Someday Mine |ZM| En Edición.

By FreeSkyline

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"Ella podría ser quien cure sus heridas. Pero también podría ser la causante de una más" More

Antes de leer + Sinopsis.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capitulo 6
Capítulo 7
Capitulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Importante leer
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Solo quiero decir...
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Nota III
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
¡Test Interactivo!
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Zayn.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40
Capítulo41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45.
Capítulo 46
Trailer
Capitulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 55
¡Concurso!✍
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Epílogo
Bonus I: Él.
Bonus II: The Wedding
Agradecimientos

Capítulo 54

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By FreeSkyline

Con amor y bendiciones,
Pattie.

Capítulo 54

"Just bringing my demons out, more than ever now"

Cuando estuvimos de regreso a América, nos trajimos con nosotros la victoria en la bolsa, pues Anna había accedido a regresar y encontrarse con nosotros. Todo había salido de acuerdo al plan, y para hacer todo mas creíble hasta visitamos Oxford un día antes de regresar, incluso compartimos unas salidas con Ethan, quien se comportó menos imbécil que de costumbre. Pero, a pensar de que todo había salido tan bien, sentía que algo estaba mal. La presión en mi pecho seguía ahí, revolviendo mi estomago a tal punto de querer vomitar.

Al llegar al aeropuerto, mamá ya estaba allí, y nos regaló un fuerte abrazo a cada uno. Pero, algo en su mirada, con una pizca de brillo y diversión me hizo percatarme de la melena dorada y brillante que se escondía detrás de ella. Santo cielo.

-Sal de ahí, pequeño saltamontes- dije ahogándome de la emoción.

Katie salió por detrás de mi madre y se lanzo hasta casi ahogarme con un abrazo, la abracé tan fuerte como se me fue posible. No podía creer que estaba allí, ella realmente se estaba allí.

-Dios, Katie, ¿pero... Yo pensé- Katie me cortó con un alarido.

-Creíste que no vendría ¿a que si?- dijo alzando una ceja divertida.

Quise responderle, pero aún me encontraba en estado de shock. Ella rompió en una sonora carcajada.

-Y decías que no era una buena actriz- dijo orgullosa.

Le jalé el cabello y ella hizo lo mismo con el mío.

-Por Dios, es tu graduación ¿qué clase de hermana sería si no vendría?- farfulló cruzándose de brazos.

-Me diste un gran susto.- La abracé fuertemente.

-Santa madre, Katherine, tu hermana llegó con un drama, lloriqueando porque no venias, todos lo creímos- dijo Alice, sonriendo de oreja a oreja.

-¿Te refieres a mi?- preguntó Katie con petulancia, señalándose a si misma-. Mi nombre no es Katherine.

Alice y yo reímos al unísono, ¿quieres hacer enojar a Katie? Pues llámala Katherine. Miré a mi madre y a Daniel, esta vez no lo acompañaban los chicos ni Zayn. ¿Donde estaría? ¿Dónde estaría Zayn? Era extraña la ansiedad que sentí por verle.

-Es hora de irnos niñas- dijo mamá y Ethan la miró como si ella acabara de asesinar a alguien o algo por el estilo-. Y Ethan, por supuesto.

El paseo en auto a casa, estuvo todo menos silencioso, Katie tenía tanto para contar, y todos en el auto éramos todo oídos ante sus historias. De paso, dejamos a Alice en su casa, para así ir a la casa de Daniel. Suponía que debían reorganizar las habitaciones.

-¿Donde esta Zayn?- pregunté tratando de no sonar tan interesada, al darme cuenta que no había llegado para la cena.

Katie llamó mi atención antes de escuchar la respuesta de nuestra madre.

-Ya lo he conocido- dijo en un susurro-. Es guapo.

Arqueé una ceja a su dirección al escucharla decir la última frase.

-Estate tranquila, se que le has echado el ojo- me guiñó y yo la miré estupefacta.

-¿Qué?

-A mi no me engañas- simplificó volviendo la atención a su plato.

Antes de ir a dormir, verifiqué si Zayn ya había regresado, pero seguía sin haber rastros de él. Intente dormir, removiéndome en el duro colchón, sin poder pegar el ojo en toda la noche, hasta que a la una de la madrugada el silbido de un motor irrumpió el silencio en la residencia.
Me levanté cuidadosamente sin hacer ningún ruido, caminando en cuclillas, hasta asomarme un poco por la puerta hasta ver la sombra un tanto distorsionada de Zayn, parecía estar sobrio, me quede mirando hasta que estuvo apunto de enterar en la habitación de Ethan.

-¿Entonces debo fingir que no me he dado cuenta de que estas ahí?- Me congelé sujetando el pomo de la puerta-. Buenas noches, ___________.

Cerró la puerta tras él. Me regresé a la habitación consternada aun sin comprender, el porqué de mi necesidad de verle. Me me irrito aun mas, que él ni siquiera había mostrado un poquito de interés por saber de mi. No sabía que me molestaba mas, mi excesivo interés o la falta del suyo. Un cambio de roles tan brusco que me asustaba.

-¡Día de escuela!- Ethan hizo sonar una bocina en mi cara.

Me levanté de golpe sintiendo pesadez en mi cabeza, como si no hubiera descansado nada.

-¿Cómo le has hecho para entrenar?- grité.

Ethan meció sonriente un par de llaves, le lancé la almohada que impactó en su rostro tomándolo desprevenido, sonreí triunfante.
Después de una ducha y desayunar
Katie se fue con mamá a su trabajo y Dan se encargó de llevar al resto a nuestras escuelas. Alice me abordo apenas pisé el pasillo.

-¿Seguirás con la farsa?- me preguntó, la miré frunciendo el ceño, mientras buscaba un par de libros en la taquilla.

-¿Sobre que?

-Estas tomándote muchas molestias por Zayn ¿no te parece?- Me encogí de hombros sin mucha importancia.

-Soy cotilla de nacimiento, además es algo bueno ¿no?- dije vagamente.

-Vale, sí lo admito, pero te he notado extraña.- Me miró pensativa-. ¿Te arrepientes de haber buscado a la chica?

-No, a Zayn le dará un gran alivio saber de ella y mucho mas verla, algo así debe valer la pena.

-Claro.

Las dos primeras clases transcurrieron lento, pero al menos había salido ilesa de los dos exámenes finales. A la hora del descanso Alice ya estaba en la mesa, sola, vi a los chicos haciendo alboroto a una mesa alejada, sabía que Alice hacia todo aquello para evitar posibles conversaciones sobre Edward, que podrían ponerme aun mas sensible.

-¿Y bien?- pregunté sacando mi comida.

-Química, pan comido.- Sonrío mostrando sus dientes-. ¿Tú?

-Historia y lengua.- Me encogí de hombros, husmeando en la bolsa en busca de mis panqueques-. ¿Pero qué?

Terminé de sacar algo sólido y rugoso, una pequeña roca, junto a tres más.

-¿Qué demonios?- exclamé perpleja, recordando al ser despreciable que había repartido la comida esta mañana-. Ethan.

-¡Es un completo capullo!- bramó Alice.

-No importa, esta será la última que me hará- dije decidida.

Alice miró sobre mi hombro. Me quedé callada notando la proximidad  de Zayn, esperé paciente por algún saludo o asentimiento, pero solo me ignoró. De nuevo.

-¿Y este qué?- gruñó Alice, me encogí de hombros mirando como salía de la cafetería.

El intercambio de roles que se había presentado en mi mente era algo hilarante. Como el hecho de preocuparme por tan simples o grandes detalles que antes eran insignificantes. Ni yo comprendía mis acciones. Quizás me estaba volviendo loca después de todo.

Estaba en casa cuando mi teléfono vibro, en el bolsillo pequeño de mi bolso. Al ver la pantalla traté de no darle mucha importancia a lo que estaba viendo, pero era algo estúpido fingir que no me estaba haciendo daño.

Edward me había bloqueado de todas las redes.

Todo era increíblemente surrealista, aunque el tiempo había pasado, y yo seguía siendo el mismo lío.

Mi teléfono volvió a sonar con el tono de llamada de Alice. Contesté.

-¿Estas lista para la misión venganza?- canturreó.

-Maddie ya me ha prestado su aplica brillo y perlas, la camisa esta en su habitación- dije mirando los numerosos diamantes de fantasía en mi mano.

-Estaré allí en diez.- Colgó.

Ethan se había estado aprovechando de mi estado de porquería, pero si pensaba que por esa razón no arremetería contra él, pues se había equivocado. Su preciada camisa de capitán del equipo de fútbol, sufriría una pequeña remodelación. A Ethan le gustaba brillar sobre todos los demás. Pues yo le daré ese brillo.

                           ***

Una semana después, la estadía de Katie era lo que me ayudaba a que todo fuera mas ligero, como si las cosas fueran como antes. O eso pensé hasta que el viernes llegó, y The wolves del Weasley High, nuevamente se enfrentarían a instituto de Ethan por la revancha. Pero esa vez jugarían en The Manor Hill.

Estaba trenzando el cabello de Maddie mientras Alice, gritaba y trataba de convencerme de asistir al partido.

-Ya te lo he repetido unas ocho veces, no iré, punto y final- dije hastiada.

-Por favoooor.- Lloriqueó al otro lado de la línea-. Ya quedan pocos partidos, solo tres ¡son las semifinales, Jesucristo!

-¡No me importa!

-Ouch.- Madison se quejó, por haberle jalado el cabello al tiempo que discutía con Alice.

-¿Que hay?- Katie se sentó a mi lado y le señalé el movil como respuesta.

-Será bueno, prometo no apartarme de tu lado.

-No, Cecilia.- La llamé por su segundo nombre, ya estaba cansada-. No iré al bastardo partido.

-Bastardo es una mala palabra- dijo Madison e inmediatamente me sentí avergonzada.

-Tienes razón, lo siento cariño- dije besando su cabello.

-Entonces ¿irás?- exclamó Alice emocionada.

-No era contigo- aclaré.

-¿Habrá partido de los Lobos?- preguntó Katie con emoción-. Por Dios, tenemos que ir.

Mi hermana me arrebato el movil de la oreja y se encargó ella misma de decirle a Alice que estaríamos allí. Ambos gritaron extasiadas, mientas yo no podría ser más miserable.

Minutos después Katie peleaba con su armario en busca de que demonios ponerse.

-Usa cualquier cosa, no es la primera vez que vas a un partido de fútbol- Me quedé pensando un momento, había sonado tan borde, que me había sorprendido a mi misma.

Salí de la habitación, cambiándome la camisa por una mas suéter que me protegiera del frío y unos jeans azul oscuro. Mientas rebuscaba entre la ropa la camisa de The wolves, la que denotaba que claramente salía con Edward, estaba perfectamente doblada, mi estomago se sacudió.

-Estoy lista, Katie, Alice espera abajo- grité, empujando tales pensamientos fuera de mi mente.

Entré en el asiento del copiloto, saludé vagamente a Alice y juntas esperamos a que Katie terminara de bajar.

-Luces como el infierno.

-¿De verdad?- dije con una risa irónica-. ¿Te sorprende?

-Vale lo siento, pensé que sería divertido ver a Ethan salir con su nueva camisa.

-Da igual.

-Oye lamento que Edward te haya bloqueado de todas las redes, y lamento que a Zayn le des igual, pero por eso no tienes que tratarme a mi  como una mierda. 

No le respondí, me quedé pensando en lo verdaderas que eran sus palabras.

-No quise decir eso.- Alice se apresuró a decir y yo negué.

-Estoy lista.- Katie entro al auto aligerando un poco la tensión. No dije ni una sola palabra de camino al partido.

N. Zayn.

Todo era una mierda. Me quedé bajo la regadera mas tiempo de lo necesario. Dios, estar alejado de ella era más difícil de lo que imaginaba. Pero el simple hecho de verla todos los días con los ojos vacíos y las sonrisas forzadas era simplemente insoportable. Creí que nunca era demasiado tarde para que las cosas se arreglen por si solas, al final lo había hecho, había dañado a la última persona que quería hacer sufrir.

En el equipo era lo mismo, todos trataban de ser imparciales, pero estaba claro que me odiaban. Los rumores de que le había quitado la chica a Edward, se había regado por todo el Weasley, y para ser sincero me valía una y mil mierdas. Pero también habían dicho que ___________ era una mujersuela y esa fue definitivamente la gota que había derramado el vaso. Ella necesitaba limpiar la reputación que yo dañé, y para eso necesitaba alejarme los más posible de ella.

Salí de la ducha con los dedos de mis pies y manos arrugados, me puse el uniforme mientras que repasé las tácticas del juego. El entrenador McCall, nos esperaba fuera de las duchas donde ya estaba Harry asintiendo a las ordenes que le dictaba el entrenador. Cuando todos estuvimos presentes, McCall, prosiguió a explicar las estrategias a seguir, una vez que hubo terminado le cedió la palabra a Harry.

-Escuchen, hemos trabajado muy duro para llegar aquí, Los Leones son unos de los rivales más difíciles con los que nos ha tocado jugar, y tal vez sean los favoritos para clasificar a la final, pero.- Hizo una pausa aclarándose la garganta-. No se lo hagamos tan fácil, demostrémosles lo que somos y para que nos hemos preparado. Si esta final será, Leones VS Lobos ¡vamos a luchar por eso muchachos!

Todos victorearon y chocaron cascos, jugar con The lions del The Manor Hill, se había convertido en algo personal.  

-Bien chicos, no estamos en casa, pero no dejen que eso los distraiga- dijo el coach y seguidamente salió al campo de juego.

Esperamos a que terminaran de anunciar al equipo de casa, la bulla era ensordecedora, sentía como la adrenalina corría por mis venas de una manera extraordinaria. Comencé a brincar para aflojar mi cuerpo. Al momento que anunciaron nuestra salida mi rostro se quedo perplejo ante lo notoriamente grande que era el campo de juego. Era algo alucinante. Corrimos a la banca, donde asignaron quienes harían las jugados cruciales y así el juego comenzó. Entre aplausos por un lado y abucheos por otro.

Los capitanes se alinearon y una explosión de carcajadas se desató, miré desconcertado al público y luego a Harry y a Ethan y lo comprendí. ¡Por los mil demonios! Ese tío llevaba una camisa al estilo Lady Gaga. Harry le soltó un par de burlas que a Ethan parecieron cabrearle mas de lo que debía estar, la vena en su frente palpitaba y su mirada era como la de un perro rabioso a punto de despellejarte el rostro.

The lions comenzaron anotando y a mitad del juego ya perdíamos veinticinco a diez. Nos volvimos a debatir en la banca las siguientes jugadas, cambiando o sacando algunos jugadores que no estaban rindiendo en el partido.

Para la segunda mitad estaría en la ofensiva. Cuando el silbato sonó el ovoide cayó en mis manos, lo apreté  contra mi y me dispuse a correr y a golpear a cualquiera del equipo contrario que quisiera derribarme, Jace estaba en posición así que justo antes de que intentarán por derribarme le lancé el balón por los aires, Jace lo atrapo y se efectuó la anotación. Escuché el alarido del público, y aunque me estaba obligando a mantener mi mente cerrada, me preguntaba si ella estaría ahí, sentada con su amiga y mirándome aunque sea por accidente. Así que involuntariamente mis ojos viajaron a las gradas, buscando detenidamente entre la multitud, pero no lograba encontrarla.

-Malik- llamó Jared haciendo entrar de nuevo en si.

Asentí enfáticamente, mientras me colocaba en posición. La táctica había cambiado, el ovoide sería enviado a mi dirección para anotar. Harry lo capturó y corrió frenéticamente mientras no me perdía de vista cuando estuvo seguro de poder lanzar y ovoide voló a mi dirección hasta atraparlo, corrí solo un poco hasta anotar, una sonrisa traviesa se formó en mi rostro al mirar el marcador habíamos liderado el juego.

Ethan me miró desafiante.

-Esta será la última que anotes.

Fruncí el ceño sin inmutarme a su mierda.

The lions tomaron el ovoide, el número cincuenta y nueve se movía a toda velocidad pero Brad le impidió movilizarse mas de la cuenta, logrando un Safety a nuestro favor. Minutos después Harry logró anotar un Touchdown, y ya íbamos ganando por tienta puntos. Al momento de la última jugada del partido corrí con el ovoide tratando de llegar a la línea de gol, pero un corpulento chico de color me derribo, su impacto logro lanzar mi cuerpo unos cinco pasos lejos de él, mi cabeza rebotó contra el casco y el impacto con la grama me dejo aturdido, pero jamás solté el ovoide. Me levanté sacudiendo la suciedad que había caído a mi cara.

Miré al hijo de puta mientras me ponía de nuevo en posición aunque seguía viendo pajaritos volar alrededor de mi cabeza. Jared se encargó de tomar mi venganza culminando el partido cuarenta a setenta y uno.

Todos celebraron al llegar a los vestidores, entre palabras de felicitaciones por el entrenador y Harry, todos fueron a las duchas lo más rápido posible para ir a celebrar. Tomé mi tiempo en las duchas, en mis planes no estaba ninguna fiesta, y por ende no habría ningún problema.

Me vestí con unos shorts y una sudadera, cuando salí de los vestidores Katie, se acercó a mi. Miré por detrás de su hombro en de ___________, pero ella no estaba.

-¿Y tu hermana?- pregunté sin poder evitarlo.

-En los baños- señaló Katie, mirando hacía atrás-. Buen juego, por cierto. Pero en realidad quería pedirte un favor.

Fruncí el ceño ante la sonrisa de gato de la pequeña rubia.

-¿Podrías darle el empujón a ____________? Oí que no irías a la fiesta y ella tampoco quiere ir.- Suspiró apesadumbrada-. Yo me iré a la fiesta con Alice y Harry y ella podrá regresar a casa contigo.

-¿Ella esta de acuerdo con eso?- pregunté no muy convencido.

-Claro, por supuesto que si- dijo rápidamente y no me pudo quedar mas claro que mentía. Conocía el tipo de chicas como Katie, parecen ser tan angelicales, pero son mas astutas que cualquier otra-. ¿Y bien?

-No estoy seguro.- Sabía que sería mala idea, y mucho mas si estaba pensando mantener distancia.

-Muchas gracias, Zayn. Espérala aquí le avisaré que la estas esperando- exclamó. Parecía un pequeño loro parlanchín, se giró haciendo bailar su melena con el viendo y corrió en dirección opuesta a la mía.

-¡Oye!- grité-. ¿Acaso has escuchado lo que he dicho?

Mis intentos fueron en vano, porque ni siquiera tuvo la educación de girarse. Sin mas remedio, recargué mi cuerpo en la pared, sentí como el viento helando me entumecía las extremidades. Saqué un cigarrillo del bolsillo trasero de mis shorts, lo encendí y lo llevé a mis labios, dando una calada tras calada. Observé una pequeña figura aproximarse y supe de inmediato que era ella. Me enderecé y solté el cigarro; viéndola abrazar su cuerpo tratando de protegerse del frío, hizo que un impulso, de llegar hasta ella y estrecharla entre mis brazos creciera dentro de mi.

Se detuvo a unos pasos de mi, no lo suficiente cerca pero tampoco tan lejos. La miré de la cabeza a los pies, vestía unos jeans que se ajustaban a sus piernas a la perfección, junto con un suéter simple de lana, aún así seguía condenándome con su belleza.

-Vamos- dije antes de perder el control, no esperé a que me dijera algo, mientras mas pronto estemos en casa mejor.

Subí a la motocicleta encendiendo el motor, y esperé con paciencia hasta que ella decidió montarse. Traté de disimular lo tenso que se puso mi cuerpo cuando sus brazos vacilantes me rodearon, pero creo hasta un anciano se hubiera dado cuenta.

Arranqué y en pocos minutos nos encontrábamos internados en la autopista, esquivé los carros y tomé todos los atajos posibles.

-Pareces ansioso de llegar a casa.- Su voz interrumpió mis pensamientos.

-Tal vez- respondí simplemente-. No parecías muy convencida de venir conmigo.

-Tal vez- contestó, al igual que yo, y no supe que era mas frío en ese momento, su voz o el aire de la noche.

A regañadientes me detuve en el semáforo una cuadra antes de llegar a casa de Daniel. La miré discretamente por el retrovisor, mordía su labio con fuerza, como si estuviera tratando de contenerse a decir algo. Mi mirada no podía apartarse de su boca y de la forma en la que sus dientes aprisionaban sus rosados labios. Una punzada recorrió mi cuerpo, hasta concentrarse en mi zona baja. Me maldije internamente.

-Has estado ignorándome.- soltó de repente.

-¿Qué?- pregunté un poco aturdido.

-Has estado ignorándome, ¿por qué?- repitió.

-Estas imaginando cosas, es lo mas seguro- dije sin prestar mucha atención, rogaba porque el puto semáforo cambiara.

-No, no lo estoy, de un día para otro me has tratado como si no existiera.- Su voz se quebró, fue casi imperceptible, pero lo noté. Un escalofrío me recorrió-. ¿Acaso hice algo que te molestara?

Suspiré pesadamente.

-¿Y es que acaso, no fue suficiente para ti?- dije al borde de perder la paciencia-. Tu novio terminó contigo por mi culpa, ¿esa no es suficiente razón para que me odies?

-¿Quieres que te odie?- Su voz fue casi un susurró.

-Nos haría las cosas más fácil a los dos.

-¿Por qué? ¿Por qué ahora?

-No quiero causarte mas problemas.

-¡No lo haces!- exclamó exasperando.

-No ahora, pero pasará. Así soy yo.

-No me importa. Te acepto, así tal cual eres.

Un rayo de esperanza tan delgado como una hoja de papel me invadió. Y por un instante deseé que sus palabras fueran ciertas.

-No necesito tu lastima.

-¡Por amor a Dios! Te digo la verdad- gritó, golpeando levemente mi espalda-. Al menos podemos ser amigos.

Me quedé perplejo. Mal nacido el que invento esa frase y re mal nacidos lo que aceptaron como todos unos cabrones.

Era una total estupidez. De ninguna manera. La miré nuevamente por el retrovisor. Sus ojos me contemplaban suplicando por una respuesta.

-Bien.- Después de todo era una mas del montón de "mal nacidos cabrones"

En mi defensa, era casi imposible resistirse a ella.

La bocina de un auto nos sobresaltó el semáforo, apuntaba su luz verde desde hace un rato ya. Así que nos puse en marcha de nuevo, esta vez sus brazos se enredaron en mi con más confianza, el calor que me transmitió su cuerpo y el sentirla tras de mi, era todo lo que necesitaba en ese momento. Luego caí en la cuenta de que ya no quería volver a casa.

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