- Pero que...-Liam se quedó pasmado.
Con toda la rapidez que pude, me senté y agarré una almohada para taparme, mientras buscaba mi vestido.
-¿Quién eres tú? -preguntó la mujer, alterada, sin moverse de su lugar.
No respondí.
-¿Qué haces en la casa de mi novio? -insistió. -Y Desnuda. -exclamó, iracunda.
Miré hacia el baño, no. Allí no podía ir. Se enterarían de que Anna está escondida y eso haría que nos fuera mucho peor.
Tomé las bragas y el sostén. Mi cuerpo temblaba.
-¿Qué haces aquí? -preguntó Liam.
-¿La conoces? -exclamó la mujer.
-Ven, Sophia...-alcancé a ver que Liam la empujaba fuera de la habitación, pero ella se resistía.
-¿La conoces, Liam? -Gritó.
Yo estaba completamente aturdida. Mi cuerpo temblaba, y no era capaz de movilizarme. Simplemente estaba allí parada, sin saber que hacer. La almohada escasamente cubría lo necesario.
-Es... La novia de... De Ryan. -escuché decir a Liam.
¿Qué? ¿ryan? ¿Cuál ryan?
-¿Y qué hace aquí? A mi no me creas idiota, Liam. -gritó, la mujer que al parecer se llamaba Sophia.
-Saldremos, Ella se vestirá y luego se irá. - Liam tragó saliva. -Todo esto es un mal entendido. - Liam volvió a empujarle fuera de la habitación.
Cuando Sophia estuvo fuera de la habitación. Liam me miró asesinamente antes de salir. Estaba muy ofuscado. Demasiado, diría yo.
-Vístete. -ordenó, antes de tirar la puerta.
-Hijo de puta. -sacudí mi cuerpo, desesperada.
La puerta del baño se abrió inmediatamente. Miré hacia esta y vi a Anna. Me miraba perpleja.
Se acercó a mí. -Tiene novia. -afirmó.
-Sí. -asentí, sentía un nudo en la garganta.
-Vístete y nos iremos. -se agachó y me pasó el vestido.
Volvió al baño, y cerró la puerta. Me imagino que para darme mas privacidad.
Me puse las bragas, luego el sostén y por ultimo el vestido.
Me acerqué al baño, y toqué suavemente. Anna abrió, y asintió. Caminamos rápidamente hacia la ventana, Anna la abrió y salió. Luego lo hice yo.
Antes de que pudiera marcharme, escuché que tocaron la puerta de la habitación.
-¡Corre! -Anna me agarró del brazo y me jaló.
Comenzamos a correr.
Volteamos la esquina, cruzamos la calle y llegamos a su auto.
Abrí la puerta del copiloto y me senté apresuradamente. Anna se sentó en el asiento del conductor y arrancó el auto sin esperar nada más.
-Mierda-maldije. -No puedo volver a ver a ese hombre. -exclamé.
-Te juro que nos van a echar de la institución. -habló agitada, pasándose un semáforo en rojo.
-Mierda, Mierda, Mierda. -me llevé las manos a la cabeza. -No sé que voy a hacer. -tragué saliva. -Seguramente Liam le va a contar al director y también a mamá y papá.
-Imbécil. -espetó. -Tiene novia el muy desgraciado.
-No lo puedo creer. -negué. -Ósea que nunca me tomó en serio. Solo jugaba conmigo.
-¿Acaso pensabas que iban a pasar de la fornicación? Ay, no seas ingenua.
-Tenía la impresión de que era un buen tipo. -exclamé, desesperada.
-¿Qué esperabas de un hombre como él? Cuando él pasa por el lado de alguna mujer, esta babea, A no ser que sea lesbiana. Diablos, nadie le quita lo bueno que está.
-¿Crees que vaya esta noche a mi casa? Hoy tenemos clase. -solté.
-No lo sé. -se detuvo en un semáforo. -Pero no puedes volver a tener relaciones con él.