Capítulo 25

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Mis piernas se congelaron completamente. Sentía escalofríos recorriendo todo mi cuerpo. No sabía que hacer, ni que cara poner.

Simplemente estaba bloqueada.
-Beatrice. -oí que Liam habló, parecía calmado.

Claro. Él es bueno fingiendo.
-Profesor Payne, le he pedido una explicación. -paró de caminar en cuanto nos tuvo en frente.

Mi mirada estaba puesta en unos carteles que los alumnos de primaria habían diseñado para el próximo acto cívico que iba a llevarse a cabo en la institución.

-Déjeme explicarle -comenzó a decir Liam. -Desde hace unos días le estoy dando clases particulares a la señorita Walker. Ya sabe como son los jóvenes, no valoran nada ni ponen atención a las cosas que se les dicen, Y justamente estábamos discutiendo por eso. La señorita Walker no sacó la calificación que esperaba en el examen de hoy, así que me estaba reclamando por ello, pero como le digo, sí no se esfuerza nunca logrará pasar el año escolar.

Lo miré asesinamente.

-Me pareció escuchar una discusión, ¿Está seguro de que ese es el motivo?

-Sí, completamente. -Liam asintió.

-¿De que otra cosa podríamos discutir?

-Bien. -me miró. -Señorita Walker no quiero saber que le está faltando al respeto al profesor Payne. ¿Sabe? Él es la autoridad, tiene el deber de respetarle, no puede tratarle como se le venga en gana, ¿Cree que su padre estaría orgulloso de saber sobre su comportamiento en clase?

-¿A que se refiere? -pregunté sorprendida.

-No crea qué no me he dado cuenta de cómo es su trato hacia el profesor Bieberquieres por favor -solté totalmente alterada. -¿Acaso él le ha puesto quejas sobre mí? Déjeme decirle que lo trato igual que a todos los profesores que hay en esta institución.

-Bájele al tono, Señorita Walker. -advirtió.

Me crucé de brazos, mientras la miraba fulminante.

-Cualquier cosa, Liam. -La Sra. Ferrante miró a Liam. -Avísame. No dejaré que te falten al respeto. - soltó y se dio la vuelta, caminando nuevamente hacia la dirección.

-Vale, cualquier cosa le diré. -exclamó Liam en voz alta.

Entró nuevamente, y cerró la puerta.
-Hiciste que me regañaran. -lo empujé inmediatamente.

Me miró con la mandíbula apretada y las cejas juntas.

Oh no, eso no le gustó.

-¿Qué es lo que te pasa? -agarró mi brazo con fuerza.

-Suéltame si no quieres que grite y que todo el mundo se entere de la clase de profesor que eres. -hablé en voz baja.

Dudo un momento, pero me soltó.

-Estoy harto de tu actitud. Harto. -exclamó.

-Entonces renuncia y vete a la mierda. -dije y continúe. -Sería un milagro de la virgen.

Se quedó mirándome estático, pero su cara seguía demostrando que estaba molesto.

-Harás que la directora Ferrante se entere de lo nuestro. -dijo en voz baja.
-No me importa ni un pepino. -solté.
Sé pasó las manos por el cabello.

Claramente estaba desesperado.

-Tengo que volver a clase. -informó. -Pero quiero verte ahora.

-Pues yo no quiero verte. -miré hacia otro lugar.

-Irás al parque que está cerca de tu casa a las dos de la tarde si no quieres conocerme realmente enojado. -volvió al salón.

No iré.
No definitivamente no iré. Él no me manda y yo hago lo que se me da la gana, así que es muy fácil, no iré. La decisión está tomada.

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Miré el reloj: 2:46pm.

No fui a la cita que Liam me puso en el parque. ¿Para qué? Para discutir con él seguramente. Estaba cansada de esta situación. Celosa de su novia. Queriéndole dar su merecido.

Queriendo que él sienta los mismos celos que yo sentí cuando le vi besando a Sophia.

Estaba disfrutando de la conversación que tenía con Harry por chat. En realidad era entretenido y algo morboso, pero él y yo lo disfrutábamos.

"Quiero metértela hasta el fondo" Escribió.

Me reí nerviosa, y pensé en que responder.

Cuando tuve la respuesta en mi mente, escuché unos golpecitos en la puerta. De seguro era Sally.

Coloqué el portátil a un lado de la cama, me levanté y caminé hacia la puerta.

-¿Qué pasó Sal....-me quedé en silencio cuando observé a Liam parado en frente. -¿Qué haces aquí? -fue lo único que pude decir.

Entró rápido a la habitación, y cerró la puerta. Me miró por un momento y luego se acercó, acorralándome contra la pared.

-¿Por qué te haces la difícil? -su mirada bajó a mis pechos cubiertos por el sostén.

Estaba en ropa interior, se me hacía más cómodo.

Miré sus ojos marrones, y sentí una presión en mi vientre. -¿De que hablas? -susurré.

-Te he puesto una cita esta mañana y no has cumplido con ir. ¿A que estás jugando? -me miró a los ojos.

-A nada. -tragué saliva.

Me miró por un momento, y presionó su cuerpo contra el mío, logrando que soltara un pequeño gemido.

-No me he olvidado de que tienes novia. -susurré.

-Dime algo, ¿Cuándo comenzamos con lo nuestro acordamos una regla sobre no mantener relaciones con otra persona? Por que si es así, tú fuiste la primera en romperla.

-¿A que has venido? -esquivé su pregunta.

Sin previó aviso inclinó su cabeza, y pasó su lengua por mi cuello, haciendo que mi piel se erizara.

-Eres tan provocativa. -susurró en mi cuello.

-¿A que has venido? -repetí, antes de morder mi labio inferior.

Bajó la mano a mi trasero y lo apretó con fuerza.

-Vine a decirte que...-pasó sus labios por mi cuello hasta llegar a mi oreja. -No voy a terminar con Sophia. -declaró.
-Así que, tú decides que es lo que vamos a hacer de ahora en adelante.

Seduciendo a mi profesor - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora