Cuidado con lo que eliges.

By Leticiaa__

3.5K 606 131

Como si fueran pocos los días que llevaba ahí encerrada, seguían y seguían sumando, había perdido la cuenta... More

NOTA
Capitulo 1.
Capitulo 2.
Capitulo 3.
Capitulo 4.
Capitulo 5.
Capitulo 6.
Capitulo 7.
Capitulo 8.
Capitulo 9.
Capitulo 10.
Capitulo 11.
Capitulo 12.
Capitulo 13.
Capitulo 14.
Capitulo 15.
Capitulo 16.
Capitulo 17.
Capitulo 18.
Capitulo 19.
Capitulo 20.
Capitulo 21.
Capitulo 22.
Capitulo 23.
Capitulo 24.
Capitulo 25.
Capitulo 26.
Capitulo 27.
Capitulo 29.
Capitulo 30.
Capitulo 31.
Capitulo 32.
Capitulo 33.
Capitulo 34.
Capitulo 35.
Capitulo 36.
Capitulo 37.
Capitulo 38.
Capitulo 39.
Capitulo 40.
Capitulo 41.
Capitulo 42.
Capitulo 43.
Capitulo 44.

Capitulo 28.

67 11 5
By Leticiaa__

Alison.

El avión aterrizó antes de lo que a mí me hubiera gustado. El viaje se me había pasado demasiado rápido. Tal vez fue porque no paraba de pensar en todo. En Matt, en Amber. En mi familia. En la reacción de mi padre al verme. Pasé medio viaje llorando. Con tan solo recordar los ojos de Matt al despedirse de mí. Habían perdido su alegría, la alegría que había tenido conmigo.

La voz de la azafata resonó por mis oídos. Era la hora de bajar. Antes de irme había llamado para pedir un taxi que me llevara directa a casa. Dejaría mis cosas y me iría para el hospital.

Cuando salí del aeropuerto, ahí estaba el taxi, esperándome. Dejé mis cosas en el maletero y me subí, le dije mi dirección con voz temblorosa y me llevó hasta ahí.

Llegamos a mi casa, el taxista me ayudó a bajar la maleta. Mi casa estaba igual, tal y como la recordaba. Me temblaban las piernas cuando cogí mis cosas y comencé a andar hacia la puerta principal. Llamé con las manos temblorosas y espere a que alguien me abriera. Pero nadie abrió. Supuse que estarían en el hospital. Así qué fui hasta la puerta de atrás. Ahí siempre teníamos escondida la llave de repuesto debajo del felpudo. Entraría por ahí. Y así fue, la llave estaba justo debajo del felpudo, como antes de desaparecer. Abrí la puerta y volví a dejar la llave donde estaba.

Subí corriendo a mi cuarto, no quería pararme a mirar mi casa, tenía que ir a ver a mama; era lo que más me importaba en esos momentos.

Al llegar a la planta de arriba me detuve a contemplar, nada había cambiado. Parecía que no había pasado tiempo desde que no estoy ahí. Pero habían pasado casi dos meses. Una tristeza enorme invadió mi cuerpo. Pasé a la que era mi habitación. Y al igual que toda la casa, no había cambiado nada. La cama estaba ligeramente arrugada, me había sentado en la cama para ponerme las converse blancas y no la había estirado. Había una chaqueta colgada en la silla y tenía el ordenador abierto encima de mi mesa de estudio. Recordé que había estado mirando vestidos para mi cumpleaños. Miré en los cajones de la mesa y encontré mi IPhone. No había desaparecido. Recordé que cómo solo tenía que ir a la tienda que estaba a una manzana de casa lo dejé en mi cuarto. Lo puse a cargar y lo encendí. Comenzaron a llegarme mensajes y llamadas de mis padres, de mis amigas, de Jack incluso. Lo ignore todo y me concentre en una única cosa. Marcar a Matt.

Después de tres tonos pude oír su voz.

-¿Diga?- Él no tenía mi número de teléfono guardado. Su voz sonaba distinta, más triste.

-¿Matt?

-¡Al! ¿Eres tú enserio?- Preguntó con un toque de alegría en su tono.

-Pues claro, ¿quién sí no?

-¿Qué tal el viaje? ¿Estás en tu casa? ¿Has visto a tus padres? ¿Y este número?

-Bien. Sí. Todavía no, pero iré al hospital ahora. Y, este número es el mío, he encontrado el móvil en mi cuarto. –Le respondí a cada una de sus preguntas.

-Vale, vale, me queda todo claro. Te echo mucho de menos Al. La casa esta vacía sin ti.

-Matt...-Mi voz comenzó a romperse.- Eres lo mejor que me ha pasado de verdad. Ahora cuando vaya a ver a mis padres, hablaré con papá y le contaré todo. Bueno, mi historia, no te preocupes. Espero que todo salga bien. Ahora tengo que colgar Matt. Apunta mi número. Y acuérdate de enviarme las fotos que nos hicimos. Te iré llamando Matt, lo prometo. Te quiero.

-Apuntare este número, no te preocupes. Estate tranquila y ahora piensa que vas a volver a ver a tu familia y a tus amigas. Eso es lo que te tiene que importar. Y Al...

-¿Si?

-No me olvides. Ahora volverás a ver también a tu ex, y tengo miedo.

-Por eso no te preocupes. Le dejé claro que no quería nada más con él.

-Bueno, de acuerdo... Adiós al. Te quiero muchísimo.

-Te llamaré pronto. Te quiero más.

Y colgué. Dejé el móvil en la mesa y fui a cambiarme de ropa. Me puse unos pantalones vaqueros y una camisa, me puse una chaqueta y cogí el móvil, dispuesta a salir de casa.

Fui caminando hasta el hospital. Pues estaba cerca de donde vivíamos. Mi casa estaba prácticamente por el centro, y todo me pillaba relativamente cerca.

Según iba acercándome a mi destino me iba poniendo más nerviosa.

Llegué a las puertas del hospital, donde hace unos días había visto a papá y a mis amigas hablar por las noticias, pero esta vez estaba vacío.

Entré sin mirar a nadie, sabia en que habitación estaba mi madre porque lo había oído cuando papá hablo por la tele. Mientras subía las escaleras las piernas me temblaban junto con las manos. No sabía si iba a poder subir un escalón sin que me fallaran las piernas.

Llegue al largo pasillo en el que estaban todas las habitaciones. A lo lejos vi a mis amigas. Sabía que iban a estar ahí, adoraban a mi madre. La querían como a su madre y ella a mis amigas como si fueran sus hijas. Supuse que mi padre estaría dentro haciéndole compañía a mamá.

Me di cuenta de que Sam me vio, pero como si no pudiera creérselo llamó a Anna dándole un codazo. Ella también me miró y se puso de pie nada más verme. Empecé a andar más rápido para llegar antes con ellas, ambas me imitaron y comenzaron a correr por el largo pasillo. Las lágrimas no paraban de salir de mis ojos cuando las vi. Cada vez íbamos acercándonos más hasta que la distancia se redujo por completo y nos fundimos en un abrazo. Ellas, al igual que yo lloraban sin parar.

Al cabo de unos minutos nos separamos.

-No me creo que seas tú Alison...-Dijo la pelirroja.

-¡No te vuelvas a ir jamás! Eres una idiota, ¿sabes lo preocupadas que hemos estado? Pensábamos que te habían secuestrado. La carta que le llego a tu padre decía eso, y tú nos mandas una carta a nosotras diciendo que te has ido por tu cuenta, una de las dos mentía. ¿Cuál?-Sam no paraba de llorar. A ella le tenía que contar la historia. La verdadera historia. Era mi mejor amiga y tenía que saberlo. Jamás la había mentido.

-Chicas, parad un momento. Primero, tengo que pasar a ver a mi madre, cuando salga hablaremos tranquilamente. Pero antes de entrar. Yo también os he echado muchísimo de menos.-Dije secándome las lágrimas.

Las deje allí y pasé a la habitación de mi madre. Estaba vacía. La vi tumbada en la camilla con un montón de cables alrededor. Me recordó ligeramente a Amber. No paraba de llorar. Ver así a mi madre. Y todo por mi culpa. Me acerqué a su cama y la cogí de la mano.

-Mamá...-Le susurré entre sollozos.-Sé que probablemente no me estarás escuchando. Pero quiero decirte que lo siento. Eso lo primero. Siento mucho haberme ido. Siento mucho no haber estado aquí contigo. Podría haber evitado esto. Me arrepiento tantísimo.-Me limpié las lágrimas.- Pero tenía que hacerlo mamá, necesitaba irme. Te prometo que cuando te pongas bien te lo contare todo. Además, he conocido a alguien que me ha salvado. Ha sido súper bueno conmigo y no me ha dejado sola en ningún momento. Él y su madre se han comportado como verdadera familia. Y les estoy muy agradecida. Tienes que ponerte bien para conocerlos. Por favor mamá, ponte bien. No puedo estar sin ti.- Mi voz se rompió y lloré todo lo fuerte que pude, en la soledad de la habitación acompañada únicamente de mi madre. Pero esta no podía oírme.

-¿Alison?-Me equivoque, no estaba tan sola como creía en la habitación.

-¿Papá?-Dije girándome.

El corrió junto a mí y me abrazó, le correspondí al abrazo mientras lloraba en su pecho.

-Todo esto es culpa mía papá, ella no habría tenido ese accidente si no hubiera mandado esa carta. Lo siento tanto.

-No es tu culpa hija. Pero dime ¿por qué demonios te fuiste? No sabes lo preocupados que hemos estado estos dos meses Alison. Cuéntame porque te fuiste.

-Papá, ahora no es el momento, estoy aquí y es lo que cuenta. Mejor dime tú, ¿cómo esta mamá?-Mi padre me miró mal, pero no insistió, y la verdad no quería hablar de nada con él que no fuera de mi madre.

-Pues de momento está en coma.-Mi corazón se disparó.-Lleva así desde el día del accidente. Los médicos nos han dicho que no saben cómo va a salir. Van a esperar a ver si se despierta ella por su propia cuenta. Y si no, tratarán de despertarla ellos. Es demasiado grave. Pero aún tenemos esperanzas.

Me senté en el sillón que había justo al lado de la cama de mi madre y me puse las manos en la cara mientras apoyaba mis codos en las rodillas. Esa posición me recordaba a Matt. Ojalá estuviera él conmigo. Esto era demasiado duro para pasarlo sola. Y él era el único que me conocía realmente, que me quería como era y que no trataba de cambiarme.

Mi padre salió de allí dejándome sola, pero por poco tiempo. Entró Sam y se arrodilló frente a mí.

Me dio un fuerte abrazo dándome a entender que podría contar con ella para lo que fuera.

Había llegado el momento de hablar.


-------------------------------------------------------

Holaaaaa! espero que os guste este capitulo.

Quiero dedicarle el cap a una gran persona que conocí el viernes @_blueheartleti_

¡Me encanto conocerte corazón! Muchisimas gracias por seguir mi historia. Eres genial :)

Tambien daros las gracias a todas las que me comentais y le dais estrellitas. Me animais muchisimo. Sois las mejores!

Continue Reading

You'll Also Like

134K 12.3K 27
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...
127K 29.2K 55
Se paró frente a una máscara blanca sólo con el orificio de los ojos, llamó su atención bastante, la levantó con curiosidad pensando, no tenía un ori...
647K 82.9K 77
*Fueron los libros los que me hacían sentir que quizá no estaba completamente sola, y tú me enseñaste que el amor solo es una debilidad.* Isis descub...
118K 5.3K 16
Al despertar la mañana después de haber llegado al podio del Gran Premio de Australia, Kira Russo supo dos cosas: Lía Montecruz lucía de lo más adora...