Capítulo 49

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Le sonreí, tomando su mano y llevándolo hacia la cama para que pudiera sentarse. -Es lindo de tu parte -pronuncié, tomando su mano entre las mías y guiándola hacia mis labios.

-¿Tuviste algún problema? -preguntó casi al instante.

Dejé de besar sus nudillos y alcé la mirada para encontrar la suya. Siempre tan profunda y sensual. De una u otra forma me hacía sentir tranquila el hecho de tenerlo a mi lado, pero al mismo tiempo tenía ganas de llorar porque sabía que tal vez no volvería a verlo.

¿Por qué ahora que todo comenzaba a marchar a la perfección? ¿Por qué la vida tenía que ser tan cruel?

-Liam, quédate esta noche -murmuré, acariciando su rostro y acercándome a sus labios. -Podemos hacer lo que quieras, pero no quiero que te vayas -negué, mientras abría mis labios para atrapar los suyos.

-¿Qué pasa, cariño? -preguntó preocupado antes de romper con el beso. -Sabes que puedes confiar en mí, cielo -murmuró.

Comenzaba con sus palabras afectivas, me volvía loca cuando me hablaba de esa manera.

-Se trata de nosotros -comencé a decir un poco nerviosa. Su ceño comenzó a fruncirse a medida que la expresión de mi rostro se ponía más tensa. -Liam, mis padres se han enterado de lo nuestro.

Me quedé observándolo por unos segundos, el mismo tiempo en el que él pareció quedarse perplejo, ninguna palabra o sonido salía de su boca, su cuerpo tampoco hacia algún movimiento.

-¿Estás de broma? -preguntó finalmente, levantándose de la cama y caminando lentamente hacia el otro extremo. Cuando llegó allí se devolvió y clavó sus ojos en los míos. -Dime que es una broma.

Me levanté de la cama con un poco de nerviosismo y me acerqué lentamente a él, intentando sujetar sus brazos y tal vez queriendo decirle que todo iba a estar bien, pero yo sabía que iba a ser todo lo contrario.

Si yo estaba angustiada no quería ni imaginar cómo lo estaba él.

-Quisiera estar bromeando -murmuré con tristeza.

-¿Cómo se han enterado? -tartamudeó.

-Sophia se lo ha dicho-informé muy segura de lo que decía.

-No -negó, mientras meditaba y miraba hacia el suelo.

Me sentía tan mal mientras lo veía de esa manera. Quería ayudarlo porque yo lo había metido en este inmenso lío. Muy seguramente ahora estaba arrepintiéndose de todo, odiándome a mí y queriendo estrangularme.

Me aparté un poco y me pasé una mano por el cabello mientras pensaba en otra cosa para decir. Lo cierto es que estaba sin palabras, nada coherente pasaba por mi cabeza.

-¿Qué haremos? -preguntó ansioso, elevando la mirada hacia mí, era tan firme e intensa.

Quería morirme, yo no tenía ninguna solución.

-No lo sé -tartamudeé, negando rápidamente. -Pero sé que mi mamá va a entender lo que siento por ti y va a convencer a mi padre para que no le digan nada a la directora. Puedo lograrlo, Liam. Puedo hacer que mi mamá convenza a mi papá, no dejaré que interfieran en tu futuro. Se lo duro que has trabajado y no mereces que algo como esto se interponga en tus planes-caminé hacia él y tomé su rostro entre mis manos. -Te lo juro.

Me observó por un momento y sentí que sus manos abrazaban mi espalda y me acercaban a su cuerpo. Cerré los ojos debido a la tranquilidad que me dio sentirlo tan cerca. -No quiero que lo nuestro termine -murmuró con voz aguda.

Abrí los ojos y me encontré con los suyos, su color se veía más vivo bajo la bombilla de mi habitación. Era tan hermoso. Yo tampoco quería dejar de verlo, no quería que lo nuestro terminara e iba a luchar contra quién fuera para que eso no pasara.

Seduciendo a mi profesor - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora