Capítulo 50

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Mis ojos se abrieron lentamente, encontrándose con la oscura habitación y los pocos rayos de luz que entraban en ésta. Inmediatamente sentí el pecho de aquel hombre que se había quedado a dormir sin importarle el peligro que corríamos al hacer una locura como ésta en circunstancias como en la que estábamos.

Moví mi cabeza y apoyé mi barbilla en su pecho mientras lo miraba dormir. Se veía tan hermoso cuando estaba dormido. Su ceño estaba ligeramente fruncido y sus labios entreabiertos. Me entraron ganas de besarle y tocarle en donde sabía que le gustaba pero no podía hacerlo, seguramente se molestaría si lo hiciera ya que estábamos en una situación muy delicada.

-Usted es muy sexy profesor Payne -susurré con voz suave mientras delineaba su labio inferior con uno de mis dedos. Me sentí ridícula por estar hablándole a alguien que dormía pero al tiempo afortunada de tenerlo junto a mí.

Luego de unos minutos de apreciarlo y acariciar sus labios volví a recostarme en su pecho. Metí mi mano por debajo de su camiseta y acaricié sus músculos. ¿Y si era la última vez que estábamos así? Me dolía mucho pensar en que tendríamos que alejarnos. Y era ridículo porque mi intención nunca fue enamorarme de él, sólo era seducirlo y follar con él pero jamás pensé en llegar a sentir lo que ahora estaba sintiendo. De cierto modo me odiaba a mí misma.

Me levanté de la cama, dejando a un Liam profundamente dormido en ella. Sonreí mientras ladeaba con la cabeza. Me había dado cuenta de lo tonta que me había vuelto... todo por Liam.

Caminé hacia el balcón y contemplé la hermosa mañana que estaba haciendo. Una fresca brisa llegó y despeino mi cabello refrescándolo un poco.

Me quedé ahí parada por unos minutos mientras pensaba en qué hacer. De hecho varias ideas vivieron a mí. Las opciones que llegaron a mi cabeza eran:
A) Escaparme con Liam e ir a otra ciudad.

B) Suicidarme.

C) Intentar convencer a mi padre de no denunciar a Liam de la manera sucia.

D) Olvidarme de Liam y dejar que mi padre pusiera la denuncia y esperar a que probablemente lo encarcelaran por el hecho de haber hecho algo ilegal con una menor de edad, ósea yo.

La opción B la descarté desde el primer momento, ni siquiera entendí porqué era una de las opciones. La A no sería aceptada por Liam. La D no podía ni siquiera pensar en Liam preso. Así que la única opción que tenía si no llegaba a acordar algo bueno con mis padres sería la C: Intentar convencer a mi padre de no denunciar a Liam de la manera sucia.

Me mordí el labio inferior mientras hacía memoria. Intentaba recordar algo de lo que mi padre no se sincera muy orgulloso o que quisiera esconder para usarlo a mi favor.

-Me encanta tu aroma -el susurro de Liam acarició mis oídos. Sentí sus manos envolver mi cintura. -Hueles como rosas y fresas-dijo luego de haber aspirado mi cabello.

Una de sus manos se deslizó por el contorno de mi cuerpo hasta llegar a mi cabello, el cuál aparto de mis hombros para empezar a besar mi cuello, haciéndome estremecer. Me encantaba el rose de sus labios sobre mi piel. Me fue inevitable no girarme entre sus brazos, no podía resistir las ansias de tocar su boca, de mirar sus ojos.

-Te amo-el sonido que hacia Liam al decir esas palabras hacía que corazón martillara fuertemente en mi pecho. Besarlo me producía un éxtasis extraño que me hacía desde estremecer hasta suspirar.

Con cuidado tomó mi mano y me guió hasta la habitación. Cientos de sus besos se regaron por mi rostro y una corriente de excitante placer recorrió mi cuerpo entero. Busqué sus labios con ansias para poder besarle, mi lengua dibujo sus labios. Besé su mandíbula y mientras succionaba su cuello desabotoné su camisa dejando a la luz su torso. Una de mis manos fue hasta su nuca para obligarlo a acercar su boca a la a mía y la otra viajo por su abdomen hasta la altura de su pecho, justo arriba de su corazón.

Seduciendo a mi profesor - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora