Capítulo 17

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Maldito. 

Maldito infeliz. 

Tiene novia. 

¡Tiene una puta novia! 

-Maldita sea. -grité en voz alta. -Maldito Liam, Uy. -pataleé. 

Sí quería guerra. Sí quería jugar así… Así jugaríamos. 

Entré al baño del instituto para retocarme el maquillaje. Faltaban cinco minutos para que comenzara la clase, Ya Liam vería lo que le tenía preparado. 

Acomodé mi falda, subiéndola un poco y desbotoné un botón de mi camisa rosa. Acomodé mi cabello hacía adelante, hoy me lo había ondulado. Miré al espejo y sonreí satisfecha al ver mi reflejo. 

Me eché brillo labial en mis labios, y guardé mi cosmetiquera dentro de mi bolso nuevamente. Salí del baño y saqué mi celular para ver la hora. 

¡Mierda, 7:05! 

Cinco minutos tarde. ¿En que se me pasó el tiempo?

Corrí hacía el aula, mis tacones se escuchaban por toda la escuela, o eso creo. 

Llegué al aula y toqué la puerta, mi respiración seguía agitada. -Siga. -Escuché la voz de Liam. 

Entreabrí, y asomé mi cabeza por un lado. -Disculpe profesor, una chica tuvo una urgencia en el baño y me vi en el deber de ayudarle. -mentí. 

Me miró por unos segundos. -Siga. -declaró seriamente. 

-Gracias. -Le dediqué una sonrisa fingida y entré por completo, atrayendo las miradas masculinas. 

Me acerqué al pupitre y me senté a un lado de Anna, quien movía su lápiz de arriba abajo. Suspiré, y miré a Liam, él me miraba fulminante. 

Alcé los hombros y crucé las piernas sensualmente. 

Él apartó la vista, y se levantó. -Hoy hablaremos de la globalización. -informó, mientras caminaba hacía el pizarrón. Anotó el día y la fecha antes de comenzar con la explicación. 

-¿Porqué tienes cara de drogada? -le pregunté a Anna. 

-Trasnocho, eso es. -suspiró y me miró, tenía la pestañina regada. -Estuvimos en una fiesta. Todo iba de maravilla hasta que la policía llegó y nos sacó como si de perros de tratara. Es un milagro que no esté presa. 

-Te he dicho que ese tipo de fiestas son peligrosas. 

-No dejaré que mi novio vaya solo, ¿Para que se consiga otra que sí esté dispuesta a todo? Olvídalo bonita. 

-Tú no tienes la culpa de que tu novio sea un cabrón. -dije y continúe. -Consíguete a alguien mejor. 

-Solo lo amo a él. -declaró. 

-¿Cuál es la puta habladera que mantienen allá? -escuché la voz de Liam. 

Por su tono de voz, y su palabrota, pude deducir que no estaba de humor. 

Anna y yo lo miramos. 

-¿Y a usted que le importa? -espetó Anna. 

La miré con los ojos bien abiertos, mi boca estaba abierta en forma de O. 

-Ustedes dos. - Liam se acercó. -Se salen de mi clase y me esperan en la dirección. -señaló la puerta con su dedo. 

-¡Pero yo no he hecho nada! -alegué. 

-Te vas de mi clase, maldita sea. -exclamó molesto. 

Alguien se levantó con el pié izquierdo esta mañana. 

-Vale, Vale. -Anna se levantó de la silla, manteniendo sus manos en el aire en forma de paz. 

Miré a Liam. 

-¿Qué no entendiste? -me miró desafiante. 

-Idiota. -exclamé. -Injusto. -me levanté de la silla y caminé hacía la puerta. 

-¿Cómo me llamaste? -lo sentí acercarse. 

- Holgazán. -espeté, antes de cerrar la puerta. 

Tomé a Anna de la mano, y comenzamos a caminar hacía la dirección. 

-Maldito imbécil. -renegué furiosa. -Es…. Es un idiota. -me quejé. 

-Tuvo un mal día, se le ve en la cara. -dijo Anna. -Sí fuera mujer pensaría que está en sus días. 

-Acompáñenme. -escuché la voz de Liam. 

Anna y yo nos detuvimos para verlo. 

-Me encargaré de llevarlas a dirección. -informó. -No quiero que se desvíen hacía otro lugar. 

Caminamos con él, hasta llegar a la oficina de dirección, Liam abrió la puerta y nos hizo entrar, luego cerró y se retiró sin decir nada más. 

-Nunca pensé que fuera tan cebero. -susurró Anna, sentándose en una silla. 

-Estamos aquí por tu culpa. -espeté, sentándome a su lado. -Ahora llamaran a papá y le dirán que me han suspendido. -bajé la mirada. -Genial. -dije irónica. 

-Pensé que tendría compasión con nosotras. -dijo. -Bah, pensé que le gustabas y todo el cuento. -bufó. 

La miré asesinamente. 

-No sé tú, pero yo me largo de aquí. -se levantó de la silla y caminó hacía una ventana. 

-¿Qué? -exclamé. -No puedes hacer eso. -me levanté de la silla. 

-Claro que puedo. -abrió la ventana y atravesó un pié. -Te veo al rato. -salió por completo y volvió a cerrar la ventana, dejándome sin oportunidad de hablar. 

La vi alejarse. 

-¿Dónde está Anna? -escuché la voz de Liam. 

Me volteé y lo miré. 

-Se fue. -informé nerviosa. 

-¿Cómo? -frunció el ceño. 

Lo vi poner su mano encima del pomo de la puerta. Angustiada ante esa posibilidad, decidí hablar. 

-¡Liam! -él me miró. -Necesitamos hablar. -declaré, acercándome a él. 

-Ahora no. 

-Sí, ahora sí. -agarré su mano y lo jalé. 

-¿Qué quieres? ¿Decirme cuanto fornicaste con tu noviecito? -preguntó. 

-¿Tienes novia? -fui al grano. 

Miró hacía otro lugar y suspiró. -Vale… No tengo novia. -admitió.

-¿Y porque me has dicho que la tienes? -pregunté molesta. 

-Eso no importa. -frunció los hombros. -Ahora, si me permites tengo que informar que Anna se ha ido. -intentó soltarse de mi agarré. 

-Espera, Liam. -insistí. 

Jalé de su brazo hacía la silla del escritorio y lo obligué a sentarse. 

-¿Qué se supone que estás haciendo? -preguntó. 

Me arrodillé en el suelo y me escondí debajo del escritorio. 

-Voy a demostrarte que mi relación con Harry no es impedimento para que sigamos con lo nuestro. -susurré, llevando mis manos a la cremallera de su pantalón.

Seduciendo a mi profesor - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora