Pero todo cambio una tarde de otoño, Alison había salido a comprar unas cosas que necesitaba para la fiesta de su cumpleaños. Le pareció oír un ruido detrás de ella pero no le dio más importancia. Lo que no sabía es que ese sonido iba a cambiar su vida para siempre. Cuando Alison fue a girar la calle unas manos heladas la tomaron por el cuello y noto un fuerte olor que hizo que se desmayara y no se dio cuenta de nada más.
Despertó al día siguiente en un lugar totalmente desconocido para ella, olía a moho y parecía estar en medio de la nada, pues no se oía ninguno de los ruidos a los que ella estaba acostumbrada cada vez que se levantaba. Es un sueño, no un sueño no, una pesadilla. Pensó Alison. En unos minutos me levantare y mama estará en la cocina preparando el desayuno como todas las mañanas. Pero los deseos de la muchacha no se cumplieron.
-Vaya, veo que ya estas despierta.- Hablo una voz a sus espaldas.
- ¿Quién eres tú? ¿Qué hago aquí? ¿Qué quieres?- Dijo alarmada la muchacha al darse la vuelta y ver a un alto chico, de pelo oscuro y vestido de negro.
- Tranquila, son demasiadas preguntas, solo te diré, que me llamo Matt, y estas aquí porque necesito dinero, y creo que tus papis estarían dispuestos a darme todo lo que les pida con tal de tener a su niña en casa otra vez.
-¿Tú como conoces a mi familia? ¿Y que quieres decir con que te darán todo lo que les pidas?- Alison sabía que sus padres tenían dinero, pero no creía que pudieran pagarle a ese tipo grandes cantidades.
-¿Por qué haces tantas preguntas? No te voy a contestar a nada más, cuando llegue el momento, te enteraras de todo, ahora, cállate y déjame tranquilo.
Alison hizo caso a ese desconocido que decía llamarse Matt, pero seguía preguntándose muchas cosas. No entendía por qué ese tipo la había secuestrado, ni entendía por qué hablaba así de su familia, pero calló y espero a que el volviera a hablar con ella.