Someday Mine |ZM| En Edición.

Door FreeSkyline

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"Ella podría ser quien cure sus heridas. Pero también podría ser la causante de una más" Meer

Antes de leer + Sinopsis.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capitulo 6
Capítulo 7
Capitulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Importante leer
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Solo quiero decir...
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Nota III
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
¡Test Interactivo!
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Zayn.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40
Capítulo41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45.
Capítulo 46
Trailer
Capitulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
¡Concurso!✍
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Epílogo
Bonus I: Él.
Bonus II: The Wedding
Agradecimientos

Capítulo 5

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Door FreeSkyline



N/A: Aunque muy bien dice, capítulo cinco, realmente es el capítulo cuarto pt 2. El siguiente es el 6, pero no se preocupen, no hace falta un capítulo de por medio, es solo que con la edición he pensado en unir ciertos capítulos debido a la correlación que presentan. Disculpen por las molestias ocasionadas.

Patricia.

Capítulo 4 (parte dos)

    La hora libre fue refrescante, había una vibra exquisita y el árbol que me hacía de sombra resultó realmente reconfortante, no como la clase de matemática y calculo que tuvimos después, pero sin lugar a dudas había sido el mejor día de toda la semana. Para cuando sonó la última campana, que indicaba el fin de las clases no me apresuré a salir como todos los demás estudiantes, ni como tenia acostumbrado siempre sino que recogí mis cosas con calma y con serenidad recorrí los abarrotados pasillos hasta la salida.

—¡Emma!

Giré mi cuerpo tratando de visualizar quien me había llamado de entre la muchedumbre, me hice a un lado para dejar el paso libre a la avalancha que se aproximaba a mí y entre todos las personas entreví a Harry tratando de hacerse paso hasta que logró alcanzarme.

—¿Podemos hablar? Tengo algo muy importante que decirte.

—Claro, tu dirás —dije dándole una pequeña sonrisa.

—Vamos a un lugar más tranquilo.

Harry me condujo hasta el campus donde tan solo habían unos rezagados y otros que simplemente conversaban animadamente. Me resultó un poco extraño que Harry me hablara con tanta urgencia, nosotros no solíamos intercambiar ese tipo de conversaciones. Logramos encontrar una banca vacía la cual ocupamos, Harry permaneció callado y me extrañó el hecho de que no comenzara hablar enseguida.

—¿Y bien? —lo animé un poco.

El chico se aclaró la garganta con la vista en un grupito de chicos que seguramente pertenecían al club de ciencias.

—Realmente no sé cómo decirte esto.

—Estate tranquilo puedes contarme cualquier cosa, a menos que se haya tratado de un asesinato, eso no lo escucharé —bromeé—, del resto soy todo oídos.

Pude ver con las comisuras de sus labias se elevaban en una pequeña sonrisa, una muy pequeña para ser exactos.

—Me imagino que a estas alturas Alice te debió haber contado que la invité a salir.

Mi cuerpo se congeló entero, él iba a hablarme de Alice, ¿acaso se había arrepentido de haberla invitado a salir? ¿Se había comprendido que Alice no es el tipo de chicas con las que acostumbraba a salir?

—¿Te lo contó? —preguntó haciéndome volver a la realidad.

Solo fui capaz de asentir, pero pareció bien para él.

—¿Y qué piensas acerca de eso?

Lo miré atónita ¿Por qué me estaba preguntando eso?

—Se sincera conmigo por favor, tu eres mi amiga y también eres su amiga ¿Quién mejor que tú para esto?

—¿Mejor para qué? —pregunté porque me sentía completamente fuera de lugar.

—Para que me digas si me he vuelto realmente loco o no.

—¿Loco por salir con mi amiga?

—No, no Alice no es el problema, para nada lo es —se apresuró a decir.

—A ver si logro entender, ¿quieres que te diga si hiciste bien en invitar a salir a Alice?

—Sí.

—¿Por qué? No es la primera vez que sales con un chica —dije notando el recelo añadido en mi voz.

—No lo entiendes, creo que es diferente Emma, con ella me siento diferente.

No contesté al instante, en lugar de eso me mantuve quieta un instante limitándome a observarle, buscando tan solo la pista más pequeña que lo delatara. En lugar de eso solo pude notar su rostro crispado de nervios y sus labios sorpresivamente secos y debía admitir que nunca había visto a Harry de esa manera tan particular, lo que me hacía sentir un poco inquieta.

—Entiendes que para mí se me es sumamente complicado ¿no?

—Lo sé y lo lamento. Pero sabía... tengo la certeza de que serás totalmente sincera conmigo.

—Bien, si es así... no creo que Alice sea tu tipo Harry.

Un nudo se ató en mi garganta al decir aquello y no preví que me sentiría tan mal, pero él me había pedido mi sinceridad y a menos que él no me demostrara lo contrario no cambiaría de parecer.

—Gracias.

—¿Cómo? —pronuncié sorprendida.

—Sé que estoy siendo egoísta y ya me he encargado de castigarme por ello pero ella simplemente no sale de mi mente. Cuando estoy con ella siento que el sol se siente diferente aunque se trate del mismo, por las noches en ella es en lo único que pienso y siento una dolorosa necesidad de estar a su lado todo el tiempo, incluso me vuelvo más idiota de lo que ya me tomas ¿crees que estoy loco?

Me miró y sin poder apartar la vista susurré.

—Definitivamente —sonreí al mirar los arboles—. El amor nos vuelve un poco locos a veces.

—Yo...

—Vamos Harry ¿quieres realmente seguir con esto?

—¿Me ayudarás? —sus ojos se iluminaron y su voz sonaba ilusionada.

—Si...



*



Después de hablar con Harry volví al edificio principal con dirección a mi casillero por el libro de química que necesitaría para los trabajos del fin de semana y al entrar Edward estaba allí.

—¿Me gustaría saber dónde te has metido todo el día? No te vi en la cafetería— le reproché cuando estuve lo suficientemente cerca.

—He estado con unos amigos.

Arqueé una ceja

—¿Unos amigos eh? ¿Cuáles? Los nuevos que suplantan a los viejos ¿esos?

Edward rio llevando su mochila a su hombro.

—Nadie podría suplantarte, ni a ti ni a Alice —susurró con una sonrisa tierna.

Le abracé fuerte sin poder evitarlo y coloqué mi cabeza en su pecho y este respondió al abrazo.

—Y esto ¿Por qué?

—Porque quise —me encogí de hombros.

—Bien, pero dime algo, ya ha pasado una hora desde que ha sonado la campana ¿Por qué sigues aquí?

—Bueno Harry quería hablar conmigo.

—¿Y qué quería? —preguntó frunciendo el ceño.

—Ya te lo he dicho hablar.

—Muy graciosa —entrecerró sus ojos mirando con fijeza —, ¿no me dirás?

Puse lo ojos en blanco y guardando el libro en mi bolsa cerré por fin el casillero.

—Quería hablar sobre Alice.

—¿Cómo? ¿Y qué quiere ese con Alice?

"Ese" —repetí mucho más enfática, ladeando mi cabeza hacia mi amigo.

—Si ese ¿Cómo para que fin quiere saber él de Alice?

—Él quiere salir con Alice y antes de que termines por despotricara a todo que se cruce por tu camino no podemos intervenir.

—Claro que sí, se supone que somos sus amigos.

—Sí, de eso se trata, somos sus amigos no sus padres, así que relájate un poco —le aconsejé y la vocecita en mi cabeza se burló de lo hipócrita que sonó lo que acababa de decir.

—Me sorprende que estés tan tranquila.

—Bueno pues... estoy guardando mis energías para correr tras él si llegase a herir a mi amiga.

—No te preocupes que te ese me encargare yo.



*

Por más que intenté tranquilizarme me fue imposible, las palabras de Harry seguían rondando por mi cabeza, ese chico iba a terminar por ocasionarme una migraña si seguía así. Y por mucho que me gustaría hacérmela de cupido con el tiempo he aprendido que el amor es algo que no se puede forzar, así que por el bien de todos solo debía dejar que las cosas siguieran su curso natural. Sin embargo camino a mi casa en lugar de tomar la ruta acostumbrada tomé un leve desvío hasta aparcar el auto frente a la casa de mi mejor amiga.

—Hola tía— saludé cuando Marie la madre de Alice me abrió la puerta.

—Cariño ¿cómo estás? Justo acabamos de preparar el almuerzo ¿ya has comido? Pasa, pasa.

Negué con una sonrisa buscando a Alice con la mirada una vez me encontré dentro de la casa.

—Emma —exclamó Alice al verme, ya no vestía la misma ropa, incluso su cabello estaba mojado —. No sabía que vendrías.

—¿Oh es que tengo que pedir permiso? —pregunté divertida y Marie gritó un de ninguna manera desde la cocina.

—Está bien —dijo la chica.

—¿Te pasa algo? —pregunté al no notar su característica receptividad.

—Aja.

—¡Chicas necesito su ayuda con la mesa!

Alice fue la primera en ir y atender a su madre, claramente consideró que era la mejor oportunidad de escapar de la conversación. Sin más me dirigí a la cocina y ayudé a poner la mesa. Marie había hecho pollo al vapor por lo que la comida estuvo buenísima. A nosotras se nos unieron los dos hombres de la casa, Robert el padre de Alice y Thomas su hermano pequeño.

Alice no dijo ni una palabra durante la comida, solo se concentró en cada bocado que llevaba a su boca con mesura y cuando su madre o su padre le hablaran solo contestaba con monosílabos o con un simple asentimiento. No quedaba dudas de que a esa chica le pasaba algo.

—Timmy, acaba tus verduras también —Marie regañó a su hijo con el apelativo con el que solían llamarle desde que era un bebe.

—¡Pero mamá! —reprochó el niño y su madre le dirigió una mirada severa.

—Sin verduras no hay videojuegos así que acabada tus verduras ahora mismo.

—Pero...

—Thomas...—el pequeño chico dejó las palabas en el aire cuando su padre quiso intervenir, sin más remedio no le quedó de otra más que acabar sus vegetales.

Cuando todos terminamos Robert regresó a su trabajo y Alice y yo ayudamos a su madre con los tratos al acabar Alice se sentó en el sofá del living y encendió la televisión sin mirarme si quiera. Me estaba evitando. Y la verdad no entendía por qué.

Alice y yo siempre hemos sido comunicativas, nunca ha habido un problema que no resolvamos juntas o con la compañía de Edward. Nuestra amistad era fuerte así la consideraba pero el hecho de que para esos momentos decidiera encerrarse dentro de sí misma, me ponía de cabezas.

—Alice...—intenté llamar su atención; ella lentamente despegó su vista de la televisión y me miró.

—Has hablado con Harry ¿no es cierto? —preguntó repentinamente dejándome con la boca abierta—, ya veo que es cierto.

—¿Como... como lo sabes?

—Solo lo sé —se encogió de hombres intentando fingir indiferencia.

—¿Edward te lo dijo? —intenté adivinar, porque realmente no tenía a nadie más en mente.

—No, pero al parecer ya todos lo saben.

—Alice, no entiendo.

—Harry te pedido que cancelaras la cita por él ¿es eso? Te ha dicho que se ha arrepentido y que ya no quiere salir conmigo ¿verdad?

—¿Qué? No. No ha sido así.

—Oh tú... oh tú le has dicho que se alejara de mí.

Parpadeé sin poder creer lo que acababa de oír, ella estaba hablando realmente enserio y yo tuve que morderme la lengua para no saltar a mi defensa. Suspiré, ofendida por sus especulaciones.

—Es cierto que te dije que creía que Harry no te convenía pero ¿realmente me crees capaz de interferir de esa manera?

Alice bajó la cabeza y se llevó las manos a su rostro.

—Lo siento, estoy siendo una bruja.

—Pues si —bramé porque aún me sentía dolida.

—Lo siento mucho de verdad —susurró con voz amortiguada por sus afligidos jadeos.

Toqué su hombro escogiendo muy bien mis palabras antes de hablar.

—¿Sabes que era lo que quería Harry después de todo?

Alice no me miró en cambio siguió encorvada en una posición lastimera.

—El solo quería ayuda con unos trabajos y creo que no te lo ha pedido a ti porque debió sentir vergüenza.

—¿Eso fue todo? —preguntó mirándome al fin.

Mentirle estaba mal, pero ya había llegado en un acuerdo conmigo misma de que no interferiría en eso del amor entre esos dos chicos.

—Eso fue todo.

Ella me abrazó más fuerte de lo que esperaba y susurró:

—Lo siento y gracias por siempre estar ahí, aunque a veces haga dramas donde no los hay.

—Lo estaré siempre que me necesites.

Después de unos minutos hablando de temas triviales y de los cotilleos del día Alice me acompañó a la puerta y se despidió.

—Adiós, nos vemos mañana en el instituto, saluda a Zayn de mi parte —sonrió con picardía.

Reí.

—Con todo el gusto del universo. Nos vemos.

Entré de nuevo a la carretera del centro estaba mucho más tranquila que antes y con la cabeza despejada. El tiempo había volado, el cielo teñido de un azul oscuro y el viendo helado gritaban tormenta. Me apresuré a llegar a casa, eran las siete de lo noche por lo que mi madre ya debía estar allí, con suerte saldría impune, si tan solo me apresuraba un poco.

Que no llueva, que no llueva por favor.

Calculé que me faltaban tan solo quince minutospara estar en la calidez de mi hogar cuando a través del manto de la nochedivisé, a un lado de la carretera, a una figura alarmantemente conocida junto auna moto, ambos tendidos en el duro asfalto. Era Zayn, estaba segura. Mi piepisó el freno haciendo que las llantas del auto rechinarán al roce con lacarretera y bajé de un salto del auto dirigiéndome directamente hacia donde seencontraba el chico tendido.


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