SEVDA
Suspiro al encontrarme en el pasillo a Belinda con solo una camiseta, el escalofrío que eso me produce a ella le hace gracia, porque su sonrisa se agranda al verme.
—Buenos días —me saluda.
En cambio yo no la contesto, no estoy como para aguantar más falsedades. Hoy no aguanto tonterías.
—Será mejor que pases página querida —Me dice mientras mira sus uñas con superioridad. Ya cabreada le pregunto que a qué se refiere—. A mi novio. Pasa página, ¿no ves que no te quiere? Me quiere a mí Sevda.
Sus palabras se me clavan como puñales. Porque yo ya sé que no soy correspondida, no hace falta que su novia me lo diga. Soy consciente de eso.
—Solo somos amigos. No siento nada por él —digo autoconvenciendome a mi misma.
—Ah vale, ¿entonces no te importará que te diga lo bien que folla no?
—Claro que no —trago saliva con fuerza—. Me alegro por tí.
***
Subo la música al máximo mientras ando por las calles de Madrid. Hoy es un día apagado, el sol se esconde tras las nubes y el cielo amenaza con tormenta.
Y en este momento me siento como el tiempo. Siento que Belinda me eclipsa, hace que tenga ganas de estallar y gritar todo lo que siento y pienso. La diferencia entre el cielo y entre mí es que cuando la tormenta acaba, el sol vuelve y nace el arcoiris. Pero si yo hago que llueva, el sol nunca más aparecerá, y aparecerán más relámpagos, en vez del arcoiris.
Porque muchas veces lo mejor es guardar lo que sentimos y esperar a que sea el mejor momento para soltarlo. Y en demasiadas ocasiones nunca es un buen momento, y lo que sentimos acaba convirtiéndose en cenizas que nunca nadie sabe que han existido.
Y en eso consiste vivir, en unas veces estar calientes al lado del fuego y otras acabar quemándose dentro. Siempre hay dos posibles escenarios, disfrutar del calorcito, o quemarse con el fuego.
Yo me arriesgué, y me quemé. Y no quiero volver a pasar por eso. No quiero ser destruida de nuevo por la misma persona que en su día no quiso salvarme.
Pero duele, duele arriesgar y fallar, aunque también no arriesgarse. Porque si no te arriesgas ya estás perdiendo. De las dos formas pierdo.
Todo el mundo podría pensar que eso es lo peor, pero eso no es lo que más daño me ha hecho. Lo que más me ha herido ha sido saber que: o Kyle me mintió, o la quiere de verdad.
Porque de mi cabeza no se va ese día de la fiesta, cuando al subir a las habitaciones él me dijo que no era como el resto. Que él no se acuesta con cualquiera. Que no caería en las garras de Belinda. Pero lo ha hecho. Y eso me lleva a dos opciones:
Es un mentiroso y sí es como el resto, se acuesta con todas sin importarle los sentimientos.
Realmente quiere a Belinda y por eso se ha acostado con ella.
Y no sé qué prefiero, que me mienta o que la quiera y fuera verdad lo que me dijo.
—¡Mira por donde vas! —al chocar con una persona los cascos se me caen de golpe.
—Lo... lo siento —miro al hombre con el que me he dado con los ojos llorosos y su única respuesta es una mirada de desaprobación.
Mi mente está tan fuera de Madrid que no puedo seguir andando. Ni siquiera sé a dónde estoy, he ido caminando sin rumbo. Y sin siquiera ser consciente de lo que me rodeaba.
Decido que lo mejor es parar y justo en frente aparece un cartel neón que llama mi atención, por fin después de estas horas sonrío al descubrir que es una cafetería. He salido de casa sin desayunar y mi tripa lleva ya un buen rato quejándose.
Al entrar un olor a bollos y café me recibe. Me siento en la mesa más alejada de la puerta y pido un capuchino con una tostada de tomate.
Saco de mi bolso mi cuaderno y empiezo a escribir. Al menos de algo me sirve vivir estas cosas, para inspirarme.
<·······>
Cuando por la mañana te despiertan los rayos de sol entrando por la ventana sonríes y empiezas el día con energía. Es un bonito día, se avecinan cosas buenas y puedes salir con tus amigos y familia a pasear.
Pero si te despiertan los truenos y relámpagos, y las gotas de lluvia golpean tu ventana. Si pasa eso, lo primero que piensas es que no podrás salir. Que lo que tenías planeado se ha estropeado y no podrás salir a una terraza a hablar con tus amigos.
El día cambia. Cambia completamente entre sol y lluvia. Y es que todo el mundo prefiere el sol antes que la tormenta. La lluvia está bien una vez cada dos semanas, pero no todos los días.
La lluvia sirve para ponerse melancólico, ver películas bajo una manta y escuchar música.
El sol para salir, disfrutar, bañarse en la playa o piscina, pasear con tu gente.
La lluvia, cárcel de las personas.
El sol, creador de sonrisas.
<·······>
Cierro el cuaderno cuando llega el camarero con mi pedido. Le doy las gracias y observo el desayuno con atención: muffins de chocolate con un colacao.
Al escuchar mi teléfono sonar pego un brinco. Es una llamada entrante de Miriam. Dejo que suene y que se apague sin cogerlo.
Cuando ya por fin cuelga observo todas las llamadas perdidas que tengo. Todas de Kyle y de Miriam. Estaba tan absorta en mis pensamientos que ni siquiera había escuchado el teléfono. Respiro con profundidad y bajo la barra de notificaciones para leer los mensajes de Kyle.
"Te has ido de casa sin decir nada, ¿va todo bien?"
"He hablado con Miriam y no estás con ella. ¿Qué ha pasado?"
"Dice Miriam que Arthur tampoco sabe donde estás, nos estamos preocupando."
También tengo mensajes de Arthur:
"Me ha llamado Miriam, dicen que no saben dónde estás, ¿qué ha pasado?"
"¿Ha pasado algo con Kyle?"
"Llámame si necesitas algo, o dime donde estás y voy."
Entro al chat de Arthur y le mando mi ubicación, es la única persona con la que ahora mismo quiero hablar. Siempre lo ha sido Miriam, pero ahora mismo no me apetece escuchar consejos, solo quiero desahogarme, y con Arthur lo podré hacer.
***
No pasan ni quince minutos cuando Arthur entra por la puerta de la cafetería. Al verme viene con rapidez hacia mí y me abraza.
—Me había asustado Sevda —viene rápidamente a mi lado.
Hundo mi cabeza en sus hombros y suspiro, esta vez de alivio, necesitaba una muestra de cariño así.
—Cuéntame, ¿qué ha pasado? —se sienta a mi lado.
Mientras yo pienso bien qué palabras usar para contárselo, él saca el móvil. Y tras decirme que va a avisar de que está conmigo, escribe a Miriam y apaga el móvil dispuesto a escucharme.
—Cuando fuimos a la fiesta, Kyle y yo subimos a la planta de arriba. Y allí me dijo que él no se acuesta con cualquiera, como estaban haciendo la mayoría en esas habitaciones. Me dijo que no caería en las garras de Belinda, que no se acostaría con alguien a quien no ama —Él me mira serio mientras asiente, no hace falta decir más. Sabe qué quiero decir con solo eso, lo intuye —. Belinda me ha dicho que ellos se han acostado.
Suspira al escucharme y yo me llevo las manos a la cabeza. Tengo tal lío dentro de mí, que no soy capaz de pensar por mí misma. Todo da vueltas en mi cabeza como si estuviera en una atracción, y eso hace que esté a punto de vomitar. Con la diferencia de que vomitaré miles de palabras de las que luego me arrepentiré.
—¿Qué significa eso Arthur? ¿Quiere a Belinda? o ¿Se acuesta con cualquiera?
—¿Cuál prefieres que sea la respuesta?
Ante su pregunta yo me quedo callada. Eso llevo toda la mañana intentando averiguar, qué es lo que prefiero que sea, que sea un mentiroso, o que se haya enamorado de ella.
—Que se haya enamorado de ella. Prefiero que siga siendo buena persona, que no le haga daño a ella. Prefiero que no me quiera a mí y que trate bien al resto, antes de que me quiera pero haga daño a otras.
Me da la razón y llama a la camarera para que le traiga un café.
—Cuando me ha escrito Miriam lo primero que he pensado era que estabas con Kyle. Pero luego me ha dicho que ni ella ni Kyle sabían dónde estabas. Ahí he imaginado que podría haber sido para escapar de él por algo que os hubiera pasado.
—Es que te juro que no le entiendo Arthur. El otro día fuimos a la Warner, íbamos a ir los dos solos, pero la invitó. En cambio, una vez allí, intentaba huir de ella, y me prestaba más atención a mí. Además, ya van dos noches que duerme en el apartamento. ¿Por qué ese cambio repentino? ¿Cómo han cambiado sus sentimientos de un día para otro?
Niega con la cabeza sin saber qué decir. Normal, yo tampoco lo sé. Es una historia tan enrevesada y rara que no hay comentarios que hacer.
—Llevo meses enamorada de él... —al terminar la frase y mirarle me arrepiento de haberlo dicho. A veces se me olvida que es él con quien hablo, que él sí que me quiere.
—Muchas veces es tan fuerte el amor que se siente que acaba haciendo daño en el alma. Cuando el amor duele, es hora de intentar dejarlo pasar —hace una pausa para recibir el café que le traen y tras mirarlo embobado continua—, me ha costado mucho estar así contigo Sevda, pero siempre he sabido que por mí no sentías nada. Así que he estado días y días convenciéndome de que lo mejor era olvidarte. Ayudarte a conquistar a otro tío hace que sea más consciente de la realidad y que me cueste menos olvidarte. Aunque cada vez que toco cualquier parte de tu piel se me ponen los pelos de punta. Pero son sentimientos que se acaban congelando.
Muevo la cucharita del café mientras analizo todas sus palabras. Tiene razón, es hora de olvidar. Ha llegado el momento de pasar página. Me tiene que quedar claro que no siente nada por mí. Yo no puedo quedarme atada a su amor, cuando él está muy lejos de ese cabo.
—Venga, te llevo a un sitio —se levanta mientras me sonríe.
Sería todo tan fácil si estuviera enamorada de él en vez de Kyle...
***
Siento el retraso!!! Pero aquí tenéis nuevo capítulo 🥰🫶🏼