Capítulo 3

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Levantó su mano y vi una copia de las llaves de mi casa sostenida entre dos de sus dedos. Fruncí el ceño. ¿Cómo hizo para sacarle copia a mis llaves? Me hizo sentir inseguro.

-¿Para que viniste? -espeté, dejé el vaso con agua encima de la mesa.

-Vamos mi amor, no quiero estar enfadada contigo. -Comenzó a acercarse. -Todas las parejas tienen peleas, pero la vida se trata de superar los problemas y seguir adelante. - Se posicionó en frente mío.

-Sophia, dijimos que nos daríamos un tiempo en nuestra relación, ¿Lo recuerdas? - Suspiré.

- Si pero ya ha pasado mucho tiempo y te extraño. - dijo, y rió sin humor.

- Sólo ha pasado una semana, y sabes que estoy ocupado con un nuevo trabajo en el nuevo colegio, y siento que todavía no tengo las cosas bastantes claras con respecto a nosotros.

- Tú y yo debemos estar juntos, ¿no ves que somos el uno para el otro? -dijo, intento abrazarme.

Retrocedí. - Es que son precisamente estas cosas las que me molestan. Entraste a mi casa sin permiso, tienes mis llaves y no se que pensar de eso. Son infinidades de cosas que no quiero en una relación estable, cosas que me molestan como esto. - negué.

Ella me miró sin expresión alguna, por varios segundos, me estaba asustando para ser sincero.

- Tendré que pedirte que me des esas llaves. - pedí pasivamente.

- ¿Por qué? - respondió dolida.

- No me gustan estas cosas, ya te lo dije Sophia. Dame las llaves. - repetí.

- Quería que estuviéramos juntos esta noche, mira. - retrocedió tres pasos y me hizo mirar su vestido rojo, corto y ajustado. - Esto lo he comprado especialmente para ti, y tú ni te inmutas por mirar mi esfuerzo por nuestra relación. - volvió a mirarme. - Incluso tenía más sorpresas para ti, mucho mejores. - Insistió, casi rogando, se veía ansiosa.

Suspiré. - Sophia... - rogué, no tenía cabeza para nada más que dormir. - te daré el dinero para el coche de vuelta a tu casa, y llamaré al servició de taxi ahora mismo. - Avisé, y caminé hacía el teléfono que había pegado a la pared, me salía bastante útil tenerlo en la cocina.

- ¡Liam, no puedes hacerme esto! - Suplico angustiada.

La grabación del servició de taxi comenzó a sonar en la línea, había que esperar unos segundos mas para que alguien atendiera a la llamada. Apoyé el teléfono entre mi hombro y mi oreja para esperar.

- ¿Acaso ya no me quieres? Fue por eso que me dijiste que necesitabas un tiempo, ¿no es verdad? - dijo, con la voz quebrada.

La miré, y suspiré. - Sí, te quiero pero tienes que entender que no puedes entrar a mi casa sin avisarme, tienes que entender que no me fijo en todas las mujeres que pasan por mi lado, tienes que entender que tengo una vida y estoy ocupado, también debes entender que por ahora no podemos tener un bebé y lo mas importante no puedes ser tan obsesiva. - Terminé de hablar, y suspiré mientras miraba su expresión tensa.

- Servició de taxi buenas noches. - Alguien hablo por la otra línea, reaccioné y pedí el coche.

- Ya está, tu coche debe llegar dentro de poco. - Colgué el teléfono nuevamente, y caminé hacia ella. - Vamos Sophia, nada esta perdido, yo también quiero que las cosas funcionen bien, pero los dos tenemos que poner de nuestra parte, ¿Vale? Estoy seguro que lograremos superar nuestros problemas si cooperas con lo que te he dicho minutos atrás.

Suspiró. - Lo intentaré. - dijo, yo asentí.

- Genial, te acompaño a la puerta. - Extendí mi mano mostrándole la salida, no quería sonar grosero pero estaba agotado.

Seduciendo a mi profesor - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora