C O N E X I Ó N | Omegaverse...

By ladyxagh

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La mayoría de las personas sueñan en formar un lazo con su persona amada o en el mejor de los casos encontrar... More

Prólogo.
Capítulo 1. Dragón blanco.
Capítulo 2. Demonios.
Capítulo 3. Dragón Blanco.
Capítulo 4. Demonios.
Capítulo 5. Dragón Blanco.
Capítulo 6. Demonios.
Capítulo 7. Dragón Blanco.
Capítulo 8. Demonios.
Capítulo 9. Dragón Blanco.
Capítulo 10. Demonios.
Capítulo 11. Dragón Blanco.
Capítulo 12. Demonios.
Capítulo 13. Dragón Blanco.
Capítulo 14. Demonios.
Capítulo 15. Dragón Blanco.
Capítulo 16. Demonios.
Capítulo 17. Dragón Blanco.
Capítulo 18. Demonios.
Capítulo 19. Dragón Blanco.
Capítulo 20. Demonios.
Capítulo 21. Dragón Blanco.
Capítulo 22. Demonios.
Capítulo 23. Dragón Blanco.
Capítulo 24. Demonios.
Capítulo 25. Dragón Blanco.
Capítulo 26. Demonios.
Capítulo 27. Dragón Blanco.
Capítulo 28. Demonios.
Capítulo 29. Dragón Blanco.
Capítulo 30. Demonios.
Capítulo 31. Dragón Blanco.
Capítulo 32. Demonios.
Capítulo 33. Dragón Blanco.
Capítulo 34. Demonios.
Capítulo 35. Dragón Blanco.
Capítulo 36. Demonios.
Capítulo 37. Dragón Blanco.
Capítulo 39. Dragón Blanco.
Capítulo 40. Demonios.
Capítulo 41. Dragón Blanco.
Capítulo 42. Demonios.
Capítulo 43. Dragón Blanco.
Capítulo 44. Demonios.
Capítulo 45. Dragón Blanco.
Capítulo 46. Demonios.
Capítulo 47. Dragón Blanco.
Capítulo 48. Demonios.
Capítulo 49. Dragón Blanco.
Capítulo 50. Demonios.
Capítulo 51. Dragón Blanco.
Capítulo 52. Calamidades.

Capítulo 38. Demonios.

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By ladyxagh

Jiang WanYin pisaba el acelerador casi hasta el fondo, quería ahorcar a su hermano cuando lo viera. Lo había dejado solo cinco minutos, literalmente, y en ese tiempo el maldito había escapado, pero no fue tiempo más tarde cuando notó su ausencia junto con la de Shi QingXuan.

La forma de actuar de aquellos dos era tan estúpida, casi como si compartieran la única neurona funcional de su cerebro, prácticamente iban directo a su muerte, por ello no comprendía porqué aun así aquel par se había marchado. Tenían todas las de perder. ¿Por qué lo harían?

Sólo había una respuesta: ¡Por idiotas!

Jiang WanYin ajustó su comunicador para escuchar mejor.

Xue Yang—dijo HuaiSang al otro lado de la línea. —Un beta con muchos problemas mentales, detesta a los destinados.

Se escuchó la voz de Hua Cheng a través del pequeño aparato. —¿Por qué?

Tenía una obsesión por un omega, Xiao XingChen creo se llamaba, no estoy seguro—comentó el Nie como si platicara una historia antigua y no la vida de un sujeto que posiblemente mataría a Wei WuXian y Shi QingXuan si es que no llegaban a tiempo.

¿Llamaba?—esta vez fue la voz de XiChen, había un tinte de preocupación.

Sí, llamaba, tiempo pasado—confirmó el Nie soltando un suspiro. —XingChen rechazó a Xue Yang porque tenía a su destinado, incluso se enlazaron y esperaban un hijo—la voz de HuaiSang disminuyó, advirtiendo el cambio en la historia—, Xue Yang no lo soportó y decidió matar al alfa. Lástima que nunca esperó lo siguiente.

Jiang WanYin no podía saber con certeza el tipo de conexión que manejaban los destinados, pero era obvio que todo había terminado en catástrofe. —¿Qué ocurrió?

Como estaban enlazados el omega no lo soportó y terminó muriendo, fue como Romeo y Julieta... o algo así. Muy romántico, pero trágico—el Nie pareció desviarse un poco.

HuaiSang concéntrate—dijo Hua Cheng empezado a comprender un poco más la situación y a lo que se estaban enfrentado.

Ah sí, claro—HuaiSang terminó de relatar la información encontrada de años atrás. —Después de la muerte del omega Xue Yang enloqueció... más de lo que ya estaba. Y con ello agarró un profundo odio hacia los destinados.

XiChen palideció. —¿Crees que sea por eso que tomó a WangJi?

No lo sé... —respondió HuaiSang como si estuviera pensando. —Pero sí es una gran excusa para empezar por ahí. Sé de varios betas que tienen cierto odio hacia alfas y omegas, yo creo que es envidia.

Jiang WanYin apretó el volante de sus manos. —Sea lo que sea debemos ir por ellos—el omega soltó un bufido de frustración. —Ahora en vez de salvar a uno deberemos salvar a tres.

Hay que apurarnos, aún están bastante lejos—anunció Hua Cheng acelerando aún más su auto que iba a la cabeza del resto. —Gracias por la información HuaiSang.

Es un placer, ahora todo está en sus manos—murmuró Nie HuaiSang terminando la llamada.

Jiang WanYin miró el auto color negro al frente, en el cual viajaban Hua Cheng y Wen Qing. Dando un vistazo al retrovisor divisó el auto color plata de Lan XiChen. Inconscientemente chasqueó la lengua en señal de inconformidad, causando que su copiloto le mirara.

—¿Sucede algo?—cuestionó Wen QiongLin al verlo tan molesto.

WanYin negó. —Nada, sólo quería pedirte que cuando veas a WuXian lo sujetes para que pueda golpearlo como saco de boxeo.

El Wen sonrió nervioso, sabía que Jiang WanYin podía parecer amenazante, y bueno... lo era. Pero todo siempre lo hacía con el fin de cuidar de su hermano y las personas que consideraba importantes. Aunque en el proceso podría asustar un poco.

En medio del silencio la voz de Lan XiChen sonó una vez más. —Tendremos que desviarnos en la siguiente intersección.

WanYin miró la pantalla donde se marcaba la última ubicación que mandó Shi QingXuan, la cual indicaba el rumbo en otra dirección. —Pero la ubicación que mandó QingXuan es más adelante aún.

Ya no están ahí—avisó el Lan.

El Jiang frunció el ceño ante aquello. —¿Cómo lo sabes?

QingXuan activó un segundo rastreador, y este indica otra dirección, de seguro lo trae puesto, de hecho también pidió otra cosa en su último mensaje...

Jiang WanYin gruñó y comenzó a maldecir al par de desaparecidos. —¡Esos dos están pidiendo pero su muerte a gritos!

¿Estás seguro que no es una trampa?—cuestionó Hua Cheng.

Lan XiChen suspiró. —Quiero creer que QingXuan tiene un plan.

—Noticia de última hora. ¡Nosotros somos su plan!—gritó colérico el omega. —De seguro pensaban en encontrar a Xue Yang para llegar hasta él y abrir fuego—dijo de mala forma WanYin. —Eso no es un plan, es una estupidez. Se supone que aquellos dos son astutos. ¡Pero están actuando como un par de imbéciles!

Jiang WanYin reconocía que su hermano era muy hábil en muchas cosas, pero le faltaba demasiada sensatez y lógica en otras áreas, en especial cuando se trataba de medir acciones que involucraban a la vida o la muerte.

Deja de gritar, me lastimas el oído —se quejó Hua Cheng.

Jiang WanYin lo ignoró, en su lugar miró por unos segundos al auto color plata. —Oye Lan, ¿Por qué no mencionaste que tú tenías una segunda dirección de rastreo?

La voz de XiChen explicó. —Estaba esperando que dejara de moverse el segundo dispositivo.

—Pero avisar con anticipo también hubiera servido—aseveró Jiang WanYin.

Al otro lado de la línea se escuchó como si hubiera una pequeña burla. —Lo tendré en mente para la próxima vez.

Jiang WanYin miró el auto unos segundos más antes de responder entre dientes. —No habrá próxima vez.

Con la pésima suerte que tienen nuestros hermanos yo lo dudo—susurró XiChen.

Jiang WanYin estaba más que listo para debatir, pero la voz de Wen Qing lo frenó.

¿Podrían dejar su plática para después?

Wen QiongLin miró a un lado de la ventanilla, un con voz algo temblorosa habló. —Se-Se pasaron la intersección...

Jiang WanYin notó como, efectivamente, olvidó tomar la desviación de la carretera, todo por estar tan ofuscado en su conversación «pelea».

—¡Esto es tu culpa!—expresó con rabia.

Ni siquiera dijo un nombre, pero todos sabían a la perfección a quien se estaba refiriendo.

Yo te lo dije con anticipación—dijo XiChen de forma tranquila.

—¡Tú!—WanYin apretó más el volante.

Están peor que un matrimonio—se quejó Wen Qing.

Hua Cheng tampoco pudo seguir escuchando su extraña pelea. —Voy a cortar la llamada.

Ya estaba muy ocupado pensando en un plan para salvar a Wei WuXian y al resto como para preocuparse por Lan XiChen y Jiang WanYin. Dejaría que esos dos arreglaran las cosas a su manera, mientras el Jiang no matara a nadie todo estaba bien.

Tranquilo, más adelante hay un retorno—dijo XiChen dándole pacíficamente una solución.

Jiang WanYin gruñó exasperado. —Fue tu culpa...—sentenció antes de retirarse el comunicador y arrojarlo a la guantera.

El Wen que estaba a su lado lo observó en silencio. No era un secreto para nadie lo fácil que era hacer enojar al omega, pero increíblemente el Lan tenía alguna clase de don para irritarlo más rápido de lo normal y al mismo tiempo calmarlo.

—Ese alfa piensa que tiene la razón en todo—dijo WanYin imaginando que arrollaba a Lan XiChen con su auto una y otra vez.

—Creo que el joven Lan sólo intenta ayudar—murmuró QiongLin intentando calmarle.

El Jiang le miró de reojo. —Eres muy ingenuo para ver lo que en verdad es.

Wen QiongLin ladeó la cabeza confundido. —¿Lo-Lo que en verdad es?

—Un maldito desgraciado—declaró girando el volante con agresividad haciendo chirriar las llantas para retomar el camino correcto.

El dolor insistente en su cabeza iba a en aumento, sus extremidades estaban algo entumecidas y la sensación casi inexistente de su lazo le advirtió que debía estar aún bajo los efectos de alguna clase de droga.

Una voz se escuchaba a lo lejos.

—WuXian.

El omega sacudió la cabeza tratando de enfocarse. De nuevo esa voz.

—WuXian.

Esta vez sus ojos grises por fin se abrieron, su cabeza giró en dirección del sonido, encontrando un rostro familiar. —QingXuan...

Shi QingXuan suspiró. —Que alivio, por fin despertaste.

Wei WuXian terminó por ajustar su vista para escanear la zona. Ambos omegas se encontraban amarrados de manos, la cuerda elevaba sus extremidades, causando que la circulación fuera escasa, además de que la áspera soga lastimaba brutalmente su piel. En otro extremo de la habitación había una tercera figura, esta tenía cadenas en manos y pies, aunque se encontraba puesto en una silla de manera inconsciente. Se trataba de Lan WangJi.

—¡Lan Zhan!—gritó angustiado WuXian.

—Es inútil, ya lo llamé cientos de veces, pero no despierta—dijo QingXuan en voz baja.

Su mirada lo escudriñó de arriba a abajo, la ropa del alfa estaba maltratada y sucia, tenía algunos rasguños, aunque nada grave. El omega soltó el aire al ver que estaba relativamente bien.

WuXian intentó soltarse, pero aún se sentía demasiado torpe por los residuos de sedante en su cuerpo. —Maldición.

—Tal como lo suponíamos—murmuró QingXuan—, nos trajeron a otro lugar.

—Necesito despertar a Lan Zhan—dijo WuXian con urgencia intentando deshacer las ataduras de sus manos.

Ambos se removieron tratando de soltar las cuerdas, pero estaban estratégicamente bien amarradas, sin olvidar que sus cuerpos aún estaban levemente sedados. Mientras forcejeaban las puertas de la habitación se abrieron, dando paso a varios hombres.

—Tranquilos, no hay prisa, la fiesta apenas comienza—dijo una burlesca voz a sus espaldas.

WuXian frunció el ceño al ver a Xue Yang, tenía tantas ganas de estrangularlo con sus propias manos. Su instinto lo llevó a mirar a Lan WangJi, quien seguía inconsciente.

Xue Yang pareció notar sus acciones. —El querido Lan WangJi sigue con vida... pero no por mucho—comentó con un deje de diversión. —Está fuertemente sedado, es un alfa peligroso, así que me vi en la necesidad de tomar medidas desesperadas.

WuXian se removió inquieto. —Hijo de perra...

Más que ofender, Xue Yang sonrió satisfecho, se notaba que estaba disfrutando toda aquella situación.

—Sí, lo soy—afirmó el beta dándoles un vistazo a ambos omegas. —Me alegra que los dos estén despiertos, creo que también es hora de despertar a nuestro querido jade, muero por ver su reacción cuando los mire.

Con un gesto de su cabeza algunos hombres que acompañaban a Xue Yang se acercaron a WuXian y a QingXuan para bajar sus brazos. Las manos seguían apresadas, aunque ahora ya no estaban siendo forzados a alzarlas, poco a poco sintieron su sangre circular una vez más. Wei WuXian quiso dar un paso, pero varias armas lo amenazaron.

Xue Yang negó con su dedo. —Quieto WuXian. Sé un buen omega o tu querido Lan pagará las consecuencias.

El beta se aproximó hasta al alfa y de forma tosca inyectó algo en su cuello. WuXian se sentía intranquilo, pero debía ser paciente para salvaguardar la seguridad de Lan WangJi.

—Esto sólo es un juego para ti—susurró WuXian con la vista clavada en Xue Yang.

—¿Eso crees?—Xue Yang ladeó la cabeza, segundos después se soltó a reír. —Sí, tienes razón, es tan divertido. Son como libros abiertos para mí, dejándose llevar por sus impulsos—poco a poco comenzó a acercarse a los omegas. —Sabía que no harías nada de lo que te ordené y sólo intentarías venir por él, aunque sí me sorprendí de ver al joven Shi QingXuan contigo, esperaba más siendo honesto, esta trampa era muy obvia para alguien de su... calibre.

Shi QingXuan y Wei WuXian intercambiaron una mirada. Debían ser cautelosos y procurar no abrir de más la boca.

Xue Yang se posicionó entre los jóvenes. —Mientras nuestro joven Lan despierta díganme... ¿Son muy amigos ahora? ¿No intentaban matarse hace poco?

WuXian bufó, sabía la clase de juegos sucios que le gustaba hacer a Xue Yang, así que, sin otra mejor opción respondió ante sus palabras. —Las cosas cambiaron, tanto que ahora tú te has vuelto mi enemigo.

La ceja del beta se alzó, su rostro parecía incrédulo. —¿Tu enemigo? ¿Sólo por qué tomé a Lan WangJi como rehén?

La mirada de Wei WuXian se enserió y sus ojos adquirieron bastante filo. —Apuñalaste a He Xuan y mataste a Mo. Eres mi enemigo.

—Ellos se metieron en mi camino—dijo enseguida Xue Yang como si fuera una excusa válida. El beta se acercó a Wei WuXian, tomándolo del mentón le obligó alzar el rostro. —WuXian siempre tuve altas expectativas en ti, pero lamentablemente no eras muy diferente a cualquier omega.

Wei WuXian sintió como el agarre en su cara se hacía más fuerte y tosco. Estaba a punto de hablar cuando un grave gruñido se escuchó al fondo.

Xue Yang giró enseguida y sonrió con emoción. —Oh parece que ya está despertado.

Wei WuXian buscó enseguida los ojos dorados, se veían tan aturdidos. También podía percibir como su lazo poco a poco comenzaba a tomar mayor estabilidad. Como si con el simple hecho de verse ayudara y les diera fuerza.

—¡Lan Zhan!—gritó sin poder contenerse.

—Wei Ying...—la vista del alfa término en el otro omega—QingXuan... —la voz de Lan WangJi se escuchó algo rasposa, como si su garganta estuviera seca. Los ojos dorados adquirieron filo en cuanto fue consciente de la situación.

Xue Yang chasqueó los dedos, obligando a que sus hombres apuntaran más de cerca a los dos omegas, mostrándose como una clara amenaza ante Lan WangJi. —Si yo fuera tú procuraría no hacer nada, joven Lan. Un movimiento en falso, o si intentas usar tu voz, y yo personalmente le quitaré la vida a estos dos omegas.

Lan WangJi se tensó, viéndose acorralado no tuvo más opción que permanecer a raya. WuXian se quejó al ver cómo los usaban descaradamente para amenazar a Lan WangJi. Los ojos grises intentaron apaciguar al Lan, incluso trató de mandarle una sensación cálida a través de su lazo ahora que empezaba a restablecerse. Como si le dijera que todo estaría bien, o bueno, eso quería creer.

WuXian miró directamente a Xue Yang. —¿Qué es lo que en verdad quieres conseguir con todo esto?

Xue Yang caminó un poco en círculos, se veía inquieto. —No importa, no tienes que saberlo—aseguró el beta empezado a andar alrededor de WuXian, le veía mientras negaba repetidas veces. —Tú tenías tanto potencial—sus ojos pasaron al cuello de WuXian, donde con breves movimientos descubrió la marca en la nuca. —Y mira como terminaste, todo por esta marca.

Wei WuXian rio suavemente por lo absurdo que se estaba volviendo todo. Ya que obviamente Xue Yang hacía todo aquello por algo más personal.

—¿Esto es porque me enlacé?—cuestionó mirando a Xue Yang sin dejar de sonreír. —¿Causaste tantos problemas por algo que no te incumbe?

Xue Yang detuvo sus pasos y se posó delante del omega. Su sonrisa rígida y pupilas dilatadas le advirtieron a WuXian que el beta estaba más loco que una cabra. Y no en el buen sentido, sino que se estaban volviendo alguien verdaderamente peligroso.

—¿Algo que no me incumbe?—Xue Yang bajó la vista, al principio se rio, pero segundos después guardó silencio y elevó el rostro, mostrando lo inestable que se encontraba. —Los alfas y omegas... los destinados... ¡Todos son unos idiotas! ¡Ni siquiera comprenden lo que significa! ¡Ignoran el peligro! ¡Desperdician sus vidas! ¡Podrían tener más! ¡Mucho más!

WuXian miró a QingXuan, quien también lucía confundido por las palabras de Xue Yang. Que un beta reaccionara de aquella forma era ciertamente extraño para ellos. Después de todo era incapaz de sentir en carne propia la unión de un lazo o la sensación de poseer un destinado. Por ese motivo Wei WuXian se molestó aún más, hablar sin haber experimentado algo antes era un grave error, y él lo sabía por experiencia.

—Tú eres quien no entiende nada—dijo WuXian de forma dura. —¿Cómo puedes hablar de los destinados sin tener uno?

Xue Yang le sonrió de forma alarmantemente tranquila. —Sé más que tú de esto WuXian, lo comprendo mejor que ningún otro—sus ojos se oscurecían en señal de amenaza. —Todo siempre termina mal... pera que me creas yo te lo voy mostrar.

Wei WuXian sintió un horrible escalofrío en todo su cuerpo, de forma disimulada miró en dirección de Lan WangJi, el alfa ya se veía más despierto y sus ojos no se separaban de Xue Yang y Wei WuXian. Por unos breves segundos alfa y omega se miraron, tratando de ganar un poco de seguridad mutuamente.

Xue Yang observó su intercambio de miradas y sonrió. De forma lenta acarició un mechón de cabello de WuXian.

—Dicen que el sexo entre destinados que comparten un lazo es el mejor... aunque eso ya lo sabes ¿no?—dijo con burla tirando un poco más fuerte del cabello. Xue Yang se colocó por detrás de WuXian y le tomó de la mandíbula para obligarlo a mirar directamente a Lan WangJi. El omega percibió el aliento caliente de Xue Yang en su oreja. —Pueden sentirlo todo, su deseo y placer, prácticamente son uno solo...

WuXian intentó mantenerse tranquilo, aunque era una tarea difícil, en especial cuando podía sentir con claridad cómo Lan WangJi se molestaba cada vez más segundo a segundo. Con su mirada trataba de decirle que todo estaría bien, que sólo debían ser pacientes. No importaba lo que le hicieran, podría soportarlo.

Xue Yang soltó con brusquedad a WuXian alejándose unos cuantos pasos. Elevando más su voz agregó: —Pero no sólo el placer puede ser transmitido... el dolor del otro también se siente casi real cuando alcanza niveles altos... ¿lo sabías WuXian?

El omega lo miró con desagrado, no respondió nada, sólo permaneció en silencio, matándolo en su mente una y otra vez.

Xue Yang parecía satisfecho con el comportamiento de WuXian. —Por ejemplo; si hago esto.

En un abrir y cerrar de ojos el beta plantó un golpe en el rostro de Wei WuXian. La fuerza le había obligado a girar al rostro y el sabor metálico pronto llegó a lengua. Aparentemente su labio se había partido por el golpe.

—¡Wei Ying!—gritó Lan WangJi. En cuanto el alfa hizo el primer amago para forzar las cadenas el resto de hombres en la sala no dudaron en acercar más sus armas a los omega. Con ello el alfa volvió a frenar. Su única opción era permanecer tranquilo en la silla.

Complacido con todo el revuelo que había causado un simple golpe, el beta se alejó del omega. —El dolor no es tan alto, lo único que de seguro sientes es el enojo de Lan WangJi ¿no?, pero no es como si él hubiera sentido ese golpe—comentó Xue Yang yendo en dirección al Lan.

Efectivamente, Wei WuXian sentía claramente cómo Lan WangJi estaba más que furioso. El omega no se quejó a pesar del dolor, en su lugar escupió la sangre acumulada en su boca con fuerza.

Xue Yang se posó a un lado del alfa. —Por otro lado—desde atrás sacó un arma y apuntó a Lan WangJi. —Si hago esto.

Wei WuXian sintió su corazón agitarse con temor.

Ambos omegas gritaron desesperados. —¡No!

Pero el sonido del disparo fue más que claro, la detonación retumbó en toda la zona.

Los ojos grises notaron como la mancha de sangre empezaba a expandirse en el torso de Lan WangJi. Lo siguiente fue un agudo dolor en su pecho, obligándolo a caer de rodillas contra el piso. Sentía que le faltaba el aire, boqueaba veces para regular su respiración, pero era casi imposible. Wei WuXian jamás se había sentido así en su vida.

Xue Yang se aproximó de forma lenta al omega que estaba en el suelo. El beta se puso en cuclillas para examinar más de cerca a WuXian. —¿Lo sientes, verdad? La amenaza de que uno de los dos podría morir—con la punta de su arma recorrió algunos cabellos del omega para ver de mejor forma la expresión en su rostro. —¿Es muy doloroso? ¿Insoportable? Dímelo.

WuXian ni siquiera podía emitir una palabra, sólo sentía como su lazo comenzaba a estirarse, a tal punto que sabía que este terminaría rompiéndose si no hacía algo.

—Sólo mírate, tan indefenso... y eso que el sedante obstruye su conexión, de otra forma sería el doble de doloroso—Xue Yang volvió a colocarse de pie, con un empujón obligó a WuXian a poner la cabeza contra el suelo. —Cuando supe de tu marca me decepcioné demasiado, pensé que eras un omega diferente.

—¡WuXian!—llamó QingXuan desesperado por ver todo aquello. Había estado en un pequeño estado de shock desde que había escuchado el disparo, y apenas había regresado su mente a la actualidad, siendo consciente del terrible panorama.

Xue Yang ni siquiera miró QingXuan, estaba más concentrado en ver a WuXian temblar de miedo. —Sólo eres otra puta más dispuesta abrir sus piernas cuando su alfa se lo pide—con la suela de su zapato mantuvo a Wei WuXian en el suelo. —Eres débil, ahora más que nunca.

Todos los hombres en la sala se pusieron en alerta al ver a Lan WangJi removerse. La sangre salía de la comisura de su boca y su rostro era pálido.

Aun así Lan WangJi dijo fuerte y claro. —No. Lo. Toques.

Xue Yang sonrió de lado, su mano se enganchó en el cabello de WuXian para obligarlo a levantar el rostro. —Hagamos una apuesta, ¿Crees que si mató a Lan WangJi sobrevivirás?—cuestionó acercando su rostro al de Wei WuXian. —¿O debería matarte primero a ti y dejar que Lan WangJi presencie tu muerte?, de igual forma va a morir.

Xue Yang soltó al omega y caminó como si en verdad pensara que hacer con ellos.

—¡Ya lo tengo!—anunció con emoción. —Mataré primero al joven QingXuan, después te torturaré a ti para hacer enojar a Lan WangJi hasta que me ruegue para que lo mate, y así... sólo quedarías tú... sin nadie.

Wei WuXian alzó el rostro y de forma lenta intentó levantarse. Su pecho aún dolía, pero se rehusaba a seguir permitiendo que ese beta le pisoteara.

Xue Yang le sonrió a WuXian como si hubiera resuelto un gran crucigrama. —Si sobrevives después de eso yo personalmente me haré cargo de ti, hablaré a tu nombre para que puedas seguir viviendo. ¿Te gusta mi plan WuXian? ¿Les gusta?

Xue Yang miró a todos los presentes, sus hombres parecían nerviosos, aunque no dijeron nada. Lan WangJi seguía en la silla, su rostro cada vez más pálido, incluso se notaba que comenzaba a costarle respirar, Wei WuXian no estaba mejor, a pesar de no poseer una herida como la del alfa, sí que tenía un aspecto similar.

—¡Eres un bastardo hijo de puta!—gritó QingXuan en dirección de Xue Yang, como si no le importara en lo más mínimo su situación actual. —¡Lo pagarás caro! ¡No te saldrás con la tuya, yo mismo té mataré!

Su declaración provocó que Xue Yang le dedicara un poco más de atención.

—Cállate perra—el beta lo examinó de arriba a abajo. —Te mataré primero.

QingXuan le miró sin acobardarse, al contrario, lucía seguro. —Inténtalo, te reto a hacerlo.

Xue Yang ahora parecía más divertido, como si la actitud de Shi QingXuan hubiera refrescado el ambiente para él. —Me gusta tu espíritu... Lástima que tendrás que morir.

Shi QingXuan le sonrió de regreso. —Voy a disfrutar acabar contigo.

Xue Yang jugó con el arma en sus manos, listo para decir algún comentario tenaz, pero antes de hacerlo se escuchó un revuelo fuera de la habitación. La expresión del beta cambió y miró enseguida al par de omegas; ambos con sonrisas ladinas.

El fuerte golpe en la puerta retumbó por toda la zona, una vez abierta de par a par varias figuras ingresaron. Los hombres de Xue Yang no dudaron en levantar sus armas, aunque inconscientemente se juntaron un poco más intentando cubrirse de los recién llegados.

Xue Yang dio dos pasos hacia atrás. —Ya veo, llegaron los refuerzos.

WuXian entrecerró los ojos ante la escena, sabía que estaría en problemas, pero valía la pena si con ello aseguraba la seguridad de Lan WangJi.

Xue Yang rio y empezó a aplaudir. —El gran Dragón Blanco ha venido personalmente por dos de sus crías, increíble. ¡El único e inigualable Jun Wu!

Los ojos grises de WuXian delinearon la figura del alfa de prístino traje, ni una maldita arruga tenía en la tela y su rostro era más que tranquilo. Sus hombres habían comenzado a rodear a los de Xue Yang, siendo casi el doble en número y seguramente había más de donde habían salido esos.

Wei WuXian suspiró; Shi QingXuan había tenido razón, Jun Wu había llegado a la ciudad, nunca pensó que diría algo así, pero ese malnacido había llegado en el mejor momento.

Era la apuesta más arriesgada que había hecho Wei WuXian en toda su vida, pero si quería salvar a Lan WangJi de forma rápida y asegurando su victoria ese era el único modo.

Los ojos de Jun Wu viajaron por todo el lugar, como si evaluara la situación. Al finalizar miró a Xue Yang. —No tengo tiempo para tus juegos.

En cuanto dijo esas palabras todos sus hombres apuntaron sin dudar.

Xue Yang chasqueó la lengua al ver como todo había cambiado en su contra. Si bien aún podía usar a sus rehenes, le valían mejor vivos que muertos si es que deseaba escapar. —Ahora entiendo porque todos te quieren muerto, eres ciertamente molesto.

Jun Wu no respondió nada ante la evidente provocación, en su lugar caminó un par de pasos más. —Sólo ríndete.

El beta retrocedió más, era obvio que la presencia de Jun Wu podía ser bastante intimidante. Xue Yang negó. —No planeo morir hoy, lo siento.

Sacó un pequeño control de entre sus ropas, al segundo siguiente una fuerte detonación se escuchó en el lugar. La luz de la habitación se extinguió y el intercambio de balas se inició.

Los hombres de Jun Wu no dudaron en atacar a los de Xue Yang, la primera reacción de Wei WuXian y Shi QingXuan fue tirarse al suelo. Ambos intentaban soltarse de las manos, debían ser cuidadosos, debido a que estaban en zona de fuego, además de que el lugar estaba casi a oscuras, apenas se lograba diferenciar una figura de la otra. Pronto el olor ferroso a sangre se profundizó más, indicando que posiblemente varios ya habían perdido la vida en el tiroteo.

Entre los estruendos de los disparos se alcanzó a escuchar la voz de Lan WangJi. —¡Wei Ying!

—¡Lan Zhan!—respondió WuXian queriendo ir en su búsqueda. Apenas logró incorporarse cuando sintió un tirón que le tapaba la boca y lo guiaba lejos de todo el alboroto.

—Tú te vienes conmigo—susurró Xue Yang arrastrándolo en la oscuridad.

Por fuera de la habitación había más disparos, los corredores estaban en caos, algunas linternas tintineaban y la mayor parte de la iluminación era muy difusa, quizás la bomba de Xue Yang había afectado en gran medida al generador de electricidad. Mientras el beta lo guiaba entre pasillos el omega luchaba por soltarse las manos, desde hace rato por fin había logrado aflojar el amarre, solamente necesitaba un poco más de tiempo para conseguirlo.

Xue Yang empezaba a desesperarse al ver que casi todo el lugar estaba repleto de hombres de Jun Wu, obstruyendo cada vía de escape. Al final ambos entraron en una nueva sala, Xue Yang se acercó hasta la puerta de emergencia, pero aparentemente estaba sellada. Justo cuando iba a regresar sus pasos una figura se interpuso.

Jun Wu sostenía un arma y apuntaba a Xue Yang. Los ojos tenían un aura asesina, su esencia de alfa salía a relucir, logrando intimidar al beta. —Deja de huir, prometo que te mataré con un tiro, rápido y sin dolor.

—Que oferta tan tentadora, pero debo de declinar—respondió Xue Yang apuntando con su arma Wei WuXian. —Un paso más y le disparo—al ver que tenía ventaja en ese momento se atrevió a burlarse. —Me pregunto cuánto dolor sentirá Lan WangJi una vez que WuXian de su último aliento. ¿Te arriesgarías a perder a uno de tus Jades?

Los ojos de Jun Wu se entrecerraron, sorprendentemente guardó su arma de un limpio movimiento, sin embargos sus siguientes palabras sólo alertaron a Xue Yang. —Vas a morir.

El beta negó. —Tú vas a morir.

Xue Yang dejó de apuntar a WuXian para redireccionar el arma a Jun Wu. Los ojos de WuXian se abrieron grandes cuando escuchó el disparo, pero delante suyo el alfa seguía impecable y tranquilo. Desde detrás una figura surgió, era QingXuan, rostro frío y ojos llenos de molestia. Girando un poco su rostro, WuXian notó que su flanco estaba manchado de sangre, sangre de Xue Yang.

El beta seguía sosteniendo el arma, pero su mano temblaba, su cara tenía incredulidad pintada por todas partes. En su cuello una herida lateral sangraba en gran medida, siendo el resultado de un profundo rasguño de la bala. Era obvio que QingXuan no quería matarlo enseguida, de ser así hubiera atinado a la cabeza, ya que tenía una gran puntería como para fallar de aquella forma. La primera reacción de Xue Yang claramente fue detener el sangrado sujetando su cuello. En ese instante WuXian por fin pudo deshacer el amarre de sus muñecas para soltarse y golpearle, incluso logró arrebatar el arma del beta. Con una certera patada estampó el cuerpo contra el muro de concreto, Xue Yang se quejó tosiendo una gran bocanada de sangre.

WuXian le miraba desde arriba, poco después QingXuan se colocó a su lado. Los dos veían la desesperación en los ojos del beta, pues la sangre comenzaba a ahogarlo, su cuerpo se sacudía con violencia en una súplica por ayuda.

—¿En verdad creíste que vendríamos con las manos vacías?—murmuró WuXian. —¿Qué nos tragamos tu cuento?, fuiste muy cuidadoso antes, no harías algo como eso.

QingXuan levantó su arma y disparó en una de las piernas, obteniendo una queja por parte de Xue Yang. —Pagarás por lo que hiciste.

Un segundo disparo, pero esta vez fue de WuXian, quien le dio en el estómago. —Mataste a Mo...

En ese punto Xue Yang se encontraba al borde de la muerte, sintiendo como sus heridas, que en un principio eran cálidas por la sangre, se volvían frías como el suelo donde estaba recostado. Había perdido la voz, sólo le quedaba la expresividad de sus ojos inyectados en sangre, los cuales mostraron su desesperación y sufrimiento.

De nuevo un disparo. QingXuan había acertado en su hombro, su voz de ultratumba dijo: —Lastimaste a WangJi-Xiong y a WuXian—con ojos llenos de rencor concluyó. —Y casi matas a He Xuan...

Un último disparo en el centro de la frente fue más que suficiente para que Xue Yang dejara de respirar para siempre. Los omegas se miraron al confirmar que el corazón de Xue Yang por fin se había detenido. Ese mal sueño había concluido... o eso parecía.

La voz de Jun Wu se alzó a espaldas de los menores. —Fue un idiota por no aceptar mi propuesta.

Wei WuXian sintió una nueva amenaza, sus ojos estaban fijos en el alfa, pero parecía que a este le importaba menos que el omega estuviera ahí, sosteniendo un arma cargada. El demonio estaba en una especie de debate mental para saber qué hacer, aunque no fue necesario pensarlo demasiado, ya que su cuerpo reaccionó solo.

—Lan Zhan...—WuXian salió corriendo en busca del alfa, su omega interno se lo pedía a gritos, el dolor en su pecho seguía persistente y sin intenciones de disminuir, no al menos que se asegurara de que todo iba a estar bien.

Cuando salió aún había algo de movimiento, los cuerpos de personas desconocidas estaban regados por todas partes, en su mayoría siendo los hombres de Xue Yang. A Wei WuXian no le interesaba nada de eso, en su mente había una única cosa que quería hacer y esa era ver a Lan WangJi. Avanzando un poco más llegó hasta el alfa, el cual se ubicaba fuera de la habitación donde lo había visto por última vez, este estaba sentado en el suelo sosteniendo su costado y con ojos cerrados. Para sorpresa de WuXian no se encontraba solo, ya que dos figuras familiares estaban ahí, y eso no supo si lo alivió o le preocupó más.

—¡Lan Zhan!—antes de cualquier cosa el menor se agachó a la altura del Lan, Wen Qing, quien aparentemente lo había ayudado de manera provisional con su herida les dio espacio.

Los ojos dorados se abrieron al escuchar la voz del omega, ambos juntaron sus frentes y se permitieron respirar de forma lenta. Con eso, el intenso dolor que carcomía a WuXian disminuyó considerablemente.

—¡WuXian idiota!—dijo Jiang WanYin a sus espaldas.

Ahora más tranquilo, Wei WuXian se enfocó en los otros dos presentes, los miraba con confusión y nerviosismo. —¡¿Qué hacen ustedes aquí?!

—¡Salvándote!—expresó el Jiang listo para golpearlo.

WuXian negó repetidas veces. —¡QingXuan les dejó un mensaje pidiendo que esperaran un kilómetro lejos de donde marcaba la ubicación!

—¡¿Creíste que nos quedaríamos allá sabiendo que estaban solos?!—Uno de los ojos de Jiang WanYin se cerró en una especie de tic nervioso mientras veía a su hermano. —¡Pero de haber sabido que Shi QingXuan traería a los hombres de Jun Wu no hubiéramos venido! ¡Esta será la última vez que intentaré salvar tu trasero!

WuXian ignoró los gritos de su hermano, en su lugar miró en todas las direcciones posibles. —¡Debemos irnos!

El omega susurró algunas palabras en el oído a Lan WangJi para preguntarle si podía levantarse, el alfa asintió y de forma lenta logró colocarse de pie, aunque su pequeño gesto le indicó que debía de ser doloroso, incluso Wei WuXian casi podía sentir su incomodidad como propia.

Apenas logró enderezarse Lan WangJi cuando tres personas más llegaron, se trataba de Hua Cheng junto a Wen QiongLin y Lan XiChen. El mayor de los Lan se apresuró a llegar junto a Lan WangJi para ayudarle a WuXian y servir como apoyo a su hermano, se veía preocupado, pero también aliviado de que no hubiera resultado en algo peor.

—¿Dónde está Xue Yang?—preguntó Hua Cheng en cuanto su mirada se posó en WuXian.

—¡Muerto, ahora vámonos!—gritó un poco más desesperado WuXian.

Lan XiChen recorrió el lugar con la mirada. —¿Dónde está QingXuan?

En ese instante se escuchó una ligera voz. —¡WuXian!—QingXuan se acercaba corriendo, detuvo sus pasos de forma abrupta en cuanto notó la multitud. —¡¿Qué hacen ellos aquí?!

—¡Eso les pregunté yo!—respondió WuXian.

—¡No hay tiempo, deben irse!—informó QingXuan con notoria preocupación.

Antes de que alguno diera un paso más los hombres de Jun Wu llegaron, lo primero que hicieron fue rodear a los demonios, alejándolos de los tres colmillos, el único que permaneció en su lugar fue Wei WuXian, pues Lan WangJi le abrazaba de la cintura en una clara señal de que no permitiría que los separaran.

El resto de demonios se puso en alerta y sacaron sus armas, listos para abrir fuego en cualquier instante.

Los pasos acercándose hicieron que todos giraran la cabeza en una dirección.

—No pensé que esto sería así de sencillo—dijo Jun Wu acercándose y mirando con fascinación a los cuatro demonios. —Tal vez es mi día de suerte.

—Señor...—Llamó XiChen con intenciones de hablar, pero el alfa levantó la mano para callarlo, incluso hizo que sus hombres les apuntaran con armas de igual forma para mantenerlos fuera del asunto.

Jun Wu regresó su atención a su objetivo principal. —Les agradezco que me ahorren el trabajo de buscarlos—una imperceptible sonrisa se posó en su rostro. —Cuatro menos—su mirada se desvió por unos segundos a WuXian. —Bueno, cinco.

Wei WuXian frunció el ceño. —Maldito...

Parecía dispuesto a soltarse de Lan WangJi, pero una de las armas se acercó tocando su pecho, obligándole a retroceder.

—Tú no te muevas—dijo Jun Wu. —WangJi será mejor que lo mantengas a raya si no quieres que lo seden.

—Wei Ying...—aún en su debilidad Lan WangJi intentó rodear con su cuerpo a Wei WuXian, como si intentara cubrirlo de las amenazantes armas formando un escudo.

Jun Wu les dejó de lado, con voz firme indicó. —Apunten.

—¡Señor espere!—gritó esta vez QingXuan, incluso ejerció fuerza para intentar atravesar a los hombres de Jun Wu, pero fue inútil.

Jun Wu veía fijamente a Hua Cheng, casi parecía querer arrancarle la cabeza él mismo.

Hua Cheng por su parte no se dejó intimidar, incluso levantó el rostro y sonrió con sorna, casi como si supiera que Jun Wu le tenía un rencor diferente al del resto.

Debido a su silenciosa burla, Jun Wu sacó su arma y le apuntó. Hua Cheng agudizó su mirada sin decir nada, no es como si alguno de ellos fuera a suplicar, no era su estilo.

Se escuchó un pequeño click, siendo el seguro retirado del arma de Jun Wu. Todos estaban en silencio, como si no pudieran creerlo.

Un segundo después la detonación se escuchó, pero a diferencia de lo esperado el arma de Jun Wu cayó al suelo.

—¡Xie Lian!—gritó con emoción QingXuan.

Todos giraron buscando al nombrado, el cual tenía una mirada seria y veía fijamente a Jun Wu. El omega caminó con paso decidido hasta posarse delante de Hua Cheng, su postura era desafiantemente ante el alfa de elegante traje y mirada reprobatoria.

Hua Cheng sólo podía concentrarse en el omega de enfrente suyo. Su aroma denotaba molestia, pero no con él. —Gege.

Xie Lian le dedicó una corta mirada acompañada de una breve sonrisa. —Lamento la tardanza San Lang.

Sólo bastó ese corto intercambio de palabras para que Jun Wu se mostrara molesto.

—Xie Lian—llamó de forma dura. —Hazte a un lado.

El omega miró al frente, su voz fue clara.

—No—con más seguridad se aproximó a Hua Cheng. —No dejaré que mates a mi destinado.

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