Te casaste con la GORDA! (Reg...

De AdriDamita

308K 13.8K 2.1K

¡He vuelto y más perra que nunca! Como la mayoría sabrá, hace ya bastante que retiré la historia por problem... Mais

Importantísimo! He vuelto!
Advertencia
Introducción
Capitulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Especial decembrino parte 1
Especial decembrino parte 3
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25 Especial de San Valentín.
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Bonus
Capítulo 29
Capítulo 30
Capitulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Epílogo
Agradecimientos.
Noticias especiales
Final alternativo

Especial decembrino parte 2

4.4K 181 7
De AdriDamita

Entramos a la habitación entre risas. No era la primera vez que amiguita y yo hacíamos un intercambio, éramos demasiado liberales como para tener una relación tradicional: monógama y aburrida.

-¡Brindemos por una noche muy cachonda!- levante mi vaso con whisky y todos me siguieron.

Heivy se termino su trago y gritó antes de abalanzarse sobre mi "maridito":

-Intercambio de parejas-

Sin perder un momento más. Samuel me abrazo por detrás y comenzó a besarme el cuello, tome un trago directo de la botella y me deje hacer.

-No puedo negar que tengo unas ganas de darte duro- me reí ante el comentario de Samuel. Realmente estábamos cometiendo una locura.

-Pues, hazlo... para eso estamos aquí-

Me dio la vuelta y se deshizo de mi sostén, soltando un gruñido al tomar mis senos libres. Un poco mas atrás de nosotros, mi amiga se soltaba el cabello y Roberto le quitaba el mini mini short.

Samuel comenzó a chupar y mordisquear mis senos, de una forma un tanto violenta, lo cual me éxito muchísimo. Mientras el estaba haciendo lo suyo, Heivy se acerco a mi, me quito la botella, le dio un trago y me guiño el ojo. En pocos minutos, los cuatro estábamos totalmente desnudos y excitados, con los ojos negros como los gatos en la noche.

Roberto recostó en la sencilla cama tamaño matrimonial a mi amiga, con el trasero a la orilla, subió sus piernas a los hombros y se hundió lentamente en ella.

-¿Qué te parece si le das una vista panorámica de esas preciosas a tetas a tu amiga?- pregunto mi pareja de esta noche, pellizcando mis pezones entre sus dedos índice y pulgar.

Tarde unos segundos en responder y cuando me iba a negar, mi compañero me beso en los labios. Metió su lengua en mi boca, recorriendo cada centímetro de ella, con exigencia y fiereza, rozándome con los dientes. Gemí ante aquella muestra de pasión y deseo. Subí una mano a su cabello y la otra la baje hacia su erección, la tome con fuerza y ahora fue el quien soltó un gemido.

Un fuerte azote en mi trasero hizo que el calor que sentía en el bajo vientre, me recorriera hasta los dedos de los pies. Samuel no era atento y delicado como Roberto, todo lo contrario, en tan solo unos minutos me había demostrado lo salvaje que era, cosa que me encantaba.

Sin dejar de besarme, me llevo hacia el lado contrario de donde estaba la otra parejita. Dejo de besarme para darme la vuelta, me inclino de forma que quede cara a cara con mi amiguita.

-Hola- me dijo mi amiga y yo solté una carcajada.

-Me gustaría ver un beso, un beso húmedo y con mucha lengua- nos alentó Samuel, haciendo mi cabello hacia un lado. Él estaba situado detrás de mí, con su pene rozando en mi húmeda entrada.

Heivy se encogió de hombros y levanto las manos para tomar mi rostro, la frene y alce la vista hacia Roberto, el cual seguía penetrándola.

-¿A ti también te gustaría ver que nos besáramos?- le pregunte entre jadeos, sintiendo como su amigo movía su pene de arriba hacia abajo, en mi vagina.

-Si-

-¿Si, que?-

-Si quiero verlas besándose- contesto mi excitado "marido".

Mis labios se juntaron con los de Heivy, en un beso lento y profundo. Sin que lo esperara, Samuel me penetro con fuerza, haciendo que nos separáramos Su ritmo infernal de embestidas hicieron que tuviera que apoyarme firmemente en la cama, con las manos a cada lado de los pecho de mi amiga.

Una fuertísima nalgada me hizo pegar un grito de dolor y de placer. Roberto tomo de las caderas a mi amiga y la penetro con más fuerza, nuestros senos quedaron juntos, con cada envite que recibíamos se rozaban, causándome aun más calor en el vientre.

Después de otro fuerte azote, Samuel enredo su mano en mi cabello y lo jalo, haciéndome arquear la espalda y ahogar un gritito. Solo necesite dos estocadas más, para tener una liberación fascinante, un orgasmo tan intenso, que por poco caigo sobre mi amiga.

Roberto levanto a Heivy, haciendo que ella enredara sus piernas alrededor d la cintura de él, la recargo contra la pared y siguió sacándole gemidos.

Estuve a punto de dejarme caer de cara contra la cama, pero el amigo de Roberto tenía otros planes.

-Oh, no, no... Yo todavía no he acabado- se recargo sobre mí, apretujando mis senos en sus manos y añadió susurrándome al oído:

-Te vas a correr otra vez... conmigo. Sube las piernas en la cama, te quiero a cuatro patas-

No podría tener otro orgasmo tan rápido, estaba demasiado sensible, incapaz de volver a pasar por una sensación tan potente, pero, hice lo que me pidió, aun con las piernas temblorosas.

Levante la cabeza y vi como ahora mi amiga estaba arrodillada frente a Roberto, con su erección en la boca. Él la tomaba del cabello, haciendo que se metiera más su pene.

-¡Oh, mi Dios!- Mi compañero de juegos paso su lengua por mi hinchada entrada, para después, soplar un airecito que se me hizo tan refrescante y gratificante.

-Ahora si muñequita, me voy a correr dentro de ti-

Me tomo por las caderas y volvió a embestirme con fuerza. Estocada y azote, estocada, azote, doble azote, tres embestidas... No sabia que era lo que iba a recibir y me encantaba la intriga. Mi cuerpo buscaba descaradamente más profundidad, mis caderas se movían hacia atrás, mis paredes vaginales apretaban la erección de Samuel, todo con un ritmo armónico bien acertado.

Una de sus manos volvió a mi cabello y la otra bajo a mi clítoris, el cosquilleo comenzó de nuevo, justo cuando creí que me seria imposible volver a sentirlo.

-Córrete conmigo preciosa... quiero que tu rajita me apriete cuando te corras de nuevo... quiero que absorbas toda la lechita que tengo para ti-

Me quede quieta por unos segundos, hacia mucho que nadie me decía cosas tan vulgares y corrientes. Quise protestar, pero lo hacia tan bien que no me importo su vulgaridad, al contrario, me encendió mas. Grite complacida y me arquee incluso más.

-Voy a llegar...aah... ya...ya- balbuce despacito.

Toda su hombría entro en mí, poco le falto para atravesar mi útero. Me aferre demasiada fuerza a las sabanas, los nudillos se me pusieron blancos de tanta presión, aquello había sido... había sido... ¡espectacular! Ahora sabía porque Heivy lo había escogido para ser su pareja en las "posadas".

Después de que los espasmos del orgasmo, abandonaron mi cuerpo, me separe de Samuel y me deje caer boca abajo sobre la cama.

-Realmente si eres deliciosa- dijo Samuel, después de darme una ultima nalgada.

Iba a responderle cuando el grito de Heivy, al llegar al orgasmo, me interrumpió. Por un segundo había olvidado que se encontraban en la habitación.

Me incorpore y fui a asearme al baño. Regrese a la habitación y mi querida amiga estaba a cuatro patas sobre le cama, Roberto estaba detrás de ella, penetrándola con fuerza. Samuel se encontraba del otro lado de la cama, con su pene embistiendo la boca de mi amiga. Estos hombres si que no perdían el tiempo.

La escena era excitante, pero como no soy actriz porno, no podía seguirles el ritmo, así que me limite a sentarme y observar el espectáculo. Tome otros traguitos de whisky y para cuando la escena acabo, todos nos vestimos de nuevo. Quería seguir bailando y bebiendo, ya tendríamos otra ocasión para repetir lo que habíamos vivido.

A las dos de la mañana llegamos a la casa de Roberto. Nadie había comentado algo acerca de lo que había sucedido, seguimos divirtiéndonos, bailando, riendo y obviamente bebiendo.

Yo, ya pasaba de chisporroteante, sentía como las palabras me salían con las típicas eses de más. Me apoye en mi "esposo" para poder subir las escaleras. Heivy y Samuel venían risa y risa detrás de nosotros, ellos si estaban en la etapa chisporroteante, al igual que Roberto.

-Tengooo que daaarme aunque sssea una dushaaa rápiiida- Roberto negó con la cabeza, abrió el edredón de la cama y con la mano me hizo señas de que metiera en ella.

-Es hora de dormir, Eva-

-Esstoy...llennaa de taantass coosass...que... neceesshiito que-quee el aagua me quiite de ennciima- proteste y me encamine hacia el cuarto de baño.

-Esta bien, pero yo voy contigo. No quiero que te resbales y te ropas la cabeza-

¡Robertito el salvador! No tenia ganas de discutir, así que deje que me ayudara. Con la gracia que me bridaba mi estado etílico, me quite el casi inexistente disfraz. El súper caballero dorado, "mi maridito", me tendió la mano y me metió debajo de la regadera.

-¡No ssseas caabron!- le grite, pues, el muy imbécil, me había bañado con una lluvia de agua fría.

-Es para que se te baje la borrachera, si no, mañana amanecerás con una tremenda cruda- fue lo que contesto entre risas, mientras cerraba el paso del agua.

-Sssii tengo...cruda..esss mii proobe- Solte un grito, el agua fría me había bañado otra vez.

-Sigue agrediéndome y te seguiré echando agua fría-

-¡Cabbrooon! ¡Abussivo! ¡Vete a la shingaada!- Mas agua fría cayó sobre mi.

Le di un manotazo a Roberto y abrí el agua caliente. Con un poco de esfuerzo, llegue a la temperatura perfecta. El imbécil ese, se paro detrás de mí, lavándome el cabello con mi riquísimo shampoo olor a orquídeas.

Una vez aseaditos, aperfumados y vestidos, nos metimos a la cama. Tenía mucho frio, por lo ebria y la ducha, así que me recosté en el pecho de Roberto, dejando que me envolviera entre sus brazos. Las borracheras siempre me ponían cariñosa.

-Descansa pequeña... te quiero-

-Noo me diigaass pe-pequeña- dije con dificultad, el sueño me estaba venciendo.

-Bueno entonces, descansa hermosa. Pero el te quiero se queda igual-

Sentí como me daba un beso en la coronilla y luego todo se apago.

Escuche pasos acercándose a la cama y abrí los ojos justo cuando Ariadna e Iván abrieron las cortinas. Mis retinas se quemaron como un vampiro ante la luz del día.

-¡Niños! Les dije que no entraran así a la habitación de sus Titis- alegó Nadia. Los pequeños la ignoraron y subieron a la cama, gritando que nos despertáramos, que habíamos prometido llevarlos al parque.

-Pequeños monstretes- Roberto tomo entre sus brazos a los pequeños y simulo morderles el cuello, a lo que los infantes reaccionaron con risas.

-¡Titi! Vaamoos, quedemos id al padque- le dijo Ariadna a su tío, jalándolo de la mano para que se levantara.

Me senté y la niña no tardo en rodearme el cuello con sus manitas. Esperaba que su ataque infantil me martillara la cabeza, pero afortunadamente no paso nada malo. No me dolía la cabeza, no tenia asco, solo me dolía un poco la entrepierna...por la cogidota de ayer. Me reí ante mi lujurioso pensamiento y abrace a Ariadna.

-Lo siento mucho, los niños están como locos y no pude frenarlos. Solo mi Benji me hizo caso-

Les prometimos a mis "cuñadas" que hoy los niños se podían quedar con nosotros, mientras tanto, ellas irían a comprar los regalos para sus pequeños hijos.

-No te preocupes cuñada... los entiendo. Yo también tengo unas tremendas ganas de ir a jugar al parque- los niños gritaron de la emoción.

-Puedes llevarte a estos animalitos mientras nos vestimos, por favor, hermanita- Nadia asintió y con mucho trabajo se llevo a los niños.

A las nueve de la madrugada, porque para mi era madrugada, bajamos a medio desayunar. Los infantes casi, casi, nos arrastraron hacia la salida. Jaime nos hizo favor de llevarnos al parque que quedaba a unos veinte minutos en auto.

De los columpios pasábamos a la resbaladilla, de la resbaladilla al pasamanos, después otra vez a los columpios... todo un show.

Nos fuimos del parque a la una de la tarde, ya era hora de comer. Paramos en un pequeño restaurante donde vendían hamburguesas, lo que todo niño adora comer.

Lleve a Ariadna a lavarse las manos y Roberto se llevo a los dos varoncitos.

Unas enormes y jugosas hamburguesas llegaron a nuestra mesa, los niños las atacaron como si no hubieran comido nunca.

-Titis- dijo Ariadna, después de darle una mordida a su papa frita. Ambos la volteamos a ver y ella prosiguió:

-¿Cuándo van a tened bebesh?-Si no me hubiera alcanzado a tapar la boca con la mano, hubiera bañado al pequeño Iván, con refresco de manzana.

-¡Si! Yo quiero mas primitos- soltó Benjamín.

-Esa es una pregunta muy... muy buena ¿Cuándo vamos a tener bebés?- dijo Roberto, mirándome divertido. Los cuatro chismosos me miraban muy atentos.

Al ver que no respondía, mi idiota "marido "añadió:

-Su Titi Lilith es la que decide cuando tendremos hijos, a ella es a la que deben presionar, si por mi fuera- se llevo una mano al pecho, totalmente dramático- ya tendrían unos diez primos o primas-

-Vamos Titi, ten bebés, mi pimita no tiene ninias con quien jugar-el pequeño Iván hizo un puchero y puso cara de borreguito a medio morir.

-Les prometo que pronto tendrán primitos nuevos- mentí a los niños que no dejaban de mirarme con ojos de suplica.

-¡Si!- gritaron todos al unisonó. Roberto choco los cinco con todos y me susurro al oído, mientras los niños se concentraban de nuevo en la comida:

-No puedes romper las promesas que les haces a los niños- lo mire con una sonrisa de oreja a oreja y levante mi mano izquierda.

-Cruce los dedos, así que... no hay bebés para nadie-

Mi "esposo querido "estaba a punto de soltar uno de sus reproches pero lo detuve, levante el menú para niños, en el centro de la mesa.

-¡¿Quien va a querer helado?!- los infantes rieron y dieron palmaditas... Salvada por los mismo niños que me metieron en el problema.

Regresamos a la casa y Heivy me dijo que los vecinos nos habían invitado a una posada de verdad, seria a las siete. Me encanto la idea, así podríamos levar a los niños para que se distrajeran un poco.

Me situé hasta atrás de la procesión, todos traían velitas y me daba mucho miedo que me quemaran el cabello o algo mas. Heivy, Roberto, Martha, Lupita, Jaime y otros empleados de la casa, iban en medio de la multitud, junto con los sobrinos de Roberto.

Samuel me hacia compañía, a el no le gustaban mucho las multitudes de niños.

Llegamos a la casa donde seria la posada y empezamos con el típico canto:

"Eeen el nombre del cieeelo, os pido posaaada, pues no puede andaaar mi esposa amaaaaaada"

Hicimos todo el show como es debido y al fin nos dejaron pasar.

"Entren santos peeregrinos peeregrinos, reciban este rincón. Y aunque es pobre la moradaa, la moradaa, os las doy de corazón.

Cantemos con alegría, aalegria, todos al considerar que Jesús, José y María, y María, nos vinieron a honrar"

La "morada" no tenia nada de pobre, era igual de espaciosa que la casa de Roberto. Un árbol de navidad iluminaba el mega nacimiento. Un nacimiento que tenia desde caballos, vacas, borregos, hasta un nido con huevos y un pastor pescando.

Cuando el rosario termino, fue hora de romper las piñatas. Todos los invitados pasamos al patio y cinco piñatas se rompieron. Benjamín, a pesar de ser el más grande, era el más miedoso, me toco aventarlo como que no quiere la cosa, le di un caderazo y cayo en la mole de niños que peleaban por sus dulces.

Iván fue quien junto más dulces que los demás. Aproveche que me dio a guardar en mi bolso sus premios y me comí uno que otro chocolate.

-Ya vi que estas saqueando el tesoro de tu sobrino- me sobre salte al oír la acusación de Samuel.

-Si me guardas el secreto- busque entre las chucherías que traía- te doy un... una paleta payaso (Paleta de malvavisco con cobertura de chocolate. Decorada con ojos y boca de gomita)-

-Una paleta payaso y esa caja de Nerds (Pequeños dulces aciditos y crujientes de la marca Wonka)- rodé los ojos y le entregue los dulces.

-¡Pedinche!- le dije, sacándole la lengua. Ambos reímos.

-Para que veas que soy bueno- abrió la envoltura del malvavisco, le quito la boquita de gomita y la puso a la altura de mis labios- te voy a compartir mi boquita-

Dude un poco pero al final abrí la boca y acepte su ofrecimiento, no parecía tener malas intenciones al hacer aquello.

Saboreaba mi dulce cuando sentí la mira de alguien sobre mi, me gire un poco y pude observar que Roberto tenia una mirada asesina sobre nosotros dos. Para quitarle importancia a su carota, le lance un beso y le guiñe el ojo, lo cual lo hizo sonreír, pero no era una sonrisa del todo feliz.

-Tu amiguito tiene problemas de bipolaridad- canturreé mirando a Samuel, quien seguía devorando la paleta payaso.

-Solo contigo... por lo general todo se lo pasaba por los huevos. Sus "novias" podían estarse dando a otro, enfrente de él, y le venia valiendo un pito. Llegaste tú y lo hechizaste. Créeme, como su mejor amigo, tengo que escuchar horas y horas de lo linda que eres, lo amable que resultas ser, de tu inteligencia y astucia. De tus ojos cautivadores y sobre todo... la manera en que hacen el amor- dijo esto ultimo cruzando los dedos de sus manos y poniéndolos en su pecho, parpadeando como una niña enamorada.

-Aparte de bipolar, loco y pesado. Debe de ser aburridísimo que te hable de mí-

-De hecho... no. Ayer que follamos salvajemente, comprendí su locura e interés por ti- una sonrisa picarona se instalo en su rostro.

Otro más a la lista de aduladores. ¡Que flojera! Bueno... al menos era un adulador que sabia bien como moverse, sabia como tirarse a una mujer como yo.

-¿Qué es eso tan entretenido de lo que hablan?- Roberto se había acercado a nosotros, abrazándome por la espalda. Ese había sido un gesto bastante posesivo.

-Nada muy interesante- contesto Samuel.

-Si, solo hablábamos de que cuando tu y yo nos divorciemos... le tome una mano a Samuel- tu amigo y yo, nos vamos a casar. Creo que es el amor de mi vida-

-Eso no me hace gracia-

-Pues no es ningún chiste... es la pura verdad- me gire para ver de frente a mi "marido", con gesto serio, aguantando la risa.

-Bueno pues, tendrás que esperar mucho tiempo, porque no voy a dejarte ir tan fácil-

Abrí la boca para protestar y el aprovechó para darme un lento y tierno beso. Nuestras bocas se separaron pero él me abrazo, sin soltarme ni un poquito, amenazo en broma a su amigo:

-Te acercas a mi mujer y te corto el carnet de paternidad. Ella es mía- beso mi frente con dos piquitos rápidos- Solo mía-

Su amigo soltó una carcajada y yo, abrazándolo por la cintura, le pregunte:

-¿El carnet de paternidad?-

-Las pelotas, las bolas, los huevos... como quieras llamarles-

-Lo bueno es que es tu mejor amigo- me puse de puntitas y le di un casto beso en los labios- Eres un agresivo-

-Eeyy tortolitos, es hora de irnos- Heivy había traído a los niños, los cuales se abrazaron a Roberto y a mi.

-Vámonos monstretes. Ya esta haciendo mucho frio y no queremos que se enfermen - Roberto cargo a los dos mas pequeños yo tome la mano de Benji.

El día de hoy, se trataría de jugar con la comida. Chocolate, miel, crema batida o lo que desearas llevar. Untaríamos a nuestra pareja y nos deleitaríamos con un plato humano.

Milagrosamente fui la primera en arreglarme, así que baje a la cocina y guarde todo lo necesario para nuestros juegos.

Me estaba comiendo otro dulce de los que había robado del tesoro de Iván, cuando Benjamín me jalo de la mano. Hablaba muy rápido y no le entendía nada, tuve que seguirlo para saber que pasaba

Legamos al comedor. Las enormes cortinas que adornaban la estancia y la alfombra, estaban incendiándose. Me quede paralizada, el calor ya se empezaba a sentir, el humo subía al techo.

-Estaba-estábamos jugando a...a que pedíamos posada y... y se prendió- balbuceó Benji, al ver que no me movía ni un centímetro, comenzó a sacudir mi mano, mientras seguía gritando:

-¡Titi! ¿Qué hacemos?-

-¡Por Dios! Lupita, llévate a los niños y dile a Susana que llame a Jaime, tenemos que apagar esto antes de que se extienda mas- Martha había llegado para controlar la situación.

-Señora...Señora... Señora, será mejor que salga, ya hay mucho humo aquí- replicaba la pobre y desesperada Martha.

Mis ojos se despegaron de las flamas, cuando Roberto y Samuel prácticamente me arrastraron hacia la sala de estar.

-Ya paso, ya paso...-me decía Roberto, mientras me abrazaba- Estas bien-

Me separe de él y sin decir nada, me dirigí a la salida. Tome las llaves de mi auto, un abrigo del armario y salí disparada de ahí.

Gracias al cielo mi auto estaba afuera, si hubiera estado en la cochera, hubiera tenido que salir corriendo y con los altísimos tacones no creo que llegara muy lejos.

La reja de la entrada no se abría y podía escuchar a Roberto y a Heivy, gritando que me detuviera.

-¡Abran la puerta o la atravieso!- grite con toda la fuerza que pude.

Estuve a punto de arrollar la reja, pero, alguien si tuvo un poco de cerebro y la abrió.

Maldita navidad, maldito y estúpido diciembre, ¿por qué no me dejas en paz? No sabia a donde ir, solo empecé a conducir sin rumbo. Me puse el enorme abrigo que tomé, mi ceguera me hizo traerme el de mi "suegro".

Hace mucho calor, mucho calor... abro los ojos y veo fuego. Me incorporo rápidamente y sacudo a mi mami.

-Por favor mami, despierta...nos estamos quemando-

Apenas si alcance a frenar cuando el semáforo se puso en rojo. Tenia lagrimas en los ojos y mi mente no estaba clara, por lo que, decidí ir al parque en que habíamos estado por la mañana.

Salí del auto aun con lágrimas corriendo por mi rostro. El parque estaba desierto a esa hora, solo había una pareja en pleno romance. Mi cuerpo es demasiado grande para los columpios, así que mejor me senté en una banca.

-Mamá- trato de moverla más fuerte pero ella no se despierta.

-¡Lili!... Tienes que salir de ahí... ¿Me oyes?... ¡Lilith!- Julia mi nana, esta gritando, pero no podemos salir, las cortinas de la puerta están con mucho fuego.

¡La ventana! Tendremos que salir por la ventana. Tomo la lámpara grandota del escritorio de papi y le pego con todas mis fuerzas al cristal. Solo estrelle la ventana, tengo que buscar algo mas.

La parejita paso frente a mi, ambos mirándome como si fuera un alíen. ¿Y quien no? Estaba sola, a las nueve de la noche, con un abrigo que me quedaba enorme, el cabello alborotado por el frio viento y los ojos llorosos.

Para el próximo año, voy a invernar, invernare todo diciembre. Me reí de mi loca idea y me acurruque contra el abrigo.

Por fin logro romper la ventana, un bombero se asoma por el balcón. Me hace señas de que me acerque a él, pero no puedo dejar a mi mami sola. Niego con la cabeza y grito:

-Mi mami esta aquí, tiene que ayudarla-

El bombero entra, rompiendo más el vidrio, toma a mami en sus brazos y a mí me da la mano. Bajamos por una escalera, hasta el jardín.

-¡Niña! ¿Qué hacías tu en el despacho?- me pregunta Julia.

-Mi-mi... mami estaba ahí porque extraña a papá y yo quise hacerle compañía- mientras contesto, veo que a mi mamá le ponen una mascarilla para que respire mejor.

-Tu madre debió dejar prendidas unas veladoras, ¿Verdad?- asiento y mi nana me abraza con mas fuerza.

-¿Dónde esta Caín?- miro a mi alrededor, no esta en el jardín.

-No te preocupes niña, tu hermanito esta bien-

Sentí que llevaba a lo mucho quince minutos observando a la nada, mire mi reloj y me sorprendí al ver que era poco mas de media noche.

-¿Sabes que Diciembre?... Esta bien... atorméntame todo lo quieras- seguí murmurando mientras caminaba de regreso a mi coche- mándame todo tu arsenal, ya estoy acostumbrándome a soportar todas las chingaderas que tienes para mi-

Conduje en círculos hasta que por fin supe a donde ir. Pase al bendito y siempre abierto OXXO y me lleve una buena cantidad de anti depresivos: chocolates, galletas, papas fritas, salsa picante, y un jugo tamaño familiar.

-Si me dejas pasar... te compartiré de mis chucherías- Santiago me abrazo y mis lagrimas salieron como cascada.

Entramos y me senté en el sofá, deje caer las bolsas al piso y me refugié en los brazos de mi novio.

Yo seguía llorando como Magdalena, mientras tanto, Santi hablo por teléfono con Heivy, sin dejar de acariciar mí cabello. Le dijo que yo estaba bien, que me quedaría con él y que no se preocupara.

-Heivy me dijo lo que paso... lo siento mucho, amor-

-¿Por qué me pasan estas cosas a mi? ¿De verdad soy tan mala? Dios me odia y quiere verme sufrir, no me quiere dejar olvidar mis malos ratos- me sorbí la nariz y me limpie las lagrimas con el dorso de la mano.

-No digas eso... Dios no te odia, nadie podría odiar a una mujer tan linda como tu. Solo fue un accidente- Santi me abrazo con mas fuerza, tratando de detenerme puesto que, comencé a negar con la cabeza.

-¿Y el año anterior también fue un accidente? ¿Y el anterior a ese?- me levante y deje caer las manos sobre los muslos- Hace cuatro años empezó mi maldición... todo se jodio después de él-

-Cálmate... Respira...Vamos a ver una película y a comer dulces. Olvidemos esto tan feo que te ha pasado-

-Soy una maldita dramática, ¿verdad? Pero, tienes que aceptar que los incendios me persiguen, es como si supieran que les tengo miedo-

-O... probablemente te juntas con piromaniacos- una sonrisa sincera se apodero de mis labios. Santi siempre sabía como hacerme reír.

-Mi Santi, ¿qué haría yo sin ti?- lo abrace y caminamos hacia la habitación.

-Morir congelada en la noche y probablemente... tener un ataque cardiaco por tantas papas fritas-

Mi animo estaba por el cielo después de ver la parodia de Los juegos del hambre: "The Starving Games". Con cada minuto que pasó de la peli, se fue mi trauma existencial.

-Gracias, amor- le di un beso en la mejilla a mi novio y después me volví a recargar en su pecho.

-Ya sabes que haría lo que fuera por verte feliz. Odio que el pasado siga torturándote- con sus nudillos acariciaba el ovalo de mi rostro.

-Te quiero, Santi- me acurruque contra él, lista para rendirme ante el sueño.

-Y yo te amo-

-Lo se- suspire y cerré los ojos.

Pude dormir tranquilamente, sin sueños del pasado ni pesadillas. Amaba esos días en los que no soñaba nada, o al menos, no recordaba mis sueños.

Sorprendentemente, Roberto había ido a buscarme a casa de Santi. Cuando desperté y llegue a la cocina, lo vi animadamente hablando con mi novio. Necesitaba tener algo en el estomago antes de hablar con él. Tomé un vaso de leche y fui a enfrentar mis tragedias.

-Pareciera que estoy teniendo un déjà vu-

-Lili- Roberto me abrazo, sin importarle la incomodidad que causaba- Estaba muy asustado, creí que te había pasado algo y...y... Lamento mucho que tuvieras que presenciar eso, pero ya esta todo controlado. No paso de un susto-

-No puedo...respir...rar- mi "maridito" me soltó y pude hablar:

-Estoy bien, solo tuve un estúpido momento de debilidad, necesitaba hablar con alguien y vine con mi querido novio-

-Pudiste venir a mi... al fin y al cabo, soy tu esposo- dijo esto tomando mi rostro entre sus manos.

-Te estas acostando con él, ¿verdad?- preguntó Santi, con la voz cargada de celos y enojo.

-Yo...- ¡Mierda! No le había querido decir a Santiago que tenía una relación sexual con Roberto.

Una cosa era tener una escapada de una noche, y otra era vivir con un tipo y tener sexo con él. Estaba segura de que eso no le iba a gustar nadita a Santi. Me mordí el labio inferior y negué con la cabeza, pero Roberto abrió la boca y contesto ante la pregunta de mi novio:

- Creí que él lo sabia- mis ojos pasaban de Roberto a Santiago.

Ya me veía venir toda la letanía de Santi, me encogí y cerré los ojos, en espera del regaño. Abrí el ojo derecho para saber porque no escuchaba los gritos. Roberto seguía delante de mí, mire sobre su hombro y vi a Santiago sentado al filo del sofá.

Aquí viene de nuevo la maldición de diciembre.

-Santi... yo- camine hasta quedar frente a él, me senté en la mesita de café y tome mis manos entre las suyas- te lo iba a decir, de verdad que si...solo que pues nunca salió el tema-

-¿Pasaras la navidad con él y su familia?- levante una ceja en forma de duda. ¿Qué tenia que ver eso con lo que estábamos hablando?

-No, me iré con mi padre y su novia-

-¿Iremos juntos a la fiesta de año nuevo?- asentí y le pase una mano por la mejilla.

-¿Me sigues queriendo?- pregunte haciendo un puchero.

-No...- baje la cabeza ante su respuesta. Con el dedo índice, él levanto mi barbilla- No te quiero, Lili. Te amo-

Regresamos en silencio a casa. Jaime se había ido en la camioneta y Lilith y yo, nos regresamos en su auto. Estuve tan preocupado y tan desesperado por encontrarla, si algo le hubiera pasado, no se que hubiera hecho.

Yo preocupado, comiéndome las uñas y ella feliz de la vida con su "noviecito". Creo que nunca llegare a comprenderla, si yo soy bipolar, ella es cuatripolar.

Mis padres nos atacaron con preguntas desde que entramos por la puerta, pero como siempre, Lilith no quiso abrirse con nosotros, no nos conto mas que lo básico y esencial.

El día paso como si no hubiera sucedido nada. Llegando la noche le comente a mi esposa que era mejor que no fuéramos a la "posada", pero ella insistió en que fuéramos.

El juego de esta noche era "Encontrar los puntos". Lilith se pondría gotas de perfume o alguna esencia en el cuerpo, y yo tendría que adivinar donde estaba.

Edredones, sabanas satinadas, cojines, almohadas, adornaban el suelo del salón donde se hacían las reuniones. Cada pareja ocupo su lugar y el juego empezó.

Para saber si habíamos acertado, nuestra pareja tenia que poner una pequeña marca con pluma y después el aroma. Los olfateadores llevaríamos un pañuelo de seda en los ojos y también tendríamos nuestra pluma, para marcar donde creíamos que estaba la gota de olor.

Los participantes estallábamos en risas de vez en cuando, esto era realmente divertido. Empecé a olfatear de abajo para arriba, de los pies a la cabeza. Sentí que había una gota de esencia de menta en su tobillo izquierdo, puse mi marca de pluma y seguí subiendo. Otra más en la rodilla derecha, a mitad del muslo derecho, en el ombligo, debajo de la copa del sujetador de su seno izquierdo, en medio de sus senos. Por los brazos olfateé en ambas muñecas, el hombro derecho. Justo en la barbilla y la oreja izquierda.

Lilith soltaba carcajadas mientras la recorría, su olor natural a dulce, se mezcla perfectamente con la menta. Tomamos un trago y seguimos ahora boca abajo.

De diecisiete puntos, acerté trece, quedando así en primer lugar. Ganamos un libro para dar masajes eróticos, un kit de seis aceites comestibles para masajes y un kit de cuatro aceites esenciales. Interesante.

Quería usar todos esos frascos, pero la regla de esta noche era que no se podía tener nada de sexo, nada hasta mañana por la noche, en el día de la dominación sexual.

Recuerden la pagina en FB : https://www.facebook.com/tecasasteconlaGORDA



Continue lendo

Você também vai gostar

437K 24.8K 32
Zaralena Moon es una loba con gran poder el cual la dejó sin hogar. Zaralena al volver a su refugio para pasar la noche encuentra a su mate, pero el...
305K 22.6K 37
Luna es una mujer gorda, de eso ella está consciente. Sin embargo, goza de una alta estima de sí misma. Ni los senos enormes, ni las estrías o la cel...
289K 22.2K 82
Mi marido me engañó con mi mejor amiga. Me envenenó con píldoras anticonceptivas. Para tener mi última oportunidad de tener un bebé, decidí buscar...
974K 57K 26
《ALERTA DE SURREALISMO Y BASTANTE DRAMA》 ¿Que harías si en tu manada todos creen que eres la omega más débil? ¿Y qué solo tengas una única amiga en l...