Dedicado a: amordeinvierno80 KaydenHernandez AngelicaMoonwolker carmelabeatleARACELIINSFRAN08ClaudiaGiselaSirenilla40butterflyS_26
Comenzamos a adaptarnos a los cambios... ambos trabajando, la gira de Mike y habernos cambiado de casa eran bastantes situaciones nuevas en nuestra vida. Pero lo estábamos logrando sin problemas, al menos en un principio.
Por un lado yo estaba orgullosísima de Michael, de ser tan valiente con lo que estaba haciendo de volver a los escenarios, y él también se enorgullecía de mí, porque era la primera vez que trabajaba en un lugar que no fuera Neverland, y me estaba yendo bien.
Al principio todo parecía miel sobre hojuelas, demasiada atención y regalías para Michael, pero conforme pasaban los meses y las cosas estaban poniéndose muy raras con la gira. Ambos teníamos un pésimo presentimiento. Empezó a aparecer gente muy mala que Michael había apartado de su vida, y lo peor es que de 10 pasó a tener que hacer 50 conciertos. Y Michael ni se enteró cuándo hicieron todos esos cambios... ya era tarde para hacer algo, de alguna manera lograron meter todo eso en el contrato. Por otro lado, Michael no tenía un rol tan participativo como lo había tenido siempre. En ocasiones anteriores, él se encargaba de todo, él sabía absolutamente todo lo que ocurría, de hecho muchas veces él era ex director artístico en sus conciertos. Y ahora estaban ocultándole muchas cosas.
- ¿Mamá qué pasa? -Preguntó Paris algo preocupada en el almuerzo.
- Nada hija.
- Estás muy callada. -Dijo Prince.
- No pasa nada hijos, coman tranquilos.
- ¿Te sientes mal? -Dijo Mike.
- No
- ¿Estás enojada?, ¡yo no fui! -Exclamó Blanket.
- Ya dije que no pasa nada. Michael, ¿podemos hablar?
- ¿Ahora?
- Si, por favor. -Le dije seriamente.
- Bueno, niños cómanse todo.
Me levanté de la mesa y subí hasta nuestra habitación.
- ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo? -Preguntó Michael muy preocupado.
- No Michael, es que ya no aguanto más, esto es insostenible. -Realmente para levantarme así de la mesa era porque algo sucedía.
- Pero qué pasa Julie, dime.
- Esto, tu gira, tus 50 conciertos, la gente... ese doctor el tal Murray que te sigue para todos lados, eso de que despidieron a Leonard sin que tú supieras... ¿no te parece que algo anda mal?
- Claro que sí, pero qué puedo hacer. Ya falta poco para que comience la gira, hay que ser pacientes. -Lo observé con una negativa, como diciendo que él no entendía todo lo que pasaba.
- Michael... Karen vino a hablar conmigo ayer.
- Oh dios. -Susurró Mike con una mueca de desapruebo.
- Así es que deja de ocultarme cosas. No soy ninguna idiota.
- Cariño tienes que entender que no es tan fácil.
- No Michael, basta. Te he entendido toda la vida, "tienes que entender", ya me cansé.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Me cansé de que me ocultes cosas. Tú tienes que entender por favor mi amor. Esto está muy mal. Karen me dijo que ella ni siquiera puede acercarse a ti, que te tienen aislado de todo el mundo. Que ellos controlan todo, que te cansas mucho en los ensayos, que no estás feliz. ¿Es tan así?
- En parte sí, pero no es tan terrible. Es el estrés, la presión. El miedo de volver después de tanto tiempo...
- Pero amor para eso estoy yo, para que te desahogues conmigo, no para que me ocultes tus cosas, ¿cuántas veces te lo he dicho?
- Mira, es verdad que las cosas no son como imaginaba y si pudiera hacer algo para evitarlo lo haría. Pero por otro lado esto terminará pronto y es bueno que lo haga... retomar mi carrera y que la gente recuerde que no he perdido nada, tal vez ahora confiarán más y habrán olvidado lo que pasó hace años...
- Entiendo todo eso que me dices cariño, créeme que sí. Soy la primera en apoyarte cuando lo necesitas, cuando persigues un sueño. Pero ahora no puedo seguir. -Dije intentando sonar menos enojada- Michael por favor entra en razón, te están destruyendo. Fuimos muy ingenuos al creer que las cosas serían diferentes, pero ellos lo están consiguiendo. Sin que te des cuenta están metiéndose en tu vida, controlando todo, poniéndote un médico que tu crees que necesitas, despidiendo a tu gente, aislándote, ¿lo ves o no?
- Lo sé, pero...
- ¿Estás dispuesto a hacer 50 conciertos?
- Realmente no sé. Pero todo está tomando su curso, yo hago lo que puedo para que bajen el número de conciertos. Pero Julie, ya estoy en esto y no puedo dar pie atrás.
- Michael, por favor entiéndeme tú a mí. Yo quiero verte feliz y no te veo feliz. Yo, tengo tanto miedo de perderte. Es que no sabes, no sabes cómo me siento... -Dije bajando la mirada, intentando con todas mis fuerzas que las lágrimas no salieran de mis ojos.
- Por favor no hagas esto.
- Es que esto es demasiado Michael, es una pesadilla. Una cosa tras otra, no alcanzamos a estar tres años tranquilos y ahora esto.
- A ver Julie. Estás pensando cosas que no son.
- ¿Pensando cosas? Mike, yo veo que tú no eres el mismo. Mira cómo estás de delgado, deprimido. Tomando miles de pastillas para dormir, ¿de verdad crees que no me doy cuenta? ¡Déjame ayudarte por dios! Por qué no me dejas hacer algo, si no me dejas impedirlo esto va a terminar mal, yo...
- Ven acá, no llores. -Dijo intentando abrazarme.
- No, déjame. No voy a rogarte más. Simplemente piensa que lo que hagas les afecta a tus hijos. No pienses en mí, piensa en ellos. Michael, no basta con desconfiar de la gente, necesitas tomar acciones. ¿En qué momento dejaste de mandar tú? Antes eras tú quien dirigía todo, estabas involucrado en cada cosa, de ti dependía todo porque sólo tú tienes el poder para saber qué es lo que quieres mostrar al público, es tu arte. Ahora ellos dicen "queremos 50 conciertos", ¡Y no te dejan hacer ni decir nada al respecto!
- No es tan simple llegar y hacer algo, y tampoco es tan terrible como parece.
- Bueno, supongamos que no es terrible. Entonces por favor soluciona esto cuanto antes. Si no haces algo Mike yo no sé si pueda resistir.
- Con esa actitud no vamos a ninguna parte. Yo sé lo que hago, tienes que confiar en mí
- ¿Ah si?, bien. Haz lo que sabes hacer entonces. -Dije tajantemente saliendo de ahí.
- ¿A dónde vas?
- A la galería.
- No te vayas así, hablemos.
- Hablemos cuando hayas pensado en lo que te dije.
- Oye para un poco. Tu no estas haciendo ningún esfuerzo, ¿cómo quieres que confíe en ti si vas a reaccionar de esta forma?
- No sé, no sé nada eso es lo que pasa. Nunca entiendo nada, ¿cierto?
- No es eso Julie.
- Ya basta, me voy.
- Siempre lo mismo, te vas ¿y que pasa con esto?
- Nada, no pasa nada, todo está muy bien, tal como tú dices.
Me fui a la galería aguantándome la rabia a regañadientes, pensando todo el tiempo en Mike. ¿Qué podía hacer por él? Sentía tanta culpa de haberme ido enojada, pero un mal presentimiento no me dejaba tranquila.
Por suerte me había hecho una amiga en la galería, y pude desahogarme y pensar mejor las cosas.
- ¿Qué tienes Julie?, Has estado todo el día como fuera de ti.
- No sé, disculpa no puedo concentrarme.
- No me pidas disculpas, tú eres la jefa. Oye, ¿que tal si luego del trabajo vamos a tomarnos algo y así te relajas un poco y me cuentas? -Insistió Sophie.
- Mm, sí no estaría mal. Hace demasiado tiempo no salgo...
Más tarde sentadas en la mesa de un bar...
- Mira, en mi opinión, ni siquiera soy capaz de imaginarme lo que es estar casada con Michael Jackson. Pero luego de lo que me has contado, lo veo como una persona y no como un artista. -Dijo Sophie.
- Si bueno, a mí me está costando verlo como artista ahora.
- Pero tú sabes que él te ama como a nada en el mundo. Y si sabes que todo lo que está ocurriendo está mal, creo que él te va a oír.
- Pero es que es tan testarudo, ni te imaginas. Puede escucharme pero será difícil convencerlo de que haga algo que no quiere.
- Puede ser, pero tienes que saber manejar tus emociones para que él te escuche. Si te ve mal, triste o enojada no va a querer decirte nada para no herirte.
- Es verdad, pero es tan difícil. Yo siento en mi corazón que algo malo puede ocurrir, siento que no puedo evitarlo y me dan ganas de gritar desesperada en vez de pensar en una solución.
- Calma, aun no ocurre nada. Volverás a casa y verás como juntos encuentran cómo enfrentar esto.
- Gracias Sophie. No sabes cuánta falta me hace conversar con alguien, Michael es todo para mí, pero hay cosas que me guardo y que sólo una mujer entiende.
- ¿Lo amas mucho cierto?
- Muchísimo. Él es tan maravilloso, si la gente pudiera ver tan solo un poquito de cómo es él...
- Pareces una jovencita enamorada, ni me imagino cómo eras cuando recién comenzaban a salir jeje
- Ah, imagínate... estaba loca, loca por él. Michael me ayudó tanto, yo no veía sentido a mi vida, estaba a punto de cometer una locura pero él me salvó.
- Y tú lo salvaste a él. Debes amarlo mucho para resistir tantas cosas a su lado. Uno cree que tiene problemas verdaderos, pero él los tiene a gran escala.
- Es que una vez que lo conoces no puedes evitarlo. Mi corazón quedó como hipnotizado para siempre, jamás dudaría de él. Es un ángel, te juro que no puedo ni describirlo.
- Mírate nada más Julie. Están locos de amor ambos, como el primer día. -Dijo Sophie causándome gran emoción- No te preocupes, él sabrá escucharte. Ten fe en eso.
- Eso espero.
- Bueno y ahora cuéntame, sólo por curiosidad... cómo es él, ya sabes... -Preguntó con mirada picara.
- ¡Qué pretendes decirme Sophie!
- No me juzgues mal, no te estoy sacando información de nada, es simple curiosidad. Es que ya sabes, en la prensa lo muestran como si fuera un extraterrestre, cualquier cosa menos un hombre que es capaz de amar a una mujer, y luego cuando se le ve con tanta energía en el escenario me entra la duda, ¿es así contigo?
- Ah, ¡no puedo creerlo! Jajaja bueno...
- Anda, ¡cuéntame!
- La verdad no sé cómo serán otros hombres. Pero si piensas que cuando baila eso es lo máximo, ni te imaginas cómo es cuando estamos juntos. Es delicado, tierno, apasionado, es increíble, ¡increíble!
- ¡Ah! -Exclamó con emoción- Y ¿cómo es eso? Él es el único hombre en tu vida, ¿el primero?
- Si, el único. Tuve un novio antes de él, pero no tuvo importancia. Y Michael es el primero y el único para siempre.
- Julie me vas a hacer llorar, nunca imaginé que su historia fuera tan especial, ¡tan bonita!
- Gracias Sophie, que tierna eres. Bueno pero ya he hablado mucho, cuéntame cómo estás con tu familia, tus hijos, tu marido...
- Ah si, todo va muy bien...
Seguimos conversando y regresé a casa muy tarde, cerca de las 23. Los niños estaban durmiendo y Michael estaba agotadísimo de los ensayos, por supuesto en pié, dando vueltas por el jardín.
- Hola, llegaste. -Dijo
- si, Michael, yo...
- Ya sé. Gloria me contó.
- Yo traté de avisarte pero no respondiste las llamadas.
- Si, no hay problema. ¿Y cómo estás?
- Bien, mejor. ¿Cómo están los niños?
- Bien, como siempre. Los dejé durmiendo.
- Que bien. ¿Y tú?, Terminaste temprano el ensayo hoy...
- Sí, tuve una discusión con Kenny.
- ¿Muy grave? -Pregunté preocupada.
- Mm, algo, pero ya te cuento. No puedo parar de pensar.
- Yo tampoco.
Nos quedamos mirando sin decir nada, el orgullo me comía las palabras. Pero me esforcé.
- Mike perdóname yo...
- No, perdóname tú. -Interrumpió- He sido muy terco, como siempre. Pero tú tienes razón.
- Por favor discúlpame, es que siento tanta impotencia. Sé que mi actitud sólo te aleja más de mí, pero... mira soy una estúpida, ni siquiera he hablado y ya estoy llorando.
- No amor, tranquila.
- Michael, no quiero que te pase nada malo. Y tengo un presentimiento horrible. Necesito que me escuches, que hagas algo.
- Lo sé. Tienes mucha razón en lo que sientes, pero tienes que escucharme a mí también. Hoy he discutido con Kenny por eso mismo, porque no quiero que sucedan más cosas a mis espaldas como ha estado ocurriendo. Pero amor si hago esto es porque realmente quiero hacerlo, por mis fans, por mi familia, por mi mismo.
- ¿Y estás dispuesto a aguantar todo, por eso?
- Esto no es nada. ¿Olvidas todas las veces que hemos salido adelante?
- Claro que no Mike, pero tengo miedo.
Michael me abrazó y acarició mi rostro. Mirando mis ojos llorosos me dijo...
- Cariño no tengas miedo. Yo sé que es difícil la situación, pero puedo controlarlo, sé de quienes debo desconfiar, sé que realmente no puedo confiar en nadie. Pero tú tienes que confiar en mí. -Dijo tomando mis manos- Necesito que estés bien, que estés tranquila, si no me lo pones mucho más difícil. No quiero que sufras, que te preocupes demás.
- Pero eres mi marido, y no te veo bien. Dices que lo estás, pero aun te veo abatido.
- Lo estoy, es verdad. Pero es por el estrés y esas cosas. Tú puedes ayudarme con eso. Pero no te atormentes más con cosas que no son como crees.
- Está bien.
- ¿Me creerás?
- Si mi amor, pero si tu prometes escucharme, y pensar en lo que te digo y contarme todo.
- Prometido. Ahora dame un beso. -Dijo con una leve sonrisa.
- Te amo tanto.
- Y yo te amo más. Pero ya no llores linda, no me gusta verte así...
- Pensé en ti todo el día, necesitaba tanto este momento.
- Yo también.
Nos besamos tiernamente. La noche era fría, había un sabor salado por mis lágrimas y la sensación fría de su rostro me contaba que llevaba mucho tiempo paseándose por el jardín. Pero de a poco ese beso se tornó cálido y dulce. Sus labios, como siempre, me atraparon sin salida. Su olor, despegaba mis pies de la tierra, y mi corazón latía a mil por hora.
- ¿Vamos? -Propuso.
Le sonreí y caminamos abrazados hasta la casa. Pasé a mirar a los niños que dormían profundamente. Michael me miraba desde el final del pasillo, en la puerta de nuestra habitación y sonreía. Se veía hermoso, cansado pero un poco más tranquilo.
- ¿Tienes sueño? -Pregunté.
- No mucho, ¿y tu?
- Uf, si estoy muerta.
- Que lástima...
- ¿Querías hacer algo a esta hora?
- Mm
- Ya veo, esa carita me encanta... y me quita todo el sueño.