Capitulo 42

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- Aquí viene lo bueno, joder. Esto no me lo pierdo. - habló Anna entretenida mientras miraba a Liam caminar hacia los mariachis, quienes, por supuesto seguían cantándole rata de dos patas.

- Cállate. Liam puede descubrirnos. - le tapé la boca inmediatamente y volví la mirada a Liam.

Liam levantó las manos de tal forma que les indicaba que se detuvieran. Parecía molesto, muy molesto. Sophia observaba la situación desde la ventana, se veía enormemente indignada.

- ¡Deténganse! - exclamó Liam, ahora con autoridad. - ¡Llamaré a la policía si no lo hacen! - advirtió.

Entonces poco a poco se detuvieron. El miedo comenzó a correr por mis venas, y mis piernas me invitaban a correr tan rápido como pudiera.

- ¿Les dijiste que guardaran discreción? - le pregunté a Anna en voz baja, y bajé la mano de su boca.

- No - negó. Me sentí perdida. - Bueno... era obvio que igual se iba a enterar de que fuiste tú. Para eso vinimos, joder. - volvió la mirada a Liam.
Por dios.

- ¿Por qué están aquí? ¡Creo que se equivocaron de casa! - habló Liam alterado.

- No lo creo, joven - comenzó a decir uno de los mariachis. - Nos han acompañado hasta este lugar.

- ¿Quién? - preguntó Liam con la mandíbula apretaba.

Entonces el hombre buscó con la mirada lentamente, hasta que dio con el árbol en el que estábamos escondidas. Levantó la mano y nos señaló.

- ¡Corre! ¡Maldita sea! - exclamé, tomando a Anna del brazo.

Debíamos correr. Luego lo confrontaría, pero por ahora debía correr. Liam estaba de mal humor en ese mismo momento, además acompañado de Sophia. No quería pensar en las cosas que podían suceder si nos atrapaban.

La solución era correr.

Liam nos miró inmediatamente y su expresión se tornó aún más molesta. Comenzó a acercarse.

- ¡Anna! - le insistí cuando vi que no quería moverse. - ¿Qué coño te pasa? - exclamé.

- ¡Quédate! Jódele la vida, has que su novia se entere de lo que pasa. ¿Qué mejor venganza? - me miró a los ojos. - Correr ante esta situación seria inmaduro.

- ¡Hace cinco minutos no pensabas lo mismo! - susurré con la respiración agitada.

Liam se posicionó frente a nosotras. Elevé la mirada para encontrarme con sus ojos marrones. Estaba iracundo. Como un toro.

- ¿Qué quieres? - dije lo primero que se me vino a la cabeza. Tal vez fue estúpido, pero estaba muy nerviosa. Sólo le faltaba sacar humo por la nariz. Joder, inspiraba miedo.

- ¿Que qué quiero? - intentó sujetar mi brazo pero me negué, alejándome un poco.

Entonces hice lo más coherente que me pareció en ese momento; Levanté la mano y la estampé contra su mejilla.

- ¡Sucio! ¡Rata asquerosa! ¡Cabrón! Maldito bastardo. Te odio con toda mis fuerzas. Eso te quería decir, ¿Qué no te quedó claro? - le grité, volviéndole a dar otra bofetada aún más fuerte.

Se me quedó mirando. No se movía, ni siquiera parecía dolerle. No me importaba. Yo no le tenía miedo. Que se viniera, que hiciera lo que quisiera.

Entonces una risa estallo en ese momento. La risa de Anna. ¿Qué era lo gracioso? La miré asesinamente. Ella dejó de reír y negó. Esos tragos que se había tomado antes de llegar a casa de Liam no le habían asentado bien.

- Escúchame bien- dio un paso adelante, quedando a centimanos de mí. - Lo que has hecho es una estupidez. Ha sido inmaduro e infantil. ¿Sabes como estoy en este momento? - preguntó, agarrando mis brazos.

- ¡Si! ¡Estás más gordo! - exclamé, intentando alejarme, pero él me apretó con más fuerza. - Además de eso estás cayendo tan bajo como yo. ¿Crees que llamándome para que escuche como follas a tu novia no te ves como un maldito infeliz que a toda hora quiere una revancha y siempre trata de demostrar que golpea mejor?
No habló. Simplemente se quedó en silencio, observándome. - Eso no justifica lo que has hecho. - se defendió.

- Me importa un rábano lo que estés pensando, Liam. Eso es lo que siento por ti, y quería que todo el mundo en esta calle lo supiera. Quería que se dieran cuenta de la clase de rata que eres tú.

- ¿Lo que sientes por mí? ¡¿Lo que sientes por mí?! - apretó mi brazo con más fuerza, jalándome lejos de Anna y de su casa. - Lo que sientes por mí es mucho más de lo que imaginé. Te conozco, ______ Walker. No me hubieses hecho este espectáculo si no te hubiese dolido lo qué escuchaste. - se detuvo y agarró mis dos brazos con fuerza. - Lo que sientes por mí es algo que ahora tengo claro. Me lo has dejado claro justo en este momento. - soltó, gritando como un loco. - ¿Me vas a negar lo mucho que sientes cuando te beso? Atrévete a negar todo lo que te hago sentir cuándo te hago el amor. Eso no es un sentimiento de odio.

- Alucinas barato, Liam. - espeté, nerviosa por lo que Liam pudiese estar pensando que yo sentía hacia él. Nerviosa por darme cuenta de que sentía algo llamado amor. - No me digas que te enamoraste de mí, Liam. - entonces dije con gracia. - Siento decepcionarte pero lastimosamente yo no siento ni la más mínima cosa por ti. Que me hayas gustado fue una cosa, pero de ahí a llegar a sentir algo serio por ti... suéñalo.

Negó, mientras reía con ironía.

- ¿A quién tratas de engañar? - preguntó en voz baja, inclinándose hacia mí. - Lo que has hecho ahora, es una clara muestra de lo que sientes hacia mí. - susurró, intentando besarme, pero se lo negué.

- ¡Déjame! - grité, tratando de alejarme. - Debería darte vergüenza, hay una mujer esperándote. Ah, por supuesto espera a que llegues para que le des una explicación y seguro romper con esa relación que llevan.

Soltó una de mis manos y llevó la suya hacia mi nuca. Me acercó lo sufrientemente como para que sus labios rozaran los míos. - Niégalo. - presionó sus labios contra los míos.

Levanté la mano y sujeté su rostro, alejándolo de mí. Lo mantuve agarrado mientras miraba sus ojos y pensaba en algo que decir.

- No me provocas ni un cosquilleo. - dije finalmente. Había estado en un debate conmigo misma, quería besarlo, pero era algo que no me podía dar el lujo de hacer. -Ahora déjame ir. -me solté de su agarre y caminé de vuelta hacia dónde mi amiga.

Él se quedó parado en el mismo lugar. Sin moverse, ni hablar.

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Seduciendo a mi profesor - Liam PayneМесто, где живут истории. Откройте их для себя