"Camila Cabello favor de pasar a la sala del director, su madre la espera"
Todo el salón miró a Camila y se escucharon unos bajos "Uuuhh". Ella frunció el ceño hacia el grupito del coro y callaron al segundo.
La maestra le señaló con la mano que ya podía irse, gesto que Camila ignoró y se levantó elegantemente con su caro bolso en una mano y su iPhone en la otra.
Salió del salón cuan diva, meneando su corta falta negra y su alta coleta obscura con bellos rizos, sabiendo que todo el salón la veía mientras se les caía la baba.
***
-¿QUE? -gritó Camila. Puso su mano con su reciente manicura en su pecho delicadamente mientras abrió su boca con incredulidad y levantó una de sus cejas perfectamente delineadas.
-Vas a ir Karla Camila, quieras o no. -dice su madre firmemente.
-¡No! ¡Me niego rotundamente! -dice Camila que ya siente que se va a desmayar con la noticia. Pasa que por las malas calificaciones y la mala conducta de ella, de castigo la mandaran a vivir por unas semanas a la granja de un amigo ganadero de su padre mientras ellos salen a un extenso viaje de negocios, para que aprenda a trabajar, ser más responsable y sepa más de la vida que estar en el celular.
-Ay hija, ¿Tan siquiera sabes que significa "Rotundamente'? -pregunta su madre burlonamente desde el marco de la puerta. Descruza sus brazos y señala una de las mil maletas rosas de Camila en un mandato silencioso de que se ponga a empacar. Camila gruñe y se cruza de brazos.
-¡No! ¡No pueden hacerme esto! ¡Soy su hija! -comienza a gritar desesperadamente. Se sienta bruscamentente en su gran cama matrimonial con sus brazos cruzados y la cara roja de enojo.
-Si podemos y lo hacemos porque te queremos. Ahora alista esas maletas que nos vamos en 3 horas.
-¿Y si no? -continua retándola con voz de niña creída.
-Así te meto al carro con lo que llevas puesto. -dijo y se dio la vuelta para irse por el pasillo. Camila toma con fuerza una almohada y la lanza hacia el pasillo con coraje. Toma otra con más fuerza y se la pone en la cara para gritar con todas sus ganas.
1.- porque la mandaran a una asquerosa granja.
2.- porque su mamá no cerró la puerta.
Después de cerrar la puerta de un portazo, se dedicó a hacer las maletas tirando su costosa ropa con furia dentro de ella e imitando a su madre con voz chillona.
.........
Ya son las 8:30 pm y Camila baja del auto, aun enojada y azota la puerta. Su padre la mira con las cejas fruncidas y ella sarcásticamente abre la puerta de nuevo y la cierra lo más delicado posible.
Su padre suelta un suspiro profundo y le explica bien como funcionan las cosas ahí, la advierte sobre los vaqueritos volados y le manda instrucciones, se despiden de beso y su madre, aunque no lo aparente, le da la bendición, la abraza fuerte y se despiden de beso, mientras que su padre apura a su mujer porque no quiere que se les haga tarde para llegar al aeropuerto.
El auto se marcha y Camila se quita sus costosos lentes de sol y los acomoda en su blusa de tela fina. Ya esta obscuro y levanta una ceja, tratando de visualizar bien el lugar.
Ella sinceramente se imaginaba otra cosa. Los amigos de su padre suelen ser ricos y ella se imaginaba una enorme granja con muchas flores, caballos bonitos y pequeños pollitos paseando frente una gran casa color blanco y muchos árboles alrededor.
Lo único que tenía de eso, era lo grande, y estaba lleno de lodo, tractores sucios y vallas rotas tiradas por ahí. La casa era café despintada y tenía lodo a los costados. Por lo menos era grande, a si tan solo se encerraba en una habitación y ya no salía hasta que pasaran las 6 semanas.
Casi sintió que se mareaba al ver el lugar donde se alojaban los cerdos y se agarró del pequeño barandal que la guiaba a la casa. Lo sintió húmedo y reprimió una arcada.
Dio el primer paso y su tacón se enterró un poco en el lodo.
-¡No puede ser posible! ¡Uuugh! -gritó con enojo y se tomó la cabeza en un acto de desesperación y coraje.
A lo lejos se escuchó una voz muy dulce de mujer "¿Hay alguien ahí?"
Camila se asustó un poco. No respondió y comenzó a caminar lentamente y con enojo por la tierra húmeda hasta la casa. De la nada se le dobló un pie y perdió el equilibrio, cayendo al suelo, en la parte más húmeda.
Cerró los ojos con todas sus fuerzas y reprimió el grito de coraje más fuerte de la historia. El lodo se salpicó por toda su blusa blanca y sus pantalones azul claro. Levantó la cabeza al cielo y pensó "¿Porqué a mi?"
-¡Hey! -levantó la mirada y vio a una chica de mas o menos su edad. Llevaba un overol sucio desabotonado con una camisa a cuadros y el pelo suelto. Muy bonita a decir verdad, pero se vería mejor con otra ropa. -¿Estas bien? Llamé pero nadie contestó.
Camila solo murmuró groserías y gruño bajo mientras se trataba de limpiar las manos.
-Disculpa, no te escuche...Um, ¿necesitas ayuda? -dijo la ojiverde con amabilidad. La verdad es que a Lauren se le había hecho muy bonita la chica enlodada, debe ser la chica rica de ciudad de la que fue informa hacia unos momentos. No había pensado que fuera tan hermosa.
Camila levantó la cabeza y asintió un poco molesta. Le iba a dar la mano pero rápido la quitó. -Mmh, estoy toda sucia, te mancharé.
-No puedo estar más sucia. -dijo Lauren soltando unas risitas. Camila se mordió la mejilla para no sonreír. -Anda, deja que te ayude.
Lauren la tomó de la mano y se paro. Ahora estaban más cerca y Camila la detalló más. En realidad era muy bonita, tenía unos ojos esmeraldas preciosos, los mejores que había visto. Tenía unas pequitas muy tiernas y su nariz era muy bonita también. Bajó la vista a sus labios. Como pudo notar no traía labial a si que sus labios eran rosa natural, eran gruesos y estaban un poco húmedos. Aparte de que tenía un muy bonito acento de campo y su cuerpo de marcaba muy bien en ese overol. Se preguntó como se vería en lencería.
No supo cuanto tiempo se la estuvo comiendo con la mirada hasta que vio como la cara de la ojiverde se tornaba un poco roja, ni tampoco se percato de que habían quedado a menos de 15 centímetros de distancia.
-¿Qué? -preguntó Lauren un poco intimidada. Camila estaba más alta por sus tacones y ella se vio extremadamente tierna.
-Nada, que eres muy bonita. -dijo Camila mirándola a los ojos. Se mordió el labio y vio como se sonrojaba de nuevo. -¿No ibas a ayudarme?
-Oh, sí, hm. -Lauren rápidamente se movió un poco torpe y tomó las dos maletas. Vaya, parecía que traía piedras en vez de ropa. Comenzaron a caminar hasta entrar a la casa y de un pequeño empujón se abrió la puerta junto con el mosquitero.
Camila miraba de reojo a Lauren y veía como estaba roja. No sabía si todavía por el cumplido que le dio o porque sus maletas realmente estaban pesadas.
Estaba sumida en sus pensamientos calientes sobre la hermosa ojiverde hasta que vio una mano muy grande posarse frente a ella. Reaccionó y automáticamente estrechó su delicada mano contra aquella grande y tosca.
-Tu debes ser Camila. -dijo el señor, que como pudo ver, le faltaba un diente frontal. Camila asintió y sonrió educadamente.
-Bienvenida hija, Lauren te guiará a su habitación, -"¿Su?"-, y ella será quien te enseñará en tu estadía. -dijo ahora sonriendo. -Pórtate bien Lolo.-Añadió guiñando un ojo pícaramente a aquella ojiverde ahora más sonrojada.
-Gracias señor. -dijo Camila intrigada. Desenlazaron sus manos y Camila se volteó hacia Lauren quien ya había comenzado a subir las escaleras.
-A si que, Lauren... -dijo Camila con un tono pícaro sin querer queriendo.
-Camila... -contestó en el mismo tono. No pudo ver su cara porque estaba volteada subiendo, probablemente estaba sonrojada. Pero tenía una buena vista de su trasero, el cuál se veía muy bien. Firme, apretadito y bien trabajado. Volteó y vió que el señor ya no estaba y se permitió darse un poquito de diversión.
Comenzó a subir y golpeó su tacón, creando efecto e hizo como si se cayera. Lanzó uno de sus brazos hacia enfrente y estrujó la nalga derecha de Lauren. Escuchó como soltó un jadeo de sorpresa.
-Oh Dios Lauren, lo siento. -fingió. Lauren se dio vuelta y como supuso, estaba muy sonrojada, mucho más que antes y le sonrió tímidamente.
-No te preocupes. -dijo penosamente. -Tal vez deberías de dejar usar esos zapatos, no son aptos para estos lugares. "Pero para otros lugares sí" Pensó fantaseando Camila.
-Probablemente tienes razón, Lolo. -Ni siquiera se molestó en voltear, ya sabía que ella seguía siendo un tomate andante. Pensó que tal vez ya estaba bueno de estar avergonzando a Lauren.
Subieron y entraron a una habitación que tenía 2 camas individuales, 1 mueble con libros y 2 muebles con cajones para ropa. El cuarto era blanco con cortinas azules y los muebles color café. Acogedor. Lauren le señaló donde podía acomodar sus cosas y cual era su cama.
Camila se tiró de espaldas a la cama y cerró sus ojos. Había sido un día agotador y eso que no era nada aún. Abrió de nuevo sus ojos al escuchar un sonido de un zipper. Volteó y vio como Lauren bajaba la cremallera de su overol. Lo dejó a lo alto de su cintura y comenzó a desabotonar su camisa. Camila abrió mucho los ojos. De repente comenzó a hacer calor ¿O era solo ella?
Terminó de desabotonarla y se la sacó. Camila vio como sus músculos tensos de sus hombros, brazos y estómago se movían mientras se la quitó y se le secó la boca.
No era fácil tener la hermosa ojiverde con el overol hasta la cintura y un sujetador negro que abrazaba perfectamente bien sus preciosos pechos sin querer lanzarsele encima. Siguió bajando su mirada, comiéndosela completamente y Lauren se sacó los botines con sus propios pies.
Lauren puso sus manos en la cintura del overol para sacarlo y de la nada volteó y se percató de Camila quien casi parecía que iba a saltar encima de ella. Pareció apenada de nuevo y el color ya conocido volvió a adornar sus mejillas de nuevo.
-Emmm, iré a tomar un baño, ¿o quieres tu primero? -dijo Lauren evitando la mirada intensa de Camila.
-Tú primero -dice Camila mordiendo su labio inferior y viéndola de arriba a abajo. Esta preciosa chica tenía que ser suya.
Lauren asintió aún avergonzada y se metió al cuarto de baño sin terminar de sacar su overol. "Rayos" pensó Camila.
20 minutos después salió Lauren con el cabello húmedo, una camiseta grande blanca y un pequeño bóxer negro apretado.
A Camila casi se le cae la mandíbula de lo preciosa que lucía. Parecía un ángel precioso con cabello húmedo y al parecer muy bien equipada...
"Esperen, ¿Qué?"
Lauren terminó se secarse el cabello y dejó la pequeña toalla en una silla.
Se sentó en la cama enfrente de Camila y le señaló el baño un poco tímida. Camila le sonrió y se levantó con sus cosas de la cama. Palmeó el hombro de la ojiverde al pasar y se metió al baño.
Se tomó su tiempo, dejando que al agua caliente relajara sus músculos. Realmente había sido un largo día. Y aun quedaba investigar si era real lo que acababa de ver.
***
Días después de mucho lodo, estiércol y tierra, Camila se las arregló e investigó con algunos granjeros sobre sus dudas, obviamente a escondidas de Lauren. Era fácil ya que la ingenua Lauren siempre creía las mentiras de Camila y eso la hacia mucho más tierna y su misión muy fácil.
Era de noche y después de bañarse Lauren se encontraba tratando de arreglar la cama que Camila rompió "accidentalmente" mientras ella se mordía el labio inferior viendo detenidamente como los músculos fuertes por trabajo duro de Lauren se tensaban y se flexionaban tratando de arreglar lo irreparable. "Esta vez te luciste Camila" pensó para ella misma.
-Uh Camz, creo que esta muy rota, tendré que arreglarla mañana -dijo Lauren con confusión y rascándose la nuca. Se veía tan tierna. Y aun más llamándola por el apodo que inventó y que en algún momento se le salió de la nada enfrente de Camila. Obviamente se puso rojísima y Camila casi se muere de ternura por su error. Acordaron en llamarse entre ellas Camz y Lolo para que ya no pasara más vergüenzas, o bueno, para que ella ya no pasara más vergüenzas.
-Que lástima, -dijo Camila con pena fingida. -, ¿y en donde dormiré?
-Duerme en mi cama, yo me arreglaré en el suelo -dijo la ojiverde parándose para ir por tendidos. Camila se levantó rápidamente de la cama y la detuvo.
-No, no, no, trabajaste mucho hoy, mereces descansar bien -dijo apresuradamente y con doble sentido.
-Pero, ¿y tú?
-Dormimos juntas -dijo Camila sonriendo pícaramente hacia ella y acariciándole un brazo descubierto por su camisa sin mangas. Lauren ahora estaba más alta ya que Camila estaba descalza.
-¿En verdad? -preguntó rápidamente y sus ojos brillando. Camila se la quiso comer entera de la ternura. Lo que tenía casi segura es que se la tenia que comer esta noche de otra manera.
-Sí, sí, bueno, siempre y cuando tu estés de acuerdo...
-Sísisisi -Camila ríe y le da un beso en la mejilla, Lauren se sonroja un poco y pronto van a preparar la cama. Minutos después ambas se acuestan en la cama y Camila se acerca a Lauren inocentemente.
-Lolo, ¿Te puedo abrazar?
-Um, sí claro -dice dudosa. Camila se acerca a más y la rodea con un brazo por su cintura y una pierna justo encima de su entrepierna, cubierta nada más por un bóxer negro muy ceñido. Lauren casi tembló al instante y trato de parecer indiferente, pero Camila lo notó y sonrió para sí misma.
Continuaron más minutos así y Lauren regula un poco su respiración, pero no dura ya que Camila comienza a acariciarla tentadoramente.
La ojiverde tragó saliva mientras las caricias de Camila la hacen sentir cosas que no debería.
Cerró sus ojos y se permitió dormir para descansar de una buena vez, pero abrió sus ojos de nuevo en sorpresa cuando la mano de la morena descendió más de lo indebido y adentró sus dedos en el bóxer. Se quedaron unos segundos así y Lauren comenzó a sentir cosquillitas en su vientre y miembro. La mano de Camila se adentró un poco más, aún cautelosa pero decidida.
La respiración de Lauren se hizo más rápida y jadeó cuando finalmente Camila cogió su miembro aun dormidito es su mano. Comenzó a acariciarlo un poco y en unos segundos siente como se va endureciendo poco a poco. Se levanta un poco, dispuesta a bajarle la molesta prenda pero Lauren se sienta también, deteniéndola.
-Camila, ¿Q-qué estas haciendo? -dice Lauren con voz temblorosa. Los ojos verdes adorables e inocentes miran a la morena exaltados pero con cierta dilatación que hace que Camila sienta un poco de alivio.
-Algo que deseamos las dos, y no te hagas Lauren, se que tu también me deseas. -dice Camila sensualmente mientras se sienta a horcajadas en su regazo. Sin poder evitarlo, el miembro de Lauren endurece más y la ojiverde suspira ante la excitación.
-Vamos, dilo. -dice Camila firmemente demasiado cerca de sus labios. Humedece los suyos con su lengua y coloca sus manos en su cuello, tentándola. Lauren asiente intimidada y humedece sus labios también. Cierra sus ojos esperando que la morena junte sus labios con los suyos pero siente nada. Vuelve a abrirlos y casi jadea al ver la cantidad de lujuria que emiten esos grandes ojos marrones hacia ella.
-Quiero oírte decirlo... -dice Camila, depositando un pequeño beso en su mejilla y hace un caminito de besos hasta la comisura de sus labios. Están casi rosándose y lo hacen cuando Lauren por fin habla con la respiración agitada.
-Te deseo... -dice en un susurro bajo cargado de lujuria y eso fue todo la que la morena perdiera la cordura. Camila no perdió ni un segundo y rápidamente juntó sus ansiosos labios con los de la ojiverde. La besó con pasión y sensualidad, profundamente y sin permiso alguno adentró su lengua en la boca caliente de Lauren. La ojiverde gimió bajo y dejándose llevar colocó sus manos en su cintura y la presionó hacia delante. Camila jadeó y empujó sus caderas hacia enfrente, causando que Lauren suspirara.
Lauren rápidamente sacó la pequeña blusa de Camila y sus ojos se ensanchan cuando ve que no trae sujetador. Camila sonríe triunfalmente y deja un pequeño beso en sus labios para después sacar la de Lauren.
Sus ojos brillan al ver aquel cuerpo pálido tonificado. Sus pechos, sus brazos, su abdominales... De repente siente la urgencia de pasar la lengua por todo su cuerpo una y otra vez. Y lo hace.
Se acercó más a ella y la empujó amablemente hacia abajo y no tardó en posar sus labios en sus clavículas marcadas. Dejó unos pequeños besitos y lamió haciendo que Lauren suspirara y colocara una de sus manos en su cabeza, alentándola y Camila encantada continuó.
Bajó aún más y cada vez que bajaba, Lauren suspiraba y sus párpados revoloteaban. Tenía sus mejillas sonrojadas y sus cejas se fruncían y se hacían hacia arriba. Se veía tan terriblemente tierna que tan solo quería subir y besarla toda la noche pero a la vez se veía tan malditamente sexy que quería follarla y montarla toda la noche.
Al primer contactó con uno de sus pechos, Lauren suspiró ruidosamente y Camila solo se excitó más. Estaba segura de que sus fluidos ya habían transpasado sus bragas. Y por no decir que la erección de Lauren estaba tan dura y firme que se presionaba deliciosamente contra su centro e incluso su trasero estaba un poco elevado por la presión que ejercía su erección. No podía esperar a que ese delicioso miembro estuviera dentro de ella.
Siempre le dijeron que los vaqueros daban el mejor sexo.
Repartió besos húmedos por su pecho izquierdo alrededor de su pezón, pero nunca tocándolo, queriendo hacer más tensión. Su pezón ahora era un tono más obscuro y se veía tan erguido que Camila no soportó y se lo llevó a la boca, probando su dulce sabor.
Lauren gimió ahogadamente y apretó un poco su cabello. Camila no podía estar más excitada. Succionó un poco y suavemente mordió. Lauren gimió más fuerte y empujó sus caderas bruscamente, haciendo gemir a Camila por la fricción.
Hizo lo mismo en su otro pecho mientras masajeaba el otro apasionadamente con su mano. Lauren echó su cabeza hacia atrás y empezó a mover sus caderas inconscientemente. Se le plantó la idea de que Lauren tal vez era virgen o que tenía poca experiencia, ya que sus reacciones eran muy pasionales y fuertes. Ahora quería mostrarle todas sus habilidades esta misma noche pero iba a ir paso por paso.
Pero pronto sus pensamientos se descartaron cuando en un abrir y cerrar de ojos Lauren la tomó de la cintura y la volteó, quedando en su espalda y Lauren acomodada entre sus piernas.
Se inclinó y al ver sus ojos verdes cerrarse ella cerró los suyos y en menos de un segundo sintió sus suaves labios chocar con los suyos. La besó profundamente, sus lenguas bailando al unísono y sus cabezas inclinándose para hacer el beso más profundo.
Como eran simples humanas y necesitaban aire, Lauren se separó casi jadeando y tomó un poco de aire. Justo cuando Camila se iba a inclinar para besarla de nuevo, la ojiverde se fue directo a su cuello.
Lamió un par de veces con toda la extensión de su lengua, arrancándole suaves gemidos a Camila y dejó besos húmedos muy candentes por todo su cuello y succionaba poco.
El centro de Camila palpitaba fuertemente y necesitaba desesperadamente un alivio, pero casi lo olvidó cuando sintió una fuerte succión en su cuello seguida de una pequeña mordida.
Gimió alto de dolor y placer y suspiró cuando Lauren pasó su lengua calmando su dolor.
Sus labios subieron tentadores y tiró un poco de su lóbulo antes de hablar.
-Quiero dejarte mi marca...He visto como te miran, crees que no me doy cuenta pero lo hago y cada vez que lo hacían me daban más ganas de hacerte mía. -Dijo en su oído con su voz muy ronca y condenadamente sexy. Su respiración estaba agitada y eso solo hizo que Camila se retorciera de placer e impaciencia.
-Haz-Hazme tuya, Lauren... -dijo Camila con la respiración muy acelerada. La tomó de la nuca y la besó con desesperación. Apretó sus dedos en su cabello y con sus pies apretó el trasero de la ojiverde hacia ella. Lauren gimió interrumpiendo el beso y volvió al cuello de la menor.
Camila suspiró mientras sentía como sus bragas se humedecían más. Quería quitárselas desesperadamente y que Lauren la llenara por completo.
Como si le hubiera leído la mente, Lauren puso sus manos en su pequeño short y lo bajo de las orillas. Genial, se estaba burlando de ella. Lo último que necesitaba.
Lauren siguió jugando con el dobladillo de su short mientras sus labios bajaban a sus pechos. Dejó pequeños besos alrededor de su pecho izquierdo y lamió su pezón antes de llevárselo al calor de su boca. El gemido que soltó Camila al hacerlo excitó más a Lauren y sin poder soportar sus propios jueguitos bajó su short junto con sus bragas de tirón. Camila sin perder tiempo se los sacó de una patada y se apresuró a quitar la última prenda del glorioso cuerpo de Lauren.
Sus ojos se abrieron y su corazón se aceleró aún más. Subió su mirada hacia la de Lauren, quien la observaba con lujuria y una sonrisa de lado.
-¿Qué? ¿Te gusta? -dijo Lauren con su voz rasposa. Se veía tremendamente sexy y aún más cuando vio como su rostro se sonrojaba. Camila sonrió mordiéndose el labio y la tomó del cuello, obligándola a besarla. Ella aceptó gustosa y la acostó de nuevo en la cama. No pudiendo soportarlo más, cogió su miembro, quien estaba muy erecto y listo para la acción y lo acomodó en el húmedo centro de la morena.
Camila jadeó y Lauren se apartó un poco para mirarla a los ojos en una pregunta silenciosa. Camila asintió rápidamente y sin perder tiempo, Lauren empujó sus caderas de un golpe, llegando hasta el fondo de Camila.
Camila gimió fuerte sin evitarlo mientras que la ojiverde solo cerró sus ojos y se mordió el labio inferior. Era mejor que en sus sueños. Tomó a Camila de la cintura para apoyarse y comenzó a mover sus caderas en ella.
No llevaban ni un minuto y Camila ya jadeaba y necesitaba sostenerse de algo. Apretó sus manos en las sábanas y cogió aire. Lauren la tenía grande y llegaba a lugares en los que nadie nunca antes había llegado. Cada embestida rozaba deliciosamente todos sus puntos sensibles y sus caderas tocaban las suyas. Sin mencionar que los sexys jadeos de Lauren la hacían querer mucho más de ella.
Inesperadamente, Lauren se hizo un poco hacia atrás y tomó sus piernas, abriéndolas aún más y haciendo que su miembro llegara aún más adentro. ¿Donde mierda había aprendido eso? ¿Internet? Lo dudaba....Tal vez ya se había acostado con muchas más chicas. Maldita.
Era estúpido, pero sintió como los celos llegaban a ella. Ella era suya. Para jugar un poco y porque estaba un poco molesta, apretó sus músculos vaginales alrededor de su miembro. Abrió sus ojos a tiempo y vio como Lauren gimió y aceleró más sus movimientos. Su rostro colorado y con un poco de sudor, con sus preciosas muecas de placer y ver como se mordía el labio casi lanzó a Camila al borde.
Los golpes de Lauren eran más fuertes y bruscos, avisándole a Camila que estaba cerca de correrse al igual que ella. La ojiverde apretó sus ojos y se movió lo más rápido que pudo, esperando a Camila con todas sus fuerzas, quería demostrarle lo buena que era y no verse como una total idiota que llegaba primero. No tardó mucho, Camila gimió más fuerte y tenso y sintió como delicioso hormigueo en su vientre bajo su propagaba rápidamente por su cuerpo.
Lauren no pudo soportarlo más y con un golpe muy brusco se corrió muy fuerte. Gimió desde su garganta y eso fue necesario para que Camila arqueara su espalda y se apretara por completo, gimiendo el nombre de la ojiverde y sintiendo como la llenaba infinitamente.
Varios segundos después, el interminable semen terminó de salir y Lauren se apoyó hacia el frente, totalmente ligera y agotada.
¡Nunca pensó que aquella linda chica sonrojada fuera una total diosa en la cama! Pero como ya le habían mencionado: Los vaqueros son muy buenos en la cama. Y no había terminado.
Mientras Camila trataba de recobrar el aliento y acariciaba perezosamente la espalda sudada de Lauren, sintió como esta se removía y la miraba. Abrió sus ojos y vio como sus ojos verdes la miraban con impaciencia y lujuria. Acarició su mejilla y Lauren apoyó su rostro en su mano como un lindo perrito. Sonrió y la tomó de las mejillas para besarla dulcemente. Su querida ojiverde.
-¿Donde aprendiste eso? -preguntó Camila segundos después, acariciándole su cabello.
-¿Qué cosa? -preguntó la ojiverde con confusión.
-Lo de las piernas. -dijo y sintió como sus mejillas se calentaban. Lauren sonrió.
-¿Te gustó? En internet. -contestó. Al ver la mirada confusa de Camila se apresuró a contestar. -No somos analfabetas Camz, claro que se como usar el internet.
-Hmm, ¿Para esas cosas? -dijo Camila sorprendida pero con un tono de pícara. Lauren se sonrojó fuerte y bajó la mirada avergonzada. Camila rió y le dio un beso en la nariz.
-Y sí, sí me gusto.. Me pregunto si investigaste más, ¿Me enseñas? -preguntó Camila con un tono bastante sexy. Lauren levantó rápido su cabeza, asombrada y Camila la atrapó en un beso.
El hecho de que Lauren hiciera esas cosas la hizo sentir de nuevo pulsaciones en su centro y eso que aún el miembro de Lauren seguía dentro de ella. La ojiverde contestó el beso y se paró un poco, estaba completamente dispuesta a probar una cosa más.
Ambas quedaron arrodilladas en la cama, aún besándose y acariciándose, haciendo que el miembro de Lauren volviera a ponerse duro dentro de la morena. Camila lo sintió y gimió el la boca de la ojiverde. Lauren se salió con cuidado de Camila y le dejó un pequeño beso en los labios para después hablar.
-Ponte en cuatro. -Mandó la ojiverde. La morena rápido obedeció a su mandato. Su voz firme y ronca la ponía de sobre manera.
Se acomodó tal como se lo pidió, tratando de darle la mejor vista a la ojiverde de su centro resplandeciente. Lauren se lamió los labios ante la vista de su precioso trasero y se miembro se puso aún más duro. Se acercó y volvió a acomodar su miembro, pero esta vez entro sin permiso de un duro envite. La espalda de Camila se arqueó, levantando más su trasero y gimió ante el movimiento inesperado.
Lauren movió sus caderas lento, queriendo torturar a la morena que casi temblaba de placer e inquietud.
Camila comenzó a mover sus caderas de enfrente hacia atrás sin poder soportarlo. Se supone que era al revés, ¿no? Al final fue ella a quien terminaron enseñándole, pero que importa. Lo amaba.
La ojiverde cedió y colocó sus manos en su cintura para impulsarse y comenzó a penetrarla más rápido. Gracias al ángulo, el miembro de Lauren golpeaba firmemente el punto G de Camila, lo que la hacia retorcerse cada vez que la ojiverde se movía.
De repente, Lauren tomó el cabello de Camila y le haló la cabeza hacia atrás. Camila gimió sin evitarlo. Amaba que se empezara a mostrar dominante hacia ella. Verdaderamente lo hacía.
Camila no tuvo suficiente tiempo para reponerse, aún seguía muy sensible de su orgasmo anterior, así que no le sorprendió cuanto sentía venirse de nuevo.
Ya no podía retener sus gemidos. Su cuerpo se tensó y sus piernas y brazos temblaron violentamente. No resistió y se dejó caer en la cama, el placer era demasiado para ella. Así que se dejó llevar.
Sus paredes se apretaron con fuerza y su cabeza dio vueltas, mientras que gritó de placer y jadeó fuerte para recuperar aire. Sus piernas temblaron más fuerte y su piel se erizó. Más que mal se sentía de lo más increíble, y aún mejor cuando sentía que Lauren seguía empujado dentro de ella. Ya le había soltado el cabello, la estaba tomando de la cintura ya que su parte superior estaba completamente en la cama y solo su trasero estaba a su alcance.
Sus músculos quemaban, hacía mucho calor y necesitaba terminar en este momento. Lauren ya se sentía venir. Apretó sus manos, cuidando no lastimar a la morena y movió sus caderas fuertemente. Segundos después sintió de nuevo las descargas de placer corriendo desde su estómago hasta todo su cuerpo y por fin cedió.
Abrazó a Camila por la cintura y marcó su última fuerte embestida con un gemido salido desde su garganta. Se vació por completo en su dulce morena y rápidamente buscó con sus manos su rostro. Se tranquilizó enormemente cuando Camila besó su mano y le dio vuelta a su cuerpo, dejándola cara a cara con ella.
-Camz, Camz, ¿Estas bien? ¿Te lastime? Reacciona! -Habló desesperada la ojiverde viéndola impaciente y preocupada. Camila sonrió y abrió sus ojos muy cansada, encontrándose con la hermosa mirada de Lauren y la preciosa vista de su cuerpo.
-No, claro que no... solo estoy... cansada. -dijo Camila aún respirando con poca dificultad. Lauren suspiró aliviada y dejó un beso en su mejilla seguido de uno en su frente. Camila sonrió de nuevo. Era tan malditamente tierna.
Minutos después, Camila se relajó por completo. Estaba a punto de caer dormida cuando sintió unos fuertes brazos envolverla. No era necesario abrir los ojos para saber quien era, así que solo sonrió y se acurrucó a su cuerpo.
-¿Qué haces, Lolo? -preguntó cuando sintió que Lauren la levantaba en brazos.
-Vamos a bañarnos. -contestó adentrándose al baño. Camila bufó e hizo un puchero tan tierno que Lauren casi la devuelve a la cama.
-Tenemos que hacerlo.
-¿Tenemos?
-Sí. -Camila puso ojos de perrito triste y de nuevo hizo puchero. Lauren rápido cerró sus ojos, tratando de no ceder. Camila rió fuerte y le dio un beso en la nariz, ahora se sentía afortunada y muy agradecida con sus padres por haberla traído.
Después de más de media hora, por los refunfuñes de Camila, salieron del baño. Lauren terminó de secar su cabello y le dio un tierno beso en la frente. Ambas se acostaron en la única cama servible y acurrucaron juntas, no sin antes un beso de buenas noches.
''No ha sido tan malo. Gracias padres.'' pensó Camila justo antes de caer dormida.