Nene de la Rebelión

By AlisonOropeza20

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Clarisse Okada ha despertado los poderes malignos del Pandemonio de Bagra y ha desatado la destrucción sobre... More

¡No tan rápido, saltamontes!
Anteriormente...
Capítulo I: En la Mansión Ashford
Capítulo II: Balas y Reencuentros
Capítulo III: La Historia del Área 11
Capítulo IV: Lloyd
¡Nos vemos en la FIL de Guadalajara!
Capítulo V: El Pendrive Misterioso
Capítulo VI: Formemos una Alianza
Capítulo VII: ¡Vamos al Digimundo!
Capítulo VIII: Tierra Dragón
Capítulo IX: La Historia de Taichi
Capítulo X: ¡Resiste, Taiki!
Capítulo XI: Flarerizamon
Capítulo XII: Una Nueva DigiXros - ¡Demonurumon Aparece!
¡Nos vemos en la FIL de Palacio de Minería!
Capítulo XIII: Un Golpe de Suerte
Capítulo XIV: El Ataque de Leviamon - ¡Defendamos a la Tierra Dragón!
Capítulo XV: El Mensaje de Clarisse
Capítulo XVI: Gamma
Capítulo XV: Los Secretos Ocultos de la Tierra Vampiro
Capítulo XVI: Te Necesito
Capítulo XVII: El Mensaje de BelleStarmon
Capítulo XVIII: ¡Un Disparo Milagroso!
Capítulo XIX: ¡Vamos al Castillo de NeoVamdemon!
Capítulo XX: El Siniestro Plan de Beelzebumon
Capítulo XXI: El Valor de Nuestra Amistad
Capítulo XXII: ¡DemonCrowkamon al Ataque! ¡Liberemos a la Tierra Vampiro!
Capítulo XXIII: Una Bienvenida Inesperada
Capítulo XXIV: Una Aparición Inesperada
Capítulo XXV: El Siniestro Plan de Belphemon y un Noble Sacrificio
Capítulo XXVI: Un Escape Exitoso - La Decisión de Belphemon
Capítulo XXVIII: Misión de Rescate
Capítulo XXVIII: ¡Es Hora de Digievolucionar!
Capítulo XXIX: Un Grito de Pureza y Valor
Capítulo XXX: Tentación Prohibida - ¡La Tierra Miel Será Nuestra!
Capítulo XXXI: Sigma
Capítulo XXXII: Artillería Pesada
Capítulo XXXIII: ¡Responde, Alfa!
Capítulo XXXIV: Nos Vemos Pronto + ¡Nos vemos en la FILCDMX!
Capítulo XXXV: Ataque en los Túneles
Capítulo XXXVII: La Drástica Decisión de Yuu
Capítulo XXXVIII: ¡Regresa, Airu!
Capítulo XXXIX: Los Ojos de Sigma + ¡Nos vemos en la FIL de Guadalajara!
Capítulo XL: ¡Ánimo, Airu!
Capítulo XLI: El Resurgir de Kiriha - ¡Resiste, Taiki!
Capítulo XLII: ¡Liberemos a la Tierra Cibernética!
Especial de San Valentín | Canción para un demonio
Capítulo XLIII: Los Juegos de Sephirotmon - ¿Dónde Estás, Takuya?
Capítulo XLIV: Primera Ronda - Meikramon Ataca
Capítulo XLV: La DigiMemory Corrompida
Capítulo XLVI: El Anciano Misterioso
Capítulo XLVII: El Secreto del Code Xros
Capítulo XLVIII : El Regreso de BelleStarmon
Capítulo XLIX: ¡Quiero Llegar al Último Nivel!
Capítulo L: El Rugido de Devikraomon - ¡Resiste, Takuya!
Capítulo LI: Beowolfmon VS Mervamon
Capítulo LII: El Mensaje de Minerva
Capítulo LIII: La Caída de Lucemon
Capítulo LIV: Bandos Divididos
Capítulo LV: La Señal Misteriosa
Capítulo LVI: Daemon
Capítulo LVII: La Caída de los Héroes
Capítulo LVIII: Corazones Destruidos y Horizontes Lluviosos
Especial de Halloween | Mi Salamandra
Capítulo LIX: Un Débil Rayo de Esperanza
¡Nos vemos en la FIL de Guadalajara!
Capítulo LX: Las Pruebas de Minerva - ¡Resiste, Entermon!
Capítulo LXI: La Revelación de Takuya
Capítulo LXII: ¡Ataca, Infermon!
Capítulo LXIII: La Caída del General
Capítulo LXIV: Victory Xros - El Surgimiento de GreyKnightmon
Capítulo LXV: La Corrupción de la Inocencia - ¡Vamos a la Tierra Brillo!
Capítulo LXVI: ¿Quién soy yo? - ¿Dónde está Ómicron?
Capítulo LXVII: La Ira del General Azul
Capítulo LXVIII: Conmigo, o en mi contra - La reunión de los Protectores
Capítulo LXIX: El aprendiz del aprendiz
Capítulo LXX: La reina Marianne y la caída del Protector
Capítulo LXXI: La despedida de Yuu
Capítulo LXXII: El Resurgimiento del Príncipe
Capítulo LXXIII: El Último Señor Demonio
Capítulo LXXIV: Hasta dar el último suspiro - ¡Derrotemos a Barbamon!
Capítulo LXXV: Razielmon
Capítulo LXXVI: Un Pacto del Corazón - ¡Vamos al Campo del Infierno!
Capítulo LXXVII : ¿De qué lado estás?
Capítulo LXXVIII : Ahora es tu turno
Capítulo LXXIX: El Principio del Fin
LXXX: Orange-kun

Capítulo XXXVI: El Ataque de Lilithmon - ¡Despierta, ShogunGekomon!

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By AlisonOropeza20


¡Hey, hola! Antes de que pasen al capítulo, quiero decirles algo importante. ¡Al fin está abierta la tienda de recuerditos! Esto quiere decir que estaré poniendo a la venta algunas cosas con diseños inspirados en mis fanfics. Esto, con la misma finalidad con la que vendo mis libros: para tener recursos y seguir escribiendo. Por ahora sólo tengo mini llaveros con diseños de tres de mis libros, y un diseño de la trilogía de Digimon R3. Así que si están interesados, les invito a que vean las fotos que subí de los llaveros a Facebook (/AlisonOropeza20), Twitter (Alison_Oropeza) e Instagram (alisonoropeza). Para pedir el suyo, sólo necesitan mandar un mensaje privado.

Nota: Por ahora, la venta está sólo pensada para hacerse dentro de México. Pero si eres de cualquier otra parte, podemos hablar de ello y ver cómo podemos hacer para que también puedas conseguir lo que te interese. Así que incluso si sólo quieres preguntar, recuerda escribirme por privado.

Por último, quiero decirles que usé muchas canciones durante este capítulo, pero la principal fue un cover de Butter-Fly de Kouji Wada, que les dejo en Multimedia para que escuchen mientras leen. Y no quiero darles spoiler, pero creo que ustedes sabran bien en qué momento reproducir la canción.

Eso es todo por ahora, ¡que disfruten el capítulo!

     —Lelouch Vi Britannia te ordena... ¡Detenerte!

— ¡Shoutmon, Chou Shinka!

Con todo su cuerpo cubierto por la electricidad estática que le impedía moverse, LadyDevimon no tuvo oportunidades de esquivar el ataque de OmegaShoutmon. El impacto del Heavy Metal Vulcan obligó a la mujer demonio a salir de su paralisis y estrellarse contra uno de los muros del túnel. Enfurecida, la mujer demonio se levantó de un salto. Embistió a OmegaShoutmon e interpuso un poco de distancia para lanzar una horgda de murciélagos con la que pretendía cegar a su enemigo. OmegaShoutmon se deshizo de los murciélagos con un simple movimiento del brazo. Acto seguido, volvió a la carga lanzando un certero puñetazo hacia la quijada de su rival. Tras recibir el golpe, LadyDevimon tomó el brazo de OmegaShoutmon y tiró de él para lanzarlo con fuerza hacia el muro que ya había quedado un poco dañado luego de que ella se estrellara contra él. La mujer convirtió su brazo en una afilada jabalina que OmegaShoutmon tuvo la suerte de detener antes de perecer con la cabeza perforada.

LadyDevimon aplicó un poco más de fuerza para persuadir al Digimon King de soltar la jabalina, dejando a OmegaShoutmon con la única opción de inclinarse hacia un lado y dejar que la jabalina siguiera su curso. Con su brazo incrustado en el muro, LadyDevimon quedó a merced de su contrincante.

Los ojos veloces de Lelouch se posaron en aquellas grietas que se desprendían del punto donde la jabalina se incrustó en el muro. Grietas que subían hasta el techo, y que causaban la caída de diminutas y casi imperceptibles nubes de humo.

— ¡Arriba, OmegaShoutmon! —exclamó el chico.

El Hard Rock Damashii se impactó contra el techo, derribándolo sobre la mujer demonio que gritó con fuerza al sentirse atrapada entre la montaña de escombros. Taiki pensó por un instante en externar un par de quejas al notar que el plan de Lelouch no había aniquilado a LadyDevimon en realidad, pero permaneció en silencio al darse cuenta de que el objetivo de Lelouch había sido otro.

Un segundo impacto del Heavy Metal Vulcan logró finalmente convertir a LadyDevimon en una nube de Datos, haciendo que en el túnel reinara la paz. De esa manera, Taiki al fin pudo acercarse al gigantesco boquete que había quedado en el muro luego de ese pequeño derrumbe.

— ¡Son escaleras! —Exclamó el chico—. ¡Podemos usarlas para bajar al siguiente nivel!

Aunque no se dio la oportunidad de expresarlo con palabras, el general tuvo que conceder en sus adentros que Lelouch les había dado algo mucho mejor que una victoria.

Un camino.

El chico de los ojos púrpura, por su parte, no dio señales de sentirse siquiera mínimamente satisfecho. Tan sólo luchó contra el dolor de su ojo, y siguió a Taiki y al Digimon King a través de la abertura.

Bajaron los peldaños de la escalera de dos en dos, sin tener verdadera idea de cuándo debían detenerse. Parte de eso se debía a que las escaleras sólo seguían hacia abajo sin conectar con ningún otro pasillo. El sonido de la alarma y las luces intermitentes de color rojo seguían alertando a los ocupantes de los túneles sobre la presencia de los intrusos. Tal fue así que tras quince minutos de bajar sin parar, los dos generales encontraron al fin esa puerta automatizada que OmegaShoutmon hizo volar en mil pedazos. El caos llamó a la intervención de dos Evilmon que perecieron sin pena ni gloria cuando Lelouch les disparó a sangre fría.

Corrieron sin parar hasta llegar a una intersección, donde tuvieron que detenerse al escuchar los apresurados pasos de un grupo de enemigos. Ocultos detrás del muro, Lelouch recurrió de nuevo a su pensamiento veloz y perspicaz. Miró a OmegaSHoutmon por un instante, y agudizó su sentido del oído para tratar de descubrir cuántos Digimon siniestros se acercaban. Supo al instante que no llegarían muy lejos si OmegaShoutmon se enfrascaba en tantos combates antes de encontrar a su compañero cautivo. Intercambió entonces una mirada con Taiki, que parecía compartir con él ese mismo pensamiento.

— ¡Haz que caigan al fondo, OmegaShoutmon! —exclamó el general.

Su Digimon obedeció al instante, lanzando un potente golpe del Hard Rock Damashii que abrió un gigantesco agujero en el suelo. La compañía de Digimon iniestros se hundió en la abertura, recibiendo de lleno el segundo impacto del Digimon King. La nube de Datos iluminó la abertura por un instante, para después dar paso al silencio. Eso, sin contar con el sonido de la alarma que no dejaba de sonar.

Los dos generales caminaron lentamente hacia el agujero, sin bajar la guardia y sin dejar de mirar en busca de más interrupciones indeseadas. La voz de Taiki, quizá a causa del gan agujero, se hizo escuchar con un siniestro y delatador eco.

—El agujero es demasiado grande —dijo—. Y si esos sujetos venían desde esa dirección, significa que es ahí a donde deberíamos ir.

Lelouch lo consideró por un momento. Negó con la cabeza y buscó en el borde del boquete hasta encontrar un trozo de escombro del tamaño perfecto para caber en la palma de su mano. En silencio, dejó caer el trozo de escombro por la abertura.

Ambos chicos contaron los segundos exactos que tardó el sonido en escucharse al fondo del agujero.

Siete.

Taiki frunció el entrecejo.

—No parece ser muy profundo —dijo el Digimon King—. Yo puedo llevarlos a ambos.

—No estoy seguro —dijo el general—. No tenemos idea de lo que hay allá abajo. En teoría, podría ser otro de los cinco niveles. Pero...

—Nunca lo descubriremos si no tomamos el riesgo —dijo Lelouch—. Y si nos quedamos aquí más tiempo, los enemigos nos encontrarán. Si de cualquier manera tenemos que seguir bajando, saltar a ese agujero es nuestra única opción.

A pesar de no estar totalmente conforme con el plan, Taiki sabía que era totalmente cierto que debían abrirse paso hacia los túneles más profundos. Así que asintió.

Ambos chicos se aferraron con todas sus fuerzas al cuerpo de OmegaShoutmon, y tuvieron que luchar contra sus impulsos para evitar gritar al sentir el vértigo de la caída. En pocos segundos estuvieron de nuevo en tierra firme.

Con Ayuda de la luz que emanaba del Xros Loader, Taiki pudo iluminar el ambiente. Ni bien dieron un par de pasos, los pies de Lelouch activaron el sensor que encendió a su vez las luces que iluminaban aquella ostentosa y descomunal puerta de piedra. A ambos les recorrió de pies a cabeza el mayor escalofrío de la vida al darse cuenta de que a un lado de la puerta de piedra se encontraba un sensor idéntico a aquellos que había en el refugio de Sigma. Aquellos que se activaban mediante los Digivices. Se sintieron traicionados al instante, y ambos se dejaron llevar por la angustia durante una milésima de segundo. Después de todo, Nene y Akari estaban aún resguardados con Sigma. Y Sigma era, a todas luces, un doble agente.

—Algo me dice que Lilithmon está detrás de esa puerta —dijo OmegaShoutmon—. Puedo sentirlo.

—Si lo que dices es cierto —dijo la voz de Zero—, ¿por qué se oculta detrás de uno de los sensores de Sigma?

—La verdadera pregunta es quién más se encuentra al otro lado de esa puerta —dijo Taiki, con el semblante ensombrecido y el entrecejo fruncido—. Dudo mucho que estemos en el nivel en el que Sigma dijo que Kiriha estaba atrapado. Quien sea que esté al otro lado de la puerta sólo puede ser un enemigo en extremo poderoso. Y si Sigma realmente es un traidor, entonces ese enemigo ya sabe que nosotros estamos aquí.

—Podemos vencer a Lilithmon —dijo el Digimon King decidido—. Con nuestro poder y el de Lamperouge, perder sería imposible.

Ambos generales asintieron, aunque las sonrisas de determinación no tuvieron lugar. Taiki caminó a paso lento, pero decidido, hacia el sensor. Contuvo la respiración por un instante y colocó su Xros Loader sobre el aparato, causando que éste activara el mecanismo para abrir la puerta de piedra. El general se tomó su tiempo para recargar una de las armas que Lloyd había enviado para él. De la misma manera, Lelouch se aseguró de que sus propias balas fuesen suficientes, a sabiendas de que una sola podría ser suficiente.

Ambos muchachos compartieron una mirada, y se armaron de valor para atravesar el umbral.

La habitación era enorme, y las puertas de piedra esperaron un par de minutos antes de cerrarse por sí mismas para crear una desagradable sensación de encierro. Los pasos y las respiraciones de los intrusos se expandían con ecos espectrales. Los corazones de los dos generales latían a un mismo ritmo acelerado, haciéndoles sentir que daban desagradables vuelcos cada pocos segundos. La oscuridad sólo era combatida por la luz que emanaba de las gigantescas pantallas de lo que sin duda era un centro de comando. Las pantallas mostraban distintas imágenes transmitidas por cámaras de seguridad, que mostraban a una considerable cantidad de vigilantes que en realidad no se inmutaban ante el sonido de la alarma. Y al estar vacío el asiento del encargado de los controles, Taiki buscó hasta que consiguió encontrar ese pequeño botón rojo que, al ser activado, desactivó la alarma e hizo que las luces volvieran a la normalidad.

Mientras el chico de las gafas miraba las pantallas, Lelouch tomó un camino distinto para observar las cosas que eran ligeramente iluminadas por aquellas luces. Avanzó hacia el decomunal y ostentoso trono de color negro que parecía haber sido fabricado con huesos. Pasó una mano sobre uno de los descansabrazos, percibiendo la desagradable energía negativa que emanaba de él. OmegaShoutmon lo observó en silencio, mientras el chico se dejaba absorber por aquella imagen que lo llamaba con voz atrayente hacia ese rincón en el que la oscuridad predominaba más que la luz.

Un mar de distintas emociones se apoderó del interior de Lelouch, obligándole a avanzar con pasos dudosos en el último momento. Se detuvo en seco y contuvo la respiración, para luego exhalar en silencio. El dolor que emanaba de su ojo pareció desaparecer por un instante, aunque él estaba más que consciente de que la sensación aún estaba latente. Sus ojos escudriñaron cada rincón de ese ostentoso retrato, de dimensiones considerables, empotrado en la pared y enmarcado en oro sólido. Una sensación de desagradable inquietud e incertidumbre lo llenó desde lo más profundo al estirar una mano para tocar con sus dedos el retrato desgarrado de su hermana menor y de sí mismo. A pesar de sus rostros destruidos por lo que sin duda había sido el ataque de un objeto extremadamente afilado, era fácil utilizar esa pequeña base para recordar a Nunally como una niña de tan sólo seis años. Una niña cuya vida se vio truncada tras ese incidente que la cegó y la dejó postrada en aquella silla de ruedas.

Y verse a sí mismo como el niño de nueve años que fue rechazado por su padre...

Su mirada se posó sobre los únicos rostros que no habían sido destruidos, a pesar de que no tenía idea de si aquella imagen tenía al menos una mínima posibilidad de ser real. Después de todo, sus recuerdos le impedían decir con certeza que su padre habría posado para ese retrato, dando la impresión de ser un hombre de familia. Quiso pensar que alguien había editado aquella imagen, pues esa era la única manera en la que podía ser mínimamente realista.

Y ahí estaba el rostro de su madre, que le hizo despertar todas aquellas emociones que lo convirtieron en el hombre enmascarado que el sacro imperio vio morir sobre el Galahad derribado.

Marianne Vi Britannia.

¿Por qué había un retrato de su familia en el refugio de uno de los Siete Señores Demonio?

Agachó la mirada, sintiendo que el dolor en su ojo aparecía nuevamente. Y al mirar de nueva cuenta, se llevó una desagradable sorpresa cuando su atención consiguió fijarse en detalles importantes que antes había pasado por alto. Cosas tales como la forma que se dibujaba en la palma de la mano del emperador Charles, y el sutil brillo que emanaba del ojo izquierdo de la reina Marianne. Sintió un cosquilleo en su propio ojo izquierdo, que distaba mucho de estar relacionado con el dolor. Sus pensamientos se escucharon con fuerza en su mente, intentando que CC pudiese escucharlo de alguna manera en el Campo del Infierno.

Sin embargo, no obtuvo respuesta.

Se giró, con la intención de externar sus dudas hacia el chico de las gafas. Pero ni bien dio los primeros pasos en aquella dirección, escuchó otro par de pasos que caminaba hacia él. Apenas tuvo tiempo de reaccionar, cuando sintió lo que pensó que era una daga entrando directamente en su estómago. Se deshizo en un quejido de dolor y cayó de bruces en el suelo, alertando a Taiki y a OmegaShoutmon que corrieron en su auxilio a toda velocidad. Se detuvieron, sin embargo, cuando se percataron de la presencia de aquella chica de rizado cabello negro y gafas redondas, que sonreía dándole a sus ojos opacos un aspecto especialmente aterrador. OmegaShoutmon intentó someterla, recibiendo también el impacto de aquellas garras de color dorado que la chica portaba en el guante de su mano izquierda.

A pesar del dolor de los rasguños, OmegaShoutmon sometió a la chica y arrancó de su mano el guante que estalló en una diminuta nube de Datos. Sus ojos opacos, sin embargo, no cambiaron su estado. Ella sólo saltó, haciendo gala de una agilidad y una velocidad infrahumanas, dando una voltereta en los aires para alejarse de sus oponentes y colocarse al otro lado de la habitación.

Taiki, acalorado y angustiado, tomó a Lelouch en brazos para ayudar a que el chico pudiese recostarse. Orgulloso, Lelouch se negó y sólo presionó el sitio de la puñalada para detener el flujo de la sangre.

—E-estoy bien... —dijo él.

—Por supuesto que no lo estás —insistió Taiki con firmeza, y pasó el brazo de Lelouch por encima de sus hombros para darle un poco de soporte extra.

La mirada del portador del Geass, a pesar de que su visión comenzaba a nublarse, se fijó en aquella chica del cabello rizado. En aquella sonrisa psicótica. Su voz ahogada hizo notar a Taiki que en realidad no había tiempo que perder, y que la presencia de Cutemon en ese preciso momento era sumamente necesaria.

—N-Nina...

OmegaShoutmon se preparó para atacar en cuanto aquella otra risa llenó la habitación. Taiki sintió que su cuerpo entero se tensaba, y habría avanzado para colocarse a un lado de OmegaShoutmon si tan sólo Lelouch no hubiese necesitado de su soporte para mantenerse en pie. El Digimon King se preparó al instante para lo que sin duda sería un enfrentamiento en extremo difícil.

Y aquella chica del cabello rizado sólo permitió que las manos de aquella mujer, que poseían garras similares a las que ella había usado para atacar, la abrazara por los hombros para atraerla hacia su cuerpo. Acarició el rostro de la chica con su uña dorada, felicitándola por un trabajo bien hecho. Y allí, resguardada entre las sombras para evitar que fueran demasiado evidentes todas aquellas cicatrices que cubrían su rostro, la hermosa y maligna mujer habló.

—Miren lo que ha traído el viento... Taiki Kudou. Qué sorpresa verte.

El aludido quiso responder, pero mayor fue su angustia al notar que el sangrado de Lelouch no podía controlarse del todo. Se encontraba entre la espada y la pared. ¿Qué debía hacer? ¿Seguir protegiendo a Lelouch, o unirse a la contienda para apoyar a su compañero?

La voz de Lilithmon logró hacerle sentir una tensión mucho mayor cuando volvió a escucharse.

—Admito que no esperaba verte aquí... —insistió ella—. Pero ya que has venido a visitarme, creo que alguien más no tardará en llegar...

El terror de Taiki hizo que Lilithmon se llenara de júbilo.

Esta vez, pensó ella, ningún humano va a burlarse de mí.

Tres guerreros quedaron a merced del cuarto Señor Demonio. Y allí abajo, en el tercero de cinco niveles, no había manera de obtener ayuda.

Sólo quedaba luchar hasta el final.

Los correteos del grupo de guerreros no llamaron la atención de ningún enemigo, y ese detalle no pasó desapercibido ante los ojos de Nene. Yuu también pudo darse cuenta de ello, aunque optó por guardar silencio pues la prioridad en ese momento era encontrar la abertura en el campo de fuerza.

Fueron seguidos por Sigma, quien conocía el camino tan bien como a la palma de su mano. Seguía siendo un gran impedimento que el mapa del DigiLector de Kira no mostrara señal alguna. Cada vez que la chica de las gafas corroboraba que las señales seguían sin aparecer, más de una mirada recelosa se posaba sobre la espalda de Sigma. Los únicos miembros del grupo que confiaban plenamente en el guardián de la Tierra Cibernética eran los otros tres protectores. Y aquella era una falla importante dentro del equipo. Con todo, consiguieron llegar en paz a aquella bodega que brillaba con luz propia a causa de su gran tamaño, y de la forma en que el campo de fuerza la hacía lucir un tanto opaca y difusa. Los correteos se detuvieron al fin, y Kazemon dio un par de pasos al frente del grupo para inspeccionar la barrera con mayor detenimiento. Sparrowmon se le unió, disparando a modo de prueba una ráfaga de su Random Lasser. Al impactarse contra el escudo, los disparos de Sparrowmon giraron sobre sí mismos y devolvieron el golpe al grupo de guerreros. Mervamon bloqueó el ataque con ayuda de su Olympia, y Nene frunció el entrecejo. Sparrowmon pensó por un instante que aquella reacción se debía a lo enfurecida que Nene aún debía estar. El pobre Digimon se quedó con esa idea, sin saber que en realidad la chica sólo intentaba pensar cómo era que Taiki y Lelouch habían atravesado la barrera.

Si es que aún estaban con vida, claro.

—Es aquí —anunció Sigma—. Dentro de esa bodega se encuentra el sistema de túneles.

— ¿En qué nivel se encuentra Lilithmon? —preguntó Akari, cuya voz fue la única en la qu la angustia fue más poderosa que el recelo—. Dijiste que había cinco niveles.

—Lilithmon se encuentra en el tercer nivel —respondió el aludido—. Y Kiriha Aonuma está cautivo en el quinto. No será fácil llegar hasta ahí. Todos los Digimon enemigos están en el sistema de túneles. Una vez que entremos, no podremos salir.

—Pan comido —sonrió Kira decidida, de la misma forma que habría hecho su padre—. Le daremos a Lilithmon una buena lección para que entienda que no puede pelear contra nosotros y esperar salir con vida.

La chica recibió algunas sonrisas del mismo tipo, aunque Nene se mantuvo con su expresión firme. La bella Idol suspiró en silencio y habló finalmente, con la misma voz gélida que Zero le había contagiado.

—Sigma, ¿estás seguro de que sólo hay una entrada a los túneles?

Sigma asintió en silencio. Taichi, Henry y Meiko fulminaron a Nene con la mirada, sintiendo que no había motivo para poner en duda las palabras de su compañero.

—Si eso es cierto, entonces no entiendo cómo e que Kudou y Lamperouge podrían estar ahí dentro —dijo Katsura cruzándose de brazos.

—Ellos no despertaron a ShogunGekomon —intervino Tentomon—. Miren alrededor... No hay rastros de que alguien haya peleado en este lugar.

—Y aunque OmegaShoutmon hubiese vencido a ese sujeto, estoy segura de que habría dejado al menos una marca —razonó Kazemon.

Cansada de las teorías que sólo los mantenían paralizados, Mimi optó por liderar la marcha para buscar la única abertura del campo de fuerza. Encontrar el hueco sólo aumentó la sensación de incertidumbre al descubrir que el imponente ShogunGekomon seguía plácidamente dormido.

Discretamente, Nene llevó una mano a su corazón.

—Ellos no han pasado por aquí —dijo Taichi.

—Pero no están en ningún otro sitio —respondió Mervamon—. Sería más fácil encontrarlos si pudiéramos buscarlos en el mapa.

—Esos mapas no funcionan —se quejó Katsura—. Algo está interceptando la señal —añadió, mirando a Sigma por el rabillo del ojo.

—Ya les he dicho que la única forma de entrar es a través de esta puerta —espetó Izzy—. Y Mimi ya les ha dicho lo que debemos hacer. Si quieren encontrar a sus amigos, antes debemos dejar la vía libre.

—Sigma tiene razón, aunque no queramos admitirlo —dijo Yuu—. Este sitio es sospechoso, y la única forma de obtener respuestas, por ahora, es destruir a ShogunGekomon.

Dicho aquello, y sólo para evitar que sus amigos se enfrascaran en otra discusión, Yuu se atrevió a entrar a aquella cámara que resguardaba a ShogunGekomon. Oggi y Diethard, por órdenes de Nene, se prepararon para disparar. Damemon por su parte mantuvo una actitud recelosa sin apartarse de su compañero en ningún momento. Afuera, y detrás de sus amigos, Airu sintió que su corazón se aceleraba al ver a Yuu tan cerca del peligro.

El chico rubio no tardó en encontrar lo que no supo que estaba buscando, y que le causó la desagradable sensación que sólo la traición es capaz de provocar.

Uno de los sensores de Sigma, que respondió ante el contacto con el Xros Loader amarillo y activó lo que a todas luces era un aparato de karaoke.

De nuevo, Katsura fulminó a Sigma con la mirada a través del rabillo del ojo.

El aparato que Yuu reveló constaba de una pantalla que proyectaba hologramas, y tres micrófonos que no dejaban lugar a dudas.

—Tres micrófonos-dame —dijo Damemon.

—Tres personas —asintió Yuu—. Tres voces que deben cantar para ShogunGekomon.

—Bueno, eso sí que será un problema —dijo Nunally, percatándose a la perfección de que los cuatro protectores ignoraban olímpicamente su intervención—. ¿Cómo decidiremos quiénes despertarán a ese monstruo?

—No cualquier voz puede hacerlo —respondió Mimi—. Esto será un poco tedioso, pero... Creo que la única solución es que todos intentemos, y así veremos cuáles de nuestras voces logran hacer que ShogunGekomon reaccione.

A nadie le gustó la idea de seguir perdiendo el tiempo, pero no había más alternativa. Kazemon, dando a entender que ella quería aportar toda la ayuda posible, se transformó de nuevo en una humana. Yuu, aún dentro de la cámara, activó la pantalla táctil para que el holograma proyectara la letra de una canción.

—Yo intentaré primero —dijo decidido, y encendió la música presionando un segundo botón.

Tomó un micrófono y se colocó frente al colosal Digimon, para tomar un profundo respiro y empezar a cantar.

Shiranai sore ja sumaserarenai
Bokura no machi ni hisomu yami no kage
Sagashi motome mitsukete miseru
Dareka no mune no oku no ekuripusu

Nene reprimió una risa que no se atrevió a mostrar tan abiertamente, pues sabía que n era el mejor momento para reír.

Kokoro no nai geemu ja asu wa mitsukaranai
Ude wo nobashi kimi mo haato de tsukami tore

Tagiru y Gumdramon no se limitaron. Rieron a carcajadas, haciendo que Yuu tuviera la idea de estrangularlos cuando hubiese terminado.

Hey, buddy!

Tobi kome shining dreamers

Michi naru jikan no sono naka ni

Araburu souru no monsutaa

Mugen no sukiru de neji fusero

Hey, buddy!

Futari wa shining dreamers

Shinjiru kimochi ga hiki yoseta

Kiseki no kizuna wo hanasanai

Tagai no inochi ga tsukiru made

Bokura wa kizuna wo hanasanai!

La reacción de ShogunGekomon fue nula. Yuu se sintió ridiculizado, y sus mejillas se tornaron de un intenso color rojo al escuchar los aplausos de Airu. Nene esbozó media sonrisa, a pesar de que el primer intento no había sido en absoluto un buen comienzo.

Una voz menos.

En el tercer nivel de los túneles, OmegaShoutmon impactó su puño contra la palma de la mano que Lilithmon usó para protegerse. Ella aprovechó el momento para sujetar la mano del Digimon King y tirar de él para derribarlo. Lilithmon se movió gran velocidad y atacó con su Suspiro Perverso, que OmegaShoutmon apenas pudo evitar. Ella se levantó dando una voltereta y disparó el Heavy Metal Vulcan. Aunque recibió el impacto, el ataque no causó el más mínimo daño en Lilithmon. Esbozando una gran sonrisa victoriosa, ella lanzó un letal zarpazo con su uña dorada. Con un salto, OmegaShoutmon pudo hacer que la uña se incrustara en el suelo, haciendo que éste comenzara a cuartearse. Lilithmon no se rindió. Se incorporó para lanzar su Amor Oscuro. OmegaShoutmon no fue lo suficientemente veloz como para evitarlo. Se desplomó en el suelo por un instante, no sin antes disparar el Hard Rock Damashii que no pudo dañar a Lilithmon.

Taiki y el convaleciente Lelouch se negaron a admitir que no había manera de igualar los poderes de Lilithmon usando sólo a un Digimon para luchar.

Y Taiki era incapaz de unirse a la contienda, pues no podía darle la espalda a un amigo herido.

Víctima de la impotencia, Taiki sólo pudo exclamar el nombre de su amigo digital.

— ¡Resiste, OmegaShoutmon...!

Desafortunadamente, sus palabras no surtieron efecto.

OmegaShoutmon, el Digimon King, no era nada en ese preciso momento

.

Tras recibir rotundas negativas de los cuatro protectores de los Siete Reinos, Zoe fue la siguiente en tomar el micrófono. Respiró profundamente, en busca de la confianza suficiente para encargarse de una tarea de tal importancia. Accionó la música y comenzó a cantar.

Kedomo kemonomichi

Shishi yo tora yo to hoe
Akane sasu sora no

Kanata ni mahoroba
Yuushuu no kodoku ni

Samayou seishun wa
Yowasa to ikari ga

Sugata naki teki desu ka
Chichi yo imada ware wa
Onore o shirigatashi

Se sentía un tanto apenada al tener a tantas personas, y tantos Digimon, observándola. Así que su mano libre se posó sobre su D-Scan, sintiendo la cálida brisa de Kazemon y Zephyrmon que sirvió para darle un poco más de confianza. Cerró los ojos e intentó pensar que no existía nadie más alrededor, lo cual le ayudó a cantar un poco más fuerte.


Sakidatsu anira no

Mienai senaka o oeba
Mayoi no hitoyo ni myoujou wa izanau
Shishite owaranu
Yume o kogaredomo
Tashika na kimi koso wagainochi

Taichi se cruzó de brazos. Todo aquello le parecía una verdadera pérdida de tiempo.

Reppuu no kouya de

Chou yo hana yo to iki
Tokoshie no haru ni

Saki sou maboroshi
Kondaku no junketsu

Kono mi wa yogorete mo
Kokoro no nishiki o shinjite ite kudasai
Haha yo

Keshite ware wa
Namida o misenedomo
Ashimoto no kusa ni tsuyu wa kiemosede

Su voz tampoco logró causar una mísera reacción en ShogunGekomon. De la misma forma que Yuu, Zoe se sintió ridiculizada.

Taiki consiguió llevar a Lelouch para resguardarse ambos detrás del trono de Lilithmon. Sin perder un solo segundo, Taiki buscó entre todas las cosas que Lloyd le había enviado. Recargó un botiquín de primeros auxilios que el chico convaleciente apartó en cuanto lo vio materializarse. Su respiración forzada hacía juego con el sudor frío que cubría su frente.

—N-no lo n-necesito... —dijo.

—Cierra la boca —espetó Taiki.

Sin decir más, el general descubrió la herida de Lelouch y presionó, con las vendas, tan fuerte como pudo. Lelouch se quejó en voz alta, aunque hubiera preferido no hacerlo. La fuerza de Taiki bastó para detener un poco el sangrado. La herida no era tan profunda, después de todo. Esa era una buena noticia.

—Estarás bien —dijo Taiki, aunque la ausencia de su sonrisa habitual puso en duda sus palabras.

La angustia volvió a apoderarse del rostro del general cuando el Dolor Fantasmal de Lilithmon derribó a OmegaShoutmon de nuevo, haciéndolo perder su Digievolución y dejándolo debilitado y malherido. Taiki salió de su escondite para tomar a su amigo en brazos, dejándose llevar por la desesperación. Lilithmon, ignorando olímpicamente el hecho de que Lelouch había salido del escondite también, dio un par de pasos hacia el general y posó su uña dorada debajo de su mentón para obligarle a levantar el rostro. El valor, a pesar de todo, desbordaba de cada poro de su cuerpo. Y a pesar de ello, la sonrisa victoriosa de Lilithmon no se borró de su rostro.

—La única razón por la que no voy a matarte aún, Kudou, es porque serás tú quien me ayude a cobrar una cuenta pendiente.

Retiró su uña con violencia, causando una pequeña herida sangrante en el punto donde antes había estado. Apartó a Taiki con fuerza y tomó al convaleciente Shoutmon por el cuello, para añadir:

—En cuanto a tu Digimon, bueno... No puedo perdonarle la vida a dos parásitos.

Lilithmon preparó su uña dorada para asestar el golpe final. Shoutmon apenas pudo abrir los ojos para saber lo que ocurriría. Y aunque todo sucedió en escasas milésimas de segundo, para todos dio la impresión de ser una eternidad. Taiki se levantó para correr hacia Lilithmon. Ella colocó la uña dorada sobre el cuello del Digimon King. Y el sonido de la detonación de un arma acompañó al alarido desesperado que Taiki soltó cuando la bala se impactó en su destino.

— ¡¡Shoutmon...!!

Tagiru fue el siguiente en tomar el micrófono cuando Nunally le dedicó una sonrisa para persuadirlo de intentar. Gumdramon permaneció con sus amigos, negando con la cabeza y cruzándose de brazos en señal de resignación. Decidido, Tagiru activó la máquina y sonrió antes de comenzar a cantar.

Hibanachira shite deddo hiito

Kiwa nukenaize danger zone

Moeru toushi atsuku hibiki atterunda

Kibun saikyou super star

Girigiri zemeru hunting time

Ikuze!

Ore no chousen ga hajimaru

Nerai wo sadameru no sa

Hanateima jyounetsu de tokechaisouna

Afureru ore no power!

La única persona que no reía de los intentos de Tagiru de parecer toda una súper estrella, era Nunally. La chica sólo sonreía, ayudando a que el muchacho pudiese sentirse tan enérgico como siempre.

Tagiru chikara!

Tomerare nai

Mugen no enajii uzumaki kuyo

Ima sekai wa ore wo matteru

Hiito aapu kyuujoushou tsuki nukero

Subete wo kakete idomu battle

Hitotsu ni nare heart and heart!

La reacción de ShogunGekomon fue nula, y los amigos del enérgico muchacho estallaron en carcajadas. Apenado y derrotado, Tagiru volvió a reunirse con Nunally.

—Yo creo que lo has hecho muy bien —sonrió la chica.

Las mejillas de Tagiru superaron el sonrojo de Yuu. Gumdramon rió por lo bajo.

Kira tomó el siguiente turno, recibiendo una palmada en la espalda por parte de su mejor amiga. La chica posó sus dedos sobre el elástico de sus gafas antes de accionar la máquina. La música sonó y ella empezó a cantar.

Kusubutteta mune ni nage irero fire

Chiheisen e kokoro tobasu nda

Kara mawari no kimochi o keri agetara

Saki ni ikuze

Tsugi no frontier

Kanau sa...

Kanau...

Hakkaten wa mou sugu daze

Dekiru...

Dekiru sa...

Bakuhatsu shite miseru nda

Burn up and go!

Cheepmon agitó sus alas, mostrando su emoción al haber descubierto una nueva e interesante faceta de su compañera humana. Katsura sólo sintió una pizca de envidia, pero igualmente sonrió.

Gomibako o tobi koeta saki ni aru mirai

Hikari o matotte get a fire power!

Giragira to moe agare

Hitomi no chikara

Kesenai yuuki de get a fire power!

Michi ga michiteru frontier e

Hashiri tsuzukeru nda

Kimi o tsurete

Grande fue la sorpresa de todos los presentes cuando su voz consiguió una pequeña, pero significativa, reacción en ShogunGekomon. Satisfecha, y sorprendida, Kira esbozó la sonrisa que había heredado de su padre. Permaneció dentro de la cámara mientras Nene tomaba el siguiente turno, sintiéndose confiada.

Nene intercambió una sonrisa con Mervamon y Sparrowmon, y se sintió impactada al descubrir que una de las canciones que allí aparecían era nada más, y nada menos, que una de las más populares dentro de su trayectoria como Idol.

Tiene que ser una señal, pensó y accionó la máquina para comenzar a cantar.

Sora wo koete...

Umi wo koete...

Chiisana fuan

Kibou ni kaete

Arukidashita

Kono sekai de

Donna deai wo

Sagashi ni ikou

Nene estaba en su elemento, y de eso no había duda alguna.

Omoi kuzuresou demo

Zawameku kokoro osaeru

Kimi no koe ga tsutsumu saki shinjite

Bokura no tabi wa mada hajimatta bakari

Doredake no yume wo kizuna wo tsunaide ikou

Atsumaru kokoro wa tatakau tsuyosa ni naru yo

Yami wo koeta

Asu no sono saki e

El optimismo llegó de golpe al descubrir que la melódica voz de Nene había causado un efecto mayor en ShogunGekomon. La Idol celebró su triunfo chocando palmas con Kira. Mimi intervino entonces, entrando también a la cámara y diciendo con una palmada:

— ¡Ya está! ¡Ahora tenemos las tres voces!

—No —intervino Meiko—. Sólo tenemos dos.

—Tres —insistió Mimi sonriente—. Yo desperté a ShogunGekomon la primera vez que estuve en este mundo.

Aunque Meiko quería insistir en sus negaciones, Nene y Kira recibieron a Mimi dentro de la cámara, esbozando sus sonrisas de determinación y diciendo:

—Hagámoslo.

Taichi, Meiko, Henry e Izzy se sintieron claramente desplazados por el grupo que alentó la decisión de las tres chicas. Aferraron sus micrófonos con fuerza, sintiéndose un tanto nerviosas. Sin embargo, bastó con compartir sus miradas para infundirse valor unas a otras. Sus Digimon les demostraron su apoyo también, así como sus amigos que depositaron en ellas sus esperanzas.

Kira activó la máquina, y fue Mimi quien comenzó a cantar.

Mugendai na yume no ato no

Nanimo nai yo no naka ja

Compartiendo una mirada con la chica de los mechones de color verde, Nene se unió.


Sou sa itoshii omoi mo makesou ni naru kedo

Kira sonrió y se colocó a un lado de Nene, uniendo también su voz y causando que ShogunGekomon comenzara a reaccionar.

Stay shigachi na imeeji darake no

Tayorinai tsubasa demo
Kitto toberu sa

On my love

El interior de la cámara se encendió con luces de colores que les dieron a las chicas, especialmente a Nene, la impresión de estar haciendo algo mucho más grande que un simple intento de despertar a una bestia asesina. La canción subió su intensidad, y Kira comenzó a sentirse en su elemento para cantar con tanta pasión como nació de su ser.

Gokigen na chou ni natte

Kirameku kaze ni notte
Ima sugu kimi ni ai ni yukou

Mimi, por su parte, se sentía también como si hubiese estado cumpliendo algún designio del destino. Su sonrisa era la mejor prueba de que la nostalgia que sentía en ese momento la hacía realmente feliz.

Yokei na koto nante wasureta hou ga mashi sa

Kore ijou shareteru jikan wa nai

Sin embargo, ninguna de las dos chicas podía igualar a Nene, quien era capaz de hacer que sus amigos que escucharan también se sintieran sumergidos en un mar de sensaciones.

Nani ga wow wow wow wow wow

Kono sora ni todoku no darou
Dakedo wow wow wow wow wow

Ashita no yotei mo wakaranai

Las tres chicas se unieron para cantar el coro de la canción, mientras sus amigos vitoreaban para darles más y más ánimos.

Los cuatro protectores, por su parte, permanecieron quietos.

Meikuumon se preguntó cómo era que Meiko había cambiado tanto.

Mugendai na yume no ato no nanimo nai yo no naka ja

Sou sa itoshii omoi mo makesou ni naru kedo
Stay shigachi na imeeji darake no tayorinai tsubasa demo
Kitto toberu sa on my love

Cheepmon, Sparrowmon y Palmon eran quienes más hechizados se sentían con las voces de sus compañeras. Después de todo, era parte del vínculo que los mantenía tan unidos. Jamás se sintieron tan orgullosos de ser sus compañeros, como en ese momento. Y las tres chicas seguían cantando, como si el universo hubiese desaparecido alrededor de ellas.

Kira tomó un par de segundos de estrellato, cantando un par de versos en solitario.

Ukareta chou ni natte

Ichizu na kaze ni notte
Doko mademo kimi ni ai ni yukou

Nene volvió a lucirse, haciendo que Yuu silbara para demostrarle su apoyo.

Aimai na kotoba tte igai ni benri datte
Sakenderu hitto songu kikinagara

Mimi no pudo evitar comenzar a contonearse al ritmo de la música.

Nani ga wow wow wow wow wow

Kono machi ni hibiku no darou

Dakedo wow wow wow wow wow

Kitai shitetemo shikata nai

Nunally aplaudió emocionada. Si escuchar a Nene cantando era ya un placer para ella, aquellas tres voces melódicas cantando juntas la hicieron darse cuenta de cuán única era aquella experiencia.

Mugendai na yume no ato no

Yarusenai yo no naka ja
Sou sa joushiki hazure mo waruku wa nai ka na
Stay shisou na imeeji wo someta

Gikochinai tsubasa demo
Kitto toberu sa

On my love

Durante un pequeño solo de guitarra, las tres chicas tomaron un respiro. En sus mentes aparecieron tres rostros que las llenaron de confianza y de valor para empeñarse al máximo, totalmente dispuestas a triunfar en esa pequeña misión. Y pensar en aquellos rostros les dio la impresión de que la calidez de aquellas tres personas las acompañaba, dándoles la fuerza necesaria para conseguir cualquier cosa.

Kira pensó en Takuya.

Mimi pensó en el mismo Tai que había robado su corazón.

Y Nene sólo pudo pensar en el sádico príncipe, dueño de sus suspiros.


Mugendai no yume no ato no

Nanimo nai yo no naka ja

Sou sa itoshii omoi mo makesou ni naru kedo
Stay shigachi na imeeji darake no

Tayorinai tsubasa demo
Kitto toberu sa

Oh, yeah!

Las barreras entre tres dimensiones quedaron totalmente destruidas cuando las tres chicas unieron sus corazones, sintiéndose más unidas que nunca. El Digivice, el Xros Loader y el DigiLector emanaron luces cálidas. Incluso aquellos dispositivos sagrados sabían que aquella canción estaba causando cambios mayores.

Mugendai na yume no ato no

Yarusenai yo no naka ja
Sou sa joushiki hazure mo waruku wa nai ka na
Stay shisou na imeeji wo someta

Gikochinai tsubasa demo
Kitto toberu sa

On my love!

La música terminó, y las chicas al fin tomaron un gran respiro para llenar de nuevo sus pulmones.

No hubo más vítores.

No hubo exclamaciones de triunfo.

Nene, Mimi y Kira sólo bajaron los micrófonos y dieron un par de pasos hacia atrás para salir de la cámara. Todos prepararon sus respectivos Digivices para pelear.

Y cuando la expectación llegó a su punto más álgido, ShogunGekomon abrió los ojos.

¡¡Shoutmon...!!

Por encima del sonido que causaban sus cadenas cada vez que intentaba moverse, el chico rubio alcanzó a percibir los gritos desesperados de su mejor amigo. Se incorporó tanto como las cadenas se lo permitieron, aunque pronto fue vencido por su propio peso y su debilidad. Estar colgando de cabeza era un verdadero martirio.

¡¡Shoutmon...!!

Cada vez que el eco se escuchaba, algo en el interior de Kiriha se rompía en mil pedazos.

Sus tobillos sangraban. Sus mejilla también. Y los azotes en su espalda no terminaban de corromper su espíritu, a pesar de haberlo reducido a un simple saco de carne y huesos que no podía pelear por sí mismo.

¡¡Shoutmon...!!

Sabía que su Xros Loader estaba en manos de un sádico Etemon.

Sabía que no había manera de soltar los grilletes de sus tobillos.

Sabía que sin MailBirdramon, las posibilidades de vencer se reducían considerablemente.

Y aún así, a pesar de todo ello, Kiriha abrió lentamente los ojos y musitó:

—T-Taiki...

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