Levantó su mano y vi una copia de las llaves de mi casa sostenida entre dos de sus dedos. Fruncí el ceño. ¿Cómo hizo para sacarle copia a mis llaves? Me hizo sentir inseguro.
-¿Para que viniste? -espeté, dejé el vaso con agua encima de la mesa.
-Vamos mi amor, no quiero estar enfadada contigo. -Comenzó a acercarse. -Todas las parejas tienen peleas, pero la vida se trata de superar los problemas y seguir adelante. - Se posicionó en frente mío.
-Sophia, dijimos que nos daríamos un tiempo en nuestra relación, ¿Lo recuerdas? - Suspiré.
- Si pero ya ha pasado mucho tiempo y te extraño. - dijo, y rió sin humor.
- Sólo ha pasado una semana, y sabes que estoy ocupado con un nuevo trabajo en el nuevo colegio, y siento que todavía no tengo las cosas bastantes claras con respecto a nosotros.
- Tú y yo debemos estar juntos, ¿no ves que somos el uno para el otro? -dijo, intento abrazarme.
Retrocedí. - Es que son precisamente estas cosas las que me molestan. Entraste a mi casa sin permiso, tienes mis llaves y no se que pensar de eso. Son infinidades de cosas que no quiero en una relación estable, cosas que me molestan como esto. - negué.
Ella me miró sin expresión alguna, por varios segundos, me estaba asustando para ser sincero.
- Tendré que pedirte que me des esas llaves. - pedí pasivamente.
- ¿Por qué? - respondió dolida.
- No me gustan estas cosas, ya te lo dije Sophia. Dame las llaves. - repetí.
- Quería que estuviéramos juntos esta noche, mira. - retrocedió tres pasos y me hizo mirar su vestido rojo, corto y ajustado. - Esto lo he comprado especialmente para ti, y tú ni te inmutas por mirar mi esfuerzo por nuestra relación. - volvió a mirarme. - Incluso tenía más sorpresas para ti, mucho mejores. - Insistió, casi rogando, se veía ansiosa.
Suspiré. - Sophia... - rogué, no tenía cabeza para nada más que dormir. - te daré el dinero para el coche de vuelta a tu casa, y llamaré al servició de taxi ahora mismo. - Avisé, y caminé hacía el teléfono que había pegado a la pared, me salía bastante útil tenerlo en la cocina.
- ¡Liam, no puedes hacerme esto! - Suplico angustiada.
La grabación del servició de taxi comenzó a sonar en la línea, había que esperar unos segundos mas para que alguien atendiera a la llamada. Apoyé el teléfono entre mi hombro y mi oreja para esperar.
- ¿Acaso ya no me quieres? Fue por eso que me dijiste que necesitabas un tiempo, ¿no es verdad? - dijo, con la voz quebrada.
La miré, y suspiré. - Sí, te quiero pero tienes que entender que no puedes entrar a mi casa sin avisarme, tienes que entender que no me fijo en todas las mujeres que pasan por mi lado, tienes que entender que tengo una vida y estoy ocupado, también debes entender que por ahora no podemos tener un bebé y lo mas importante no puedes ser tan obsesiva. - Terminé de hablar, y suspiré mientras miraba su expresión tensa.
- Servició de taxi buenas noches. - Alguien hablo por la otra línea, reaccioné y pedí el coche.
- Ya está, tu coche debe llegar dentro de poco. - Colgué el teléfono nuevamente, y caminé hacia ella. - Vamos Sophia, nada esta perdido, yo también quiero que las cosas funcionen bien, pero los dos tenemos que poner de nuestra parte, ¿Vale? Estoy seguro que lograremos superar nuestros problemas si cooperas con lo que te he dicho minutos atrás.
Suspiró. - Lo intentaré. - dijo, yo asentí.
- Genial, te acompaño a la puerta. - Extendí mi mano mostrándole la salida, no quería sonar grosero pero estaba agotado.
Caminamos en silencio hacía la puerta del departamento, yo detrás de ella. Justo cuando llegamos, el pito del coche se escuchó.
- Te veo luego. - susurré, abriendo la puerta. Recordé que seguía con mis llaves.- ¿Me das las llaves?
Ella frunció el ceño, y me dio las llaves de mala gana.
- El viernes es mi cumpleaños. Te espero en mi casa. - dijo saliendo del departamento, y bajando las escaleras.
Cerré la puerta y me apoyé en ella, preguntándome en si debía retomar mi relación con Sophia o no.
*___ POV.
Miré por la ventana del coche, mi papá iba manejando mientras hablaba de negocios importantes para su empresa de electrodomésticos. Siempre era lo mismo, el hablaba por teléfono y yo escuchaba música.
Estaba emocionada. Jamás en la vida había asistido al colegio con tanto ánimo. Me había levantado muy temprano para maquillarme, peinarme y escoger las prendas más hermosas y sexys que tuviera en mi armario. Gracias a dios al colegio se asistía con ropa formal, así que podía ponerme lo que me diera la gana. Y es que definitivamente en lo único que podía pensar era en el profesor. En verlo de nuevo y comenzar con mi plan de seducción.
Me despedí de mi papá y me bajé del auto, caminé rápidamente hacia el salón de clases, y me senté en la segunda fila sobre la derecha. Ya estaba todo el salón lleno, así que solo era esperar al atractivo profesor. Estaba nerviosa por verlo.
- Creo que se te ha pasado un poco la mano con respecto a esa falda, todos los chicos están mirándote. - Susurró Anna mientras reía.
La miré disimuladamente. - Espero que funcione así mismo con el profesor. - sonreí.
Ella negó con la cabeza mientras reía y volvía acomodarse en su lugar.
- Muy buenos días para todos. - esa voz gruesa y varonil poniendo mis pelos de punta.
Lo vi entrar al salón rápidamente, sin mirar a nadie. Caminó hacia su escritorio y puso su portafolio encima de este.
- Desde hoy voy a llamar a lista, tengo que anotar sus faltas. - dijo, sin mirarnos.
Sacó una pequeña lista de su agenda y apoyó sus manos encima del escritorio.
- Allison Dempsey.
- Presente. - respondió la morena desde su asiento.
- Amber Dixon.
- Presente.
Y así siguió por otros quince nombres incluido el de mi amiga Anna, hasta llegar al que había estado esperando.
- ___ Walker. - pronunció mi nombre con sus provocativos labios.
- Presente. - respondí con voz dulce.
Él levantó la vista, buscándome con sus ojos, hasta encontrarme. Sus ojos dieron una mirada rápida pero en la que pudo observar perfectamente como me había ido arreglada a clases. Sonreí.
- Stefanny Lennon. - siguió llamando a lista en cuanto volvió su vista a la lista.
Después de llamar a lista, Liam prosiguió enseñándonos más sobre el tema que había hablado el día anterior. Se veía tan extremadamente inteligente.
- Si no se producen cambios en la gestión económica y política, el planeta experimentará un aumento de de temperatura de hasta 6 grados en 2050, - dijo girando hacia la pizarra. - sobrepasando con creces el máximo de 2 grados de aumento sobre la temperatura actual que los científicos establecen como seguros. - Continúo explicando, pero por una razón extraña su mirada vino a mí.
Mi lapicero rodo por el pupitre hasta caer al suelo, cuando me percaté de esto, me incliné para tomarlo, y además de eso dándole una buena vista de mis pechos. Luego volví a colocarlo en su lugar, y lo miré disimuladamente.
Él volvió su mirada a la pizarra. - En los Bosques esta reducción de la biodiversidad vendrá dada especialmente a por el descenso de la masa forestal que se espera para... - siguió explicando la clase, yo no podía dejar de mirarlo.
- ¿No crees que se de cuenta de que quieres follartelo? - susurró Anna discretamente, con una pisca de humor. - ¿Has traído condones? - Preguntó curiosa, y sonriente. Le di un codazo.
- Es que me pone muy... - tragué saliva. - Ya sabes como me pone. - susurré, sintiendo mis mejillas ruborizadas.
- Sí lo se. A todas, créeme. - lo miró. - Es un bomboncito que quisiera... - La interrumpí.
- No necesito detalles. - Reí. - No soy una cualquiera, por eso mismo mi plan de seducción esta en confundirlo. ¿Si? No creas que voy a decirle que me gusta o algo por el estilo. - susurré.
- Seducirlo, eh. - río.
Los ojos de Liam se desviaron una vez más hacía mí pupitre, dejándome notarlo solo cuando quite mi mirada de Anna. Nuestras miradas se encontraron solo por unos segundos, hasta que el rompió el contacto visual para volver a su escritorio.
- Y eso ha sido todo por hoy. - Anunció. - Nos vamos mañana, y que tengan un buen día. - dijo Liam, sentándose en su escritorio mientras observaba a los alumnos salir de clase.
Me levanté, y tomé mi maletín junto con mis libros. Junto con Anna, caminamos hacía la salida del salón.
- Señorita Walker. - La voz de Liam detuvo mi paso. Sonreí para mis adentros, y me voltee para mirarlo. - Sí, profesor. - Sonreí ampliamente.