Empty Byakugan [Itachi Uchiha]

De AyameUchi

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Lilas blancas: Expresan pureza y castidad, un amor inocente e idealizado que justo está empezando a brotar. L... Mais

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De AyameUchi

Los Hyuga eran fervientes creyentes de muchas filosofías, no sólo las estudiaban superficialmente, se las enseñaban a los niños una a una entre las más importantes, en la adolescencia usaban filosofía para educar a los jóvenes en temas de sexualidad y matrimonio, a los adultos se les educaba de paternidad usando igualmente filosofía y finalmente todos los adultos mayores atendían a clases para afrontar la nueva etapa de sus vidas.

A Itachi en realidad ese aspecto no le sorprendió mucho al principio porque a él mismo le gustaba leer bastante sobre filosofía.

Pero nuevamente los Hyuga estaban en un nivel aparte.

-La mujer es como una flor en el jardín de la existencia. Al igual que una flor, posee una belleza única y delicada que cautiva a todos los que la contemplan. Su presencia ilumina el entorno y llena de color y fragancia la vida misma.-Cada fin de semana, Itachi atendía diferentes lecciones en el clan Hyuga, al principio Sora y el mismo Hiashi le dijeron que aquello no era necesario, siendo el Hokage era obvio que no tenía mucho tiempo libre. Sin embargo, fue él mismo quién insistió en acudir a cada una de las lecciones.

Los hombres y mujeres del clan Hyuga empezaban a los 15 años con clases para aprender sobre el matrimonio, sobre la importancia del hombre y la mujer, sus roles en la sociedad y demás cosas.

Si Sora había pasado muchas horas preparándose para ser una buena esposa según lo que las reglas del clan Hyuga dictaban, él no podía simplemente llegar al altar sin idea del papel que le correspondía.

-Sus pétalos representan su sensibilidad y vulnerabilidad, que deben ser tratados con respeto y ternura. Pero, al igual que la flor, también posee una fuerza interior que le permite enfrentar las adversidades y crecer incluso en los terrenos más difíciles.-Las clases eran impartidas por el abuelo Hyuga. El hombre ni siquiera necesitaba un libro, tenía memorizada cada frase, definición y explicación, por primera vez Itachi pudo entender un poco de la profundidad de la sabiduría de alguien tan importante.

El clan Uchiha claramente no tenía ningún tipo de enseñanza parecida, algunos padres intentaban que sus hijos leyeran sobre patriotismo y demás, pero en definitiva estaban muy lejos de los Hyuga, quizás por eso los Hyuga los llamaban incultos y salvajes, no que estuviera de acuerdo con eso pero al menos entendía un poco el porqué.

-Así como cada flor tiene su propia esencia y singularidad, cada mujer tiene su propia individualidad y cualidades únicas. Cada una despliega su propio esplendor y aporta su contribución especial al mundo que la rodea.
La comparación de la mujer con una flor nos invita a apreciar y valorar su belleza y su singularidad. Nos recuerda que, al igual que las flores en un jardín, las mujeres merecen ser admiradas y respetadas en toda su diversidad y plenitud. También nos enseña la importancia de cuidar y proteger su bienestar, permitiendo que florezcan y se desarrollen en todo su esplendor.

En cuanto a metáforas se trataba, las clases estaban llenas de comparaciones, quizás porque así era más fácil memorizar ideas abstractas, o quizás porque esas clases estaban pensadas para personas más jóvenes.

Hasta el momento, Itachi había prestado atención a diferentes discursos dónde se comparaba a la mujer con la luna, el ave fénix, mariposas, espejos, joyas, ríos y esta última con flores.

-Sin embargo, es importante recordar que esta comparación no debe limitar el papel de la mujer únicamente a su belleza externa. La mujer es mucho más que una simple metáfora, y su valor trasciende cualquier comparación superficial. Es un ser humano completo, con una mente brillante, una voz poderosa y un potencial ilimitado.-Todas las metáforas terminaban aclarando que no debías mantenerlas en mente de manera tan literal, como si aquellos ejemplos no fueran suficientes para entender del todo el significado detrás de la mujer.-¿Le ha quedado claro Hokage-Sama?

-Completamente.-Tenía que admitir que, aunque al principio algunas de las ideas sobre los roles de mujer y hombre le parecían radicales, conforme iba avanzando en cada clase podía encontrar puntos de vista común.

-¿Y entiende que esta visión de respeto se debe de extender, no solo a su prometida, sino a todas las mujeres que conoce?

-Por supuesto.

-¿Incluso su suegra?-La pregunta lo sorprendió ligeramente.

-Si, lo entiendo.

-¿Está seguro de eso?

-¿Cree que no es así?-Preguntó directamente mientras intentaba hacer memoria de las veces que hubiera interactuando con la madre de Sora, la respuesta del abuelo Hyuga no hizo falta cuando cayó en cuenta de que nunca había hablado directamente con su futura suegra.

-Creo que se ha dado cuenta usted solo.-Dijo el hombre mayor cruzado de brazos.

-La verdad es que no he tenido mucho tiempo de conversar con mis suegros.-El padre de Sora y él se llevaban bien… ¿Cierto? Bueno, quizás no podía decir exactamente eso pero por lo menos lo conocía, por otro lado su madre era un completo misterio para él, más allá de saber que fue la mujer con la que su padre le fue infiel a su madre, Natsu Hyuga fácilmente podría ser la persona en su círculo social con la que menos había hablado en toda su vida.

-Los padres de su pareja son personas muy importantes, no puede simplemente esperar a "tener tiempo" para hablar con ellos.-Lo regañó ligeramente, entendía que el muchacho seguramente no estaba ansioso de hablar con una de las responsables de la ruptura de su familia, pero había sido él mismo quién eligió casarse con Sora y añadirse a su familia por más incómodo que eso pudiera resultar para terceras personas.

-Lo entiendo.-Reflexionó dándose cuenta de que nuevamente estaba fallando en algo completamente fundamental, cualquier otro hombre Hyuga habría sido muy respetuoso con sus suegros, seguramente se habría presentado en una cena formal, habría pedido adecuadamente la mano de su hija, llevaría regalos y demás, él por otro lado ni siquiera le avisó a Takashi que estaba en una relación con Sora a pesar de que fueron compañeros en el ANBU por años.

Sora había sido bastante respetuosa con sus padres, incluso llevó algunos regalos las escasas veces que estuvo en su casa, hasta trató con mucho respeto a Fugaku por más pesado que le pudiera resultar.

-¿Tiene….-Empezó a hablar con algo de inseguridad.-¿Tiene alguna recomendación para mostrarles mis respetos?

El abuelo Hyuga quiso suspirar ruidosamente en la cara del chico, Itachi quizás era el prodigio más grande en la actualidad de Konoha, pero el muchacho definitivamente no tenía ni la más mínima idea sobre normas sociales, a esas alturas ni siquiera estaba seguro de que fuera completamente culpa de su clan, los Uchiha podían ser bastante toscos pero hasta ellos sabían un poco de lo básico.

Quizás la falta de sentido común del chico se debiera a que estuvo completamente enfocado en volverse poderoso y nunca tuvo ni una pizca de curiosidad para informarse de esas cosas pequeñas. Era una verdadera suerte que hubiera accedido a tomar clases de etiqueta con los Hyuga, de otra manera habría quedado como el Hokage más irrespetuoso e irresponsable de todos los tiempos.

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¿A quién podría pedirle un consejo?

Su padre no, estaba bastante seguro de que él no quería saber nada sobre su compromiso.

Shisui tampoco, quizás sabía más que él sobre mujeres pero no tenía ni idea de lo que significaba convivir con la familia de una pareja, él corría ante cualquier pequeño signo de formalidad o compromiso.

Sasuke ni siquiera había mostrado interés en chicas, a esas alturas Itachi comenzaba a considerar la posibilidad de que el sector femenino no entrara en los gustos de su hermano menor, ya se vería en unos años.

Y con eso se acababa la lista de hombres con los que podía hablar cómodamente.

Ahora entendía porque estaba tan perdido en el asunto.

-¿Hokage-Sama?-Preguntó Sora mirando con extrañeza como Itachi parecía diez veces más distraído de lo normal.

-Perdón.-Espabiló y le extendió el pergamino que tenía en su escritorio.-¿Estás segura de ir?

-Por supuesto, las misiones fuera del continente son lo mío.-Aceptó el pergamino y empezó a leer los detalles de la misión. Desde que se comprometieron, tanto Itachi como el concejo le habían recomendado tomar vacaciones para la organización de la boda y demás, pero no las había aceptado porque sinceramente no veía sentido en "organizar" nada, siendo una boda tan importante todos los detalles estaban siendo revisados uno por uno por varias personas, aunque podía notar que Itachi a ratos quería participar un poco más a pesar de no tener ni la más mínima idea sobre bodas.

-Ten mucho cuidado.-Le pidió mirándola fijamente.

-Yo siempre tengo cuidado Hokage-Sama.-Levantó la mirada del pergamino por unos segundos para darle un pequeño guiño, él sonrió ante eso y bajó la mirada por unos segundos para después volver a verla de manera indecisa.

-Oye…

-Dígame.

-No, no es nada.-Descartó instantáneamente, pedirle consejos a su prometida sobre cómo ser mejor prometido no iba a resultar, estaba seguro de que ella le diría que no tenía que hacer nada cuando claramente debía hacer mucho.

-¿Estás bien? Te noto distraído.

-Estaba pensando… En el diseño de las invitaciones, aún no decido la tonalidad de blanco.-Ella alzó una ceja, claramente era mentira, no porque Itachi no fuera el tipo de perfeccionista que busca incluso la tonalidad perfecta de blanco, sino porque de ser el caso estaría sentado con varias muestras de color y el Sharingan activado intentando encontrar las diferencias milimétricas.

-Podemos revisarlo cuando regrese.-Fuera lo que fuera que lo tuviera distraído, estaba segura de que lo arreglaría para cuando ella regresara.

-Seguro.

-Bueno, iré a alistarme para la misión.-Hizo una reverencia y salió de la oficina dejando nuevamente a su novio con la cabeza en las nubes.

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Salir a caminar para despejar la mente había resultado una pésima idea.

Pensó que siendo tan temprano no se encontraría con nadie y que quizás el frío de la madrugada junto al rocío matutino lo ayudaría a relajarse, una mente relajada tiene mejores ideas.

Pero cuando se encontró a Maito Guy en un río revisando piedritas quedó claro que su mañana no iba a ser tranquila. Al principio pensó que solo saludar sería lo mejor, pero después cayó en la cuenta de que Guy era un hombre en una relación formal y que había encontrado la manera de convivir con su suegra a pesar de que Tsume era quizás la mujer más problemática en Konoha, él debía tener buenas ideas.

Y en realidad las tenía, pero a cada palabra se daba cuenta de las muchas fallas que tenía como novio, para empezar él nunca había pensado en pasar horas buscando una piedrita en forma de corazón o algo siquiera remotamente parecido, Guy también se había acercado al hermanito de Hana, había enfrentado a Tsume sin pensarselo dos veces y había hecho un verdadero espectáculo solo para dejarle claro a toda la aldea que él y Hana tenían algo.

Podía intentar justificarse detrás del hecho de que Guy era mayor que él por unos cuantos años y quizás por eso tenía la situación bajo control, pero perdía sentido si contemplaban que Itachi era el heredero de su clan, lo que se traducía en una mejor educación en cuestiones ceremoniales.

-¿Qué tal muchas mariposas amaestradas que entreguen múltiples mensajes con poemas románticos?-Propuso su idea romántica número 21, tenía que admitir que cada idea era más tierna que la anterior, pero poco probable de ejecutar o poco adecuada, dudaba mucho que a Sora le fuera dar gusto que él dibujara su rostro en una montaña usando su Amaterasu aunque la idea pudiera sonar linda en la teoría.

-Quizás lleve mucho tiempo amaestrar mariposas.

-Tienes razón…-Se acarició la barbilla con cuidado.-¿Qué tal patinar en un lago congelado? De tal manera que al terminar el hielo quede marcado con una hermosa frase de amor.

-Deberíamos pensar en algo más formal.-Si Guy escribiera una novela de amor seguramente sería muy popular entre las chicas jóvenes.

-¿Algo como qué?

-Nos comprometimos en una ceremonia importante, pero no pedí su mano de manera más tradicional, estaba pensando en un regalo que fuera adecuado para eso.

-¿Para pedir otra vez su mano?

-No exactamente.-Suspiró sin saber como explicarse.-No estoy seguro de los protocolos que debería seguir ahora que vamos a casarnos, hay muchos simbolismos en su cultura.

-Lo entiendo, los Inuzuka también tienen cosas así.

-¿En serio?-Preguntó un poco extrañado, los Inuzuka eran quizás el clan menos ceremonial a lado de los Uchiha, hasta los Nara tenían más festividades con lo perezosos que eran.

-Cuando una pareja va a casarse, suben a la cima de un bosque y le cancelan el sentido del olfato y vista a uno de ellos para que el otro lo guíe de regreso, puede sonar algo simple pero perder un sentido tan agudo como su olfato los pone muy vulnerables.

Itachi valoró la idea por unos segundos, algo similar podría ser que Sora no pudiera ver pero perdía sentido porque ella nunca tuvo el Byakugan.

Suspiró profundamente mientras miraba al cielo, quizás debió investigar con más tiempo la cultura y simbolismos de los Hyuga, bueno, honestamente no estaba seguro de no haberlo hecho antes, aún había unos huecos en su memoria, se rehusaba a creer que había querido casarse con ella por tantos años y nunca investigó debidamente los protocolos.

Sus ojos se encontraron con la ligera imagen de la luna, esa noche sería luna llena.

Una idea cruzó su mente al instante y sintió un gran alivio, un problema menos.

""
-¿Un lugar caro?

-Si.

-¿Por qué no van a cenar ramen a Ichiraku? Es el mejor lugar para pasarla bien.

-No seas idiota Naruto, no puede llevar a sus suegros a un lugar tan guarro.

-¡¿Qué dices?! ¡Ichiraku es-

-Antes de que discutan.-Los interrumpió Itachi alzando la voz.-La pregunta era para Hinata-Dono porque ella sabe mejor sobre este tipo de cosas.

-¿Estás diciendo que yo no sé nada sobre buenos lugares?-Preguntó Sasuke con algo de resentimiento.

-Nunca cenas fuera de casa.

-Cierto, siempre te quejas cuando Hinata-Chan y yo queremos invitarte a algún lado.

-Porque siempre terminamos en Ichiraku.

-¡¿Y eso que tiene de malo?!

-C-Chicos

-Mejor adelantense a la entrada de la aldea.-Les ordenó frotándose la frente con estrés.

-Todavía ni nos das nuestra misión.

-Hinata-Dono les llevará los detalles en unos segundos.-Tanto Sasuke como Naruto siguieron refunfuñando antes de finalmente salir de su oficina, estaba seguro de que tendría una migraña en pocos segundos.

-¿Se encuentra bien Hokage-Sama?-Preguntó Hinata de manera considerada, no conocía muy bien a Itachi pero no parecía ser el tipo de hombre que se estresa fácilmente.

-Si, solo intento arreglar un poco el desastre que formé.

-¿Desastre?-Repitió sin entender exactamente a lo que se refería, Itachi notó al instante que lo que había dicho se podía malinterpretar muy fácilmente así que se apresuró a aclararlo.

-No he sido precisamente un buen prometido, no uno que sigue los protocolos al menos.

-Los protocolos pueden ser confusos.-Respondió Hinata compasivamente, le parecía tierno que a Itachi le importara tanto su boda, siendo el Hokage podía simplemente dejar todas las preparaciones a terceros, pero se estaba dedicando a revisar cada pequeño detalle.

Según Sasuke había pasado una semana comparando cartones de color blanco para alguna cosa.

-Sora ha tenido varios pretendientes de alto nivel, aún así me eligió a mí a pesar de que ni siquiera he tenido la decencia de presentarme con sus padres como debe de ser.

-¿Se siente inseguro?-La pregunta fue hecha con un tono amable, sin embargo a Itachi lo golpeó como si fuera una bofetada.

¿Inseguro? Eso explicaba bastante aunque su orgullo oculto se sentía herido al escucharlo.

-Quiero darle a Sora más de lo que le hayan dado sus pretendientes, quiero estar al nivel.

-Creo que ya lo hizo Hokage-Sama.-Lo contradijo Hinata con una suave sonrisa. Hinata estaba bastante segura de que, si Sora considerara a Itachi inferior a sus otros pretendientes, no estaría casándose con él, no se habría puesto de pie en la ceremonia arriesgando su nuevo título como miembro de la rama principal y ni siquiera habría roto las reglas en primer lugar.

-Aún si fuera cierto, hay cosas que se esperan de mi.-Respondió sin estar convencido ¿Que había hecho él por ella aparte de mirarla como idiota a la distancia? Le robó su primer beso con una excusa barata, mantuvo su relación oculta en una sección del bosque, ni siquiera la llevó a una cita adecuada antes de pedirle matrimonio de manera inapropiada y poco planeada.

-Le anotaré la dirección de algunos lugares.-Accedió dando un paso al frente para tomar un pergamino, estaba bastante segura de que una vez que hablara con Sora, ella se encargaría de borrar todas las inseguridades.

“”

-¿A dónde iremos?-Preguntó de manera distraída viendo como comenzaba a anochecer, había llegado a casa después de aquella misión y no pasaron ni dos días antes de que Itachi tocará a su puerta y le pidiera salir a caminar.

-A un lugar tranquilo.-Aseguró sintiendo que las manos le hormigueaban y tenía seca la garganta, no recordaba haber estado así de nervioso en su presencia antes, sentía que la lengua se le enredaba cada vez que intentaba hablar y gracias a todos los dioses aún no había tartamudeado notoriamente.

-Me gusta la idea.-Le sonrió ligeramente.-Últimamente estamos rodeados de personas apuradas, algo de tranquilidad es buena.

-Ujum.-Asintió torpemente mientras se le iba el aire, estaba seguro de que estaba sudando, podía sentir el cuerpo más frío de lo normal y ni siquiera estaba haciendo tanto aire.

Era un sentimiento extraño pero era casi como si quisiera salir corriendo muy lejos, como si tuviera energía infinita y fuerza de sobra en las piernas que le exigían moverse de ahí, aún así se obligó a mantener un paso tranquilo e intentar despejar la mente mientras discretamente hacía ejercicios de respiración.

Sora lo miró de reojo un poco extrañada de lo nervioso que se veía, Itachi generalmente lograba un buen control de sí mismo incluso avergonzado, pero ese día parecía extremadamente ansioso, incluso la manera en la que caminaba era rígida.

Después de darle un par de vueltas, llegó a la conclusión de que quizás se había estado comportando raro en esos días por aquel pequeño encuentro en su departamento, no había otra manera de explicarlo más que estuvieron a punto de romper su promesa de mantenerse castos hasta el altar.

A Itachi siempre le había costado la intimidad en general, fuese emocional o de otros tipos, así que quizás aquello fue demasiado para él. Ella estaba tranquila, eran prometidos, le parecía natural que se desearan y honestamente, creía que quizás sería mejor que su primera noche juntos fuera más espontánea y no estuviera rodeada de una incómoda atmósfera por la luna de miel, algo natural sería mejor, pero quizás llegó a esa conclusión sin considerar el perfeccionismo del hombre a su lado.

Reconoció la ruta por la que estaban yendo y sonrió con emoción, iban hacia aquel pequeño lugar en el bosque en el que habían pasado muchos momentos juntos, ese lugar en el que volvían a ser aquella pareja de novios que no se preocupan por las opiniones de los demás y se concentran totalmente el uno en el otro.

Quizás Itachi quería ir ahí para sentirse más relajado consigo mismo.

-Este lugar siempre se conserva muy lindo.-Comentó viendo como la luz de la luna entraba a través de los árboles, ese sitio se iluminaba muy bien al ser un especie de hueco entre la formación espesa de árboles. El pasto se iluminaba con la luz de la luna y el sonido del agua corriendo por el río junto a los sonidos de los pocos animales nocturnos hacían un ambiente relajante.

Un suave toque en su cintura llamó su atención, volteó encontrando que Itachi estaba muy cerca de ella, se dejó abrazar y pasó ambos brazos por su cuello sintiendo la calidez de su cuerpo.

-¿No vas a besarme?-Preguntó después de unos segundos en completo silencio, él estaba mirándola fijamente pero a la vez parecía que su mirada no estaba realmente en ella, como si su mente se hubiera desconectado de la realidad.

-Perdón.-Susurró para después besarle la mejilla con delicadeza, ella frunció ligeramente el ceño.

-No me refería a eso, pero está bien.-Se despegó un poco de él y notó que su cara estaba pálida y sus manos temblaban un poco.-Itachi ¿Estás bien?

-Si.-Aseguró con un ligero balbuceo para después inhalar mucho aire y dejarlo ir temblorosamente.-Solo quiero darte algo.

-¿Qué es?-Al instante sintió algo muy frío hacer contacto con la piel de su cintura, debía ser metal ya que el frío atravesó la tela de su vestido provocando un escalofrío.

Bajó la mirada encontrando un cinturón fino, parecía estar hecho de alambres de plata y de el colgaban varias gotas blancas, lilas y rojas que brillaban con la luz.

-Es un cinturón de plata y gotas de cuarzo.-Aclaró en voz baja.-Es una tradición en mi clan darle un cinturón a tu esposa cuando llega a la casa que compartirán.

-Es muy hermoso ¿Pero por qué me lo das con tanto tiempo de anticipación?-Preguntó mientras tocaba suavemente las gotas de cuarzo colgando de los finos alambres enroscados de plata.

-Es la única tradición que conozco sobre mi clan y el matrimonio.-Admitió con un deje de vergüenza y tristeza, Sora encontró aquello extraño pero no lo interrumpió.-El de mi madre era de cuero negro, nunca la ví usándolo pero lo guardaba en un cajón especial.

-¿Y qué significa?

-El cinturón por si solo significa protección y cuidado, es una promesa sobre estar siempre a tu lado.-Bajó la mirada a su cintura y acarició ligeramente los costados de su cadera intentando recordar lo que había memorizado.-Los cuarzos no forman parte de la tradición, pero quería darte algo que se adaptará a tus costumbres, Hyuga-Sama me dijo que el cuarzo blanco simboliza el amor incondicional, el morado el amor espiritual y el rojo el amor apasionado, q-quería que fueran esos.

-Muchas gracias Itachi, lo cuidare muy bien.-Se inclinó para darle un beso en la mejilla pero eso no pareció hacerlo reaccionar del todo.

-Perdoname Sora.

-¿Por qué te disculpas repentinamente?

-Porque no he hecho nada para merecer que estés conmigo, no fui un buen pretendiente, no fui un buen novio y no soy un buen prometido, lo único que puedo hacer es regalarte un simbolismo a mal tiempo para calmar mis inseguridades.

-¿Inseguridades?

-Estos días me he dado cuenta de lo poco que me he esforzado contigo, sobre todo teniendo en cuenta el estatus que tienes.

-¿A qué te refieres con el estatus que tengo? No estoy entendiendo, tu eres el hokage y heredero del clan Uchiha ¿De qué manera podrías insultar mi “estatus”?-Sonrió extrañada sintiendo que estaba escuchando algo completamente incoherente.

-Quizás no te has dado cuenta pero… eres como una princesa en vida real, has recibido propuestas de matrimonio de hombres muy poderosos, perteneces a una familia milenaria, eres-

-Cariño.-Lo interrumpió poniendo una mano en su pecho.-Perdón por interrumpirte pero… ¿Acaso no eres tú más bien el que recibió propuestas de princesas que viajaron lejos y el que pertenece a una familia aún más milenaria?

-Quizás así es como se vea en el exterior.-Admitió con una ligera mueca.

-¿Por qué repentinamente te molesta todo esto del estatus y el protocolo? ¿Te han dicho algo en el clan Hyuga?

-No, no es eso… Es…-Lo meditó por un par de segundos hasta que pareció caer en cuenta de algo.-Creo que ahora entiendo porque me molestaba tanto.

-¿A qué te refieres?

-Jamás me pediste que te lo dijera, no me pediste explicaciones ni palabras que expresaran lo que sentía por ti.-Era posible que por eso se sintiera tan inseguro e insignificante a lado de sus otros pretendientes, porque además de no haber hecho las cosas como debía, tampoco le hizo saber lo que sentía por ella.

-Es que... No era necesario, todo este tiempo he sentido el amor que tienes por mi, a través de tus acciones, de la manera en que me miras y por lo mucho que te arriesgaste para estar a mi lado a pesar de que pasaste toda una vida construyendo tu carrera... Yo simplemente no dude de ti.

-Lo sé, pero necesito decirlo. Honestamente... No soy bueno con las palabras, ni siquiera con entender mis propios sentimientos para ser sincero, pero sé que quiero que lo sepas.

-Te escucho.

-Sora tu.... Y-Yo...-Tragó saliva mirando por un segundo al piso, ella espero con paciencia y se quedó callada.-Tu sabes que... Es que...

-Itachi está bien, antes me has dado a entender que me quieres, no hace falta que-

-Me quería morir.-La interrumpió bruscamente levantando finalmente la mirada, ella parpadeó sorprendida intentando articular alguna palabra pero no pudo decir nada.-Desde niño quizás lo único que he hecho es planear que mi muerte sirva de algo, pero estoy seguro de que quería morir.

-¿Q-Qué?

-Este mundo es horrible Sora.-Exhaló pesadamente como si hubiera reprimido esa declaración por años.-Gente matandose los unos a los otros, guerras empezando aquí y allá, cuando era niño ni una sola vez pensé que la vida era preciosa, ni siquiera me sentía feliz de existir, lo único en lo que pensaba era en ser útil, solo eso...

Continúo mirándolo fijamente sin poder espabilar, él aprovechó eso para seguir hablando.

-Pero desde que te conocí... Se sintió diferente, todo... Al principio solo eras una niña que era hábil y pensé en ti como una compañera de buen nivel, pero entonces... Entonces hablé contigo y las pocas frases que lograbas armar con coherencia me hicieron sentir mucho mejor que lo que los largos discursos de mi padre o las explicaciones de mi madre lograban hacerlo... Nos dejamos de ver y aún te recordaba de vez en cuando y me repetía lo que me dijiste para no perder el rumbo, nos reencontrarnos y todo cambió... De jóvenes no quise reconocerlo abiertamente pero siempre fuiste tú... Ni siquiera yo podía entenderlo pero te quería a ti,  tu eras la única que lograba pensar como yo y que entendía lo que otros no, por eso te ponía más atención, intentaba estudiarte y me enamoré de ti en el proceso. Cambiaste todo el rumbo de las cosas, me regalaste una nueva oportunidad en la vida sin saberlo y me regresaste el alma que perdí desde los 4 años, me había convertido en una máquina que trabajaba hasta no poder más, pero tu detuviste eso... Y me enamoré más de tí, y a pesar de que en mi interior me decía que tenía que guardar las distancias... La verdad es que solo quería que me vieras, empecé a querer algo exclusivamente para mí por primera vez, algo que no tuviera que compartir con nadie y cuando por fin me miraste de regreso... No pude retroceder, ahora estamos a unos meses de casarnos y a veces pienso que no te merezco, quizás tenga razón, pero aún así no quiero dejarte ir con nadie más, si no te merezco haré todo por lograr merecerte.-Se atoró nuevamente sintiendo que solo estaba diciendo cosas revueltas y sin sentido, apretó las mandíbulas bajando la mirada otra vez.-Sora lo que intento decirte... Lo que quiero que entiendas es que antes quería morir por cualquier causa y ahora me da miedo, no quiero morir lejos de ti, se que eso va en contra de todo lo que juré al volverme ninja y quizás en contra de todo por lo que he trabajado durante mi vida entera pero... Yo solo te quiero a ti, te amo Sora... Te amo desde hace muchos años y posiblemente nunca deje de hacerlo.

Sora se quedó callada por una buena cantidad de segundos, siempre supo que Itachi se sentía responsable de muchas cosas y que gran parte de su vida la dedicó a ser el mejor ninja, pero nunca creyó que lo hiciera con el propósito de morir sirviendo de algo. El saber que para él, ella significaba un nuevo inicio en la vida, puso en sus hombros una nueva responsabilidad.

La responsabilidad de ayudar a ese hombre a sanar.

-Voy a asegurarme de que cada día de tu vida te sientas agradecido por estar vivo.-Le prometió tomando su mano para entrelazar sus dedos.-No volveré a permitir que te sientas solo, vamos a ser muy felices juntos, tendremos una familia y sostendré tu mano sin importar que tan difícil pueda ser la situación.

Trago saliva sintiendo que se le cerraba la garganta, apretó los labios para no llorar y se acercó para besarlo.

-Voy a amarte hasta el final de mis días Itachi.-Le prometió al separarse, él la abrazó con fuerza y se quedaron de esa manera por una buena cantidad de tiempo.

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-Finalmente está pasando.-Dijo Toshi con un pesado suspiro mientras veía fijamente el papel entre sus manos.

-Que sorpresa, el desgraciado más deseado de la aldea decidió poner su atención en la única mujer que no le ponía atención, la mujer perfecta y ahora tendrán un maldito matrimonio feliz, con dos hijos, una casa, un perro y seguramente irán al templo cada fin de semana.-Respondió Arashi para después beber su sake de un solo trago.-Yo seré el borracho que está tirado en las puertas del templo.

Miró a lo lejos a Sora hablando con sus amigas, todas parecían emocionadas mientras leían la invitación, sobre todo Rei que por primera vez recibía una invitación en braille hecha exclusivamente para ella.

-No sé que le vió.-Murmuró Hoteho de mal humor.

-Sabes bien que le vio, yo lo sé, ellas lo saben, el cuarto hokage en paz descanse lo sabe, cualquiera que haya ido al baño con él lo sabe.

-No seas guarro.-Le reclamó fastidiado, Arashi se alzó de hombros para servirse una copa.

-¿Cómo te sientes tú, Minsu? Eras el que estaba más cerca de lograrlo, seguramente fue una patada en las bolas que mágicamente recuperara la memoria en el momento más romántico posible.

-Estoy feliz por ella.-Respondió mirándola reír a lo lejos. El resto asintió suspirando mientras aceptaban su derrota, a los pocos segundos llegó Itachi a dónde estaba Sora y puso una mano en su espalda baja acomodando su cinturón mientras parecía agregarse a la conversación con sus amigas.

-¿Ese cinturón es nuevo?-Preguntó Toshi siendo el primero en notar la pieza de joyería en la cintura de la Hyuga. Itachi señaló con un dedo una joya roja en particular provocando que todos intentarán mirar con más atención.

-Nunca lo había visto.-Respondió Hoteho frunciendo el ceño, por curiosidad, activó su Byakugan para ver el material del que estaba hecho pero al hacerlo se llevó una sorpresa que lo hizo agriar el gesto.-Ese hijo de…

Dentro de las pequeñas joyas colgantes había diferentes letras grabadas que en conjunto decían. “Señora de Uchiha”

-El desgraciado está loco, un anillo no parecía ser suficiente para mantener a todos alejados.-Se burló Arashi alzando ambas cejas, era creativo, tenía que reconocerlo.

-Ahora si se siente como una patada en las bolas.-Dijo Minsu, el resto asintió y se sirvió una copa de sake para brindar por la futura pareja.

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