportarte como si fuera la gran cosa! - dijo el pelinegro. Sakura se resignó y aceptó. Sasuke y Sakura se agacharon para quedar a la altura de Mikoto que se encontraba entre ellos y se tomaron la foto. Luego, alcanzaron a los amigos de la pelirosa que ya habían encontrado un lugar desde cual ver el espectáculo, el parque se hallaba completamente lleno, parecía que todo Konoha se había dado cita en el lugar. Tan sólo un par de minutos después de su llegada, el cielo se vio iluminado por cientos de luces de varios colores que se reflejaban en el río, una tras otra las esferas de colores estallaban dejando destellos tintineantes en el oscuro cielo nocturno. Todos miraban maravillados, el espectáculo era mucho mejor de lo que habían imaginado.