Chicas siento haberme tardado. Siento hacerles perder el hilo de la historia, de verdad lo lamento.
¡Llenamos al 4o! ¿Cuanto creen que falte para que acabe?
Capítulo dedicado a MarianneGalvez6 ❤️❤️
Capítulo 40.
"Loving can hurt, loving can hurt sometimes. But it's the only thing that I know"
(Amar puede hacer daño,
amar puede hacer daño, algunas veces. Pero es la única cosa que conozco)
- Ed Sheeran.
Sus labios estaban conectados a los míos, tanto que podía sentir el leve sabor a alcohol que emanaba de ellos. Esta petrificada, mis hombros estaban tensos y mis ojos abiertos de la sorpresa. Podía ver sus largas pestañas adornando sus párpados cerrados. Mi mente esta sofocada, el sonido estruendoso de la música atormentaban mis oídos. Sus manos frías tomaban firmemente mis mejillas. Hasta que dejo de hacerlo de una forma brusca. Parpadeé un par de veces, tratando de comprender.
El cuerpo de Zayn ahora estaba tendió en el suelo con la nariz sangrante. Miré a mi alrededor y a mi lado estaba una versión que nunca había visto de Edward. Tenía los nudillos blancos de la tensión y la fuerza ejercida en la acción que acababa de cometer. Lo miré asombrada, Edward no era de reaccionar impulsivamente, él jamás había estado en una pelea antes. Pero he de admitir, que desde su punto de vista, la situación lo amerita, pues otro chico estaba besando a su novia en sus propias narices.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos, cuando Zayn se levando de un santo y no tardo en devolverle el golpe, lanzándole un gancho derecho que impacto en el ojo izquierdo de Edward.
Solté un grito sordo de sorpresa. Todos estaban alrededor de ellos observado la pelea pero ninguno era pacas de intervenir.
Cuando Zayn tomó a Edward del cuello, y ambos se tiraron en el piso, me alarme a tal punto que me vi en la desesperada situación de meterme entre ellos.
Traté de tomar a Edward de la camisa, pero me fue propiciado un golpe en mi costilla derecha, por alguno de los dos, no estaba segura de quien había sido.
Gruñí por el dolor que me había provocado. Ellos no parecían haberse dado cuanta. Fui jalonada por la cintura hasta alejarme de la pelea, miré desesperada hacia atrás. Derek me alejo lo suficiente como para no ser agredida nuevamente y se metió en la pelea en mi lugar, ahora Liam y un chico perforado, que si no me equivoco era Nick tenían a Zayn agarrado de sus costado impidiendo que regresará a la pelea mientras Harry y Jared tenían a Edward, mi hermano estaba en medio de ambos, evitando que vuelvan a abalanzarse entre si.
-¡Eres una sucia perra! De seguro te le insinuaste- me voltee en busca del escándalo y al hacerlo Perrie me lanzó un vaso de alcohol en la cara.
Di tres pasos hacia atrás sorprendía por tal acto. Perrie me miraba sorprendida, con lagrimas en lo ojos. Todos estaban atentos con las miradas puestas en ambas.
-Rastrera- escupió antes de salir corriendo.
Estaba anonada con mi pecho subiendo y bajando con tanta rapidez que dolía. Busqué a Alice con la mirada pero no la conseguí.
-¡Los problemáticos fuera de mi casa!- el chico rubio propietario de la casa que no había visto en toda la noche ahora estaba aquí.
Niall, estaba sin camisa con el cabello desordenado, su apariencia no ayudaba a la situación tensa que se había formado, pero su tono autoritario hizo callar a todos en la sala. Niall nos echó de su casa a Zayn, Edward, Derek y a mi.
El viendo gélido hizo que la piel se me erizara al salir de la casa. Eran las dos de la mañana y el frío era insoportable, mas aun si vestías con vestido corto y empapado. Edward se sentó abatido y con los hombros encogidos en la acerca, seguido por Derek y luego Zayn. Me quedé parada contemplando la situación, Edward tenía un moretón en su pómulo derecho, junto con otro en su ojo. Zayn tenía un corte en su ceja derecha, su nariz había dejado de sangrar, pero en su lugar, tenía una mancha de sangre seca. Aunque Derek había intervenido al final, su labio estaba roto. Al final, me senté junto a este. Sintiéndome derrotada, temiendo a lo que podría venir después.
Temblaba de frío, Derek se quitó su suéter y me lo paso por los hombros, le agradecí el gesto con una sonrisa. Era tan irónico, los cuatro ahora estamos allí, sentados hombro con hombro. Me pregunto si ellos también estarán meditando acerca de lo que había pasado.
Edward fue el primero en levantarse, limpiando su manos en sus pantalones. Sus moretones y heridas se habían intensificado. Tragué fuerte cuando nuestras miradas conectaron, sus ojos estaban rojos y las fracciones de sus rostro estaba contraídas. Sentía como si bolas de algodón taparan mis oídos.
-Hablaremos después- fue lo único que dijo, fue lo único que escuché salir de sus labios antes de darme y la espalda y marcharse.
Entonces, en ese instante la realidad me golpeó. El tono de voz que había usado lo decía todo, tal vez ya no habría un después, tal ves ya no habría un nosotros después de esto.
Me sentí rastrera justo como Perrie me había llamado. Le mentí a Edward, le oculté la verdad y ahora se había enterado de todo de la peor manera posible. ¿Cómo es que habíamos llegado a este punto? De mentir con descaro y de cometer errores que pueden herirnos, cuando en el pasado no había ninguno secreto entre ambos, no había nada que ocultar, no había nada por lo que mentir. Ahora esa estrecha relación estaba en peligro o quizás ya era demasiado tarde. Jamás volveríamos a ser los mejores amigos con un amor inocente, habían ocurrido tantas casas, habíamos hecho tantas cosas, habíamos dicho tantas cosas que ahora nada seria igual. Pero yo no estaba dispuesta a que acabara así.
Me levanté de un salto que casi me propinó una caída, quité mis tacones bruscamente y corrí tras él, tras mi amigo, mi novio...
-¡Espera!- grité sin aliento.
Edward se giró hacia mi de forma violenta.
-¿Qué?- bramó.
-Yo...- las palabras se habían quedado atragantadas en mi garganta- No quería que te enteraras así.
-¿No?- rió irónico- ¿Entonces como?
Tragué saliva nerviosa.
-No espera- hizo un ademán con su mano- No tenias intención de decirme ¿no es así, __________?
-De verdad no quería hacerte daño- susurré al borde del quebranto.
-Solo dime una cosa- respiró y exhaló sonoramente- ¿Cuando lo besaste anteriormente, éramos novios?
Mordí el interior de mis cachetes. ¿De verdad me haría decir eso?
-Edward- rogué.
-Dime- susurro lento pero peligrosamente.
No contesté, no quería hacerlo.
-¡Dime!- gritó tan alto que mi cuerpo entero se estremeció.
No sabía que había empezado a llorar hasta que una lagrima corrió por mi mejilla deslizándose por mi cuello.
-No tienes derecho a gritarle- escuché a mis espalda, su voz sonó como una amenaza. Era Zayn, lo sabía no era necesario que me girara para comprobar.
-Tú no te metas- respondió Edward agresivamente con los dientes apretados.
Sentí unas manos en mi hombro. Derek. Los ojos de Edward pasaron desde Zayn hasta Derek, nunca había visto tanto odio en su mirada. Por ultimo se detuvo en mi, no parecía odiarme, parecía dolido.
Sólo logró hacerme sentir peor.
-Adiós- susurro sis despegar sus ojos de mi, apretó su mandíbula. Nuevas lagrimas corrieron por mis ojos.
Traté de seguirlo, pero Derek me detuvo.
-No es el momento- susurró en mi oído.
Me giré y lo abracé con todas mas fuerzas que tenía.
-Llévame a casa- rogué.
-Claro pequeña.
Derek me hizo avanzar gentilmente, no tenía idea de como nos iríamos puesto a que él no poseía auto, pero de igual manera no me importaba.
-¿Te irás con él?- exclamó Zayn a mis espaldas.
-¿Acaso te importa?
-Lo acabas te conocer, __________- suspiró- Se un poco consciente.
-Lo soy- le dije con altruismo- Soy lo suficiente consciente como para confiar mas en él que en ti.
Las facciones de Zayn se alteraron, parecía claramente sorprendido. Seguí mi paso junto a Derek y nos marchamos en un auto rentado.
-¿No es muy costoso rentar un auto?- pregunté con el ceño fruncido.
Derek se encogió de hombros y luego sonrío.
-Me lo rento el tío de mi novia, él vive aquí, así que no es tanto.
-¿Cuando la conoceré?- pregunté enderezándome en mi asiento.
Derek me miró con un destello en sus ojos, la idea pareció agradarle.
-Me gustaría llevarte a los Ángeles, conocerías a Rachel y a Amy.
Amy, mi pequeña hermana ¿cómo será?
-Eso seria maravilloso ¿cómo es Amy?- no pude contener las ganas de preguntar.
-Aunque no lo creas, al mirarte a ti y al recordarla a ella me he dado cuenta que ha sacado mucho de ti.
Sentí un cosquilleo en el estomago.
-Es hermosa _________, al igual que tu al igual que debe de serlo Katie.
-¡Me muero porque conozcas a Katie!- exclamé entusiasta recordando repetidamente a mi hermana.
-¿Ella ya lo sabe?
-No- dije mirando mis uñas.
-¿Crees que ella quiera hablar con nuestro padre?- me miró esperanzado.
-Es lo mas probable- admití.
Hubo una larga pausa entre los dos, hasta que Derek volvió a tomar la palabra.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Por su puesto.
-¿Por qué no perdonaste a nuestro padre?
Quedé helada, sintiendo tensión en mi cuerpo de la cabeza a la punta de mis pies.
-No podía hacerlo- susurré- Si lo hacía estaría traicionando una parte de mi. La parte que sufrió, que aunque sabía que se había marchado para no volver aun se aferraba a él. Mi fe.
Derek no respondió, lo que me dio la libertad de seguir hablando.
-Me dolió en lo mas profundo de mi ser cada una de las frías palabras que le dije, pero tenía que hacerlo, tenía que dejar salir los demonios que atormentaban mi niñez. Derek desde que lo vi me siento la misma niña vulnerable de doce años. He actuado inadecuadamente, he mentido y ahora estoy sufriendo de nuevo. Cada vez me estoy perdiendo mas, hundiéndome en mi propio ser. Aveces no me conozco, no se quien soy. Es como si estuviera perdida:
Mi garganta ardía y mi ojos empezaban a escocer, abracé mi cuerpo arrepentida, por dejarme llevar y exponerme, me sentía desnuda, incapaz.
-Las cargas mas grandes son para las personas mas fuertes- me sonrió dulcemente-, nunca dejes de creer en ti y en lo que eres capaz de hacer. Tu vida fue marcada, pero no permitas que el odio abrume tu corazón, ni que la desesperación te nuble la vista. Quítate la venda de los ojos y concédete a ti misma creer. Deja ir todo lo malo, todo rencor y dolor de esa manera estarás en paz.
-No puedo- mi voz estaba ahogada, sentí mi garganta desgarrada.
-Si puedes y lo harás. No desesperes si ahora no sabes la respuesta de algo mañana lo sabrás. Se que encontraras la manera de solucionarlo.
-¿Cómo puedes estar tan seguro? ¿Cómo puede creer en mi, si ni siquiera me conoces bien?
-Eres mi hermana. Simplemente tengo una corazonada. Abre los ojos y cambia el enfoque de tu vida hasta que le encuentres el sentido. Para mi no todo ha sido fácil, si eso es lo que has pensado durante todo este tiempo.
-Tienes las palabras adecuadas para todo ¿cómo es posible?
-He practicado, he soñado con la oportunidad de tomar el roll de hermano mayor, en momentos de crisis adolescente.
Ríe golpeando su hombro.
-Gracias- dije con sinceridad.
Derek le dio un rápido vistazo al espejo retrovisor, entornado los ojos para mirar mejor en la oscuridad.
-Creo que nos estaban siguiendo- dijo con el ceño fruncido.
-¿Qué?- sonreí con ironía, imaginando que era alguna broma suya.
Descarté la idea al mirar en la dirección que él lo hacía. No era un auto el que venía tras nosotros, solo tenía un faro de luz, lo que significaba que debía ser una motocicleta.
Me tensé ante la posible idea de saber quien podría ser.
Derek aminoró la velocidad y volvió a mirar, esa vez con más atención al susodicho de la motocicleta.
-Es el chico de la fiesta- afirmó lo que no quería escuchar- El que te besó.
Me mantuve el silencio durante el resto del camino, mirando con disimulo el espejo retrovisor, Zayn siguió allí. Cuando Derek aceleraba el auto Zayn también lo hacía, cuando Derek aminoraba la velocidad Zayn repetía el acto. No se que intenta, ¿es que ya no tuvo suficiente?
Derek aparcó el auto frente a mi casa, apagando las luces de este.
-Lo más prudente será que no bajes del auto, desde aquí no me ocurrirá nada- aseguré, recordando él echo de lo sensible que se ponía mi madre al verlo.
-Esta bien- asintió- ¿Te veré luego?
-Claro que si- me acerqué a él, y le abracé- Nos vemos, hermano.
-Nos vemos hermanita- me sonrió de oreja a oreja.
Bajé del auto, sintiendo como el frío me erizaba la piel. Estaba echa un desastre, mis pies estaban negros de tanta suciedad de la calle por consecuencia de andar descalza, toda mi ropa estaba húmeda con un fuerte olor a vodka. Corrí hasta la puerta principal al momento que escuche el rugiente motor de la motocicleta de Zayn a mis espaldas. Una vez adentro, corrí hasta mi cuarto, no iba a hablar con Zayn, no después de lo que hizo.
-¡Espera!- Zayn corrió lo suficientemente rápido como para tomarme del antebrazo justo antes de cerrar.
-Suéltame- zarandeé mi brazo con brusquedad, pero Zayn no se inmutó.
-Siento lo que sucedió.
-¡No! no lo sientes- bramé furiosa.
Golpeé su pecho recordando todo lo sucedido, lo que había hecho y todos los problemas que me trajo. Seguí golpeando con furia, mis nudillos ardían. Zayn me tomó de la muñecas inmovilizándolas, su respiración era irregular y su mirada destellaba ira.
-Tienes razón- susurró- No lo siento, el idiota de tu novio lo tenía más que merecido.
-¿Por qué?- dije derrotada- ¿Por qué lo has hecho?
Zayn apretó la mandíbula, saltando mis muñecas.
-No lo se.
Lo miré incrédula ¿cómo no podía saberlo?
-Los gritos de seguro llegan hasta los vecinos- la voz de mi madre me sobresalto, ella se encontraba parada en el marco de su puerta- ¿Qué está pasando?
-Nada mamá.
-¿Por qué te esta sangrando la nariz Zayn?- dijo mi madre con notoria alteración en su voz.
Zayn se llevó sus dedos con desconcierto hasta la zona afectada, efectivamente estaba sangrando.
-Un pequeño problema- respondió Zayn con desinterés.
-¡¿Un pequeño problema?!
Mi madre se llevó las manos a su frente, estaba histérica.
-____________, estas bañada en alcohol- sus ojos casi se salen de sus órbitas- O me explican que es lo que les paso o me veré obligada a tomar medidas drásticas, ustedes deciden.
Zayn suspiro pesadamente.
-El novio de _________, me golpeó.
-¿Edward te ha hecho eso?- mi madre parecía anonada, luego me miro en busca de una explicación.
-No es lo que parece, Zayn se lo ha buscado- contraataqué.
-Besé a su hija señora Karen, y su noviecito me ha dado una paliza, pero no me importa, él ha quedado peor.
Nunca me imaginé que Zayn admitiría haberme besado frente a mi madre. La miré asustada en espera de su reacción.
-¿Cómo?- dijo mi madre casi sin aliento.
-Fue por mi ritual de iniciación, solo eso- volvió a decir Zayn, esta vez dando se la vuelta y entrando a su cuarto- Buenas noches.
Pronunció antes de cerrar la puerta.
-Aun no entiendo como es que tu terminaste así- mamá se volvió hacia mi.
-Perrie me tiró su bebida, iré a dormir mamá.
Me tumbé en la cama sin importar lo húmeda que aun sequía mi ropa.
Mire mi teléfono que vislumbraba una foto de Edward junto a mi. Espiré hondo parpadeado un par de veces impidiendo que las lagrimas inundaran mi rostro.
Usted tiene tres llamadas perdidas de Alice
Usted tiene dos mensajes de Alice
ALICE: Te me has perdido.
ALICE: Donde estas????
ALICE: Contesta mis llamadas, joder.
__________: Hablaremos mañana.
Contesté para luego mirar entre mis contactos hasta encontrar a Edward. Vacilé unos momentos hasta que estuve decidida, en estos momentos me importaba mas saber si Edward había llegado bien a casa, tomando en cuenta su estado de embriaguez.
Edward esta en línea.
_________: Estas ahí?
_________: Se que estas ahí, Edward estas en línea.
Edward se ha desconectado.
Bufé enterando mi cabeza en la almohada y soltando un gran grito de frustración.
Tenía miedo. Miedo de que no quisiera volver a hablarme nunca mas. Miedo de haber echado a la basura once años de amistad. Tenía miedo sí, miedo de perderlo.
***
Ya era lunes por la mañana, mi primera clase era nada mas y nada menos que cálculo, clase que compartía con Edward, pero él no estaba aquí. Durante el fin de semana no había tenido respuesta alguna de él, su teléfono me envía directo al buzón, y no tenía el suficiente valor de ir a su casa. Esperaba verlo aquí, asegurarme por mi misma de que se encontraba bien, al menos en los parámetros de salud. Pero no estaba aquí. Tampoco le había contratado a Alice. Y yo ya empezaba a delirar.
Camine a la cafetería discretamente, algunos personas me miraban fijamente al pasar, mientras otras susurraban palabras inaudibles para mi. He de imaginar que estuvieron en la fiesta y recuerdan perfectamente lo sucedido.
-¿Por qué no llamas a Marie?- preguntó Alice- Es su madre, ella debe saber que esta sucediendo con él.
-Lo haré- respondí con un hilo en la voz.
Me sentía tan débil, era como si toda la energía hubiera abandonado mi cuerpo. Marqué lentamente el número de Marie, y esperé pacientemente a que respondiera, pero no lo hice.
-No responde.
-Vuelve a marcar- me alentó Alice.
Hice caso a su propuesta, y volví a marcar. Mi pie izquierdo empezó a moverse de arriba a abajo con rapidez, por la ansiedad que crecía en mi.
-¿Hola?- respondió Marie con voz cansada.
-Marie, ¿como estas?- traté de sonar calmada, pero creo que estaba fracasando.
-___________, estoy en el hospital- informó.
-¿Qué?- dije asustada- ¿Pero que te paso?
-Oh no- trató de explicarse- No soy yo, es Edward.
Todo mi cuerpo se congeló.
-¿Edward?
-No sabemos muy bien lo que le ha pasado, Melissa lo encontró inconsciente ayer su cuarto- se explicó con la voz quebrada.
-Ya voy para allá- respondí rápidamente, calcando el teléfono.
-Edward esta en el hospital- le anuncié a Alice, mientras me sentía sofocada.
Corrí fuera del instituto lo más rápido que puedo las lagrimas ya cubrían mis ojos. Y no podía dejar de pensar que todo esto era mi culpa.