¡Hey, hola! Tengo una noticia importante que darles.
Estaré de nuevo en la FIL de Guadalajara, México.
Decidí organizar una pequeña convivencia para poder conocernos en caso de que alguno de ustedes ande por allí, para tomarnos fotos y pasar un rato divertido. Llevaré también mis libros (mis novelas, no los fanfics) para darles la oportunidad de conseguirlos sin pagar por internet. Los libros estarán a la venta, sólo aviso. Si están interesados en ir, les digo que los estaré esperando el sábado 3 y domingo 4 de diciembre, de 4:30 a 5:30, en el área de descanso dentro de la FIL.
Ya que el viaje implica irme a otra ciudad y eso será muy cansado, he decidido tomarme un par de semanas de descanso de Wattpad. Esto significa que desde el día 26 de noviembre, hasta el 11 de diciembre, no actualizaré ninguna de mis historias. Tan sólo estaré por aquí para leer y responder sus mensajes y comentarios. El día 12 de diciembre volveré, y espero hacerlo con el mejor de los ánimos para darles los capítulos que ustedes se merecen.
Así que, repito.
Sábado 3 y domingo 4.
Expo Guadalajara.
Área de descanso.
4:30pm a 5:30pm.
¡Nos veremos pronto!
¡Que disfruten el capítulo!
Un Apemon, un Candlemon, un Evilmon y un Nanimon fueron las víctimas fatales que dejó el estallido del explosivo que destruyó un muro entero. La alarma se encendió al instante, llenando el lugar con las luces rojas que alertaban a la comitiva de Digimon siniestros. El señuelo cumplió con su objetivo, pues ninguno de los Digimon que corría hacia donde se escuchaba la alarma pudo percatarse de la presencia del ser humano que los observaba desde un rincón oscuro, resguardándose detrás de una puerta abierta.
Al ver pasar al último de sus enemigos, el chico de los ojos púrpura echó a correr en la dirección contraria, tan rápido como pudo. Se adentró en un oscuro y silencioso pasillo, en el que ya no había una sola alma que le diese una inesperada bienvenida. Se aseguró de cerrar a al y canto la puerta, colocando en ella una marca para asegurarse de no volver a pasar dos veces por el mismo punto. La sangre que aún escapaba lentamente de su herida fue de gran ayuda para ello, aunque él no habría tenido problema alguno con hacer una pequeña herida en su dedo para conseguir una que otra gota de sangre.
Con la ayuda del Xros Loader, se abrió paso intentando que el sonido de sus pies no lo delatase. Pronto, le fue sencillo encontrar las cámaras de seguridad que vigilaban el pasillo. Aquella luz intermitente sobre cada cámara delataba que estaban funcionando, a pesar de no moverse en absoluto. La mente astuta y analítica de Lelouch le ayudó a darse cuenta de que destruir o mover las cámaras era mucho más arriesgado que dejarlas funcionar con normalidad. No tardó en encontrar el resto de las cámaras, ubicadas a cada tres o cuatro metros de distancia. Dejó entonces el Xros Loader de Taiki en su bolsillo para deshacerse de la única fuente de luz, y comenzó a caminar a paso lento para pasar por debajo de las cámaras, escapando del alcance de la lente y resguardándose en la oscuridad. Aquello fue provechoso, pues el camino de las cámaras le llevó hasta aquella puerta cerrada que sólo podía abrirse mediante otro de los sensores de Sigma.
El recelo aumentó, así como los deseos de Lelouch por reunirse de nuevo con Nene, antes de que ocurriera un motín o un sabotaje.
Miró hacia el fondo del pasillo, en el que encontró la inconfundible puerta de un ascensor que también funcionaba mediante los sensores.
Tomó de nuevo el Xros Loader de Taiki, y verificó que su arma aún tuviese suficientes balas. Dando un profundo respiro, colocó el Digivice sobre el sensor para abrir la puerta. Entró en la habitación. Y al cerrarse las puertas de nuevo, lo resplandores de cuatro disparos se dejaron ver a través de las rendijas que quedaban alrededor del umbral.
Dentro, Lelouch bajó el arma y se adentró en el centro de comando, pasando entre los Digimon cuyos Datos desaparecían por completo. Aquellos Digimon que murieron en el anonimato, jamás tendrían la oportunidad de renacer.
Estando dentro de aquel lugar, Lelouch no podía saber que aquella chica que usaba la máscara ya se encontraba en el sitio donde él había dejado la marca de sangre.
La mirada gélida e imponente de Zero inspeccionó los tres ordenadores que rodeaban al sistema más grande, que recordaba también al centro de control que Sigma poseía en su refugio. Un pequeño chillido rompió el silencio, sobresaltando a Lelouch y haciéndole girar con violencia para apuntar el cañón del arma hacia ese punto. Su dedo pudo haber presionado el gatillo, si los ojos brillantes y cubiertos de lágrimas de aquel Labramon no hubieran hecho contacto con los suyos. Sin dejar de apuntar con el cañón de su arma hacia la cabeza de su oponente, Lelouch preguntó con la voz demandante de su alterego:
— ¿Quién eres tú?
—L-Labramon... —respondió la temerosa criatura.
A pesar de su momento de debilidad y compasión, el chico se negó a bajar el arma.
—Desactiva el sensor —ordenó.
La criatura asintió y caminó a gran velocidad hacia uno de los ordenadores, con la esperanza de que eso pudiese liberarlo del cañón que ponía en peligro su vida. Sin embargo, el hecho de que la puerta hubiese quedado inhabilitada no fue razón suficiente para bajar la guardia. Lelouch pensó por un momento en usar su Geass en aquella criatura, descartando al instante la idea. Aún lo necesitaba, y él parecía estar dispuesto a colaborar.
Pensativo, posó un dedo de su mano libre sobre su comunicador, diciendo sin mudar el tono de su voz:
—Taiki, ¿me escuchas?
La respuesta fue inmediata.
—Te escucho, Zero.
El aludido sonrió para sus adentros.
—Estoy en el centro de comando de Lilithmon —dijo—. Y hasta ahora, sólo he descubierto más razones para desconfiar de Sigma.
—Zero, en el centro de comando debe haber un mapa similar al que usamos nosotros...
—Estoy en ello —asintió Lelouch.
Terminó la conversación sin esperar una respuesta más, concentrándose de nuevo en su pequeño rehén. Quitó el seguro de su arma, haciendo que Labramon comenzara a temblar. Cualquier otro se habría tentado el corazón, pero la compasión en Lelouch no llegaba a ese punto.
—Quiero ver un mapa de los túneles —ordenó—. Muéstrame.
— ¿Vas a hacerme daño...?
—Haz lo que digo.
Labramon dudó por un instante, pero decidió seguir obedeciendo con tal de salvar su vida. Se acercó de nuevo al ordenador y trabajó velozmente, para proyectar el mapa en el que no apareció ninguna señal. Frunciendo el entrecejo, Zero habló de nuevo.
—Quiero ver a quienes están en los pasillos.
—No puedo mostrártelos —respondió Labramon con nerviosismo—. Hay algo que bloquea la señal.
—Más vale que no pretendas jugar conmigo.
—N-no es así... E-en verdad hay algo que bloquea nuestra señal...
Lelouch frunció el entrecejo y posó de nuevo su dedo sobre el gatillo del arma, preparándose para persuadir a Labramon con un disparo al aire.
Sin embargo, se detuvo en el acto.
Se giró lentamente al percibir una mirada a sus espaldas, y así tuvo la oportunidad de adoptar una actitud defensiva cuando el sensor de la puerta se abrió de nuevo y el disparo azul del anulador del Geass lo impactó de lleno.
— ¡Airu! ¡Yuu!
Todos sabían que sus gritos podrían poner en peligro al grupo entero, pero eso no fue un impedimento para intentar hacer que sus amigos volvieran. Al pasar tan sólo unos segundos, Katsura corrió en esa dirección y exclamó:
— ¡Iré a buscarlos! ¡Tachikawa, ven conmigo!
Montándose en el lomo de Infermon para ahorrar tiempo, Mimi y Palmon se unieron a la misión de búsqueda. Acto seguido, Kira le dirigió a Taichi una mirada cargada de furia. Separó los labios para estallar en un par de quejas, deteniéndose al escuchar la voz de Nunally.
— ¿En verdad era necesario que dijeras eso?
Para Nene, Tagiru, y todo aquel que conocía bien a la chica del cabello castaño, fue un tanto impactante presenciar su intervención. Especialmente al ver la forma en que fruncía el entrecejo para demostrar que realmente estaba enfurecida. Una emoción que no era ni medianamente normal en ella. Encaraba a Taichi con valor, con la misma mirada fulminante que tantas veces había usado su hermano mayor. De no haber sido por su baja estatura, habría dado una impresión realmente intimidante.
—No he dicho nada que no sea cierto —se defendió Taichi—. Tal vez las palabras no hayan sido las más indiadas, pero es verdad que quienes no tienen un Digimon para pelear son sólo estorbos para los demás. Cargar con ustedes nos retrasaría. ¿Quién los protege? Nosotros debemos cuidarnos a nosotros mismos si queremos llegar con vida al Campo del Infierno.
—Nosotros —intervino Zoe, dando un paso al frente y colocándose a un lado de Nunally—. Ophanimon nos encomendó esta misión para trabajar juntos, no para buscar más razones para separar al grupo.
—Nosotros no queremos separar al grupo —intervino Meiko, colocándose a un lado de Taichi para encarar a Zoe—. Son ustedes quienes no quieren confiar en nosotros. Taichi sólo está preocupándose por el equipo. Ni él, ni ninguno de nosotros, quiere que se sigan perdiendo más vidas inocentes.
—Esa no es razón para atacar a los demás —insistió Nunally—. Todos formamos parte del mismo bando.
—Un bando con fuerzas reducidas —respondió Taichi impaciente—. Tampoco tú tienes un Digivice.
—Airu tiene un Xros Loader, como los de Nene y Tagiru —dijo Nunally, sintiéndose cada vez más enfurecida—. ¿Cómo puedes decir que ella es un estorbo?
—Él no hablaba sólo de Suzaki —dijo Meiko—. De cualquier manera, su Digimon ya no existe. Ella debió quedarse en el refugio de Sigma.
—Opossumon murió intentando derrotar a Belphemon —intervino Dorulumon, acompañando sus palabras con gruñidos intimidantes—. De no ser por su sacrificio, Palmon y Tachikawa jamás habrían podido alcanzar otro nivel de Digievolución.
—Bueno, Gabo no tuvo más opción que sacrificarse, ya que Amano no quiso abrir la puerta —atacó Taichi.
—Esto no nos está llevando a ningún sitio —espetó Tentomon, a sabiendas de que Izzy habría preferido mantenerse en silencio—. No se trata de Opossumon, ni de Gabo. ¡Pudo ser cualquiera!
—De cualquier manera, no hay mucho que podamos hacer —dijo Nene, cruzándose de brazos y avanzando distraídamente hacia los protectores para situarse frente a Nunally, convirtiéndose en un escudo humano—. Aunque ustedes crean que nuestros compañeros son estorbos, nosotros no los vemos como tal. Lo único que vemos es que ahora no sólo estamos lejos de Lelouch, Taiki y Kiriha. Mimi, Katsura, Airu y mi hermano también estarán lejos mientras no podamos acercarnos a ellos de otra forma que no sea avanzando a tientas.
—Ya estamos dentro del escondite de Lilithmon —atacó Meiko, impaciente y dispuesta a demostrar que defendería a sus compañeros con garras y colmillos—. Y ya sabemos que en el quinto nivel tienen atrapado a Kiriha Aonuma.
—Sí —asintió Nene—. Pero hay algo que quizá nos están ocultando. Y ya que quieren jugar a dividir los bandos y ocultar información...
Kira esbozó media sonrisa cuando Nene apuntó con su arma hacia la cabeza de Sigma, alertando al resto de los protectores que fueron sometidos ante las posiciones de ataque de Mervamon, Dorulumon y Sparrowmon. Izzy se quedó helado en su sitio, respirando incluso con cautela. Cada uno de los protectores compartió el mismo pensamiento. Además de destruir a los Knightmares y a sus pilotos, todas las armas de fuego que no pertenecían al Mundo Digital también debían ser exterminadas.
—Tienes suerte de que Oggi y Diethard no se atrevieran a dispararle a Taichi —sentenció Nene—, pero yo no seré tan compasiva contigo. —Retiró el seguro de su arma y añadió, haciendo énfasis en la forma en que su dedo se posaba sobre el gatillo—. Quiero saber cómo podemos volver a usar nuestro mapa.
— ¡Sigma no es nuestro enemigo! —exclamó Henry exasperado.
—Oh, claro... —se burló Kira colocando los brazos en jarras—. Sólo es una persona que sí puede ver las señales en el mapa, y que tiene en su refugio el mismo sistema de seguridad que usa Lilithmon con esos sensores. No entiendo cómo es que cualquiera podría desconfiar de él...
Por encima de los comentarios sarcásticos, Izzy tomó un respiro y decidió responder, dándole también un poco de alivio a Tentomon.
—Destruyendo el generador.
—Dime más —exigió Nene.
—El inhibidor del mapa funciona desde el ordenador de mi refugio —respondió Sigma—. Y el generador que alimenta a la energía de toda la Tierra Cibernética está en la base de Lilithmon. Si destruyes el generador, el mapa volverá a mostrar todas las señales.
—Sabía que aquí había un gato encerrado —se quejó Kira en voz baja.
Nene no mudó su expresión. Parecía que Zero se había apoderado de su cuerpo.
— ¿Dónde está el generador? —urgió.
—En el cuarto nivel —respondió Izzy—. Dentro del cuarto de control. Hay un ascensor en cada nivel.
Nene asintió. Bajó el arma y se giró velozmente, caminando a paso decidido y exclamando:
— ¡Andando!
Nadie se negó. Al menos, ninguno de los miembros de ese selecto grupo que podía convivir con quienes no poseían un Digivice sin que eso fuese un problema. Tagiru se encargó de fulminar a Meikuumon con la mirada al percatarse de la forma en que el salvaje Digimon del pelaje anaranjado parecía estar dispuesto a atacar.
Estando dentro de aquel oscuro pasillo, vacío en su totalidad, Akari apretó el paso para acercarse más a Nene y decir, acalorada:
— ¡Nene! ¿En realidad ibas a matarlo? ¿A sangre fría?
La chica se limitó a asentir, sin dejar de caminar.
—Aquellos dispuestos a disparar, deben estar preparados para que les disparen —citó.
La sonrisa de Kira creció. Las disputas únicamente le ayudaban a notar que definitivamente estaba en el bando correcto para ella.
Los protectores formaron un corro alrededor de Sigma, quien parecía haber palidecido. Meiko ofreció un pequeño consuelo, dándole al chico un par de palmadas en la espalda. Henry suspiró y dio un par de palmadas también. Taichi, sin embargo, aún tenía algo qué decir.
— ¿Cómo sabes todo eso, Sigma? ¿Habías entrado antes a este lugar?
El silencio fue su única respuesta.
Y eso, en conjunto con la mirada angustiosa y delatora de Tentomon, hizo que los protectores notaran al fin que el aspecto cansado y ojeroso de Sigma intentaba decir algo más. El aludido compartió una mirada con Meiko. Sus ojos lucieron opacos por un breve segundo, y la chica sólo pudo retroceder. Cubrió su boca con una mano para reprimir un grito. Los ojos de Izzy volvieron a la normalidad. Henry reprimió una maldición en voz baja. Taichi retrocedió también.
—Tenemos que reunirnos con Lambda, Épsilon y Omicron —dijo Izzy—, antes de que sea demasiado tarde.