CAPÍTULO 9: DESANGRE VAGINAL
Akemi se abandonó a la sensación que le provocaba la suavidad de los labios de Itachi contra los suyos. Podía sentir la visible tensión en él, por lo que se alejó un par de centímetros y abrió los ojos. No quería obligarlo a hacer algo que no deseaba, por más que ella sí.
—Lo siento—se disculpó nuevamente ante la escéptica mirada de él.
A pesar de lo momentáneo que había sido, su corazón estaba muy acelerado y su rostro caliente. Él levantó la mano y le rozó con los nudillos la mejilla.
—Eso estuvo mal—dijo con la voz ronca.
—Lo sé, pero es algo que llevo deseando desde hace mucho tiempo —confesó en voz baja y en ningún momento despegó la mirada de los ojos de éste, que parecían más oscuros de lo que normal.
Se preguntó qué estaría él pensando en ese momento, ¿pensaría que tenía algún problema mental o algo parecido? Si pensaba eso de igual forma tenía razón, estaba enferma porque deseaba el contacto de su hermano y no de manera fraternal.
Como respuesta Itachi se apoderó de sus labios, lo cual no esperaba. ¿Eso significaba que él también lo deseaba? Independientemente de cuál fuera la respuesta se dijo que tenía que disfrutar mientras podía. Sintió una presión en el labio inferior y ella obedientemente abrió la boca, dándole paso para explorar a la húmeda lengua de él. Gimió suavemente. Él, sin lugar a dudas, era un buen besador.
Se sorprendió un poco al verse rodeada por sus fuertes brazos y empujada firmemente contra la cama. Sólo había pensado en un par de besos pero se había olvidado que los hombres no pensaban de la misma manera que las mujeres. Igual se dejó, a pesar de que sabía que todo iba a terminar muy mal pero de momento iba a seguir a adelante.
Le gustaba lo que estaba sintiendo.
Los labios se le comenzaban a hinchar debido al trato al que estaban siendo sometidos. Itachi se separó y se dirigió a su cuello besando con ternura al principio causando que ella se estremeciera, pero luego se volvió más apasionado y comenzó a mordisquear levemente.
—I-itachi...—susurró entrecortadamente. Tenía claro que eso estaba mal, al igual que tenía claro que el calor que sentía provenía del interior de su cuerpo.
Gimió al sentir nuevamente sus labios contra los suyos. Ella deslizó sus manos por su pecho debajo de la camisa, deshaciéndose de la misma. Seguidamente él hizo lo mismo con la fina blusa de ella, dejando sus senos expuestos porque no llevaba puesto sujetador. Sus pezones estaban completamente erectos a pesar de que él ni siquiera los había rozado.
—Creo que este sería el momento perfecto para que me digas que pare, Akemi.
—Tal vez, pero yo no quiero que pares. —Estaba siendo sincera, no tenía tal fuerza de voluntad y mucho menos cuando llevaba pensando en ello tanto tiempo.
Itachi no respondió y bajó nuevamente la vista hacia sus senos.
—Son hermosas...Y tienen un tamaño perfecto—murmuró tomando uno y masajeándolo, arrancándole varios gemidos a Akemi.
Y de repente se escuchó un suave toque provenir de la puerta de su habitación. Ambos miraron hacia la susodicha, sin moverse.
—Akemi, Shisui está al teléfono y quiere hablar contigo. —Se trataba de la voz de su madre, lo cual hizo una especie de click en su hermano.
Éste se alejó de ella, negando repetidamente. Parecía muy arrepentido.
—Esto fue un error, un muy gran error. —dijo colocándose la camisa nuevamente.
Todo el deseo que sentía hace unos minutos se enfrió mientras su madre seguía tocando insistentemente.
—¡Dame un minuto, mamá!—exclamó casi entre lágrimas para calmarla. Su hermano tenía razón, había sido un error. Se sentia muy avergonzada.
Lo imitó y se puso su blusa para luego dirigirse al baño, él que viera cómo salir de ahí. Se miró al espejo, encontrándose despeinada y con los labios un poco hinchados y rojizos.
Escuchó la puerta abrirse y a Itachi hablar con su madre pero no pido escuchar de qué, aunque de igual forma fue súper corta así que supuso que había salido sin tener problema.
—Apúrate, Akemi. No hagas esperar a tu primo, mira que está siendo muy amable al llamarte después de lo que pasó—le dijo su madre detrás de la puerta del baño.
Ella se sintió molesta.
—¡Dile que me estoy desangrando por la vagina y que espere un poco!—exclamó irritada mientras se echaba agua en la cara.
Salió del baño despues de secarse y se encontró a su madre con el teléfono de la casa en mano.
¿Era posible morir de vergüenza?
—Creo que ya te escuchó—dijo ésta con tranquilidad y tendiéndole el teléfono.
Tomó el teléfono y se sentó en la silla de su tocador, viendo como su madre salía de la habitación cerrando la puerta detrás de sí.
—Aquí estoy.
Se masajeó la sien, sintiendo una pequeña punzada de dolor.
—No necesitaba saber eso, ¿sabes?
Shisui sonó totalmente divertido a través del teléfono, lo cual no esperaba. Supondría que él estaría molesta, como todos.
—La verdad no estoy de humor, Shisui—respondió.
Él suspiró audiblemente.
—Solo quería saber cómo estabas, eso es todo.
Primero persona a la que parecía importarle cómo se sentía y era la que menos esperaba.
—Estoy bien, exceptuando el hecho de que todos están enojados conmigo, la prensa hace comentarios y a papá le da igual si me voy de la casa o no. Ah, y quieren obligarme a disculparme pero adivina qué, ¡no estoy arrepentida por ser sincera! ¡No estoy arrepentida por llamar zorra a tu esposa!—se desahogó diciéndole adiós a la tolerancia, si es que alguna vez la había tenido— ¿Y quieres saber algo más? ¡Itachi sigue enamorado de ella!
En cuanto terminó de hablar se encontró sollozando. El silencio la hizo darse cuenta de que lo había arruinado, había hablado de más.
—¿Y tú quieres saber algo?—le preguntó Shisui con suavidad, dando por finalizado el silencio.
—¿Q-qué?
—Ya me sabía todo eso.
Akemi se rió sin ganas.
—¿Y por qué te casaste con ella sí ya lo sabías?
Otro suspiro.
—Es un poco complicado pero deja de llorar, pequeña. No todos están enojados contigo, o por lo menos yo no lo estoy. Y si la prensa te preocupa yo me encargaré. Ahora bien no entiendo qué quisiste decir con lo de que Fugaku le da igual si te vas, ¿qué pasó?
Ella se secó las lágrimas con la mano, todavía procesando algunas cosas.
—Le dije a papá que me iría de la casa y él solo me contestó que la puerta estaba abierta, además dijo que si me iba que me asegurara de no volver.
Otra vez el silencio.
—Bueno, irte de tu casa es un poco precipitado pero puedes tomar mi apartamento si así lo deseas—ofreció él tomándola por sorpresa—. Puedes solo irte por unos días o de manera permanente, de igual forma siempre estará disponible para ti.
—¿Lo dices en serio? ¿No te importaría?—le preguntó sin creerlo todavía.
—Claro que no me importa, sé que debe ser difícil para ti todo esto. Conozco a Fugaku y no es fácil. Admito que sí me molesté al principio pero no fue lo que dijiste sino cómo lo hiciste pero eso ya no se puede cambiar.
Se mordió el labio, sintiéndose aliviada.
—Lo siento—dijo finalmente. Se disculpaba porque era diferente, se trataba de Shisui. Él siempre había estado para ella, recordó todas las veces que había salido molesta de casa e inmediatamente se iba a verlo, siendo recibida con los brazos abiertos.
—Lo sé, gracias por disculparte. Ve a mi apartamento mañana temprano, allí te encontrarás con un amigo que te dará las llaves.
Y a continuación colgó pero no sin antes decirle—:Ya no vuelvas a llorar, me rompe el corazón.
Amo a Shisui, lo siento. 🥺❤👌🏻