Seduciendo a mi profesor - Liam Payne

Capítulo 8

Hacia mucho calor en la oficina, sentía que la ropa me estorbaba.

Me sentía como una zorra, nunca había tenido que insinuármele a un hombre para que me besara o estuviese conmigo. Nunca.

Los labios de Liam se deslizaron por mi barbilla, y siguió besando la línea de mi mandíbula.

Bajo sus manos y me agarro del trasero, haciéndome quedar sentada encima del escritorio. Inclinó la cabeza, y sentí su lengua en mi cuello. Mordí mi labio y tiré mi cabeza hacia atrás para darle un mejor acceso.

- Me preguntaba... Como sería tocar sus músculos, profesor. - susurré, bajando mis manos hacía sus brazos y tocándolos, apretándolos. Sintiendo lo duro y fuerte que estaba.

Hacia demasiado ejercicio, Lo supe en ese momento.

- Usted es tan varonil. - me mordió en cuanto le dije eso. - Oh. - suspiré.

Pase mi mano por su cabello castaño, acariciándolo mientras su boca continuaba chupando mi cuello.

- ¿Sabías que esta prohibido provocar a sus profesores? - preguntó, alejando su boca de mi cuello y mirándome a los ojos.

Tragué saliva, quería seguir besándolo. - No era mi intención. - susurré.

En un ágil y rápido movimiento me dio la vuelta haciendo que quedara a espaldas de él. Sentí su dureza dura presionando contra mí trasero. Gemí levemente.

Sus labios besaron mi hombro. - Tendré que castigarte por hacerlo. - menciono, logrando que mi piel se erizara. - Eres tan hermosa. - con su mano acarició mi abdomen. Subió a uno de mis pechos y lo apretó.

- Liam - suspiré su nombre, jamás lo había llamado por su nombre.

Su boca vino a la mía y me besó desesperadamente, pasé mi lengua por su labio inferior mientras el seguía tocando mis pechos sin control.

De repente se escuchó el sonido de unos golpecitos en la puerta, mi nana llamaba. Maldije una y otra vez.

Abandoné sus dulces labios y lo miré. - Voy a ir a ver que necesita. - avisé.

Él tragó saliva, y se sentó rápidamente en la silla del escritorio.

Caminé hacía la puerta y abrí. Sally tenía en sus manos una bandeja con café y galletas.

- Les traje esto. - anunció entrando a la oficina. - Espero que esto no los desconcentre, profesor. - dijo acomodando las cosas encima del escritorio, a un lado de unos libros.

- Claro que no, que amable de su parte. - pronunció Liam inmediatamente.

- ¿Qué tal se ha portado? - preguntó Sally haciendo referencia a mí.

La mirada de Liam se poso en mí. - Bien. - Sally alzó su vista hacía él. - Se ha portado muy bien - añadió mirando a Sally.

- Eso esta muy bien, ella no es fácil de controlar. Créame. El hecho de que se porte bien con usted, es algo bastante bueno. - dijo caminando hacía la puerta. Que sincera. - Los dejo para que estudien. - le sonrió a Liam mientras cerraba la puerta.

- Mi nana es bastante atenta, ¿No? - susurré mientras me acercaba al escritorio para tomar la taza de café que me correspondía.

- Sí. - él asintió con aire ausente.

Cogió una galleta y se la llevó a la boca. Miró una hoja y la leyó mientras masticaba. - Ahora te voy a explicar sobre la literatura contemporánea. - anunció y tomó un sorbo de café.

¿Entonces no seguiríamos en lo que estábamos? No... Eso no podía estar pasando.

- ¿Profesor? - lo llamé, pero él ni siquiera me miró.

- ¿Si? - respondió con seriedad.

- ¿Y lo que pasó hace unos minutos? - pregunté con el ceño fruncido.

Dejó la taza de café a un lado, y alzó su vista para mirarme.-Fue una equivocación. -Hizo una pausa mirando hacía abajo. - Fue un momento, extraño en el que no controlamos nuestros actos. Pero eso no debe volver a pasar, somos personas completamente maduras y sabemos que eso no estuvo bien, así que no lo volveremos a hacer.

- No fue una equivocación, un beso no tiene nada de malo. - contesté completamente sorprendida.

- ¡Soy tu profesor! - respondió mirando a otro lado. - Estas cosas no deben pasar entre profesores y alumnas. Y mucho menos cuando tus padres confían en que te estoy enseñando cosas productivas y que te servirán tanto como para pasar el año escolar como para el futuro.

- No es justo. - exclamé bastante molesta.

- Lo siento. - respondió él rápidamente. - ¿Puedes sentarte? Estamos perdiendo tiempo valioso, y sin contar que estamos bastante atrasados. - dijo rápidamente.