LAUREN POV
Ibamos caminando mi mejor amiga Camila y yo por los pasillos de la preparatoria rumbo a la puerta de salida. Era viernes y todos estabamos muy ansiosos para la juntada de esta noche, en especial yo.
Habían pasado 2 semanas desde aquel "secuestro" y recordaba todo perfectamente.
No se me había hecho necesario contarle a Camila lo que pasó, pues ella lo había vivido perfectamente, aunque ella misma me daba como pequeñas indirectas de que le contara, seguro la pobre ahora piensa de que su mejor amiga no confía en ella ahora mismo, pero esos pensamientos desapareceran por completo, de eso estoy segura.
Recuerdo perfectamente el día siguiente del "secuestro". Me había levantado en la cama de mi habitación, ya sin ataduras, traía mi pijama puesta y mi habitación estaba justo como la había dejado antes de irme a la fiesta. Por unos segundos había pensado que había sido un sueño o una alucionación ya que había estado borracha, pero sonreí al instante cuando me había encontrado con un pañuelo en mi mesita de noche, lo olí un poco de lejos y olía exactamente como anoche, aparte tenía unos rasguños en mis muñecas que eran seguramente por que estaba atada. Definitivamente no había sido un sueño.
Desde ese día me dedique solo a investigar y planear mi pequeña venganza. Había buscado en internet algunas ideas y había ido a unas sex shop para llevar a cabo mi asombroso plan, claro, todo a escondidas de mi madre.
Esta noche mis compañeros de clase, junto con Camila y yo ibamos a tener una pequeña fiesta en su casa, ya que sus padres iban a salir el fin de semana, y bueno, era una excelente opotunidad.
Volví a la tierra cuando escuché su dulce voz preocupada y su hermoso rostro mirandome fijamente.
"Wow, Lo, te perdiste, ¿Te sientes bien?" Preguntó la morena. Quería comermela a besos de lo tierna que se veía. Sonreí internamente al pensar que se comportó completamente diferente aquella noche. Lo más sexy que jamás había sentido y escuchado.
"Mmh Sí Camz, solo estaba pensando que ponerme esta noche." Dije con doble sentido. No lo captó y sonreí aún más grande. Salimos y continuamos caminando, hablando de nuestras cosas, hasta que cada una llegamos a nuestras casas y se despidió de mi de un sonoro beso en la mejilla. Juro que la vi morderse el labio antes de decirme "Nos vemos esta noche."
***
Llegué a su casa temprano y ya había empezado la pequeña fiesta. Claro, nos habiamos encargado de todos poner mucha cerveza, la comida y el refresco para pasarla muy bien.
No era la gran cosa, así que solo me puse un pequeño short de mezclilla, una blusa blanca sin mangas con estampado y unos converse negros. Traía el bolso donde traía todas las cosas que utilizaría más tarde y aproveche cuando no vi a Camila y subí rápido a su habitación y dejé el bolso. Bajé rápido y ella apenas salía de la cocina con una bolsa de hielo. Que bueno que no se había dado cuenta.
En el transcurso de la fiesta, hicimos muchos juegos relacionados con alcohol y me aseguré de que ella siempre pediera y se tomara el alcohol y para mi suerte casi siempre lo hacía y ella se veía cada vez más inestable que antes.
Alrededor de las 2:30 am todos terminaron ebrios y se fueron a casa, mientras yo era la única que aún estaba en mis 5 sentidos… 6 ahora, contando que ya empezaba a calentarme al pensar en lo que le haría a mi amiga que ahora estaba muy borracha casi tirada en el piso.
La levanté y prácticamente la cargué a su habitación mientras ella hablaba incoherencias y respiraba agitado. Sonreí y la acosté en la cama lo más cómodo posible para que se quedara dormida unos minutos, iba a necesitar fuerzas para más tarde.
Después de unos segundos ella cayó dormida y tomé una larga respiración, era hora de ponerme a trabajar.
Cerré bien toda la casa y me metí al baño de su habitación con el bolso para prepararme. Había comprado unas esposas, un vibrador, un lubricante sabor naranja, un consolador con arnés doble y una cuerda. Esto iba a estar muy bueno.
Después de asearme, depilarme y perfumearme, salí de nuevo a la habitación, completamente desnuda y la vi ahí, tumbada y con sus hermosos ojos marrones cerrados. Recorrí su cuerpo con mi mirada y sentí como mis pezones se endurecían y mi respiración se aceleraba con anticipación y deseo.
Sacudí mi cabeza y caminé hasta ella. Me tomé mi tiempo sacado cada una de sus prendas, admirando y deseando cada parte de su cuerpo que era descubierta.
La acomodé en medio de la cama y con sumo cuidado levante sus brazos y coloqué las esposas que se iban a detener con la cabecera de la cama. A diferencia de ella, yo tan solo iba a esposarla de sus manos y la dejaría completamente desnuda a mi merced. Después, con mucho cuidado también le puse un antifaz para dormir que también había comprado y sonreí satisfecha cuando no se movió.
Al llegar a sus bragas, que era la última prenda que quedaba, me relamí los labios y sonreí para mi misma. Jamás la había desnuda y esto era un tanto emocionante. Finalmente se las quité y acaricié sus piernas lentamente, con cuidado de no despertarla aún.
Tomé el lubricante y me esparcí un poco en las manos y como una niña curiosa acerqué mi dedo a mi boca y saqué mi lengua para comprobar si sabía a naranja. Sonreí al ver que si sabía y me puse en marcha. Lo froté en mis manos para calentarlo y comencé masajeando sus pies. Le recorrí el arco plantar con los pulgares e hice presión a las orillas. Camila hizo un sonido de placer y levanté la mirada para ver si había despertado pero aún no lo hacía. Sus pies ya se sentían más relajados y pasé a sus pantorrilas, haciendo pequeños masajes y finalmente ascendí a sus muslos. Pasé mis manos arriba y abajo por ambos y abrí sus piernas lentamente, con cuidado y me puse entre ellas. Relamí mis labios. Se había depilado también y no había nada mas exquisito que eso. Tomé poquito más de lubricante y con la mano derecha le comencé a hacer pequeños masajes en su centro que estaba un poco caliente. Quedó húmedo por el lubricante y aspiré hondo, ya estaba muy emocionada.
Retiré mis dedos y lamí mis labios, acercándome a su intimidad ahora húmeda. Saqué mi lengua y di una larga lamida de abajo hasta arriba, familiarizándome. Repetí los movimientos, haciendo un poco de presión y succioné un poco su clítoris que ahora estaba un poco rojizo. Sonreí al verlo y noté también que su respiración estaba más rápida que antes y la piel de sus piernas estaba erizada. Continué mi trabajo, moviendo mi cabeza rápido de arriba abajo y luego lento haciendo pequeños círculos con la punta de la lengua y succionando de poco. Su lubricante natural comenzaba a emerger de su cuerpo y chupé con más entusiasmo, mientras sostenía sus piernas en mis hombros para mayor control.
De repente, escuché como gimió y sacudió su cuerpo. Su respiración se hizo muy elaborada y sin previo aviso apretó sus piernas fuertemente alrededor de mi cabeza y arqueó su espalda gimiendo muy alto y tenso. Chupé lo más rápido que pude hasta que ella gritó y tensó sus piernas, temblando sin control y jadeando fuertemente.
Alejé un poco mi cabeza para mirarla, aún sujetando sus piernas que temblaban y vi que ella jadeaba y que sus pezones estaban erectos mientras su pecho subía y bajaba en busca de aire.
Esperé pacientemente hasta que ella se tranquilizó, lo que no duró mucho, por qué al instante en el que suspiró de satisfacción, se tensó de nuevo y movió sus brazos tratando de liberarse. Al darse cuenta de que también estaba atada, gimió asustada y trató de patalear, pero como tenía sus piernas sujetadas no pudo hacerlo.
Jadeó asustada y pude sentir como sus latidos aumentaban, por lo qué me sentí un segundo culpable, pero lo reprimí rápidamente. Subí, aún sujetando sus piernas y me acerqué cautelosamente a su oído.
"Shhh, bebé, cálmate…" Susurré y planté un beso en su mejilla. Ella seguía con la respiración acelerada y trató de mover sus piernas más fuerte, por lo que la sujeté aún más.
"Por favor, déjame ir, no me violes, no me mates-" Dijo rápidamente con la respiració acelerada.
"Shhhh…" Articulé de nuevo, interrumpiéndola y acariciando una de sus piernas.
"Yo no he hecho nada malo, p-por favor, déjame…" Su voz y su labio inferior temblaban y casi cedo ante ella, pero no lo hice, en cambio le robé un rápido beso en sus labios.
"¿Ah no? ¿No lo has hecho, bebé? ¿Mmh?" Susurré dejando besos en su mandíbula, llegando casi a sus labios. Ella permaneció en silencio unos segundos, petrificada, hasta que habló, su aliento que olía a cerveza con piña colada inundando mis fosas nasales.
"L-Lauren…?" Tartamudeó nerviosa. Vi sus mejillas muy sonrojadas y como tragaba visiblemente. Sonreí grandemente y le robé otro piquito.
En lugar de contestar, me incliné de nuevo y capturé sus labios en un caliente beso. Moví mis labios lentos y sensuales contra ella, hasta que era correspondió tímidamente. Volví a acariciar su pierna en el acto y ella abrió su boca ligeramente para jadear. No perdí oportunidad y metí mi lengua en su cálida boca, acariciando nuestras lenguas. Sus jadeos se perdían en mi boca y yo estaba más que contenta con eso.
La falta de aire se hizo presente y me separé un poco de ella. Cogí aire y me incliné a devorar su cuello. Ella gimió cuando hice una pequeña mordida, después descendí a sus clavículas. Las lamí, besé y succioné a mi gusto, mientras su respiración aumentaba cuando bajaba mis labios. Decidí torturarla como ella lo hizo conmigo y no hice nada, tan solo posé mis labios entre sus pechos, sintiendo su pecho subir y bajar rápidamente bajo mis labios.
"Dios, Lauren…" Dijo acelerada. Sonreí y me limité a hablar. Todavía tenía un poco de lubricante en mis manos y aproveché y me senté a horcajadas en sus caderas, sintiendo su centro caliente presionarse con el mio. Subí mis manos lentamente por su viente, sintiendo su suave piel caliente bajo mis manos. Miraba encantada su cuerpo, lo que no pude ver aquella noche. Ahuequé sus pechos con mis manos y los masajeé, a veces tirando de sus pezones y haciendo presión con mis dedos. Su respiración era errática, casi jadeaba y me encantaba causar esas sensaciones en ella.
Unos masajes más, y me levanté de ella, anhelando lo que haría a continuación. Tomé el arnés y me lo coloqué con cuidado. Casi gemí cuando el pequeño prototipo entró en mí y me agradecí a mi misma por inventir en esto, estaba segura de que lo iba a usar más de una vez con ella.
Lo abroché por fin y tomé el vibrador que también estaba en la mesa y lo examiné bien. Vi que estaba en orden, vi bien los botones, lss velocidades y como se colocaba, después de todo es la primera vez que utilizaba uno en alguien, no es que yo ya lo haya usado antes, pero aún así tenía que asegurarme.
Al volver a la cama, vi como el largo y grueso pene falso se balanceaba en mis caderas al caminar y se veía un tanto morboso. También se sentía increíblemente bien el pequeño dispositivo dentro de mi, no podía esperar a que estuviera prendido. Por un segundo me sentí en 50 sombras de Grey. Casi me reí ante mi pensamiento y volví a la cama, donde Camila me esperaba desnuda, mojada y con su respiración aún más acelerada.
Me acomodé entre sus piernas, abriéndolas y ella se dejó, mordiéndose el labio.
"No debiste hacer aquello, Camz. Ahora te voy a castigar" Dije con mi voz normal un tanto pícara y sin esperar respuesta la volví a besar. Nuestras lenguas se acariciaban con pasión y nuestros labios hinchados se movían con sensualidad y desesperación por más. Entre el beso encendí el vibrador que cobró vida en mis manos silenciosamente. Yo siempre compro cosas de calidad, así que el pequeño aparato no hacía ningun ruido, por lo que Camila no se había dado cuenta mientras acercaba el juguete a su centro.
Me separé después de unos segundos, llevando su labio inferior conmigo. Lo solté, lo que causó un pequeño sonido húmedo que amé. Puse mi otra mano a su costado para apoyarme y puse cautelosamente el vibrador en su centro.
En cuanto el material tocó aquella parte sensible, ella tiró su cabeza hacia atrás y gimió tensando sus piernas. Lo subí un poco, posicionándolo en su clítoris y me deleité al escuchar como gimió más fuerte. Podía ver como el sudor se formaba en su frente y su vientre y me incliné, pasando mi lengua desde su ombligo hasta en medio de sus pechos, donde di una pequeña mordida. Sin perder tiempo, capturé su pecho derecho en mi boca. Rodeé su pezón con mi lengua y me lo metí a la boca. Ella tiró de sus brazos y jadeó fuerte. Sentí sus piernas alrededor de mi cintura y jadeó muy rápido. Supe que estaba cerca de correrse y rápido quité el aparato.
"Joder! Laureeen!" Gritó molesta. No pude retener mis carcajadas, lo que la hizo sonrojarse, tal vez de enojo o de vergüenza, o ambos. Mordí mi labio para evitar reírme más y le dejé un pequeño beso en los labios fruncidos.
"Tu hiciste lo mismo" Repliqué recordando aquel momento. Me dejé de bromas y tampoco la dejé responder uniendo mis labios con los de ella una vez más. Nunca iba a tener suficiente de sus besos. Mientras nos besabamos, estiré la mano y cogí el lubricante. Abrí la tapita y me separé un poco de Camila para ponerla bien. Respirabamos agitado, aunque la mía aumentó más cuando me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Ella no tenía ni idea de lo que iba a hacerle. Eso me hizo recordar que Camila nunca había tenido sexo con un chico, había tenido solo novias a lo largo de su vida. Me sentí un poco culpable de haber elegido algo tan largo y grande, pero supongo que lo iba a disfrutar. 18 centímetros no sería tan doloroso, ¿no?
Abrí bien la tapa y me puse mucho lubricante en las manos y lo esparcí por todo el miembro falso. Cuando estuve satisfecha, lo puse de nuevo donde estaba y me acerqué a Camila quien estaba un poco más tranquila.
"Laur, ¿Qué vas a hacerme?" Dijo Camila curiosa. Se mordió el labio inferior y cada vez me daban más ganas de entrar en ella, literal.
Otra vez no le contesté e introduje un dedo lubricado a su interior, ella suspiró y añadí otro lentamente. Empezé a moverlos lento, doblándolos hacia arriba y curvándolos, queriendo estirarla un poco para que no fuera muy doloroso lo que haría después.
Moví un poco más rápido mis dedos y después los retiré, escuchando un suspiro decepcionado salir de sus labios. Con lo húmedo que me quedo en los dedos lo esparcí un poco en su intimidad y me acerqué a su oído.
"Respira hondo, amor" Le susurré con afecto mientras frotaba rápidamente el miembro falso para calentarlo y esparcir más el lubricante.
"¿Amor?"
"Shhh…" Puse un dedo en sus labios rojos. Acomodé la cabeza en su entrada. Al sentirlo, ella tensó sus piernas y paré al instante.
"Relájate, Camz, tranquila" Dije sobre sus labios. Los junté con los de ella y pareció relajarse un poco. Con mi mano libre acaricié su mejilla mientras daba besos por su frente, mejillas o toda su cara.
Empujé lentamente, viendola atenta para observar cualquier tipo de incomodidad. Cuando no vi que su boca se torcía, empujé un poco más, asegurándome de no lastimarla. Me tomaba unos segundos en cada empuje, esperando a que se adaptara un poco, hasta que entró por completo.
Suspiré, por qué el pequeño consolador dentro de mi también me causo algo.
"¿Camz?" Hablé con cautela.
"¿Sí?" Contestó.
"¿Quieres que continue?" Dije y mentalmente pedí al cielo que dijera que sí. Cuando la vi asentir, suspiré de nuevo. Le robé un piquito y empecé a entrar y a salir de su cuerpo con lentitud. Cerré mis ojos disfrutando de como el pequeño aparato tocaba mis paredes deliciosamente.
Camila me abrazó la cintura con sus piernas, atrayéndome más a su cuerpo y no me pude negar. Me incliné más y besé sus labios entreabiertos que me parecían cada vez más deliciosos.
Con un una mano apreté uno de sus pechos, ella gimió en mi boca y jadeó más fuerte, por lo que me aparté un poco. Teniéndola gimiendo en mis labios era de lejos lo más caliente que había experimentado y quería más de ello.
Aceleré los movimientos y se me escapó un pequeño gemido, Dios, esto era completamente excitante, definitivamente teníamos que hacerlo de nuevo, y eso que aún no habíamos terminado.
Ella apretó más sus piernas en mi y echó su cabeza hacia atrás. Nos moviamos sin cesar, no muy rápido pero yo ya no podía detenerme. Su precioso cuerpo comenzaba a brillar por el sudor y me di cuenta de que yo también lo hacía.
"Laur, qui-quitame el antifaz" Dijo con dificultad debido a su respiración rápida. Me empecé a cansar, pero la necesidad era más grande y moví mis caderas más rápido. Con dificultad quité el antifaz y lo lancé a cualquier lugar. La miré y estaba completamente hermosa. Ella lentamente abrió sus hermosos ojos marrones y miró directo a los míos. Me dio una pequeña sonrisa y cerró los ojos rápidamente. Yo lo hice también, ya que no pude tenerlos más tiempo abiertos.
La adrenalina se disparļpor mi cuerpo y golpeé aun más rápido y fuerte sin poder evitarlo, sientiendo el inevitable orgasmo acercarse. Los gemidos y los jadeos de Camila cada vez me lanzaban más al borde.
Ya no puedo ocultar mis gemidos y la respiración me faltaba. Afortunadamente, de repente la espalda de Camila se arqueó bajo mío y su pecho subió y bajó rápidamente. Como es obvio, no puede sentir si ella estaba a punto de correrse, pero ella confirma mis dudas.
"Joder, más fuerte, Lauren!" Casi gritó y soy incapaz de desobedecerla, yo también lo necesitaba. Moví mis caderas más fuerte y apreté mis ojos. Sentía el sudor goteando por mi frente y los tendones de mi estómago tensarse.
De la nada, Camila apretó sus piernas lo más fuerte posible en mi y eso causo que el arnés se apretara más en mi, por lo que el pequeño juguete se frotó más enfrente y gemí alto.
"¡Lauren!!" Gritó. Apretó sus ojos fuertemente seguido de un gemido que fue mi perdición. La adrenalina y el placer tomaron mi cuerpo y me dejé llevar. Sentí mis paredes apretarse fuertemente en el juguetito que ahora amo y como el aire se fue de mis pulmones. Un gemido gutural escapó de mi garganta y aunque me estaba deteniendo, me derrumbé en ella.
Nuestros cuerpos temblaban y sudaban, pero más que asqueroso fué un momento mágico a pesar de lo que había ocurrido anteriormente.
Suspiré y pasé mi mano por mi frente. Camila tenía los ojos cerrados y sus labios rojos e hinchados entreabiertos, tratando de recobrar la respiración. No pude resistirme y la besé. Ella correspondió, con sus labios aun un poco temblorosos.
Quité las esposas de sus manos y vi que tenía unad marcas rojas, les di un beso a cada una y escuché sus risitas.
"¿Qué es tan gracioso?" Pregunté un tanto confunfida mientras me desabrochaba el arnés y lo tiraba al suelo, para después volver a su lado y posicionarme entre sus brazos.
"Todo esto, ¿No crees? La situación en sí" Dijo con una sonrisa en sus labios.
"Yo diría algo como…mmh…sexy" Ella volvió a reír y no podía sentirme más feliz y satisfecha. Le di un pequeño beso en su cuello y me levanté un poco para observarla mejor. Sus grandes ojos castaños me veían atentamente y mis labios formaron una sonrisa boba.
Acerqué mi mano y aparté unos mechones sudados de su frente y planté un pequeño beso ahí. Me hice hacia atrás y con el índice recorriendo lentamente su mandívula, susurré:
"Sabes,- Mi dedo paró en su mentón. -ya quiero que sea la próxima fiesta."
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